miércoles, 28 de diciembre de 2011

El Tercer Número: sigue


DESPROPÓSITOS Y DESAHOGOS

            Estamos a veintiocho de febrero de 2010 y finaliza el plazo para realizar la colaboración habitual a la publicación CEPO GORDO.

            En estos momentos y salvando las distancias, uno se da cuenta de la soledad de los escritores y columnistas; el miedo escénico o pavor al folio en blanco, por más que nos hayamos pasado al A-4, marginando al tradicional folio de toda la vida con copia en papel cebolla.

            Empezamos bien, ya tenemos dos párrafos sin haber dicho nada; en menos de una año me saco el doctorado en columnista y tertuliano para todo.

            En serio, el tema que voy a tratar ha sido comentado en prensa rescrita y digital, radio y televisión. Supongo que también en foros de Internet pero como no los frecuento, no puedo asegurarlo. La manida y sobada solidaridad.

            De un tiempo a esta parte, no podemos prescindir de esta palabreja. En España siempre se ha hablado de caridad, caridad con el prójimo. Ahora no, utilizamos solidaridad –realmente uno no sabe muy bien lo que comprende, pueden ser unos calcetines rotos del vecino del 3º o al compadre que se le ha muerto la vaca en el huerto de al lado-, palabro vacuo y desde luego “laico”. Que el vocablo caridad tiene un rancio tufillo religioso y además fascista, y ¡qué demonios! Clasista tope.

            Cuando yo era joven y no se descojonen los lectores, me enseñaron aquello de que “tu mano izquierda ignore lo que hace tu mano derecha”. Que los más versados que yo en las Sagradas Escrituras puntualicen la frase o me reprendan si he errado

            Ahora no, la solidaridad es pública, con luz y taquígrafos, con focos y televisiones, palmeros  y espectáculo. Eso sí, la discreción de los dineros sigue siendo la misma. El rendimiento de cuentas o el destino final de aquellos queda en una especie de limbo.

            Pero lo que más que retuerce las tripas son aquellos seres de dos patas que se dedican a estos menesteres con publicidad y alevosía y, sobre todo: con dineros del prójimo y la estupidez a cuestas.

            Este desahogo viene a cuenta de un episodio, a esta fecha no solucionado, que nos afecta a todos directamente.

            Tres especímenes de dos patas, pertenecientes a una asociación benéfica catalana, de esos que viven de las subvenciones rebañadas en el pesebre nacional, se van a África por carretera a ayudar a los pobres negritos.

            Por supuesto con gran despliegue informativo e incluso colgando la ruta y su situación en Internet, que mola mucho y está de moda.
            Evidentemente, pasan del Ministerio de Asuntos Exteriores y de las embajadas y consulados. Para qué vamos a consultar la Web del Ministerio con las advertencias de rigor sobre el peligro en la zona; si nosotros somos muy buenos y vamos a ayudar a esos pobres desgraciados; nos tenían que lamer la planta de los pies de purito agradecimiento (y no digo otra cosa porque sé que alguna señora va a leer este panfleto y prefiero ser comedido)

            Total, que allá que van con sus todo terreno, sus camiones, su ayuda, su Internet, etc.

            Pero qué pena, no contaban con unos moritos de esos, de nuestra Alianza de Civilizaciones, que nos quieren tanto; tanto que quieren volver y quedarse como hace unos siglos y que nosotros volvamos a ser lo que éramos durante esos siglos: unos putos esclavos sin derecho a túnica, velo o turbante, que eso sólo lo llevan los pata negra. Nosotros: a recoger jabón del suelo y gracias

            Esos moritos, qué desagradecidos, secuestran a nuestros pobres solidarios y se dedican a pedir un rescate millonario. Claro que viendo nuestros antecedentes, es normal y además  hay que actualizar las cifras que hay mucho vaivén con las divisas y no es cuestión de perder dinero. Además, estos tontos pagan.

            Y ahora llegamos al nudo gordiano de la cuestión. Por solidaridad el Gobierno moviliza a sus funcionarios, embajadores, cónsules, célula ministerial de crisis, CNI, autoridades de países vecinos e incluso de la Unión Europea. No se puede dejar abandonadas a unas personas tan solidarias y buenas.

            La asociación pesebre, digo benéfica, catalana, aunque podría ser perfectamente de Albacete, exige responsabilidades al Gobierno por no liberar inmediatamente a sus asociados y reclama el pronto pago y la liberación. Ellos sin poner un duro. Faltaría plus, para eso sí está el Estado.

            Total que el Gobierno va a pagar un pastón en dólares –oficialmente no se paga nada, pero de algún lado salen- con lo cual yo voy a ser solidario a la fuerza de tres tontonabos que se dedican a jugar a la beneficencia, perdón, solidaridad.

            Y eso constantemente; españoles detenidos en terceros países por traficar con droga, tarados mentales que suben a montañas en plena ventisca. El pobre estresado que va a hacer un retiro espiritual entre los somalíes.

            Pobrecitos, no se les puede abandonar, tenemos que ser comprensivos y solidarios. Aunque nos cueste un ojo de la cara, ojo que ya no nos queda porque el Gobierno se lo ha gastado todo con alegría y alborozo.

Solidaridad, cuantas memeces y cuantas estupideces se dicen y hacen en tu nombre.

            Perdonen ustedes el desahogo, pero tirar el dinero con pólvora de rey, sobre todo cuando parte lo tengo que poner yo, me repatea mucho, sobre todo si es fin de mes y no eres funcionario ni banquero.
Ustedes lo pasen bien
Deca

No hay comentarios:

Publicar un comentario

SI QUIERE ECHAR SU CUARTO A ESPADAS, YA SABE AQUÍ. CONVIENE QUE MIENTRAS ESCRIBA ESTÉ USTED FUMANDO, CIGARRO O INCLUSO PIPA.