jueves, 28 de mayo de 2015

Tarde de toros

Y cuanta cosas se ven. Ayer vimos a un enano gordo, de pantalones rojos, camisa azul marino tensada por una enorme panza, parado al lado de un pimpollo reventón –dicho por lo apretado del atuendo-, una miss piernas al aire que repartía publicidad. Todo lo que tenía de piernas y apreturas lo tenía de careto feo la pobre, pero todo no se puede tener. Se ve que estaban juntos por casualidad en extraordinario contraste o tal vez en asombrosa complementariedad, por completa casualidad, pues ni se miraban ni se tenían en cuenta. Vimos los corrillos de aficionados habituales, el que espera, los que se abrazan, ellas, ellos, el famoso, los críticos, la charanga tocando a bombo y platillo una canción de Alaska y Dinarama, la autoridad, los renventas, las pipas, las copas. Los bares llenos, los cigarrones, las almohadillas, el turisteo y algo de muslamen, que todavía no se decide el personal a tirar de poderío del todo, no sea que se enfríen las carnes. Juanqui el del bar nos dice que le gustaba mucho ir a la plaza y que a su mujer, lo que más, acercarse al patio de arrastre, a entrar en el desolladero y estar allí un rato. Cosas de la hostelería pensamos.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Esperanza Aguirre...perdiendo el rumbo camino de la Banda del Empastre

Hoy mismo defendía la propuesta que ayer hizo Esperanza Aguirre a Carmona y Villacís. Pues bien, hace escasas horas la señora Aguirre ha lanzado una nueva propuesta que incluye a la formación de Carmena en un "gobierno de concentración".

Mucho me temo que Esperanza Aguirre ha decidido unirse a la gira cómica de la Banda del Empastre, no existe otro modo de explicar ese requiebro abrazafarolista que deslegitima por completo el buen planteamiento que ayer mismo ofrecía.

He de reconocer que semejante ejercicio de "cintura política" ha conseguido descolocarme.

La lógica del asunto parece ser la de las vacunas aunque la señora Aguirre se olvida que la medicina y la política son dos campos del saber humano que no guardan estrecha relación.

Ante semejante disparate uno se queda sin palabras. En fin, a ver que nos deparan las próximas horas, con unos pocos días mas podremos completar un grueso volumen de la Antología del Disparate.

Esperanza Aguirre y ese sentido común que casi nunca se impone

Tras la debacle, Esperanza Aguirre ha propuesto al PSOE y a Ciudadanos un esquema de colaboración para evitar que la izquierda antisistema se haga con el poder en el ayuntamiento de Madrid. Carmona, el candidato del PSOE, ha respondido con un "no rotundo", la señora Villacís de Ciudadanos ha dicho que ella se sentará a hablar con todos y hoy, la señora Cifuentes ha colocado la guinda de tan amargo pastel declarando que a ella no le gustan "los frentes antis".

Resulta verdaderamente agotador asistir al lamentable espectáculo que nos ofrecen los políticos. 

Del señor Carmona no puede esperarse nada sensato, la señora Villacís, fiel al guión de su formación que se ha erigido como una suerte de Pepito Grillo de la democracia perfecta  perfumada con ambientador de marca blanca y la señora Cifuentes, ¡ay!, no nos sorprende su respuesta, muy en la línea del PP de la rendición incondicional, la entrega con armas y bagajes, la retirada oportuna, la blandenguería mas plastilinoide.

La propuesta de Aguirre es un extraño gesto de responsabilidad política y su lógica no requiere excesiva explicación. 

Si una mayoría de votantes ha escogido alternativas no revolucionarias parece razonable que el gobierno de Madrid lo detente una opción no revolucionaria. ¿O no?. ..pues no señores, la lógica de esta llamada democracia es justo la contraria, hay que dar el poder al menos indicado aunque lo hayan votado menos personas. Puro sentido común, democrático, eso si.

No tengo idea en que acabará todo este dislate pero de lo que si estoy seguro es que las consecuencias las pagarán los ciudadanos.

Si alguien piensa en repetir la jugada del PNV y la alcaldía de San Sebastián en poder de Bildu me parece que se equivoca de medio a medio. En ese sentido la postura de Aguirre (política muy criticable en muchos otros aspectos) me parece muy acertada. 

Me temo que en este caso Aguirre demuestra una altura de miras que supera con creces la de sus compañeros de formación y la del resto de los candidatos a la alcaldía.

Pobre Madrid.

martes, 26 de mayo de 2015

EL PORFIADO RAJOY Y SU SINIESTRO PAPELÓN

Hace tiempo que me prometí a mi mismo y les informé a ustedes acerca de mi decisión de no volver a escribir sobre asuntos de actualidad política en las impolutas páginas de esta gaceta digital, pero, dadas las circunstancias me veo obligado a romper el forzado silencio y dar a la luz las líneas que siguen.

El reciente resultado electoral cosechado por el Partido Popular no puede quedar sin comentario.

Quien haya seguido las entradas de Cepo Gordo en el pasado ya conoce la escasa estima que profeso por Mariano Rajoy y su Banda del Empastre. Decir que ninguna es quedarse corto pero en un ejercicio de caridad lo dejaremos ahí. Ninguna.

Afirmar que Mariano Rajoy es el más nefasto líder político que ha habido en España desde la restauración del 78 es quedarse corto.

Rajoy no sólo ha ninguneado a su electorado y ha incumplido su programa electoral sino que ha sentado las bases para que en España se instale una suerte de frentepopulismo de nuevo cuño que amenaza con eliminar lo poco que queda de la nación Española y con sumir al Estado en un completo caos y el espacio público en un escenario de bufonadas y barbaridades sin cuento.

En sus primeras declaraciones tras el desastre del 24 de mayo, Rajoy no sólo no ha hecho un ejercicio de auto crítica sino que ha dado muestras de su absoluta cerrazón.

A estas alturas uno no sabe si el señor Rajoy es un irresponsable, un hombre mucho menos inteligente de lo que se suponía, un suicida o si actúa bajo el dictado de algún poder superior interesado en dejar España hecha un erial. 

¿Realmente supone Rajoy que su electorado va a continuar apoyándole pase lo que pase por un supuesto miedo a un triunfo de la extrema izquierda revolucionaria?

¿Realmente, Rajoy no se da cuenta de que su electorado no quiere votar a una opción socialdemócrata alineada con los postulados más progresistas del PSOE?

¿En qué mundo vive Rajoy? Lo desconozco, pero desde luego en la España de 2015 no.

Puedo entender que Rajoy sea un sujeto que tiene una excelente opinión de si mismo. También puedo entender que carezca de la formación para comprender el alcance de algunos de sus actos. Igualmente, es posible entender que sea un soberbio que desee imponer sus criterios y preferencias personales por encima del interés general, ahora bien lo que no puedo entender es que sea tan poco perspicaz como para no darse cuenta de que su crédito político se ha agotado por completo.

En el supuesto caso, y ya es mucho suponer, que Mariano Rajoy Brey piense en el futuro de su partido, en el bien de sus votantes, afiliados y correligionarios y aún más en el de España y sus dolientes ciudadanos, lo único que debería hacer es remover a todos los cargos de la estructura del Partido Popular, dimitir como Presidente del partido y convocar un congreso extraordinario en el que mediante un proceso de primarias con votación directa de todos los afiliados se procediera a la elección de un nuevo candidato para las próximas elecciones generales.

Candidato que, por supuesto, debería de ser una persona intachable y de probada honradez y con un pasado limpio como una patena.

Cualquier otra solución que adopte abocará al Partido Popular a un desastre electoral aún mayor que el recientemente cosechado.

En otro frente, uno se pregunta si en el seno del Partido Popular no hay quienes tengan la capacidad y personalidad para frenar esta sangría y promover una revolución interna que acabe con el mandato dictatorial e inane del Sr Rajoy.

Que el Partido Popular es un organismo de poder dónde se ponen en juego numerosos intereses personales e institucionales es algo obvio, pero si quiere sobrevivir no tiene otra solución que emprender una urgente y profunda renovación.

Sin un cambio radical de personas, estructuras y sobre todo un rearme ideológico el Partido Popular como fuerza hegemonica del llamado centro-derecha tiene sus días contados. 

La desaparición del Partido Popular no es cosa que me preocupe en si misma,  sino el nefasto efecto colateral que causa al dejar huérfanos a millones de electores que tendrán que buscar otros cauces de participación y expresión política cuya organización y puesta en funcionamiento requieren de unos medios humanos y materiales que no son nada sencillos de poner en juego.

Si todo esto no lo entiende el señor Rajoy, malo, si lo entiende y está dispuesto a obviarlo por soberbia y obcecación, aún peor.

lunes, 25 de mayo de 2015

MI TINTERO, doña Emilia por un contemporáneo (nosotros no comentamos nada, pueden hacerlo a pier de entrada si quieren)


¿Por qué la Pardo Bazán no puede llegar a ser Académico de la Española?

Es fama chismográfica, que víctima Cánovas del Castillo de un continuo acoso conyugal para que patrocinase resueltamente la admisión en la calle de Felipe IV de la eximia escritora, solía disculparse asegurando irreductible la prevención antifeminista de sus colegas; argumento al cual oponía Joaquina este otro.

-  Pero, ¿qué tiene de mujer Emilia Pardo Bazán?

Puede suceder que sea todo ello una leyenda, como lo es positivamente la pertinacia de nuestro antifeminismo. En la Academia de la Historia, (donde tenemos asiento tantos numerarios de la Decana), figura hace más de doce años, Mercedes Gaibrois de Ballesteros, y su elección, en 1932, fue tan lisa y llana como haya podido serlo la que más de las nuestras.

(…)

1910. Baile de trajes en el hotel de Casa Valencia.

Doña Emilia va disfrazada de “Mi tintero”. Esto quiere decir que lleva negro vestido de noche, con mangas de encaje, a través de cuyas mallas se pueden leer “cosidas a modo de foro” páginas impresas o manuscritas de sus obras. Se toca con una bacinilla que, en rigor, puede servir también de tintero.

Cuando me acerco a saludarla, me ruego que la acompañe a una de las habitaciones del piso alto (dónde no sube casi nadie), porque desea hablarme de un asunto confidencial. Accedo resignado, y nos instalamos en la salita de confianza de la dueña de la casa.

Inicia la plática esta otra condesa, colmando de elogios a mi padre, víctima reciente del “asunto Ferrer”. El mundo entero, según ella, le moteja, sin razón, de reaccionario incomprensivo, no obstante la amplitud liberal de su espíritu.

Desgraciadamente, no podrá volver al gobierno sino desvaneces tan injusto pero nocivo error.

Bastábale para ello dar alguna prueba convincente, y ninguna lo sería más que llevar a la Academia Española a una mujer, por ejemplo, a ella.

Prometí transmitir textualmente sus palabras a mi padre; y lo hice, en efecto, al siguiente día, para regocijo de entrambos.

Reflexiones, confidencias y recuerdos
Por el duque de Maura
Fundación Antonio Maura
Madrid, 1992

viernes, 22 de mayo de 2015

LA TARDE DE TOROS - BORRADOR

¿Cómo fue la tarde de toros? Pues una tarde de toros es de una manera o de otra en función de la idea que el espectador se haga de lo que es torear. Ni más ni menos. Asistir como espectador a una corrida de toros tiene mucho, al menos en buena medida, de ejercicio teórico. Hay que llevar una idea. No significa que sea una idea rígida, tópica, pétrea. Pero si debe acudir el espectador con una idea de lo que es y en que consiste el espectáculo al que va no sólo a asistir sino, sobre todo, a participar. Ya nos lo decía en su columna de ABC de hace unos días Ignacio Ruiz Quintano refiriéndose al público: “en la tríada del toreo (torero, toro y público) es el que tiene el papel más feroz”. El público es el tercer protagonista y debe acudir con una tauromaquia en mente, lo que no significa acudir cargado de prejuicios y dogmatismos, pero tampoco ayuno de conocimientos, pasivo, con el único bagaje del “baja tú” ya comentado. Y en primer lugar, en lo que debe fijarse el espectador, en lo que debe fijar la vista, es en el toro. Y qué dificil es. Esto, claro está, no lo decimos nosotros. Lo explicó Gregorio Corrochano. Lo sabe todo buen aficionado. Y si se piensa en la muerte del toro, resulta algo así como obvio. Si no nos fijamos en las condiciones del toro, ¿cómo valorar lo que hace el torero? Pero resulta que eso de fijarse en el toro resulta hoy en día dificilísimo para unos aficionados que acudimos a la plaza como huérfanos. Huérfanos en el sentido de que acudimos solos, a lugares sueltos, sin arropar por quien  pudiera transmitir conocimientos, sin el abrigo de una peña de aficionados con quien poder departir. El espectador moderno acude, en una mayoría de casos, sin tradición, a tragar. Hay dos maneras de ponerle remedio a eso: La primera, leer a los clásicos –Paquiro, Corrochano, Fernández Salcedo, etc.- y a los pocos críticos que se molestan hoy en tratar de explicar lo que han visto, sin enredar en los enjuagues del sector. Se cuentan con los dedos de una mano. Y la segunda, por supuesto, consiste en arrimarse a un grupo de aficionados de más experiencia, a escuchar y a preguntar, y si es posible ahorrando a los demás un exceso de apreciaciones. Porque si es verdad que ante un espectáculo hecho de emoción y plasticidad cualquiera puede reaccionar, no es menos cierto que una corrida de toros es algo dificilísimo de ver, sobre todo y precisamente, sin preparación alguna. Queremos decir en el sentido de penetrar en lo que vemos, captarlo y desentrañar su significado para poder valorarlo. Cuantas veces se oye aquello de me gusta pero no entiendo nada. A esa dificultad se añade lo efímero de cada uno de los gestos que suceden en el ruedo. Se trazan en el aire para desaparecer al momento sin que sea posible la repetición. Esto exige por parte del espectador una atención, un esfuerzo de concentración que parece poco compatible con chanzas, merendolas excesivas, móviles y demás. El aficionado sale de la plaza exhausto.

domingo, 17 de mayo de 2015

CAMINO DE SANTIAGO

EL AIRE 


LA SABANA


EL CRISTO DE COCA


DINTEL EN NAVA DE LA ASUNCIÓN


EL CRISTO DE VILLEGUILLO


LA HISTORIA


EL CRISTO DE ALCAZARÉN
(Retablo del Cristo del Amparo, Iglesia de Santiago Apóstol)


ASOMANDO




El Cristo del Amparo (fotografía antigua)

COMPLOT SINIESTRO -diga mejor intriga.

Nuevamente se atribuyen apariencias equívocas y siniestras a nuestros protagonistas. Ni Tato, ni Doroteo ni el gran Alcides Bergamota se parecen al supuesto retrato aparecido hace poco en una gacetilla local, dónde se ven únicamente dos personas, lo que no cuadra con insinuar que pueden ser tres. Todo es incoherente, como los tiempos. No sea quejica hombre. 


miércoles, 13 de mayo de 2015

BAJA TU II

No hay duda de que el asunto de los toros da para darle más de una vuelta. Y tampoco hay duda de que aquí como en muchos lados la cosa del arte hace mucho daño. ¡Mamá yo quiero ser artista…! Pues va a ser que no. Y cuando el público se lo dice al incauto con ínfulas que lo ha hecho francamente mal salta el pelele de turno, preocupado por el arte y el mérito, y suelta lo de ¡baja tú! Ya lo hemos comentado, no insistiremos más. Hay gente que acude a la plaza con la única idea de que eso, torear, tiene mucho mérito, y que el mérito lo justifica todo, que por el mérito se puede hacer cualquier cosa, hasta dar un espectáculo de impericia y falta de vergüenza. Así no vamos a ningún lado, oiga.

Es verdad que torear es peligroso y que ponerse delante de un toro es en sí admirable, pero eso no puede ser la excusa para hacerlo mal, o muy mal y que eso se tenga que aplaudir. Tiene mucho mérito cantar un aria de ópera. ¿Y si el tenor en lugar de cantar soltara un largo regüeldo cervecero? ¿Qué diríamos ante la protesta del público insultado? ¿Bajad a cantar vosotros? Oiga, usted exagera. Un respeto. Ya sé que exagero, pero usted me entiende. Respeto se lo deben al público los de a pie que tienen que actuar conforme a lo que torear es. Ayer vimos a un torero levantar los brazos en triunfo después de una estocada infame, un auténtico bajonazo, chorretones de sangre manando por las fauces del toro. Eso no se hace. Si se está mal con la espada, pues los brazos quietos, el gesto resignado. Hay que conocer el oficio, ser consciente de lo que se hace, y en determinadas plazas no intentar el ¡a ver si cuela, Ramonchu! No vaya a ser que un día la gente se decida a bajar de verdad con la estaca en la mano y a montar un escándalo, que precedentes hay.

Luego está lo demás. Ante un toro berrendo en colorado algunos alrededor hablaban de vaca; otros ante la palabra berrendo comentaban que ellos berridos no oían. Así no hay manera. ¿Qué quiere que le diga? Detrás de nosotros un señor empingorotado, con corbatita, zapatines apretados y pinta de ejecutivo sesi, decía que le sorprendía que el toro que estaba en el ruedo pudiera pesar más de seiscientos kilos como decía el programa. Le dijimos que a nosotros nos pasaba lo mismo porque según el programa el toro de seiscientos y pico era colorado y este del ruedo… negro. El señor tan peripuesto no se había percatado del asunto de la pinta del toro, del color, ni de que por estar uno de los diestros en la enfermería habían corrido el turno para darle tiempo a volver y se había alterado el orden de salida de los toros. El tío pera se enfadó un poco por nuestra observación y empezó a murmurar algo así como que en este país no hay seriedad y cosas por el estilo. Cuando Tato se disponía a zarandearle, Doroteo terció diciendo que al toro, que es a lo que veníamos, no a la crónica de tendidos. Y miren ustedes lo que nos ha salido. De la corrida ni pío.

BAJA TU.

Sin duda hay que estar agradecido a todos los trucos, mecanismos, sistemas e indicios que nos permitan detectar a un cretino. Nos gustaría precisar que el cretino lo puede ser por materias. Es decir, se puede ser un cretino para la política, por ejemplo, y a la vez un excelente poeta o un buen padre de familia, si es que esa referencia tan jurídica –la del buen padre de familia- existe todavía, pero esa discusión sería abrir otro melón.

Pues bien, en el mundo de los toros, el cretino nos hace el gran favor de identificarse a sí mismo sin rubor y sin pudor alguno. Lo hace al gritarle a los demás, cuando protestan un lance, el ya habitual “pues baja tú”. Según el cretino taurino, el estar en el tendido y no abajo, prohíbe participar del espectáculo, prohíbe todo espíritu crítico y sobre todo la manifestación de cualquier discrepancia. Como no está en el ruedo, el espectador no puede opinar. Según el cretino taurino, el espectador en los toros debe estar callado. Está ahí para aplaudir y si del cretino taurino dependiera debería pagar la entrada y luego aplaudir sentado de espaldas al ruedo. A la manera de aquellos castigos de colegio de monjas, con los alumnos de espaldas a la pantalla de cine en la que se proyecta una película. Así que el cretino taurino tiene algo de lo monjil antiguo, extraña coincidencia. Con el imperio del cretino taurino se confirmaría del todo la escisión –parcialmente iniciada ya- entre el público y el espectáculo que se le quiere ofrecer. Es a lo que parece que aspiran muchos taurinos modernos. El espectador debe callar y admirar a la figura taurina mientras ésta se estira con sus pasos de baile frente a un animal que debe colaborar (la propia expresión debe colaborar dicha de un toro de lidia daría para una extensa glosa y es muy reveladora de toda una mentalidad).  En las plazas dónde esto se logra, no tarda mucho en clarear el tendido y en apagarse lentamente el espectáculo. Claro está que, como todavía queda raza, a muchos baja tú se les contesta con un gilipollas.

sábado, 2 de mayo de 2015

Tarde de toros.

El Amigo Pulardo ha soñado. Ha soñado que su mujer le recriminaba su inclinación al alcohol, un consumo excesivo, una cerveza y luego dos vinos, y dale, y luego la copilla con el cigarro. Cuando abrumado ha despertado por fin, ha caído enseguida en la cuenta de que es soltero. Esto le ha aliviado un poco. Pero ha hecho, pese a ello, firme propósito de no pasar del dedal de brandy habitual. Esto nos lo contaba hoy de camino a la plaza y comentaba Alcides Bergamota  que se trata de un caso único de hombre con mujer virtual. Muy de estos tiempos por otra parte. Tato se reía por lo bajini mientras Doroteo buscaba caramelitos pequeños, en forma de perla, en el bolsillo de la chaqueta, con aire ensimismado. El Amigo Pulardo al llegar a la plaza saludaba y daba apretones de mano. Es el peaje que tiene el ir con el Amigo Pulardo a los toros. Pero tiene otras cosas buenas, como por ejemplo haber asistido a una extraordinaria tarde toros, de esas que nos dejan exhaustos, que recordaremos durante años, que revelan toda la grandeza de la Fiesta pero también su dureza, el terrible drama que representa, su anacronismo. Cuando uno de los diestros entraba a matar, oímos un susurro que venía de nuestra derecha: vamos, vamos, mata a la muerte ya. Se le escapaba a un espectador calvorota y desdentado que se bebía con los ojos todo lo que sucedía en el ruedo. Y es que el parte de las heridas sufridas por Angel Teruel (verdadero motivo de que nos acercáramos a la plaza hoy) y de López Simón es espeluznante, varias trayectorias, veinte centímetros, les ahorramos el resto y deseamos una pronta recuperación a los dos toreros. Milagroso parece que el segundo toreara a su segundo toro – y de qué forma- antes de pasar a la enfermería. Le habían hecho un torniquete en el muslo derecho, al sacarle de entre los pies del toro que le prendió en la suerte suprema. Lo sucedido con Angel Teruel es para el buen aficionado desolador, porque lo que pudo enseñarnos entraba por los ojos provocando un principio de honda emoción, truncada por la cogida: la forma de andar, esa manera de ir al toro, de doblarse en los primeros compases y una serie que prometía mucho. De repente, sin extraños, sin apenas violencia, el toro le coge de manera terrible. Creemos que fue en un lance en que el torero dejó al toro suelto, lejos de la muleta, la cara alta, sin mando, sin sumisión y se fue a por él, sin más, a falta de otra cosa, de otro señuelo, tal vez, precisamente, a falta de muleta. Fueron unos segundos de distracción. Angel Teruel toreó en el 2014 sólo dos veces. Este es algo difícil de entender. Morenito de Aranda, después de su primer toro, tuvo que matar al que hirió a Teruel y más tarde al quinto y al sexto, pues López Simón mato a su segundo en cuarto lugar, seguramente para poder hacerlo, pues ya estaba herido. ¡Qué gesto! Y que pundonor en los tres matadores, que magnífico Morenito de Aranda ya sólo en el ruedo. Quiso como Simón, torear y hacerlo de verdad, colocado, en el viaje del toro, cargando la suerte, logrando series de verdadera belleza y hondura, rematadas con esos pases de trinchera de una sobriedad y belleza que no nos cansaremos de ponderar. Un triunfo sin duda merecido ante una plaza medio llena. Y no decimos medio vacía, porque la tarde de toros fue tan extraordinaria que la plaza parecía haberse llenado hasta la bandera. ¿Y los toros? nos dirán. Se habrá adivinado por lo que contamos que hubo toros, que hubo ganado de verdad, con fuerza, con pies, corrida bien presentada y de preciosa estampa, salvo tal vez el primero más gordo. Ganadería Montealto, encaste Juan Pedro Domecq, sorprendentes en su juego por eso mismo. Ganado con pies que hacía hilo a los banderilleros y que puso en aprieto a las cuadrillas. Más tarde noble en la muleta, repitiendo con codicia, salvo, tal vez, el último, negro bragado y más reservón que los hermanos colorados con ojo de perdiz y castaños. Vimos buenos pares de David Adalid y estuvo extraordinario Jose Carlos Aranda, pequeño, enjuto, poniendo banderillas, llevándose al toro con una larga que arrancó los aplausos al público. Del espectáculo de los tendidos hablaremos otro día, que también tiene su aquél. Hablaremos de los chinos, del polvorilla del tendido alto que se movió por toda la plaza, del hombre de los refrescos y hasta de unos botines flamencos, de aúpa. En fin, por tener tuvimos hasta tertulia a la salida de la plaza. Otras reseñas saldrán, escritas por personas más enteradas, a ellas les remitimos para un análisis de más enjudia, de estas impresiones que acabamos de dar.

ENTREVISTA (Interview).

Advertimos al posible lector de que, por su crudeza, las entrevistas que concede Tato a las gacetillas regionales no son para todos los paladares. La que hoy reproducimos apareció en el Diario Regional, y nos hacemos eco por la referencia que contiene a eso de los toros, que viene muy a la mano, con el mayo madrileño ya empezado.
 La Redacción
-       ¿Fuma usted en pipa? pregunta Fran Tarugo Cecina que es todo lo joven, progre y moderno que sus apellidos permiten. Quería haber cambiado el orden, aprovechando las novedades legislativas, pero Cecina Tarugo tampoco ayuda.
-       Todos los fumadores de pipa practican el vicio solitario, contesta Tato que no sabe todavía porque ha accedido a conceder la entrevista para el semanario de un periódico provincial.
-       Pero no contesta usted a mi pregunta.
-       Ni falta que hace. Ya le he explicado cómo funciona esta entrevista. Es una entrevista democrática así que puedo contestar lo que me dé la gana.
-       ¿Y el arte? A nosotros nos interesa mucho el arte, lo encontramos muy interesante. De hecho somos críticos de arte.
-       Si desde luego se nota, por lo interesante que todo le parece. Seguro que también moderno. La crítica de arte es absurda cuando todo lo orienta a alabar a un artista diciendo que es moderno. Cuando oímos decir a alguien que fulano es muy moderno nos entran ganas de sacudirle.
-       Oiga pero que bruto es usted.
-       Pues no crea, nada de puños, bajamos la testa y le embestimos arreándole un cabezazo.
-       Veo que el arte no es lo suyo, vamos a cambiar de tema. Algo más de su mundo, aunque espero que duren poco. ¿Y los toros?
-       Veo que no le falta a usted ningún adorno. Es también antitaurino. Mire es posible que los toros históricos pudieran ser algo terrible y brutal, además de extraordinario (pensemos en los caballos muertos de Gutierrez Solana o en esos ruedos abarrotados de gente estoque en manos, toros, caballos, diestros y público en el más terrible desorden). Sin embargo hoy, en el mundo en que vivimos, el contraste que representan con lo electrónico, lo digital, lo virtual inexistente, con el plástico, el plasma y las pantallas, es esencial para no perder ya del todo y definitivamente el norte en un éxtasis de pastillas y lechugas alucinógenas. ¡Pero que manía tiene este hombre con la lechuga!
-       Pero hombre si hace usted hasta la réplica a mí no me deja nada, iba a decir lo de la lechuga… Me habían comentado que le obsesiona.
-       Es que acelero porque es usted muy previsible en todo lo que pregunta. Y así le ahorro trabajo, que le veo algo tardo y como reblandecido. No quiero entrar en detalles, pero no me ponga la mano en la pierna, ni se le ocurra.
-       Oiga por favor sin faltar.
-       Es que mire francamente, cuando uno se cruza por la calle con dos moros que hablan a gritos como si estuvieran solos, en el extraño idioma gutural y cavernoso que es el suyo, y luego escupen en el suelo, y van vestido con chilabas de rayas, pues le corre por el cuerpo una cierta desazón y casi involuntariamente invoca silencioso las Navas de Tolosa y se refugia en el recuerdo de don Alfonso VIII diciendo al arzobispo Jiménez de Rada “Arzobispo, voy y yo aquí muramos” antes de lanzar la carga que decidió la batalla. Y de repente se da cuenta de que ninguno de los dos está ya en este mundo, ni Pedro de Aragón, ni Sancho de Navarra, ni el señor de Vizcaya y que los pueblos y villas castellanos que mandaron a sus milicias a combatir al moro son hoy lugares de gente mayor y de poco vigor. Y que nos queda sobre todo gente como usted.
-       Oiga, no entiendo, que quiere decir…
-       Pues mire que usted, que ya me he enterado, es uno de los organizadores de las sesiones de cuentos para niños para el fomento de la igualdad, que están soltando en las bibliotecas públicas.
-       ¿Y es que no le gusta?
-       Casi me da una ahorcada cuando leí el cartel que habían colado aquí en Nava, pero descuide que esa sesión disolvente, ese aquelarre, en la biblioteca de este pueblo no se celebra, como que me llamo Tato.
-       Ya veo que es usted un fanático, va saliendo el facha reaccionario… Le estoy calando. Deme un sólo argumento en contra de nuestra iniciativa que es algo de lo más loable en este mundo de tanta maldad, luchar porque todos seamos iguales.
-       Su atroz y melosa ñoñez ya sería de por sí un argumento suficiente, por el horror estético que supone, es una pena que ya no tengamos circo para soltar buenistas como usted a los leones hambrientos. Claro que con tanta igualdad a lo mejor se comen ustedes a las pobres fieras que son tan bondadosas.
-       Sólo suelta exabruptos que le delatan…
-       Mire, desde que el mundo existe la vida es discriminar, es decir, seleccionar excluyendo. La vida es elegir, una opción o la otra, este camino o el otro, dependiendo de a dónde se quiera llegar como acertadamente indica el gato de Chesire a Alicia.
-       ¿Alicia? ¿Es una chica del pueblo?
-       No hombre, Alicia en el país de las maravillas.
-       Ya, la película de dibujos, pero está un poco vieja, vamos que es antigua y no recuerdo esa escena. Más preguntas le voy a hacer.
-       No. Ya no puedo más, se ha terminado. Para acabar le voy a decir unos versitos de Lope:

Apenas Leonora
La blanca aurora
Puso su pie de marfil
Sobre las flores de abril

Lo dicho, hasta otra.

viernes, 1 de mayo de 2015

CALENTANDO MOTORES

- Hombre, utilice usted otra expresión, algo más apropiado, que se yo, en capilla, en los chiqueros, con los ojos en la puerta de toriles...
- Oiga, en los chiqueros estará usted, y no quiero decir más.
- ¡En este país, que quiere que le diga, no hay cultura!
- Claro, aquí el único culto es usted, no te fastidia, kulto con K.

Dejemos a don Manolito y a don Estrafalario con sus cosas de siempre, encerrados en su bucle mental, en sus desvaríos, y pensemos que dentro de poco podremos asistir a escenas y estampas tan extraordinarias como las que damos a continuación. Aprovechamos la ocasión para enviar desde aquí un afectuoso saludo al Amigo Pulardo, a quien veremos sin duda agitarse alrededor de la plaza y en el tendido (bajo y de sombra, por supuesto).









- Oiga don Manolito.
- Digame don Estra.
- No hay duda de que somos la reserva espititual, lo que queda de Europa
- ¿Quien, los de la plaza?
- Si claro, los veinte mil.
- Desde luego, yo no tengo ya ninguna duda.
- Que cosas don Manolito.