viernes, 20 de abril de 2018

Tipos Circulistas: una conferencia de Alcides Bergamota. Introducción.


Nuevamente debemos agradecer a la paciencia y tenacidad de Calvino de Liposthey el haber rescatado esta conferencia de las primeras con que se dio a conocer el gran polígrafo. Seamos indulgentes con el texto que adolece de los defectos propios de la juventud y de las circunstancias en que se escribió. Dejemos que Calvino de Liposthey nos ponga en antecedentes.




Una conferencia de Alcides Bergamota El Grande: Tipos Circulistas.
Introducción, por Calvino de Liposthey, editor.
 
Se encontraba Alcides Bergamota en una época de tribulaciones personales, incluso, porque no decirlo, en plena zozobra. Separado de su mujer que había iniciado la consabida batalla legal, y completamente desorientado, había caído en las redes de Toñi la Roja. Conocen nuestros lectores más aficionados a la petite histoire los detalles de esta relación que ya se han evocado de manera pormenorizada en otros episodios de la biografía del gran polígrafo. Sólo recordaremos, para que se comprenda mejor lo sucedido con esta conferencia, que Toñi la Roja era lo que podríamos llamar un animal del sistema. Entiéndase esto a derechas (dicho sea sin segundas). Toñi la Roja era una auténtica experta en drenar hacia su bolsillo toda clase de subvenciones, ayudas y subsidios, ya fueran otorgados por administraciones locales, regionales o nacionales. Por aquel entonces no había dado todavía el salto internacional ni lanzado su proyecto de ONG. Por el momento su golpe más sonado había sido la restitución a su asociación cultural -fundada en 1985- de bienes incautados en el año cuarenta, al terminar la guerra civil. La jugada había sido maestra, pues incluía un inmueble completo en el corazón de una ciudad de provincias. Retorcía el derecho con pasmosa habilidad, sirviéndose de las normas como un tahúr de una baraja de cartas marcadas. Y movía hilos, cientos de hilos, descomunales madejas tejidas con ficciones jurídicas, testaferros, entidades de toda clase, fotografías comprometedoras y grabaciones sonrojantes. Al parecer, su físico escultural había tenido mucho que ver en su ascenso fulminante. Precursora de la batalla social, en la época en que andaba enredada con un Bergamota hundido, su asociación para la defensa de la mujer discriminada y la lucha por la paridad se había metido en la buchaca una jugosa subvención. Se les había confiado la organización de una jornada cultural para la juventud progresista que tendría lugar durante la semana de fiestas de aquella capital de provincias. Había que llenar la jornada y que mejor que pedirle a un Bergamota en horas bajas y pasado de copas una arenga para esa juventud moderna, desinhibida, rompedora, folladora y guay. Perdonen, pero es que la cosa se planteó en esos términos. Toñi le plantó en el salón de sesiones y se largó a otra cosa. Lo que podrán leer a continuación es el resultado. Los incidentes que siguieron a la sesión, verdadera algarada que se había ido fraguando mientras un Bergamota calentado con bastante brandy soltaba su irónica provocación, terminaron con la llegada de la policía que se encontró la casa de la cultura patas arriba, verdadero campo de batalla humeante dónde nada quedaba en pie: butacas arrancadas, cristales rotos, cortinas ardiendo. Además, robaron el proyector.

miércoles, 18 de abril de 2018

Divagación. Al hilo del siempre brumoso perfil biográfico del gran Bergamota.


No hay duda de que los conocimientos pacientemente acumulados durante la época infausta en que tuvo que trabajar por cuenta ajena para ganar su sustento, habían provisto al gran Bergamota de un conocimiento del mundo de primera mano, práctico y feroz. Con un punto infecto, hediondo, desolador y otro hermoso, lírico, enternecedor, que de todo hay en la mesocracia burocrática. Había podido mirar a sus anchas, con todo el detenimiento. Un conocimiento al que no hubiera accedido aislado en las alturas de la soñada torre de marfil, o retirado en una ermita intelectual, en Coyoacán o en San Ángel…¿Perdone pero lo de Coyoacán y lo otro a que viene? Me entran ganas de mandarle a tomar el aire, pero se lo voy a decir. Es de un poema de Octavio Paz, cito de memoria. Lo he metido aquí a capón porque me gusta pronunciarlo en voz alta con el hermoso acento de los mejicanos refinados. Ahh... Ya sé que usted esto no lo puede entender, es lógico pues nunca le han presentado a ningún mejicano educado y es una pena para usted porque se pierde una gran obra de la Hispanidad. ¡Me zahiere usted sin piedad! Así soy yo, implacable tras años de servicio lacayuno. En cuanto noto debilidad ataco, como en el patio del más cruel de los colegios. Para compensar le diré que el título del poema es Vuelta. Hombre eso se agradece. ¡De nada, caray! Por su culpa nos hemos desviado de la cuestión inicial, que era proseguir con los apuntes biográficos del gran polígrafo.

Es lo que pasa cuando se escribe a escondidas y a salto de mata.

viernes, 13 de abril de 2018

LA MANZANA


Después de estos días de lluvia y nieve que nos han sumido como en una grisura parisina, de repente el sol. El paseante sigue con el abrigo puesto, pero se abrocha sólo el botón de arriba, el del cuello, y deja que el abrigo invernal se abra y deje pasar cierta tibieza que hay en el aire. Camina con las manos a la espalda. Con una mano sujeta los dedos índice y corazón de la otra y la brisa le peina a lo Napoleón, cierra los ojos para mejor sentir el primer sol de la primavera. Sobre la acera, una manzana de tipo starkin, roja, de apariencia pétrea, ocupa solitaria una plaza de aparcamiento y causa pasmo entre quienes la miran. Nadie la recoge por temor sin duda a que, si se tira de ella o se la patea, reviente la manzana en atronadora y bestial explosión llevándose todo por delante.

miércoles, 11 de abril de 2018

Comentario a un texto que no se enseña. Con manos en homenaje a J. Tardi.

Estos artículos, que utilizando un título literario cinematográfico en inglés podríamos llamar "Ford revisited", son estupendos. Pero a Ford no le hubiera gustado, con lo alérgico que era a toda pose artística o intelectual. La que adopta cualquier pelagatos cuando le entrevistan por haber emborronado una pared o ensuciado cualquier cosa, previo cobro de la preceptiva subvención. Así que es mucho mejor como titula usted, con el nombre del director seguido de la película que comenta. Coincido con usted plenamente, y creo que no es necesario insistir en todo lo que tan acertadamente usted destaca. Tengo verdadera predilección por el cine de este hombre que supo contar historias como nadie y plasmar en el cine y en sus personajes mucho de lo que personalmente se le escapó en vida. Los puñetazos sí, pero siempre un lirismo y una sutileza que resultan sobrecogedores. Lo más extraordinario, entre lo mucho, es todo lo que llegamos a saber de sus personajes y con qué rapidez: como son, como sienten, que les pasa, cómo evolucionan, lo que representan. Esto se logra a menudo con un diálogo breve, o sin apenas palabras. Me acuerdo ahora, en Río Grande, del momento en que cenan juntos John Wayne y Maureen O’Hara, toda la vida del matrimonio y todos los sentimientos de ambos están ahí, contados al espectador, con las miradas, con algunas palabras y un espléndido blanco y negro al servicio de dos actores de los que Ford saca lo mejor. La escena culmina con la serenata que les da un pequeño coro de soldados, con una canción irlandesa, claro. En la Taberna del Irlandés, tan distinta, están muchos de los rasgos apuntados: conocemos a los personajes como usted los describe y el lirismo surgirá en la comedia alrededor del sacerdote católico y de su iglesia con goteras. Volveré a verla esta semana. Muchas gracias por este paseo magnífico por la obra de Ford.
Atentamente,
Genaro García Mingo.