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miércoles, 20 de abril de 2022

Un 26 de septiembre.

Una señora con una pequeña maceta en la mano cruza la calle de Alcalá, ya completamente taurina al acercarnos a la plaza. 

Una señora cargando con una gigantesca maceta cruza la calle. La maceta además de enorme va llena de tierra negra en la que crece lo que parece un madroño. Para quedarse mirando desde luego. Alcalá es ya completamente taurina al acercarnos a la plaza y hay un ambiente festivo, sosegado por el aire otoñal. Se oyen un par de olés dirigidos a la señora, admirativos de su fuerza hercúlea. Acelera el paso.

Solazo, pero otoñal. 

Se oye comentar: vaya carteles que nos ha metido el puto gabacho. 

El picador abusa y se oye: ¡es que no distingue entre vale y dale! 

¿¡Dónde iba!? ¡A por el bajonazo, hay tunante, se te han visto las ideas!

Israel de Pedro torea a caballo estupendamente -eso que es tan raro que ocurra- y se lleva una ovación. Hay que ver como acaricia al caballo luego. 

Colombo se lleva un olé, en plan chufla, al girar sobre si mismo para banderillear. Las pone todas a toro pasado el tío.



jueves, 20 de julio de 2017

PRENSA Y BOCADILLO


Zamparse un bocadillo mientras se lee un periódico es hoy un acto de locura temeraria, de valor extraordinario y supone en el osado un estómago capaz de todo, pero sobre todo un ánimo a prueba de horrores.

Es un acto de locura temeraria por lo primero, si el bocadillo es ponzoñoso, si se ha preparado a la manera infecta, es decir si se dan ciertas condiciones negativas, hediondas, pútridas, infecciosas. Y lo es por lo segundo, por el periódico, pero en este caso, lo será seguro. No serán necesarias condiciones ni circunstancias que lo califiquen. Abrir un periódico y asistir a los actos y declaraciones de nuestros representantes públicos es algo terrible, funesto. Y mirar la imagen de nuestra vida social que el periódico proyecta sería casi insoportable, moriría la gente en la barra de los bares expirando con horribles gemidos de desolación, si no fuera porque uno se agarra a lo que conoce más de cerca y se consuela. Y eso hará cada lector, suponemos.

Lo que, por cierto, plantea la difícil cuestión de lo que son hoy los medios, de la cloaca fétida en que se han convertido. Medios de adoctrinamiento ayunos de verdadera información; máquinas de imponer una opinión previa, al servicio de grupos de interés, sin contraste ni información alguna.

Pero volviendo al bocadillo con lectura. Le llega al sufrido proletario un tufo que es mezcla de estupidez profunda –por lo que lee- y de miedo –al percibir que se ha despertado y puesto en marcha una tiranía, un espíritu de odio ciego y censor que hará palidecer a lo que se haya conocido previamente sobre control de conciencias si la cosa sigue asi. Veamos a continuación ejemplos de las dos cosas. Creemos que para el lector Cepogordista los ejemplos se explican por si mismos, así que añadiremos poca cosa.

Un niño lleva a juicio a su madre por darle un bofetón y el juez la absuelve porque estaba "justificado". [¿Cómo llega el asunto a juicio y se admite a trámite? Simplemente, el mundo como lo hemos conocido se acaba].

GETXO [o sea Guecho] campaña contra al violencia de género; Fiestas con sexo, pero sin sexismo. El Ayuntamiento remite a establecimientos hosteleros un listado de temas musicales para luchar contra las agresiones machistas. [Parece que ya no hay fiesta popular sin violaciones de todo tipo, individuales o en grupo. Hemos pasado del baile con orquesta a la macro orgía estilo San Fermín. La Vascolandia inventada por Sabino suele batir marcas en la mezcla de estupidez y autoritarismo. Ahora te dicen hasta que música es la recomendable. Pero seguiremos hablando durante cien años más de la censura del franquismo, sin ver lo que ya tenemos encima. Iglesias vacías -se llevan la palma de la deserción las regiones con nacionalismos-, exaltación de todo lo sexual a todas horas y eso sí, en toda España, intromisión en la labor educativa de los padres por motivos ideológicos y luego, cuando ya el personal no tiene freno posible y todo el mundo anda en pelota por la calle a punto de borrachera, la campañita para concienciar al pájaro que a estas alturas está ya como loco. Es mejor no seguir comentando que llegamos a la procacidad salvaje. Todo el asunto es asombroso. Fisguen si tienen valor.]
Más de lo miso:

Retiran por sexista el cartel de un restaurante en Ibiza por usar como reclamo culos de mujer [¡Pero no habíamos quedado que ¡Viva el sexo!, que la educación católica es represora y que a copular! Pues ahora no. En el fondo si, pero por arriba moralina. Descosemos el saco y cuando se caen las cosas hacemos una campaña, para alertar de la caído, pero nadier se atreve a decir que a lo mejor habría que volver a coserlo, es decir, a educar.] Más titulares ibicencos, la isla debe ser la nave de los locos:
El alcohol, el tabaco y el cannabis son las tres sustancias adictivas más consumidas en Baleares

Expertos recomiendan que la lengua vehicular en la escuela sea el catalán.

Iniciativa pionera en Ibiza: los perros podrán visitar a sus dueños ingresados en el hospital.

Las andanzas de las gaviotas patiamarillas

Mar Blava ve "inaceptable" que el Gobierno vete la ley contra las prospecciones en el Mediterráneo.

Llegamos a Valencia con sus podemitas particulares: Valencia quiere que el Estado le acepte una quita de deuda de 20.000 milllones. [Nosotros nos contentamos con una quita de dos millones y como no tenemos tanta deuda, la diferencia que nos la ingresen. ¡Cuánto palo sin dar!].

La guerra civil y el franquismo, que son el pretexto y la coartada para todos los robos y latrocinios, para el cinismo, la mentira y la manipulación, para trincar la pasta mientras se engaña a la gente, dan para capítulo aparte. Todos los días un nuevo esperpento más salvaje que el anterior, pero nadie coge un micrófono para desmontar tanta mentira y echar a esta gentuza a la calle. Algunos ejemplos, agárrense:

El cadáver (incómodo) de Queipo de Llano. El alcalde de Sevilla inicia "contactos" para que los restos del general franquista abandonen la Basílica de la Macarena. La Iglesia anuncia que estudiará la petición mientras IU y organizaciones republicanas presionan. [Quieren sacar el cadáver de don Gonzalo de dónde está enterrado y llevárselo a otro lado. Son desentierra cadáveres. De película de terror. Además tema de rabiosa actualidad, que enlanza con las maniobras de distracción y siembra de odio con el Valle de los Caídos. El ltitular es la pera, pero el artículo no tiene desperdicio. Queipo de Llano es calificado de Virrey de Franco en Sevilla… La sepultura del general es un vestigio franquista. ¿Nadie hay que organice la resistencia ante tanta memez? Mientras tanto en la Junta de Andalucía todo parece indicar que se roba a dos manos…].
La campaña sigue con el Psoe: El PSOE pide la nulidad de la condena a Companys, [Companys fusilado en el año cuarenta, golpista siniestro. Y mientras los herederos del personaje vuelven a las andadas. Pero el golpe de estado actual, en directo, no lo condenamos. Que se anulen resoluciones antiguas pero no se cumplan las vigentes. Por su parte IU, en esta carrera de a ver quien dice la burrada más grande, en este campeonato de lancear moros más que muertos fosilizados, ¡¡anuncia la presentación de una proposición de ley para lograr ¡¡la nulidad de la Ley de Amnistía de 1977!! Nos abstenemos de todo comentario. Sólo recordar que es un brindis al sol, uno más con tal de hacer demagogia y sembrar odio, puesto que la hipotética ley que derogue o anule la del 77 no podrá tener efectos retroactivos, al menos en un estado de derecho. Otra cosas es que este deje de serlo.

Y para acabar, los maños en la misma línea: Aragón aprueba la Ley de Memoria Democrática que pide la derogación de la Ley de Amnistía de 1977. Podrán multar por cantar el Cara al Sol y continuarán arrasando con el patrimonio histórico, una horda de catetos armados de moralina y suficiencia, sin un pelo de tontos, el poder y la pasta agarrados al precio que sea.


Lo anterior de el Periódico El Mundo, otro día probamos con El País y luego con el ABC y así… A lo mejor nos aburrimos antes.

Para El Grito de Nava, El Zuavo, analista.

martes, 9 de mayo de 2017

El as del bombardino

Jacinto Oloroso, es una buena persona, se lo digo yo. Un tipo que con ese nombre va por la vida tan tranquilo, pues que quieren que les diga, demuestra tener una personalidad a prueba de bomba, o mejor dicho y por ser más precisos, de bombardino. Si señores, lo que oyen, Jacinto Oloroso toca el bombardino, y muy bien. Para muestra, les diré que en una ocasión debutó en plaza de primera; el teatro Romea y lo hizo con "La Lira" de Carcaixent, casi nada, ahí queda eso. Pues bien,  habiendo precisado que Jacinto es buena gente y maestro en el noble arte del bombardino, dejen que les siga contando y no empiecen a calentarse con eso de que el texto es largo, la niña quiere ir al baño ("pide pipí" como dicen las mamas cursis) y el abuelo se ha puesto a jugar con su móvil y va a descubrir sus descargas de youtube con todas las pelis de empuje y demás bellaquerías a las que se entregan durante la sobremesa de las comidas familiares (de sus suegros, vamos). Hoy he pasado por el café a media mañana, cosa rara, y me he encontrado con Jacinto departiendo amigablemente con un señor con cara de ser de Lugo. Ha resultado ser un boticario de Orense y como pueden comprender, tras las presentaciones me he abstenido de decirle nada de su cara de Lucense (que la tiene, y mucho). Como no hay tertulia de dos sin tres ni fuente de torreznos suficientemente grande para el apetito de Alipio Velas, me han invitado a tomar café con ellos y para hacer la cosa más reposadamente nos hemos trasladado a una mesa al fondo del salón, una mesa de esas que yo llamo literarias porque eran las preferidas de los escritores y dramaturgos que iban al café para componer sus obras bajo el amparo de esos camareros (especie extinta) que sabían defender la privacidad del cliente sin necesidad de recurrir a carteles ni reglamentos sancionados por la autoridad. El boticario, de nombre Laxo Outeiriño nos cuenta que ha venido a Madrid a mover unos papeles que tiene parados en algún obscuro negociado de los que aún perduran pese a la transferencia autonómica. Outeiriño se queja y Oloroso le consuela, yo doy pequeños sorbos al café hirviendo y pienso en el ciclo reproductivo de la Upupa epops (vulgo abubilla) asunto que me entretiene más que la martingala administrativa del boticario con cara de lucense. Yo a lo mío. A la cucuta castellana los navarros la denominan a veces gallico de San Martín. Pasan buenos diez minutos de instancias y recursos, de pandrives (así los llama el boticario) y de expedientes de revisión y yo comienzo a sentir una necesidad irrefrenable de asar a patadas las espinillas del tal Outeiriño. Estoy a punto del ataque de apoplejía cuando aparece el camarero con una fuente de Miguelitos de la Roda, fino detalle del propietario para con su amigo Jacinto, que amén de buena persona y dotado músico es un laminero sibarita, un heraldo del milhojas, un catedrático del pionono, un doctor máximo del bizcocho borracho y un propagandista perpetuo y apasionado de cuantas creaciones pasteleras se elaboran en las cuatro esquinas de España. Con la aparición de tan acertada golosina manchega se pone fin a la interminable y cadenciosa relación administrativa de Outeiriño. Jacinto, entre miguelito va y buche de cafe con leche viene, adopta ese aire entre filosófico y distraído tan habitual en los músicos cuando interpretan una pieza difícil. Outeiriño pese a sus protestas de hiperglucemia y alusiones a Rosiña (pobre mujer) engulle con ímpetu de galeote  y yo, que he pedido un segundo café, me dedico a juguetear con la cucharilla mientras silbo La Cucaracha por lo bajini y pongo cara de organillero.  Terminado el dulce, mis contertulios se disponen a reanudar su pleito y yo que no soy un hispano medio y no aguanto bien las cosas de la burocracia me pongo a observar al personal que de desparrama por los veladores y la barra. En tiempos de Alipio Velas, tratante de ganado y colegial menor de San Bartolo de Cesteira, el café a media mañana era un templo silencioso con aromas a grano tostado y aguardiante viejo apenas poblado por dos gacetilleros viejos, un notario jubilado que leía el ABC y dos señoras de Zamora que venían a Madrid a ver a un pariente y hacían tiempo comiendo churros. En aquellos tiempos el humo azul del cigarro se enganchaba entre los brazos de las lámparas y ascendía hasta quedar prendido del artesonado como las  nubes que ciman las cumbres de Somosierra. Ahora el café a media mañana está habitado por una fauna diversa y de tono un poco triste. Cada uno con su aparatito electrónico correspondiente, remueven el café, sorben la infusión o el colacao y se ignoran con fruición muy moderna. La excepción son Pablo Tinajas y su sobrino Fulgencio que son fieles al As y al Aplausos y aprovechan su rato de asueto para comentar las glorias del balompié y las miserias del escalafón. Entre escusas y protestas de estima eterna y aprecio infinito Outeriño se retira. Jacinto que como ha quedado dicho es buena persona lo acompaña hasta la puerta. A su regreso Jacinto me pone al día. El bueno de Outeriño es primo de su mujer. Me quedo de piedra. Tras veinte años de conocer a Jacinto me entero de que amén de buena persona y genio del bombardino, Jacinto Oloroso es un hombre casado y por si fuera poco con una lucense (ya sabía yo...) de la misma patria chica que el inmortal Cunqueiro. El nexo de Jacinto con Mondoñedo por vía marital me sugiere mil y una ideas, el asunto amerita un relato breve, un bosquejo quizá algo borroso, incluso precipitado pero no por ello exento de pasión y gracia. Por un instante tengo la tentación de dejar el café y sentarme un rato en un banco bajo los floridos castaños a meditar y tratar de conectar las imágenes que bullen en mi maltrecho cerebro. Jacinto interrumpe mis meditaciones hablándome de su reciente excursión pajarera. Siguiendo las palabras del as del bombardino me traslado por unos instantes a la laguna de Gallocanta y me parece estar viendo las bandadas de chillonas grullas elevarse sobre el espejo de agua en mitad de la llanura, creo  distinguir el alborozo pajaril en mis oídos hasta que me doy cuenta de que se trata de mi teléfono móvil que debe llevar un rato sonando escondido en lo más profundo de un bolsillo. La realidad me llama, un cliente ha llamado molesto por los retrasos, una señora protesta airada reclamando, literalmente, un trato vip... dejo a Jacinto en el café entretenido en sus cosas, Jacinto es un tipo extraordinario, buena persona, as del bombardino, ornitólogo aficionado y sobre todo un tío listo, vive de su modesta mercería ajeno a los vaivenes de la modernidad. Saber vivir así y estar casado con una mindoniense de pura cepa son pruebas suficientes de que a Jacinto Oloroso hay que tomárselo muy en serio. No lo duden, hablamos de un tipo excepcional, de una buena persona.