sábado, 26 de septiembre de 2015

SUBASTA

Louis Carrogis dit Carmontelle, MONSIEUR DE MORNAY, GOUVERNEUR DE SAINT CLOUD.


Esta acuarela, que nos gusta mucho, se subasta afín de mes, junto con otras acuarelas de la misma serie y junto con muchos otros bienes de la familia Orléans. La subasta es el resultado final de una largo pleito en virtud del cual los hijos del Conde de París consiguieron recuperar los bienes muebles, más de doscientos, aportados por su padre a una fundación. Anulada por la justicia la aportación de los bienes a la fundación, estos vuelven a la familia, a los herederos del conde de París, que deciden subastarlos. Esta acuarela sale aproximadamente en 80.000 euros. Anímense que merece la pena, y darán ustedes una alegría a esta familia en su actual desmorone. Tal vez gracias a su aportación remonten el vuelo y les veamos pronto coronados de nuevo.


jueves, 24 de septiembre de 2015

CORAZONES INDOMABLES, John Ford (notas para una breve presentación).




Algo sobre John Ford

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¿Qué se puede decir sobre John Ford? Se han escrito libros enteros sobre él y sobre su cine. Para muchos es el maestro de maestros, aunque todavía hay quien cree que sólo es director de películas del oeste, y lo dicen como si el género de las películas del oeste fuera un género menor. Los que lo hacen desconocen que era ya un director famoso en la época del cine mudo, que acogió con entusiasmo tanto la llegada del sonido como la del color y que es el director (y a menudo inspirador, coguionista, productor, etc.) de películas como Qué verde era mi valle, El delator, Las uvas del ira o El hombre tranquilo. Su película Centauros del desierto es considerada por muchos como la mejor película de la historia del cine (esa es la opinión de Spielberg, por ejemplo). A Orson Welles le pidieron que citara a los tres mejores directores de cine para su gusto y contestó diciendo John Ford, John Ford y John Ford. Francis Ford Coppola, se puso el mismo el Ford de su apellido en homenaje al director.


Ford fue un norteamericano de primera generación, hijo de emigrantes irlandeses, nacido en la costa Oeste, en Maine en 1894. Su nombre era John Martin Feeney. Fue actor, director y productor, estuvo en activo durante 50 años llegando a dirigir… ¡140 películas! Su cine es de una enorme riqueza y en sus películas se superponen muchos planos, por lo que deben verse disfrutando de la infinidad de matices que encierran: la belleza visual, el bromazo con el que nos reponemos de la emoción de una escena anterior, la aventura, una mirada sobre la vida no exente de ternura y una cierta melancolía, todo ello expresado siempre de manera contenida, como al pasar, como sin querer, a través de personajes de inmensa personalidad. De él y de su cine se ha dicho que son los creadores de auténticos mitos, entendiéndose la palabra mito como historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal.



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 Algo sobre Corazones Indomables

Es una película del año 1939, originalmente en color. Fue la primera vez Ford rodó así. Fue un éxito de taquilla en su día, y estuvo nominada para dos premios Oscar. Su título original es Drums along the Mohawk, que podría traducirse como Tambores a lo largo del Mohawk. Mohawk es el nombre de un valle. Está basado en una novela, como muchos de los argumentos de Ford. La acción transcurre durante la guerra de independencia de los Estados Unidos.


Es a primera vista una película histórica, pero sólo a primera vista, ya que tal vez el contexto histórico es lo menos importante. Lo que realmente llega al espectador es la aventura, una buena historia bien contada, la narración de la vida de sus protagonistas, muy variada, en la que hay humor, amor, aventura, acción, suspense, pero por encima de todo la extraordinaria capacidad que tuvo John Ford para, en pocas escenas, conseguir que el espectador conozca mucho a los protagonistas de la historia. El espectador puede entender lo que les sucede, ponerse en su lugar y empatizar con ellos. Frente a muchas historias superficiales, sin gancho, por las que pasamos sin que nada nos llame la atención, la fuerza del guion de esta película y la forma en que se cuenta hacen que el espectador tenga la sensación de formar parte de la historia, de ver las cosas desde dentro, sonreirá, se reirá, se emocionará, y los más sensibles incluso soltarán una lagrimilla. Y esto es porque en el fondo, la película toca los temas esenciales de la vida: el amor, la muerte, la amistad, el odio, y los obstáculos que en la vida hay que afrontar.


Por esta razón, la película puede ser vista como la historia de un matrimonio y de la comunidad en la que se instala, dónde evolucionan personajes de enorme personalidad todos ellos, incluso los más secundarios, hasta el punto de que el contexto histórico puede pasar a un segundo plano. Esta es la razón por la que la historia que transcurre en un país lejano al nuestro y en el siglo XVIII sigue viva y puede emocionarnos, aún sin conocer nada apenas del contexto histórico. Esto es propio del cine de los grandes maestros. Por supuesto que la película tiene su aspecto histórico y que eso tiene su interés. Ford se interesó mucho por la historia de los Estados Unidos y eso puede verse en su cine, pero no parece lo esencial. Pero el argumento no bastaría por si solo si la película no estuviera bien narrada y bien interpretada.


El ritmo es ágil, en ocasiones hasta rápido. Las escenas en las que los personajes narran acontecimientos están magníficamente medidas y no resultan nunca largas [identificar alguna]. Aparecen los largos planos de Ford, en los que la cámara permanece quieta y los personajes se mueven en el plano [identificar alguna], los paisaje inmensos en los que el actor parece reducido poco menos que a nada ante la inmensidad del cielo o del llano, el uso clásico de las tomas desde abajo para agrandar al personaje, o desde arriba para empequeñecerlo [identificar alguna] y algunos primeros planos extraordinarios. Ford no abusa de primeros planos pero los que utiliza son magníficos [identificar cuales]. Hay una escena en particular muy hermosa, una de muchas, cuando la protagonista sigue a los soldados que parten… No desvelo más, pero lo cito para llamar la atención sobre la maravillosa forma de tratar la guerra desde la perspectiva de la esposa y a su vez observar como la forma en que se rueda la escena trata a la protagonista que va evolucionando hasta quedar de espaldas y hundida, filmada para ello desde encima [comentar la escena].


Los protagonistas son Henry Fonda, durante tiempo actor fetiche de Ford hasta que el choque de personalidades les distanció, y Claudette Colbert, actriz de origen francés que le fue impuesta a Ford para el rodaje, pero que sin embargo hizo un gran papel. Entre los secundarios, varios de los actores que durante años trabajaron una y otra vez con John Ford. Destaquemos a John Carradine (el hombre del parche), War Bond (el trampero guasón) y Arthur Shields (el reverendo). Como curiosidad, uno de los actores secundarios es el hermano mayor de John Ford, Francis. Pero sin duda, por encima de todos ellos destaca Edna May Oliver, interpretando a la señora McKlennar. Por este papel fue nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria.


Y un último apunte sobre la historia del rodaje. El año en que se rodó esta película Ford había rodado ya la Diligencia. En Corazones indomables debía figurar una primera batalla, pero no tuvieron tiempo de rodarla. Así que Ford utilizó la vuelta de Henry Fonda a casa, después del combate, para narrarla. Le tumbaron herido contra la pared y mientras filmaban Ford le hacía montones de preguntas sobre lo que había pasado y Henry Fonda las contestaba improvisando. Luego quitaron la voz de Ford y quedó la escena como puede verse ahora.
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