lunes, 27 de marzo de 2017

El tabaco habano.


El tabaco habano es un concentrador. En la sociedad de la interrupción, definida de esta manera por el Gran Polígrafo en su ensayo sobre Internet, el tabaco nos mantiene quietos durante una hora, o durante dos horas, dependiendo de la calidad y tamaño del tabaco seleccionado. Durante esas dos horas, la compañía tiene necesariamente que ser sosegada, no caben incomodidades ni agitaciones, y la preferida suele ser la del libro de papel, si es necesario con un lápiz encajado en la oreja, para las anotaciones. No hay enlaces dónde pinchar, no saltan las pantallas, no se clica ni se arrastra, no hay zumbidos ni destellos, sólo el humo azulón que sube formando volutas para perderse fuera del arco de luz que la lámpara de luz delimitada. El humo y el arco de luz forman por tanto una doble protección para el lector afortunadamente desconectado. Los vaivenes del fumar – acercar el cigarro al cenicero, arrancar la anilla, tal vez volver a encender, observar el color y la forma de las volutas de humo, permitirán levantar un momento los ojos de la lectura, y dejar que la mente vague un poco por lo leído, lo masque y le de unas vueltas, para seguir al momento el viaje por las páginas. Le ha quedado muy fino, oiga.

miércoles, 22 de marzo de 2017

De los diarios de Alcides Bergamota el Grande: nacional catetismo. Cortesía de Calvino de Liposthey.

A la vista de los acontecimientos que desde hace años predominan en nuestra vida pública –hoy recrudecidos- no será exagerado afirmar que una de las aportaciones de nuestro actual régimen político a la España contemporánea es la exaltación del cateto. Triunfan y son el gran modelo social a seguir los enanos mentales, los cretinos localistas, los tontos del pueblo. Vivimos en plena magnificación del paleto, en la elevación a los pedestres altares laicos de la mentecatez, de la hemiplejia mental, del garrulismo, de la pequeñez mental, de la cortedad de miras, de la miopía mental, intelectual. Se cultiva con ciega pasión y grandes exhibiciones de estupidez la planta raquítica y seca, que aunque esté muerta, si es autóctona no importa. Puede decirse que, subidos a la ola de grandes ínfulas y superioridad moral que caracterizan el estado actual de cosas (el pasado no existe o era un erial), hemos pasado del nacional catolicismo al regional catetismo.
Alcides Bergamota el Grande

martes, 21 de marzo de 2017

Desdoblamiento.

Antonio Alcalá Galiano en sus Recuerdos de un Anciano, al referirse a la ciudad de Cádiz comenta lo siguiente: “Era muy de notar entonces la falta de vulgo insolente y soez”. Esta cita nos gusta mucho y la utilizaremos más veces, para zaherir, como arma arrojadiza de afilada punta y cortante hoja. Ha salido el cepogordista hace poco del Hôtel de Chaulieu, al cerrar las páginas del tomete de Balzac que se está endilgando. Y sin apenas transición, de nuevo se encuentra sumergido en las miserias del tráfico mercantil. Baretos y polígonos sustituirán a los salones dónde ha evolucionado durante unas horas. Una voz: está usted completamente enfermo, perdiendo la razón. ¡Calle hombre déjeme en paz! Decíamos, antes de que nos interrumpiera este memo que todo se lo debe a sí mismo, que con nosotros seguían todavía presentes las páginas de Azorín a las que nos hemos asomado, y las de Julio Camba. Julio Camba. ¡Con la falta que nos haría usted ahora, don Julio, para retratar a su manera a toda esa tropa de ganapanes, gentuza, horteras, plumíferos, vendidos y bellacos que pueblan con descaro y ordinariez sin fin nuestra vida pública! ¡Un paquete de libros! ¿Hay algo más delicioso que abrirlo al amor de la lumbre -que pronto volveremos a encender-, con ayuda de la fina hoja con la que abrimos los cigarros seccionándoles la perilla? La otra voz da un paso atrás. Para esta tarea, la de abrir el paquete, es necesario el silencio, una luz baja, que la chimenea cante y que el protagonista vaya tocado con un gorro de lana con borla y se ría por lo bajini de satisfacción. ¡Pero oiga eso es el retrato de un avaro, de un vicioso! ¿Y a usted que le importa? ¡Largo de aquí! ¡Ji, ji, ji! Genaro García Migo, Emperador, es nuestro encuadernador. ¡Y tiene un oficio sin par, es un artista de la nervura, un orfebre de la letra en oro, la pasta española, el remate de tela, la holandesa de colores! ¿Y no se pone musiquilla para la ceremonia esa de abrir el paquete de libros? Pues claro que si oiga, claro que sí. Teniendo en cuenta que llevo gorro de lana y estoy al lado de la chimenea que crepita, que todavía es invierno, que la sala está en penumbra y que me río por lo bajini, ¿Qué música cree que me pongo? Pues oiga, no sé. ¡Pues sonatas para violonchelo tocadas por un grillo amaestrado! Lo guardo en una caja de cigarros de la Habana, transformada en hogar para el gríllido. Vive en ella como un rey en su palacio, envuelto en los olores de la hoja del tabaco que agudizan sus facultades musicales. Era bastante fácil y obvio. Usted perdone. No esperaba nada de usted. ¡Que genio oiga! A nosotros nos gustaría ser es señor pequeñito que describe Camba “(…) un hombrecillo débil y violento, uno de esos cascarrabias chiquirritines, con los ojos saltones y los bigotes revueltos, que asestan puñetazos heroicos a las mesas de los cafés y luego comienzan a dar gritos porque se han hecho daño (…)”, pero mire, ni eso siquiera oiga, siervos de las tascas maléficas.

lunes, 20 de marzo de 2017

Pipismo psicodélico y otras ilustraciones alrededor de la pipa de fumar.

Y además, de regalo, imagen de personaje grueso y refinado que no fuma. Todas las ilustraciones de pertenecen a la colección Cepo Gordo, en depósito en la Fundación Tato, dónde se exhiben las obras en aclamadas exposiciones temáticas temporales.


1. Pipismo psicodélido




2. Pipas de escaparate.




3. Gordo refinado, que mira de lado.




4. Varios, incluye a Daumier, Genaro García Mingo Emperador y Luna Inglesa.








sábado, 18 de marzo de 2017

Andar.

Cae la tarde dulzona y se pone lentamente un sol que ya es, sin reticencias, de primavera. Se han consumido los cigarros, que hoy eran inmensos, habaneros, aromáticos, de mecedora y porche de blancas columnas, de buganvillas sobre la pared enjalbegada. Cantan los mirlos.


El caminante recuerda ahora los kilómetros durante los cuales, a ratos, ha sido peregrino. Un peregrino intermitente, cansado, por momentos, revestido de una cáscara casi impenetrable de ansiedades, de prisa, de números e instrumentos, partido en mil fragmentos inconexos que deshacen a la persona. Moderno al fin y al cabo. El camino, de alguna manera, ha puesto por momentos un bálsamo de sosiego. Sólo pasos y el aire, los Cristos de las iglesias, la ventanas cerradas de los tapiales, el silencio de los pueblos, las hileras de chopos, un puente. Por encima de todo, aquella señora a la que pedimos las llaves de la Iglesia. Rafaela, vamos a decir, la señora Rafaela. ¡Si no veo hijo! nos contesta al darle los buenos días. Aunque es temprano está levantada, ha bajado a encender el fuego de la estufa para calentar la casa. La casa quieta y limpia, en aquél pueblo silencioso que desde hace años, siglos, se extiende alargado a los dos lados del Camino, el Camino del Santo que lleva a la Compostela de Galicia. Abríguese señora que hace frío. Si es que no encuentro el manto, por aquí lo tenía. La entrada está en penumbra, en la gran cocina los rescoldos de la estufa ya palpitan. El caminante, que a ratos, cuando se acuerda, es hasta peregrino, pide permiso para entrar. Déjeme señora que me parece que lo he visto. Rafaela es pequeña, casi diminuta, encogida por la edad, tiene unas facciones hermosas, la piel clara, los ojillos cansados, rodeados de arruguillas de perfecto dibujo. El caminante se adentra un poco en la casa. Mire aquí lo tiene. Si este es. Es un manto de lana negra con el que se cubre la señora Rafaela la cabeza y los hombros. Cruzamos la calle y abrimos la iglesia que está helada. No coja frío señora. ¡Si es que estoy sin peinar! No se preocupe que cuando terminemos yo la aviso para cerrar. La iglesia en penumbra se llena. Se reza el Rosario, un misterio gozoso. En la calle un puesto ambulante vende a la expedición lo que tiene, asombrado su dueño por la abundancia de gente a esas horas, por los niños que corretean por las calles del pueblo hasta hace poco vacío. A lo largo de la nave imágenes de la Virgen y de santos, modernas, sencillas, amorosamente vestidas con ropas cuidadas y de una blancura que enternece, adornadas de flores. Las señoras del pueblo seguramente. Se hace la luz de repente. El caminante, que ahora está reclinado, levanta la mirada y ve cómo sale de la sacristía la señora Rafaela, pequeña y a paso corto. Ha encendido las luces y se sienta en un banco de la segunda fila. Se ha cambiado, se ha peinado, lleva ahora el manto de lana sobre los hombros y sonríe. Casi no se la ve de lo pequeña. Guiña los ojos, ¡es que no veo hijo! El caminante se despide del pueblo, de la señora Rafaela, después de apagar con ella las luces del templo silencioso y de cerrar juntos la puerta al salir. Luego vendrá el párroco. ¡Buen camino, que lleguéis bien! ¡Uy toda esta gente! A cada paso, y aún ahora, el caminante lleva en la retina la imagen de los Cristos, de los tapiales mudos, de los pueblos silenciosos, de los páramos de la Tierra de Campos leonesa, perfilada por las hileras de chopos, del perfil, de un azul helado, a lo lejos, de los Picos de Europa. Y de la sonrisa de la señora Rafaela que nos abrió la Iglesia, casi de madrugada.

El Mundo


 EL TEMPLO











IMÁGENES DE LA ANTIGUA FE:
 


 SAN GERÓNIMO






Realismo... (San Juan escribiendo el Evangelio)

jueves, 9 de marzo de 2017

Vivir en Nava

Para que vamos a negarlo, vivir en Nava de Goliardos es una fuente constante de estímulos. Hace días que las mimosas han florecido anunciando la primavera. Pero sólo hoy han comenzado a soltar el embriagador perfume de sus flores, que atrae y marea a una tiempo, llenando las narices del paseante que instintivamente se despoja del abrigo y lo lleva bajo el brazo. Mimosas o tal vez la variedad de acacias que tanto se les parecen. Habría que contar los peristilos de las flores y oiga, no está uno para mancharse los dedos esta tarde. La mimosa no es otra que el aromo de las canciones de Atahualpa, las cantadas por Cafrune ya saben: …unos aromos en flor… La mimosa resulta que es australiana. Quien lo iba a decir. Los durillos parece que van más despacio, asoman las flores, pero todavía de un color pardo, esperamos a verlas blancas dentro de poco. Quiso Lentini Spotti invitarnos a una infusión de flores de durillo, pero no picamos. El durillo tiene como todas las plantas muchos nombres, un poco a la manera de Nava de Goliardos que es a veces Puebla de lo mismo. Nos gusta que pueda llamarse laurentina, o laurentino (¡que adecuado para los tiempos que corren!), durazno, laurel salvaje, laurel de los poetas. Hay otros nombre que nos gustan menos asi que no los mentamos. Pues yo tuve una perra que se llamaba Laurentina mire usted. Calle hombre, no siga por ese camino.

Como Mimosa y Durillo se conoce también a cierta parejita de Nava, que es escandalosa y se enciende con la primavera, a la sombra del durillo, al olor de los aromos en flor.

Pregunta Tato si ya es tiempo de declarar inaugurada la temporada oficial de musleo contemporáneo. La conclusión es que todavía es pronto, un poco de paciencia. Tiene que haber días grandiosos, no hay que exaltarse tan pronto, al primer atisbo, al primer gesto. Todo a su tiempo.

CARTELES DE SAN ISIDRO, GRAN REVUELO

Ya han salido los carteles de San Isidro. Me llegan rumores de que se ha liado el taco en Nava de Goliardos. ¡Gran revuelo! me dicen. Naturaca, como diría Plinio, lo normal es que la expectación, las ganas apenas aguantás de ver toro y faena se hayan desbordado en primicias y emociones. Como en cepogordo somos gente de más linaje que posibles y de más aptitud que medios (ya tienen frase pa criticar) no podemos afrontar la Feria de la forma que sería adecuada y razonable. Lo suyo sería tener ya habitaciones reservadas en el Wellington y dedicarnos en cuerpo y alma a la Feria. La Fiesta de los Toros requiere de serenidad y reflexión, de tiempo, mucho tiempo, para ir a los sorteos, para hablar con unos y con otros, para digerir las faenas, los detalles, los momentos. Para callar y escuchar, para ver y anotar, para pensar y dejar que las neuronas hagan su trabajo que consiste en ser las papilas gustativas del sublime y misterioso arte del toreo. Pues así estamos señores, compuestos y sin Wellington. En este nuevo ciclo isidril hay una semana que nos va a dejar secos como la mojama. Me refiero a la semana del 4 al 11 de junio que se presenta con un menú de toro-toro que a ningún aficionado consciente puede dejar indiferente, para beneficio del lector reproduzco el menú:

Domingo, 4.- Toros de Cuadri para Fernando Robleño, Javier  Castaño y José  Carlos Venegas.

Lunes, 5.- Toros de Dolores Aguirre para Rafael Rubio  "Rafaelillo", Alberto  Lamelas y Gómez del Pilar.

Martes, 6.- Toros de Victorino Martín para Diego Urdiales,  Alejandro  Talavante y Paco Ureña.

Viernes, 9.- Toros de Adolfo Martín para Antonio Ferrera,  Juan Bautista y  Manuel Escribano.

 Domingo, 11.- Toros de Miura para Rafael Rubio "Rafaelillo",  Dávila Miura y  Rubén Pinar.


¿Que les parece? Canela en rama, chocolate del fino, torrezno supremo. En fin "naide" se puede perder esas tardes que comienzan con los Cuadri y acaban con Los Miura. Palabras mayores. Oro puro de ganaderías portadoras de sensaciones inagotables.

No podremos afrontar esas fechas cumpliendo con la organización más deseable, pero sacaremos fuerzas de flaqueza y buscaremos los medios donde haya que buscarlos para asegurar nuestra presencia. No podemos dejar de ir a ver a los toros-toros, lo demás, saltos de rana y panzadas de animalista. ¡Vivan los Toros! ¡Viva La fiesta! ¡Arriba el campo! ¡Viva España!

miércoles, 8 de marzo de 2017

Crónicas de Nava. Fundación Tato.


Calvino de Liposthey rara vez encontraba resistencia a su labor de cronista local. Se dedicaba a recabar los pequeños hechos de la localidad, a retratar a sus habitantes y a profundizar en la vida de los más egregios, en particular en la personalidad sin par y obra singular del gran Alcides Bergamota, eximio polígrafo. Contaba para ello con los papeles del escritor y con el archivo de Doroteo, de una riqueza inexplorada, dónde podían encontrarse las más variadas noticias sobre Nava de Goliardos, la villa y sus habitantes. Pero como en toda labor surge siempre un pero, la hormiga amanuense que era Liposthey, armado de plumín y libreta, mitones y bufanda, encontraba resistencia tenaz, evasivas y silencios, al arrimar su curiosidad a la Fundación Tato para Varones Desahuciados. Era consciente de no poder acceder a la documentación clínica de los pacientes, ni al listado de los que en algún momento habían ingresado para tratarse de ofensas, humillaciones, persecuciones y vejaciones de todo orden. Pero sabía de la existencia de una suerte de diario, una especie de cuaderno de bitácora, dónde, de manera constante y puntillosa Tato consignaba el día a día de la Fundación, lo que incluía no pocas referencias, al parecer, a los distintos casos que por allí pasaban. Eso aseguraban al menos las fuentes que discretamente informaban a Liposthey, sin por ello traicionar la confianza de Tato ni su deber de lealtad con la Fundación. En realidad se habían limitado a comentar que, efectivamente, todas las tardes entre semana, a la hora en que se hacía el cambio de turno y llegaba el personal de guardia, Tato se recogía en su despacho provisto de un pequeño paquete de caramelos de violeta. Eran esos caramelos, al parecer, el indicio de que se disponía a escribir, pues avanzaba por el pasillo hacia el despacho chupando un puñado con fruición y despidiendo sólo con un gesto breve a los que se iban, al no poder articular palabra. El hecho de llevar bajo el brazo cierto particular cuaderno, grueso, de buena encuadernación, con nervuras doradas, con aire de haber sido encargado a medida, era también indicio de que se acercaba el momento de escribir. Eso apuntaba al menos el informador más sagaz.

Tato se instalaba en su gran mesa y se reconcentraba sobre el cuaderno, rascando página tras página. Para poder atender a los imprevistos que pudieran surgir, la puerta quedaba entreabierta y Tato a disposición del personal, aunque por la hora reinaba por lo general un gran silencio únicamente turbado por Paqui la asistenta que barría, recogía papeleras, fregaba los suelos y, a la menor oportunidad, daba todo el palique posible al personal de guardia.

La puerta entreabierta era también una medida de seguridad impuesta por el patronato de la Fundación, después de realizar una sesuda y muy cara consulta a un conocido despacho de abogados para determinar las normas de régimen interno más convenientes. G. Provecto, Migraña & Sinclair Abogados, S.L.P. había recomendado expresamente, y pese a la descripción que se les había facilitado de Paqui, que se evitara que el personal de dirección o los patronos, quedaran encerrados en un despacho con cualquier subordinado, empleado o colaborador de la Fundación. La jurisprudencia más reciente consideraba esa situación, el encierro sin testigos, como la ocasión que pintan calva, como el momento propicio para dar rienda suelta a los mayores abusos, las más sórdidas tentaciones, la más desenfrenada y vil lujuria

- ¿Pero incluso con Paqui, con lo decrépita que está?
- Por supuesto, que tendrá que ver la decrepitud con el abuso y el ánimo lujurioso.
- ¿Pero oiga por quien me toma?
- No se irrite, que el consejo es genérico, nada personal. Usted verá.

Se aseguraba que, al abstraerse sobre el cuaderno con la boca llena de caramelos de violeta, Tato se reconcentraba de tal manera al anotar los casos que pasaban por la Fundación que se le escapaba, al describir los más fuertes, un hilo de baba morada. Un hilo cárdeno a veces, una pequeña mancha violácea otras. Todo lo absorbía sin dificultad el grueso papel del gran cuaderno secreto, de sin par calidad, la baba de violeta y las narraciones de Tato.

LOS RUMBEROS FAMOSOS.

De una carta a los lectores dirigida al Heraldo de Nava, contestada con evasivas por el Eximio Polígrafo.


Mucha sensibilidad, mucha palabrería pero en estas páginas no se ha dicho nada de José Alfredo Jiménez, de Toña la Negra, de Beny Moré, de Pedro Infante, de la Sonora Matancera, de Agustín Lara, de Jorge Negrete, de Omara Portuondo, de Lola Beltrán, de Chavela Vargas, de Bola de Nieve, de José Larralde, de Cafrune, y Manzanero, y la gorda Mercedes Sosa y Soledad Bravo, y no sigo…".


Un amable lector nos hace el reproche anterior, que hemos transcrito de la carta que amablemente nos envía. Tiene cierta razón, hemos guardado silencio, pero no por ignorancia, sino por pudor, porque evocar el mundo de los rumberos famosos es acercarse peligrosamente al terreno de las confesiones personales.

¿Es lícito hablar de la devoción del gran Bergamota por ese gran poeta que fue el autor de La media vuelta y de Un mundo raro? ¿Podemos referirnos sin ser indiscretos a ciertas francachelas que acababan sistemáticamente coronadas por un repertorio de corridos, rancheras, coplillas flamencas, payadas gauchas, habaneras, sones, todos ellos coronados por El Rey entonado a coro?

¿Podemos decir sin que se nos eche encima toda la gentuza –estamos un poco cansados de la gentuza- que una de las canciones que habitualmente tararea Doroteo, cuando ordena la biblioteca, cuando bruñe los aceros de las panoplias, cuando pavona los metales herrumbroso de la vieja colección de arreos, es Caminito español, de Atahualpa Yupanqi, en la versión de Cafrune? ¿Podemos decir que la condesa se emociona y suelta una lágrima cada vez que muere el canario del indio Marito?

¿Cabe mencionar el son, la gracia, la sandunga con que El Amigo Pulardo baila el danzón, la guaracha, el cha cha chá, el bolero más apasionado? ¿Podemos describir la agilidad de sus pies pequeños, la soltura de su inmenso talle, la gracia de su pasito adelante y pasito atrás, asidas las maninas a las caderas firmes de las negronas rumberas?

¿Y las tonadas y payadas a la luz de la luna, con la guitarra, con el habano encendido, con el poncho pampeano, con las espuelas de fierro, con las correas blancas de piel de gato -¡fíjense ustedes, piel de gato!-, con el sombrero de ala ancha, la calzona, la chaquetilla corta, el boto, con el sombrerote charro, el bigote charro y las chaparreras charras, con la soga de enlazar, con las melodías llaneras? ¿No es esto una provocación, no es esto como confesar que España no es sólo España sino que realmente se proyectó allí donde arribaron las naves y los hombres, incorporando aquellos lares a sí misma y quedándose ella allí, en fecunda creación? ¡Oiga no se caliente! No estamos seguros, tal vez un día, oiga usted. Mientras nos decidimos a ello, les dejamos con la copla.

 

Caminito español

Atahualpa Yupanqui

Por un camino de España,

camina mi corazón,

antes no se conocían,

ahora son amigos los dos.

Por un camino de España,

camina mi corazón.

A veces bajo la luna,

como una conversación,

entre el mar y los pinares,

va cantando el corazón.

A veces bajo la luna,

como una conversación.

Habla de pampas lejanas,

de unos aromos en flor,

de algún caballo perdido,

que en esas tierras quedó.

Habla de pampas lejanas,

de unos aromos en flor.

Como en los libros sagrados,

hay un tiempo de sazón,

vivían sin encontrarse,

hoy son amigos los dos.

Un corazón argentino,

y un caminito español.

 

El camino nunca es triste,

lo entristece la canción,

si el caminante le cuenta,

sus desvelos, su pasión.

 

El camino nunca es triste,

lo entristece la canción.

 

El día en que se separen,

que no se digan adiós,

el camino en su paisaje,

y sin rumbo el corazón.

 

El día en que se separen,

que no se digan adiós.

Hermoso amor sin olvido,

es la amistad de los dos.

 

Hermoso amor sin olvido,

es la amistad de los dos.

 

De un corazón argentino,

y un caminito español.

 

De un corazón argentino,

y un caminito español

lunes, 6 de marzo de 2017

SEXOS, lectura recomendada a melindres y bienpensantes

No siendo sospechoso de alineamiento ideológico con el autor, en puro acto de honradez intelectual me permito compartir con los amables lectores cepogordistas el artículo que publicó ayer en el ABC el señor Jon Juaristi.

Este artículo debería de ser de obligada lectura en el próximo Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopa y en todos y cada uno de los hogares dónde se ha implantado con dolorosa eficacia el buenismo de la nada.

Lo único reprochable al autor es que yerra al hablar de "derecha católica" tal cosa no existe, al menos en el parlamento español. Todas las opciones políticas  que se han presentado a las elecciones con un marchamo de humanismo cristiano  (desde el lejano escaño de Blas Piñar hasta hoy) han fracasado. 

La mal calificada "derecha sociológica" anda ayuna de lecturas y de ideas. Leer y pensar es para progres. Los "nuestros" a las cosas del dinero y de la "gestión", que eso es lo que importa para el progreso, lo de la batalla intelectual es un coñazo. ¡Que texto tan largo! Abrevia, macho que empieza el fútbol. 

Españoles católicos y sanos hay muchos. Que toquen poder y alfombra, ninguno o casi ninguno. Mientras las huestes bienpensantes se desgarran las vestiduras y se van a Zara a comprarse el repuesto.

¡Que razón tiene Alcides Bergamota, ésto sólo se arregla con letra de palo!



JON JUARISTI – ABC – 

SEXOS

05/03/17

 La derecha católica no para de tropezar en las trampas retóricas del enemigo.
Imaginemos que a un cura (o a una monja) le pescan un diario íntimo donde ha escrito lo siguiente: «La he visto cambiar de verano en verano, alegrándole la vista al prójimo retozando en la piscina de su barrio (….). La vi de bebé, ricitos de oro, el pañal abultándole el culete bajo el biquini. La vi de niña chicazo, melenita de paje, culotes de colorines y tetillas al aire». Le caería la del pulpo, ¿a que sí? Pero, como lo ha escrito Luz Sánchez-Mellado en «El País» del 2 de marzo («El “odiobús”»), me guardaré lo que pienso, no vayan a empapelarme.
La derecha católica no espabila. No se entera (o finge no enterarse) de que vive en un continente y en un país donde se persigue al cristianismo. No como en la Casa del Islam, donde matan directa y masivamente a los cristianos, sino de forma más artera, proscribiendo democráticamente el uso cristiano de la razón (o sea, el uso de razón), lo que no ha resultado difícil, porque el anticristianismo es una fobia mucho más extendida hoy que el antisemitismo en los años treinta, y participan de ella masas imponibles y anónimas, figuras del espectáculo y del deporte, jueces, fiscales, políticos de izquierda, derecha y centro, y macarras con pene o vulva y mando en plaza.
Y como no entiende nada, como ha reducido la fe de sus padres a moralismo y es incapaz de ver cómo está el patio y de dar una verdadera batalla política e intelectual, la derecha católica se deja entrampar en los carajales retóricos del enemigo e imita sus mismas tácticas (las de la campaña del Bus Ateo de 2009, por ejemplo) sin comprender que si de niños, penes, vulvas, publicidad mural y autobuses se trata, tiene todas las de perder, porque tendrá que explicarse y no sabrá hacerlo y acabará sacando el espantajo de una «inquisición gay», cuando lo que tiene enfrente es el mundo, la doxa, el resentimiento socializado, la banalidad del mal y un nihilismo sentimental y tóxico que utiliza a los niños como elemento patético.
¡Ah, el viejo Michel Foucault! ¡Cómo adivinó que la modernidad no exigía reprimir la propia sexualidad, sino confesarla y describirla públicamente, viniera o no a cuento! Los únicos que se habrían escaqueado hasta ahora de esa obligación serían los niños. Su silencio era lo que nos separaba todavía de la granja aviar y del gran barullo del gallinero humano entregado a una interminable pornolalia. Para que el niño confesara su deseo de vulva o pene era imprescindible el especialista que discerniera el sexo en lo que el niño dice y da a entender y no en lo que el cuerpo muestra.
Pero ya ha llegado, ya está aquí. Había que dar la puntilla a Dios, que «macho y hembra los creó» (Génesis, 1, 27), intolerable intromisión en los derechos animales de la especie y origen por tanto de la lengua fascista que nos ha obligado a hablar de niños con pene y niñas con vulva. Gracias a Dios, Dios ha muerto, y viva el sexador de pollos.
Si dijéramos que hay españoles con pene y españoles con vulva, podrían adscribirse a dicho sujeto político y nivelarse en la igualdad ante la ley tantos sexos culturales como los que distinguía Lawrence Durrell en la muchedumbre alejandrina. O más. Pero los mismos que se cargaron la inclusividad del género gramatical en aras del género biológico y de la distinción entre penes y vulvas (españoles y españolas, madrileños y madrileñas, vascos y vascas) se esfuerzan ahora en abolir esta última e imponer la de españoles con pene, españoles con vulva, españolas con vulva y españolas con pene. Así hasta que se aburran e inventen otra. ¿Cuántos sexos hay?, pregunta O’Brien a Winston. Dos, responde Winston. Error, dice O’Brien, y la aguja llega a mil novecientos ochenta y cuatro.
JON JUARISTI – ABC – 05/03/17

DE LOS FALSOS OFENDIDOS

Yo creía que con Mariano y su Banda del Empastre por un un lado y su monaguillo Iglesias por el otro, ya teníamos cumplido el escalafón cómico del teatrillo político. 

No es así, he de reconocerles que me equivocaba por completo y de mi error me han sacado los señores de Ciudadanos que en últimas fechas están haciendo denodados esfuerzos por unirse al reparto y de continuar con semejante progreso habrá que darles un papel protagonista.

Primero tenemos el asunto del califa murciano y su imputación.

Aquí, los señores de Ciudadanos se dedican a darnos la matraca todo el santo día con una especie de política de manos blancas muy del tono y fuste de la señorita pepis. 

Si hijos, ¡Si! Que ya nos hemos enterado de que sois buenísimos y transparentísimos y que representáis el azote de los corruptos, el espanto de los golfos, el martillo de los torcidos y la guadaña de los mangantes. 

¡Muy bien! Ya tenéis el diez en conducta ¿Y ahora qué? 

¿Vais a poner en el gobierno de Murcia al PSOE (como en Andalucia) para que los pobres huertanos tengan que sufrir las mil y un perrerías que un gobierno de PSOE/Podemos podrían ejecutar en poco tiempo.

Os sugiero que meditéis porque con esa estrategia de anti-política de empollón en el aula de la sagrada democracia vais a terminar por recoger cuatro votos, incluyendo familiares, amigos y deudos.

En otro frente y para demostrar que Ciudadanos puede interpretar casi cualquier repertorio, se ponen en falsete de unos, grandes y libres y ahuecándose como palomo pre-nupcial e informan a la audiencia que tienen previsto presentar una denuncia ante la Unión Europea a cuenta del infame y memo programa  Euskalduna naiz eta zu? emitido por la EITB.

Pero vamos a ver, ¿quien ha entrenado a estos galgos? ¿Dónde van y hacia dónde corren?

En primer lugar, no veo qué pinta la Unión Europea opinando de asuntos internos de España. A mi lo que opinen en Bruselas, Estrasburgo y Vladivostok del tema me la trae completamente al pairo. 

Esa iniciativa está muy en la línea antes apuntada del empollón que "se chiva" de que un condiscípulo le ha mentado a la hermana o le ha llamado "lila".

En segundo lugar, el programa en cuestión no es sino una consecuencia de la nefasta política seguida desde hace muchas décadas en torno al mal llamado "problema vasco": cesión educativa, entronización de la mentira, ocultación de historia, tradiciones y símbolos, etc... 

Ciudadanos es un partido "nuevo" pero se ha unido con armas y bagajes al error pretérito; aplicación de la Ley de memoria histórica por poner un ejemplo.

Tercero, las opiniones vertidas en el programa de marras y el guión del mismo no ofenden a los españoles, ofenden a la inteligencia y al buen gusto. ¿pero han visto ustedes la catadura personal e intelectual de los convocados a dar su opinión? 

Como dijo el otro día un magistrado en excedencia en un programa de televisión "El código penal no es el bálsamo de fierabrás" y tenía toda la razón.

Si "cagarse" en la madre de Dios no es una ofensa a los sentimientos religiosos, decir que los españoles son unos catetos o que la marcha real da ganas de vomitar tampoco va a considerarse penalmente relevante. Al tiempo.

En los últimos años en España se han quemado banderas, retratos del rey. Estando ministros del Reino presentes se ha tapado el busto del rey en un acto en parlamento autonómico, se ha abucheado el himno nacional repetidas veces, etc...

¿Ha pasado algo? No.

¿El gobierno de turno ha hecho algo? No.

¿La ley vigente ha servido para gran cosa? No.

Entonces ¿Qué?

Lo que hay que enmendar no se enmienda, lo que hay que quitar no se quita, lo que hay que edificar no se edifica. Resultado, el que vemos.

A mi todo este espanto y toda esta bulla falsa me cansan y me asquean. Menos hacerse los ofendidos y más darle a la mollera y al trabajo.

No creen en nada, no tienen nada en la cabeza, no han meditado nada, no quieren conocer la Historia ni estudiar la teoría general del Derecho, sólo quieren aparentar, salir en la foto, quedar bien, ser salvapatrias de cartón piedra, rellenadores de horarios televisivos, monosabios de akelarres democráticos, adoradores de la secta de la santa urna y del pesebre público.

Al próximo que me hable de la constitución le voy a regalar una caja de supositorios. Jamás se conoció un pueblo que adore más la norma positiva y acepte de tan buen grado un estado de injusticia y desarme del Derecho.

¿De que constitución hablan si todo el edificio que sostenía el sistema ha sido minuciosamente demolido?

Volvemos al mismo problema que en la II República y en tantas otras situaciones de nuestra larga y fecunda Historia, los políticos están muy por debajo del administrado, no hay nivel, solo falsas imágenes y regüeldos fríos, con la carita p'a un lao, que no te vean el lado malo.  

domingo, 5 de marzo de 2017

PASEO ARBITRARIO

Honorato de Balzac muere en 1850, tenía sólo cincuenta y un años. 1850 es el año en que nace el gran Mopas, es decir Guy de Maupassant, cuyos cuentos son sólo comparables a los del ruso Chejov, quizá el maestro del género. Chejov es unos años más joven que Mopas, pues nace en 1860. Maupassant muere muy joven, a la misa edad que Gógol, con cuarenta y tres años, en 1893. Gógol en 1852. Chejov con cuarenta y cuatro en 1906.

Contemporáneo de Balzac es Henri Beyle, Stendhal. Los dos habían nacido en el siglo XVIII. Victor Hugo en 1802. Que poca gente ha leído realmente Los miserables. La gente va al cine y se cree que lo ha leído. Así son las cosas. Stendhal tiene treinta y dos años en 1815, cuando ocurren la vuelta del Ogro durante los cien días, Waterloo y el nacimiento de Anthony Trollope. El malvado Thénardier saquea los cadáveres de la batalla, manosea a los coraceros muertos, roba relojes –esos relojes con retratos en miniatura y mechones de pelo de recuerdo- y arranca piezas dentales. Balzac que había nacido en 1799 tiene dieciséis, Dickens es un niño de tres años pues nace en 1812. El año anterior había nacido Thackeray.

Nicolás Gógol, viene a ser de la quinta de Stendhal y de Balzac, aunque más joven que el primero, le separan sólo unos años del segundo pues Gogol es de 1809. Es como un eslabón que enlaza a los dos franceses con los dos ingleses. Muere en 1852, dos años después de Balzac. Escriben por tanto en la misma época. Las Brontë aprietan siguiéndoles de cerca, pues Charlotte (Juana Eyre) es de 1816 y Emily (Cumbres Borrascosas) de 1818, como Iván Turgueniev, autor de los extraordinarios Diarios de un cazador. Gustavo Flaubert nace en 1821 y Juan Valera en el 24. Son plenamente coetáneos, aunque Valera sobrevive muchos años al autor de Madama Bovary y tendrá tiempo de ser el descubridor de Rubén Darío, pues llega al siglo XX. Muere en 1905, con ochenta y un años. Flaubert había muerto en 1880 con cincuenta y nueve. Turgueniev en 1883 con sesenta y cinco. Tolstoi que había nacido en 1828 les sobrevive a todos. Muere en 1910, a la edad de ochenta y dos años, uno más que Valera.

Bécquer y Rosalía de Castro nacen en el mismo año, 1837. Rimas y leyendas, Cantares gallegos... En 1839, en el Brasil, nace Joaquim Machado de Assis, que publicará Los papeles de Casa Velha en 1885 y vivirá hasta 1908.

En la década del cuarenta nacen José María Eça de Queiroz, quizá el más grande de todos los novelistas, en 1845; el extraordinario Galdós - Fortunata y Jacinta, Misericordia, La desheredada, los Episodios…-, en 1843, el mismo año que Henry James, y Zola en 1840. En la del cincuenta doña Emilia, 1851; Clarín, 1852; Maupassant, ya lo hemos dicho, 1850 y Conrad, 1857. Décadas prodigiosas, inagotable vivero de lecturas. Todos ellos salvo Maupassant llegarán al siglo XX. Queiroz por los pelos pues muere en 1900 con apenas cincuenta y cuatro años, La ilustre casa de Ramires, La ciudad y las sierras, Alves y compañía, La capital y un sinfín de crónicas sobre sus estancias fuera de Portugal se publican póstumamente. Para Valle-Inclán habrá que esperar a 1866.

Los Papeles Póstumos del Club Picwick - por los que sentimos absoluta predilección- y Oliverio Twist se publican entre 1836 y 1838. La Cartuja de Parma se publica en 1839, Madama Bovary en 1856, Los Miserables en 1862; Guerra y Paz en 1869, Ana Karenina en 1875; La Regenta en 1884 y 1885, un tomo cada año. 1887 es un año extraordinario, pues se publican Fortunata y Jacinta, la Reliquia, Los Pazos de Ulloa y La Madre Naturaleza. Los Maia en 1888. Tío Vania en 1897. Lord Jim entre 1899 y 1900.

La Comedia Humana se escribe sin descanso, hasta la extenuación, entre 1829 y 1850. Balzac nos dice en el prólogo hablando del escritor: “Pocas obras resultan en mucho amor propio, mucho trabajo resulta en una infinita modestia”.

Hasta aquí.