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domingo, 5 de noviembre de 2017

LA INCOGNITA CATALANA

La arriesgada decisión del ejecutivo de Mariano Rajoy al convocar elecciones autonómicas en Cataluña el 21 de Diciembre de 2017 supone tomar un riesgo sumamente difícil de calibrar.
 
Si bien la aplicación del artículo 155 era una necesidad imperiosa, la forma en la qué se está aplicando y las medidas que se han anunciado invitan a pensar que la situación social y política en Cataluña no será la mejor para la celebración de unos comicios electorales cuya trascendencia para el futuro de la política catalana y española resulta decisiva.
 
Sin contar con datos, que no están disponibles ni parece que vayan a ser desvelados próximamente, es imposible explicar con certeza cuales han sido los motivos que han sustentado tan arriesgada decisión.
 
Conociendo la mentalidad de Rajoy y la catadura de sus colaboradores el asunto huele francamente mal y sobre todo el asunto planea una nube de hediondo compadreo cuyos resultados pueden ser fatales para el futuro de España tal y como la hemos conocido hasta ahora.
 
Cataluña sigue descontrolada y los políticos persisten en su espiral de  difusión de mentiras,  proclamas alucinadas y el sostenimiento de posturas irresponsables.
 
La entrega de los principales medios de comunicación a la causa separatista no ha sido abordada por el gobierno y la libertad de acción de partidos y organizaciones independentistas (CUP, Esquerra, PDCat, ANC, Ómnium, En Comú etc.) cuya ilegalización debería haberse instado hace mucho tiempo suponen un altísimo riesgo para el normal desarrollo de un proceso electoral, que lejos de ser solución puede convertirse en un nuevo hito en la escalada de destrucción de la cohesión nacional.
 
Para los ciudadanos con un mínimo de sentido común y conciencia histórica y política la situación actual es simplemente incomprensible.
 
La situación de Cataluña requería medidas de mucho mayor calado y profundidad: recorte de competencias, interrupción de actividades antiespañolas de las administraciones regionales y locales, reconducción de los desafueros en la educación y la difusión cultural, desconexión del entramado de entes pseudo-culturales e intervención de medios de comunicación por citar algunas de las más obvias y urgentes.
 
Nada de eso se ha hecho y no parece que de aquí al 21 de Diciembre se vayan a adoptar medidas adicionales a las ya anunciadas por el ejecutivo.
 
Esta delirante dejación de funciones hace que uno piense que no nos encontramos ante un caso de buenísimo ni tan siquiera de ceguera política, sino ante algo mucho peor, que no es otra cosa que una suerte de nuevo pactismo de cuño mundialista dirigido a conducirnos hasta un nuevo escenario de impredecibles consecuencias.
 
En esta nueva encrucijada de la Historia de España, la única institución que ha operado según lo que la justicia y el honor le requerían es la corona.
 
Dejando de lado las veleidades republicanas de unos y los garantismos legales de otros, la realidad es que el único que ha dado la cara ha sido el Rey. Su intervención ha sido el detonante de la reacción popular de un pueblo ahíto de las debilidades y trampas de los políticos profesionales.
 
El pueblo español no merece a los débiles y tramposos actores que gestionan su política.
 
La historieta de la saga-fuga de Puigdemont y el papelón de la Autoridad son un buen ejemplo de que algo está pasando. Algo que nos ocultan y que no podemos ver pero sí oler. Y huele muy mal.
 
Ni teorías de la conspiración ni gaitas. O existe un plan oculto del que son parte los partidos y los poderes varios o nos enfrentamos al mayor caso de estupidez y debilidad que quepa imaginarse.
 
¿Estamos asistiendo a nueva vuelta de tuerca para desmontar la España post-Franco?
 
¿Es éste el preludio de la liquidación del pacto-consenso del 78?
 
No disponemos de certezas pero los hechos que se van conociendo, las acciones y aún más importante las omisiones nos hacen sospechar que algo muy grave se está cocinando de espaldas al público que asiste atónito, cabreado y triste al lamentable espectáculo que cada día se nos ofrece por parte de la "clase política" y sus ramificaciones mediáticas y económicas.
 
El asunto catalán se ha convertido en una incógnita que muy a nuestro pesar puede arrojar un resultado catastrófico.
 
¿Seremos capaces de despejar la incógnita y enfrentarnos a las amenazas que la misma nos depare?
 

miércoles, 18 de octubre de 2017

¿Dónde esta nuestro Valle-Inclán? Más sobre el ASUNTO, que le vamos a hacer. Esta vez sobre este gobierno de capones que es el español.


La vicepresidenta del gobierno español ayer respecto del asunto Catalán y de la respuesta dada por Puigdemon: "Nadie ha tenido tan fácil una respuesta y nadie ha tenido tan fácil evitar que se aplique la Constitución". Esta mañana el presidente del Gobierno, en la misma línea, decía durante la sesión de control lo siguiente: “Va a obligar al Gobierno a tomar decisiones que sería mejor no hacerlas nunca.” Esto es lo que queda de nuestro estado de derecho. Esta señora y este señor son la encarnación andante de un esperpento de Valle-Inclán. Si el autor de Farsa y licencia de la reina castiza estuviera vivo, el asunto catalán sería un inagotable vivero para la sátira más salvaje. Con una diferencia seguramente: Alguna ley se aplicaría al autor para no dejarle publicar el esperpento. Tablado de marionetas para escarnio del despreciado vulgo (que somos los que estamos fuera del sistema de partidos); Farsa y desparpajo del gobierno flan; Comedias de bárbaros diálogos o Escenas bufas de una democracia fallida.
¿No habrá ningún ministro que avergonzado presente su dimisión? ¿No habrá ningún ministro, ningún dirigente del partido que alce la voz ante lo que vimos ayer, el PP impidiendo que se aprobara la propuesta de Ciudadanos contra el adoctinamiento en el sistema educativo catalán mientras los radicales del congreso –catalanes y PNV- hacían cortes de manga y daban lecciones de moralina?

Porque esto ya no es un problema catalán, o de Cataluña. Gente que se salte la ley siempre habrá. Lo extraordinario es ver a todos estos ministros funcionarios, registradores de la propiedad, abogados del estado, jueces, empeñados en no cumplir la ley y en no hacerla cumplir, negociando bajo cuerda, amigos del chanchullo más infame, utilizando expresiones como "volver a la legalidad" como si el reo de un delito penal pudiera simplemente dar marcha atrás, como si no hubiera pasado nada, y, en definitiva, riéndose de nosotros y haciendo trizas el estado de derecho. Todos estos funcionarios-juristas olvidando que los nacionalistas en Cataluña son una minoría, razonando como si por boca de los radicales hablara la región en su conjunto, como si fuera Cataluña el sujeto de derechos y no cada catalán, individualmente, por su condición de español. No estamos desde hace mucho ante un problema catalán, sino ante un problema español, de derrumbe del sistema. Lo primero las clientelas y el pesebre, la partitocracia a cualquier precio, preservar el tinglado como sea. Y al español de a pie, ni caso, aunque salgamos a miles a la calle.

Para el Heraldo de Nava,
Genaro García Mingo Emperador

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA JERARQUIA RENDIDA

El miércoles 27 de septiembre de 2017 el Presidente de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Ricardo Blázquez Pérez, dió lectura a un declaración titulada "Declaración de la Comisión Permanente ante la situación en Cataluña". El contenido de la declaración y un vídeo de la comparecencia pueden consultarse en:_http://www.conferenciaepiscopal.es/declaracion-la-comision-permanente-ante-la-situacion-cataluna/

Para un católico español la lectura de la declaración es causa de profunda confusión y dolor.

Ante el envite más serio al que se enfrenta España desde los tiempos de la revolución frente-populista en la que desembocó la Segunda República, la jerarquía de la Iglesia en España se manifiesta adoptando una posición de total sumisión y entrega a los postulados de aquellos que no respetan las leyes que ellos mismos se han dado y que perturban la convivencia social tratando de doblegar la realidad para acomodarla a sus visiones destructivas.

La declaración no solamente supone una toma de posición que deja en total desamparo a un número no pequeño de fieles en toda España y particularmente en Cataluña, sino que contiene juicios falsos.

Conviene detenerse en cada uno de los puntos ya que, lamentablemente, el documento no tiene desperdicio:
  1. Ante la grave situación que se vive en Cataluña, con gran preocupación en el resto de España, los obispos queremos en primer lugar hacer nuestros los deseos y sentimientos manifestados recientemente de forma conjunta por los obispos con sede en el territorio de Cataluña, auténticos representantes de sus diócesis.
Según el primer punto, la Comisión Permanente hace suyos los deseos y sentimientos manifestados por los obispos catalanes, lo cual entiendo se refiere (como más adelante aclaran) a la nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense publicada el 20 de septiembre de 2017. En esa nota, los obispos con sede en Cataluña, defendían el diálogo y se ofrecían a ayudar por el bien de su pueblo. En la lengua de Cervantes, esto quiere decir que los obispos catalanes y, por ende, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, entienden que el "momento delicado" que vive Cataluña debe abordarse mediante el entendimiento y el diálogo, sin entrar a hablar de en que consiste el "momento delicado" que no es otra cosa que un golpe de Estado, gestado, preparado y animado por un buen número de cargos electos y funcionarios que han abjurado de su responsabilidad y por tanto actúan desde la más flagrante ilegalidad.
La negociación y el diálogo sólo pueden establecerse en un marco de exquisito respeto a las reglas que se han pactado. En caso contrario no hay diálogo sino imposición.
La frase final no deja de tener su importancia ya que supone una suerte de descargo de responsabilidad. Los obispos catalanes son los auténticos representantes de su diócesis, es decir, que la Conferencia Episcopal Española no tiene mayor cosa que decir ya que los auténticos representantes ya han trazado la línea de demarcación en esta cuestión.
Desconozco el sentido que han querido dar a esa frase los redactores de la declaración, pero lo que se entiende es que lo que digan los obispos catalanes bien dicho está ya que son ellos los representantes de su diócesis y esto implica que la responsabilidad a la hora de opinar en este asunto es suya.
  1. En especial invitamos a la oración por quienes en este momento difícil “tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común y de la convivencia social”, a fin de que todos seamos guiados “por la sensatez, y el deseo de ser justos y fraternos”, y con responsabilidad “avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y a las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz” (Comunicado. Obs. Cataluña. 20-9-2017).
Por si no hubiera quedado suficientemente claro, en el segundo punto, reiteran su alineamiento con los postulados de los obispos catalanes.
La justicia y la fraternidad son, justamente, los principios que los golpistas han conculcado desde el momento en que no han respetado las leyes ni los dictámenes de los tribunales y están actuando contra el principio de convivencia en la patria común que es exigible a todos los españoles.
Si los miembros de la Comisión Permanente están informados de la realidad de lo que acontece hoy en Cataluña, no creo que entiendan que los que agreden y amenazan a funcionarios públicos, cargos electos y ciudadanos de a pie estén motivados por ningún deseo de pacífica convivencia.
  1. En estos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común de todos, como señala la Doctrina Social de la Iglesia. El papa Francisco nos indica que “es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 239).
 Resulta particularmente interesante que se haga mención en este punto al"recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común". El discurso separatista y de la ultra-izquierda que ha alimentado el proceso que ha desembocado en este "momento delicado" está fundado de arriba abajo en la mentira y la manipulación, así como en el egoísmo y narcisismo más absoluto de aquellos que defienden una interpretación del mundo dónde todo aquel que no comparta sus planteamientos debe ser desterrado, anulado y acallado.
Situarse en una suerte de equidistancia buenista no es favorecer el diálogo ni el encuentro. Ante el delincuente y el sedicioso no cabe diálogo sino la aplicación de la Ley y el recurso a la defensa de la propia libertad a ocupar el espacio público sin amenaza ni violencia. 
  1. Para hacer posible este diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado, es necesario que, tanto las autoridades de las administraciones públicas como los partidos políticos y otras organizaciones, así como los ciudadanos, eviten decisiones y actuaciones irreversibles y de graves consecuencias, que los sitúe al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica y origine fracturas familiares, sociales y eclesiales.
En este punto los miembros de la Comisión Permanente rizan el rizo y hacen suya, sin criterio ni vergüenza, la doctrina de la naturaleza pluri-nacional de España. El "momento delicado" que vive Cataluña no tiene nada que ver con los derechos propios de las regiones que conforman España. 
Introducir ese punto en la declaración supone, de facto, asumir uno de los argumentos de los golpistas, un argumento falaz y particularmente peligroso ya que da pie a la asunción de que el "momento delicado" es un "conflicto" entre un orden opresor y un pueblo que lucha por sus derechos. 
  1. Como ya hemos señalado los obispos, en otra ocasión también difícil para nuestra convivencia democrática y pacífica, “es de todo punto necesario recuperar la conciencia ciudadana y la confianza en las instituciones, todo ello en el respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución” ( XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. 28-2-1981).
Este punto tiene su miga, ya que recupera una declaración relacionada con el golpe fallido del 23 de febrero de 1981. Realmente es difícil redactar un comunicado que conduzca de manera más irremisible a la confusión. ¿Establecen los obispos un paralelismo entre el "momento delicado" y el golpe del 23 F? De ser así ¿porqué no llaman al "momento delicado" por su nombre? Y de no ser así, como evidentemente es el caso, ¿cual es el propósito de esa cita?.  Lo enjundioso del tema es que en el texto citado se habla del respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución. Precisamente lo que no está sucediendo en el "momento delicado" que vivimos.
  1. Por último, reiterando nuestra llamada a la esperanza y la plegaria a Dios, a la serenidad y entendimiento, ofrecemos nuestra colaboración sincera al dialogo en favor de una pacífica y libre convivencia entre todos
He de reconocer que este punto final es el cierre perfecto para esta triste declaración. Tras rendirse sin ningún criterio al juicio parcial de sus hermanos los obispos catalanes y después hacer un ejercicio de equidistancia a lo largo del cual se contradicen en repetidas ocasiones, por último se ofrecen como "mediadores".
La oferta no deja de tener su "gracia" ya que uno de los estamentos que peor ha gestionado la amenaza separatista en España ha sido precisamente la jerarquía y muy en particular la de aquellas regiones como Cataluña y el Pais Vasco dónde una gran parte del clero ha sido manifiestamente parcial y particularmente protector de movimientos y opiniones radicalmente contrarias a la justicia, la paz y la verdad.
Analizado someramente el texto, sólo queda por apuntar lo que a mi juicio debería de haber dicho la Comisión si hubiera deseado prestar un servicio a sus fieles y a España:
-que nos encontramos ante un golpe de Estado, no ante un "momento delicado".
-que los fieles laicos no pueden contribuir a difundir la mentira ni oponerse violentamente a la paz social y a la Ley promulgada en un marco de legitimidad y Estado de Derecho.
-que los obispos y el clero catalán que se alinean con una visión falsa y que contribuyen a alimentar un  falso sentimiento de opresión no están comportándose conforme al credo que dicen defender ni están amparando a sus fieles sino contribuyendo a la división y ruptura de la convivencia.
-que entre las fuerzas que empujan este golpe y que se sirven de las más siniestras doctrinas para forzar la verdad y engañar, se agrupan corrientes y doctrinas totalmente contrarias a la fe de Cristo y enemigas declaradas de la Iglesia.
-que el llamamiento a los fieles y al pueblo catalán en general, no puede ser otro que el de acatar la legalidad vigente ( Mateo 22, 15-21) y conducirse con la madurez e independencia de criterio que es exigible a los formados y dar ejemplo y consejo para reconducir a los que por edad o condición no tienen formado el criterio.   
Esta Declaración no es sino una manifestación más de un estado de cosas muy grave en el que reina la confusión y la debilidad y dónde falta, más que nunca, un hálito de verdad y firmeza. Lo único positivo es la llamada a la oración para que la virgen Inmaculada, madre de España nos ampare y al Espíritu Santo para que ilumine las conciencias y el entendimiento y nos de fuerzas para resolver esta grave encrucijada de la Historia de España.

martes, 19 de septiembre de 2017

EL GOLPE CONTINÚA ANTE LA TIBIA REACCIÓN GUBERNAMENTAL

Asistimos estos días al lamentable espectáculo que nos ofrecen los inmaduros revolucionarios del independentismo catalán y los melindrosos gestores de la cosa pública. No nos extraña la pantomima, lo que nos duele es tener que asistir a un espectáculo innecesario y grotesco que debía haberse evitado hace muchos años.

Que la concesión de las competencias educativas a las CC.AA. fue un error mayúsculo es algo que hoy día nadie en su sano juicio y con buena intención puede discutir.

Que las transferencias inmoderadas de facultades y atribuciones hechas hace décadas han sido la base sobre la que se ha edificado el desbarajuste institucional autonómico es algo que tampoco puede discutirse.

Cuando la constitución del 78 se estaba gestando se alzaron muchas voces advirtiendo de los peligros de determinadas decisiones. El hoy desaparecido tratado de Luis Sanchez Agesta ya apuntaba a errores de bulto en la redacción constitucional.

En materia de estrategia revolucionaria los indepes le están dando un baño a Mariano y la Banda del Empastre. Tener que escuchar a un gobernante que "le están llevando a donde no quiere" es triste ya que pone en evidencia la minúscula altura como gestor del destino patrio.

Los indepes juegan la carta mixta de la victimización, la revuelta falsamente pacífica y la amenaza (nada velada ni sutil) a una posible acción violenta en la calle.

El principal motivo por el que las sociedades se dan un gobierno es para garantizar la paz social, entendida esta como el pacífico disfrute de la vía pública, la seguridad y la inviolabilidad del domicilio. En el momento en el que el gobernante no antepone la seguridad ciudadana a cualquier otra consideración está conculcando la base de su legitimidad. 

Del siniestro papel que están jugando el resto de partidos con representación parlamentaria no hay mucho que decir, cada uno se define por sus actos y sus palabras. Pocas veces en la Historia de España hemos tenido unos representantes de menor altura y capacidad. 

Los medios de comunicación afines (casi todos) y contrarios (los menos) nos bombardean con interminables tertulias, artículos y reportajes que oscilan desde la banalidad más absoluta a la inmoralidad más rampante.

El enorme "cuento" que se ha construido alrededor de este siniestro negocio de la independencia ha acabado por ahogar a casi todos; unos por comulgar con ruedas de molino y otros por participar irresponsablemente en un golpe de estado de nefastas consecuencias, se consume o no. 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

CATALUÑA: GOLPE DE ESTADO POSTMODERNO

Han de creerme los amables cepogordistas cuando les digo que he estado mucho tiempo tratando de evitar escribir sobre un asunto sobre el que ya se ha dicho casi todo.

Sinceramente no creo que esto vaya más allá de un desahogo, pero ante la riada de tinta, bites y ruido que hemos tenido que soportar en las últimas semanas no hay forma de evitar ponerse frente a la pantalla y dejar algunos comentarios por escrito.

En primer lugar el golpe de estado en Cataluña (llamemos a las cosas por su nombre) no es un "choque institucional" ni un "conflicto político" ni ninguna de esas cosas que periodistas, tertulianos y políticos del pesebre emplean como eufemismos de lo que no es sino un levantamiento de dentro hacia fuera.

Los cargos electos de la comunidad catalana son representantes en su territorio del Estado y están sometidos a la Constitución por encima de su estatuto y demás legislación que les sea aplicable.

El artículo 67.1 del Estatuto establece que el presidente de la Generalidad ostenta la representación ordinaria del Estado en Cataluña. 

En este contexto legal claro y nítido, cualquier acción del presidente y su gobierno en contra de la Constitución y del Estado al que representa deben considerarse particularmente graves e injustificables desde un punto de vista legal y ético.

No hay "choque insitucional" ninguno, lo que hay es un representante del Estado se levanta en contra de ese Estado y del rey que lo ha nombrado presidente y se infla como un pavo amenazando con la proclamación de la república catalana.

Si España no estuviera hecha unos zorros la bravuconada de Puigdemont y su grupo de iluminados se hubiera atajado el primer día mediante oportuna detención, procesamiento y condena de los caudillos por uno o varios delitos en los que ,supuestamente, están incurriendo tales como rebelión o malversación por citar dos de los más jugosos.

El disparate al que asistimos ha llegado al siniestro punto en el que estamos no sólo por la nefasta gestión política de UCD, CDS, PSOE y PP sino por la profundísima corrupción política y moral de los líderes políticos de Cataluña y de una buena parte del entramado social sobre el que se asientan y al que han beneficiado a manos llenas.

Enfangados en una sima de robo y corrupción generalizada la "patada hacia delante" ha sido una forma torpe, siniestra y grave de chantajear al gobierno e intentar una huida a un nuevo sistema que les permita huir del peso de la Justicia y mantener su esquema de latrocinio institucional.

La parte de los separatistas profesionales de las diferentes tribus (ERC, CUP etc..) es otra, ya que en este caso no están haciendo sino lo que les toca. Son agitadores profesionales, viven del presupuesto del Estado al que denigran con el único objetivo de mantener sus poltronas y prebendas a costa de lo que sea.

Las víctimas de este golpe de estado son los españoles que han nacido y viven en Cataluña así como los de las demás regiones que con su esfuerzo durante siglos y siglos han levantado la tierra, hacienda y cultura que un grupo de sinvergüenzas intenta mantener bajo su exclusivo control.

En cuanto al número no pequeño de comparsas en las que se apoya el separatismo (asistentes a la Diada separatista, miembros de asociaciones, palmeros y plañideras...) aquí nos enfrentamos a tres grupos diferenciados; los estómagos agradecidos del pesebre separatista, los tontos útiles y los odiadores profesionales cuya única razón de ser es destruir España y lo que representa.

Las gentes bienpensantes se manifiestan preocupadas por ese grupo de "soñadores" que solo buscan libertad y deseo de autodeterminación. A mi las histerias y los delirios del personal no me producen ni frío ni calor. 

A estas alturas el que se niegue a conocer la Historia y se una a movimientos estrictamente basados en la mentira y en la manipulación más burda no pueden pretender estar protegidos por un teórico "derecho a ser gilipollas". 

Los fundamentos "teóricos" de este movimiento están basados en la mentira y la manipulación. No hay verdad detrás de una falsa aspiración.

En el caso de los tontos útiles que llenan calles y cuelgan banderas; Si eres tonto del culo lo mejor es asumirlo, dejarte de manifestaciones y salir a la calle a jugar a la pirindola sin molestar a los demás. Si no eres tonto del culo y participas en esa bazofia entonces el asunto es más grave.

El problema es que no hay tantos tontos útiles, lo que hay es mucho inmaduro emocional y mucho jeta al que le da igual romper el jarrón porque sabe que a el no le van a pasar la factura.

Ese es el delito de la posmodernidad en la que nos ha instalado el sistema político actual; se puede poner en riesgo cualquier cosa con tal de dar la nota y ejercer el "derecho" a disentir, a decidir, a negarse, a colocarse al margen, a hacer al fin y al cabo lo que les salga de la higa porque es el triunfo absoluto de la inmadurez y la irresponsabilidad. Todo vale, nada cuesta, nada significa nada si a mi no me afecta.

Tan inmadura y pedorra es esta afrenta que se ha planteado de dentro a fuera, empleando la estructura y los medios del Estado, la debilidad de un sistema débil y enfermizo para cagarse en todo sin aparentes consecuencias. Por eso están crecidos, apuestan poco, son cobardes y se esconden tras las familias, los niños pintarrajeados, las plañideras, las turistas con camiseta del Barça y bandera revolucionaria.

Asistimos a un triste golpe de cuño postmoderno, no es otra cosa, no  busquemos razones filosóficas, políticas ni históricas más allá de la profunda decadencia del hombre occidental. En Cataluña el separatismo está sirviendo de válvula de escape para un grupo humano débil manejado por gente sin escrúpulos. En otros sitios es el animalismo o la cristianofobia, al final es la decadencia del hombre convertido en una cosita blanda y llorona que no quiere ser responsable de nada y quiere disfrutar de paz y seguridad sin esfuerzo y con vacaciones pagadas.

jueves, 27 de marzo de 2014

DE LOS FALSOS DIÁLOGOS, OTRA VUELTA DE TUERCA EN TORNO A LA SECESIÓN.

Los periódicos digitales nos informan de las declaraciones que ha hecho esta misma mañana Miguel Roca durante un foro empresarial en Barcelona.

Al parecer, el señor Roca, "padre" de la Constitución de 1978 ha instado al gobierno de España y al de la Generalidad a sentarse a negociar.

Pero vamos a ver, señor Roca, ¿que quiere usted que "negocie" una parte de la Nación española con la otra? 

Roca sabe muy bien que Cataluña no es sino una parte de la Nación española (Articulo 2 de la CE 1978) y su autonomía no les concede un estatuto nacional propio.

Los separatistas quieren que Cataluña deje de formar parte de España. Dejando de lado la opinión que esa postura me merece, esto solo podría suceder si el sujeto de la soberanía nacional (el pueblo español) llega a un acuerdo al respecto.

Como Mas, ERC y el resto de actores del movimiento independentista catalán saben que el pueblo español no les va a regalar una parte de España para colmar sus delirios, han adoptado una estrategia de amenaza e imposición, una política que quiere ser de hechos consumados.

Si el gobierno de Rajoy se sentará "a negociar" como propone Roca de lo que podrían hablar es de dos cosas; o bien de la reforma de la Constitución de 1978 o bien de otras acciones o medidas que no impliquen la reforma pero que endulcen el paladar nacionalista.

Si Rajoy, y esto es política ficción, quisiera caminar por la senda de la reforma, asumiendo que podría ser el final de los cinco siglos de Nación española, no tendría que sentarse ni con Mas, ni con nadie, sino que tendría que presentar una iniciativa ante las Cortes.

Dado que la reforma implicaría una revisión del Título Preliminar de la Constitución, tendría que aplicarse lo establecido en el Artículo 168 de la misma y eso implica la apertura de un proceso que a esas alturas de la historia de España no parece ni sencillo ni muy oportuno, máxime cuando el "detonante" no pasa de ser un capricho glandular de una cuadrilla de extremistas, demagogos y delincuentes.

Si Roca se refiere a que deben sentarse a negociar los políticos Rajoy y Mas para ver como puede "colarse" la reforma de tapadillo (Roca tiene atesorada experiencia en estas faenas ya que lo hizo en la CE de 1978) y así calmar los ánimos de unos y otros, me temo, que las cosas han llegado a un extremo en el que parece muy difícil que lograran su propósito sin generar una situación de inquietud popular de muy difícil manejo.

Otra cosa sería (seguimos con la política ficción) que el PP perdiera por completo la cabeza y que Mariano se abstuviera de hacer nada en absoluto dejando a los independentistas que hicieran su revolución y proclamaran la independencia de facto, e iniciaran una pantomima de ocupación de calles y sedes de órganos del estado. 

Esa opción también se nos antoja difícil ya que el gobierno del PP tendría que ir dejando hacer paso a paso y soportando las consecuencias públicas de su inacción, amén de la desafección interna que esto provocaría.

Dado que no creo que vaya a producirse ni uno ni otro escenario, entonces lo único de lo que pueden hablar Rajoy y Mas es de la cantidad y calidad de la "vaselina" que los presupuestos generales (es decir nuestros impuestos) pueden aplicar a la comezón separatista.

¿De eso quiere usted que hablen Sr Roca? Si es así dígalo, y si no, si a lo que se refiere es a las otras opciones arriba apuntadas dígalo también pero claramente, sin tapujos, sea valiente y díganos, por una vez, lo que piensa de verdad.






jueves, 20 de marzo de 2014

UNA ODA AL CENTRISMO. NOTA DE COLOR DE UNO DE LOS LÍDERES DE LA INFORMACIÓN EN CATALUÑA.

De entre los numerosos responsables de lo que está sucediendo hoy día en España, los medios de comunicación se sitúan junto a los políticos en el pelotón de cabeza.
En una noticia fechada el 19 de marzo de 2014 y firmado por O.Moya, publicado por Libertad Digital se da cuenta de la presentación del libro España en el diván de Enric Juliana, periodista que escribe habitualmente en La Vanguardia.

En la presentación intervino el Sr. Màrius Carol director de La Vanguardia. Copio a continuación un párrafo de la noticia (la negrita es mía):


Màrius Carol dijo públicamente, y con él delante, lo que el conde de Godó le encomendó al ser nombrado director del periódico: "que circule por donde ha circulado siempre La Vanguardia, por el carril de la centralidad". Y es que para Carol "es bueno que por el carril de la centralidad siga circulando". Por eso, señaló, "vamos a hacer lo posible para que se dialogue. (…) Presionar a los poderes políticos para que hablen y se entiendan, pero, claro estamos ya en tiempo de descuento", advirtió.

Para muestra, un botón. A continuación reproduzco una portada de La Vanguardia cuando todavía se llamaba La Vanguardia Española.


Hay muchas más por el estilo, pero esta es suficientemente significativa:
En el texto bajo la foto de ese "centrista de toda la vida" que fue Francisco Franco, La Vanguardia, entonces Española, decía textualmente:

"SU EXCELENCIA EL CAUDILLO DE ESPAÑA Y GENERALÍSIMO DE LOS EJÉRCITOS NACIONALES DE TIERRA, MAR Y AIRE, DON FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE

Por vez primera desde el 18 de julio de 1936, la prensa de Barcelona puede enorgullecerse y llenarse de júbilo publicando la fotografía del hombre genial que está salvando a nuestra Patria de la catástrofe marxista.

No tenemos palabras con que expresar nuestro júbilo. Gritan, desde esta página, en reverencia y homenaje al Jefe del Estado el salado ritual: «FRANCO, FRANCO, FRANCO.-¡ARRIBA ESPAÑA! ¡VI VA ESPAÑA!»"

Estos son los señores que tenemos al frente de la "prensa catalana" y esta es la gente que "informa" al "soberano pueblo catalán" sobre las verdades de cada día...

Sobran los comentarios, así pueden ustedes comprender cómo hay tanto borrego, aunque muchos más que borregos lo que son es unos jetas de mucho cuidado.

Téngase en cuenta que el Sr Godó autor de la frasecita de marras es ni más ni menos que conde (título creado por Alfonso XIII -otro centrista conspicuo) y grande de España...

La Historia puede manipularse pero la verdad es una, aunque duela.