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lunes, 18 de julio de 2016

18 de julio.


Ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía

«BOE» núm. 248, de 17 de octubre de 1977, páginas 22765 a 22766 (2 págs.)

I. Disposiciones generales

Jefatura del Estado

BOE-A-1977-24937

TEXTO

De conformidad con la Ley aprobada por las Cortes, vengo en sancionar:

Artículo primero.

I. Quedan amnistiados:

a) Todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas realizados con anterioridad al día quince de diciembre de mil novecientos setenta y seis.

b) Todos los actos de la misma naturaleza realizados entre el quince de diciembre de mil novecientos setenta y seis y el quince de junio de mil novecientos setenta y siete, cuando en la intencionalidad política se aprecie además un móvil de restablecimiento de las libertades públicas o de reivindicación de autonomías de los pueblos de España.

c) Todos los actos de idéntica naturaleza e intencionalidad a los contemplados en el párrafo anterior realizados hasta el seis de octubre de mil novecientos setenta y siete, siempre que no hayan supuesto violencia grave contra la vida o la integridad de las personas.

II. A. los meros efectos de subsunción en cada uno de los párrafos del apartado anterior, se entenderá por momento de realización del acto aquel en que se inició la actividad criminal.

La amnistía también comprenderá los delitos y faltas conexos con los del apartado anterior.

Artículo segundo.

En todo caso están comprendidos en la amnistía:

a) Los delitos de rebelión y sedición, así como los delitos y faltas cometidos con ocasión o motivo de ellos, tipificados en el Código de justicia Militar.

b) La objeción de conciencia a la prestación del servido militar, por motivos éticos o religiosos.

c) Los delitos de denegación de auxilio a la Justicia por la negativa a revelar hechos de naturaleza política, conocidos en el ejercicio profesional.

d) Los actos de expresión de opinión, realizados a través de prensa, imprenta o cualquier otro medio de comunicación.

e) Los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden público, con motivo u ocasión de la investigación y persecución de los actos incluidos en esta Ley.

f) Los delitos cometidos por los funcionarios y agentes del orden público contra el ejercicio de los derechos de las personas.

Artículo tercero.

Los beneficios de esta Ley se extienden a los quebrantamientos de condenas impuestas por delitos amnistiados, a los de extrañamiento acordados por conmutación de otras penas y al incumplimiento de condiciones establecidas en indultos particulares.

Artículo cuarto.

Quedan también amnistiadas las faltas disciplinarias judiciales e infracciones administrativas o gubernativas realizadas con intencionalidad política, con la sola exclusión de las tributarias.

Artículo quinto.

Están comprendidas en esta Ley las infracciones de naturaleza laboral y sindical consistentes en actos que supongan el ejercicio de derechos reconocidos a los trabajadores en normas y convenios internacionales vigentes en la actualidad.

Artículo sexto.

La amnistía determinará en general la extinción de la responsabilidad criminal derivada de las penas impuestas o que se pudieran imponer con carácter principal o accesorio.

Respecto del personal militar al que se le hubiere impuesto, o pudiera imponérsele coma consecuencia de causas pendientes, la pena accesoria de separación del servicio o pérdida de empleo, la amnistía determinará la extinción de las penas principales y el reconocimiento, en las condiciones más beneficiosas, de los derechos pasivos que les correspondan en su situación.

Artículo séptimo.

Los efectos y beneficios de la amnistía a que se refieren los cuatro primeros artículos serán en cada caso los siguientes:

a) La reintegración en la plenitud de sus derechos activos y pasivos de los funcionarios civiles sancionados, así como la reincorporación de los mismos a sus respectivos Cuerpos, si hubiesen sido separados. Los funcionarios repuestos no tendrán derecho al percibo de haberes por el tiempo en que no hubieren prestado servicios efectivos, pero se les reconocerá la antigüedad que les corresponda como si no hubiera habido interrupción en la prestación de los servicios.

b) El reconocimiento a los herederos de los fallecidos del derecho a percibir las prestaciones debidas.

c) La eliminación de los antecedentes penales y notas desfavorables en expedientes personales, aun cuando el sancionado hubiese fallecido.

d) La percepción de haber pasivo que corresponda, en el caso de los militares profesionales, con arreglo al empleo que tuvieren en la fecha del acto amnistiado.

e) La percepción del haber pasivo que corresponda a los miembros de las Fuerzas de Orden Público, incluso los que hubiesen pertenecido a Cuerpos extinguidos.

Artículo octavo.

La amnistía deja sin efecto las resoluciones judiciales y actos administrativos o gubernativos que hayan producido despidos, sanciones, limitaciones o suspensiones de los derechos activos o pasivos de los trabajadores por cuenta ajena, derivados de los hechos contemplados en los artículos primero y quinto de la presente Ley, restituyendo a los afectados todos los derechos que tendrían en el momento de aplicación de la misma de no haberse producido aquellas medidas, incluidas las cotizaciones de la Seguridad Social y Mutualismo laboral que, como situación de asimiladas al alta, serán de cargo del Estado.

Artículo noveno.

La aplicación de la amnistía, en cada caso, corresponderá con exclusividad a los Jueces, Tribunales y Autoridades Judiciales correspondientes, quienes adoptarán, de acuerdo con las Leyes procesales en vigor y con carácter de urgencia, las decisiones pertinentes en cumplimiento de esta Ley, cualquiera que sea el estado de tramitación del proceso y la jurisdicción de que se trate.

La decisión se adoptará en el plazo máximo de tres meses, sin perjuicio de los ulteriores recursos, que no tendrán efectos suspensivos.

La amnistía se aplicará de oficio o a instancia de parte con audiencia, en todo caso, del ministerio fiscal. La acción para solicitarla será pública.

Artículo diez.

La autoridad judicial competente ordenará la inmediata libertad de los beneficiados por la amnistía que se hallaren en prisión y dejará sin efecto las órdenes de busca y captura de los que estuviesen declarados en rebeldía.

Artículo once.

No obstante lo dispuesto en el artículo noveno, la Administración aplicará la amnistía de oficio en los procedimientos administrativos en tramitación y a instancia de parte, en cualquier caso.

Artículo doce.

La presente Ley entrará en vigor el mismo día de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».

Dada en Madrid a quince de octubre de mil novecientos setenta y siete.

JUAN CARLOS

El Presidente de las Cortes,

ANTONIO HERNANDEZ GIL

martes, 26 de noviembre de 2013

A PROPOSITO DE UN COMENTARIO DE UN AMABLE LECTOR

El pasado 24 de noviembre un lector anónimo dejo un comentario a propósito de la entrada titulada "Momento Glorioso" en la que se hacía sabia alabanza, no exenta de envidia de una ilustración decimonónica que muestra a un joven fumándose un cigarrón.

El amable lector, al que se agradece infinito que dedique unos minutos a revisar estas líneas que vamos, de a poco, lanzando al ancho mundo digitial, dice que entre tanta palabra encuentra alguna cosa buena pero que la mayor parte no es sino tontería y niñatismo. No entraré a rebatir esta opinión que  es estimable en cuanto expresada con una cierta corrección no exenta de condescendencia, en fin, me centraré en lo que más me ha interesado de su comentario.

Dice este opinador anónimo que tenemos mentalidad de rentista holgazán y que no puede compartir nuestro fomento del vicio y costumbre de fumar. Vayamos por partes.

En cuanto a la mentalidad de rentista, algo que no define, he de decirle, que si se refiere a que los redactores del órgano cepogordista tenemos preferencia por el peculio fundado en rentas del campo o del capital mobiliario o inmobiliario, no le quepa duda de que está en lo cierto. Ahora bien, lamentablemente no pasa de ser un deseo que no se compadece con la realidad. 

Al cepogordista le gustaría poder vivir de rentas y a ser posible de unas rentas cuantiosas. La afluencia económica no es un pecado, más bien es un estado que aporta gran tranquilidad y permite hacer muchas cosas, unas buenas y otras malas, según la ciencia y la conciencia del rentista en cuestión.

En cuanto al epíteto de holgazán, me temo que aquí yerra nuestro agudo comentarista, ya que lo que caracteriza al cepogordista es más bien lo contrario. Somos traperos del tiempo, huérfanos de horas, ayunos de holganzas, prestamistas de minutos que arrancamos a un horario de esclavitud distribuido entre el trabajo menestral, la familia y las obligaciones impuestas y sobrevenidas.

Si por mentalidad de rentista holgazán se refiere a que favorecemos un estilo de vida en el que se dedica el tiempo al sano ocio, al paseo, la lectura, el coleccionismo de anillas de cigarro, la caza con perro, la excursión con cesta de víveres y la siesta en sillón de mimbre bajo magnolio florido, entonces sí, todo eso lo alabamos y favorecemos. 

Apoyamos el guiso en puchero, los dulces de convento, los licores de alquitara y uva vieja, las comidas con tertulia, las tertulias con copa y cigarro, las meriendas de chocolate y picatoste, los paseos nocturnos por plazas de piedra cuajadas de nieve, los paseos matutinos por sendas, brañas y caminos entre helechos y brezales, las excursiones pintorescas, las tardes de dibujo y acuarela, las veladas musicales, las declamaciones poéticas, las corridas de toros, los encierros a pié y a caballo, la caza con galgo y el tiro de pichón, los paseos en balandro, las regatas de traineras, los concursos hípicos, las conferencias literarias, la vida de ateneo, círculo y casino. Si señor, todo eso que usted debe vincular a los gustos del rentista holgazán, los tenemos todos y algunos más.

Al cepogordista los afanes y desvelos del hombre ultraconectado, del hiperinformado, del hipocalórico y vigoréxico nos traen al pairo.

La modernidad es un sueño histérico ya que todos, desde el momento que vivimos en el tiempo presente somos modernos, lo cual no quiere decir que no se puedan alabar y cultivar gustos tradicionales que no dependen de una época, que son clásicos, que son connaturales al hombre europeo civilizado.

En cuanto al fomento del tabaco, que quiere que le diga. Desde un punto de vista médico, es dato cierto y fundado que fumar no es sano y que este hábito está vinculado a muchas enfermedades y debilidades del cuerpo. Dicho esto, el fumar es un vicio que relaja la mente y el ánimo y un placer que asociado a otros muchos no sólo no resulta perjudicial para la salud sino beneficioso para la mente y el alma. Gracias al cigarro y a la pipa se han cometido muchos menos crímenes de los que se hubieran dado en la Historia si los españoles no hubiéramos desarrollado el arte y ciencia del tabaco.

Lo verdaderamente dañino y perjudicial para la salud es el mal en sus expresiones domésticas más comunes: la mala idea, la envidia, la maledicencia. Todo eso y muchas otras manifestaciones del hijoputismo que sufrimos todos y cada uno de los días son infinitamente peores que fumarse un cigarron o echar humo con la pipa en la mano y una copita de licor al amor de la lumbre.

Peor aún es tener que soportar a diario la ofensa de los gobernantes, sus esbirros y heraldos, cuyas canalladas nos envenenan la sangre, nos estropean la digestión y nos nublan la conciencia.

En fin, que le animo a usted a seguir leyendo el cepo, con la seguridad de que somos conscientes de nuestras valencias, debilidades y aficiones y tenemos el firme propósito de continuar con su comentario y difusión que, por otra parte, son inofensivas y a nadie hacen daño.

Un afectuoso saludo cepogordista.

Sanglier

jueves, 18 de octubre de 2012

MIL PERDONES

Parece que un tío pelele, sin querer, ha programado la máquina para que les lleguen los comentarios a algunos pobres y sufridos lectores, con las molestas consiguientes, pues hay mucho desaprensivo comentando, mucha mala baba, mucho anonimato (los propios cepogordistas en primer lugar). No era esa la intención, pues no pretendemos molestar. Aunque lo intentáramos, creemos que no conseguiríamos ni molestar ni ganar cuartos, tan etéreos y alto volamos. Fly, fly, habano fly, decía un cepogordista en el exilio. Pedimos perdón y volvemos a perdernos en la penumbra azulona, en la niebla sutil del habano. DECÍA PLA, EL GRAN PLA, QUE ÉL FUMABA PARA BUSCAR ADJETIVOS. Vaya esta frase, pescada en Salmonetes ya no nos quedan, como compensación por lo sucedido y homenaje a todos los fumadores.

lunes, 8 de octubre de 2012

CIRCULAR

El colegio manda una circular a los padres. A los papás. Se refiere a la integración de los padres en el proceso educativo. La intención es muy loable, no se critica eso, sino lo que la forma del documento deja ver del momento mental presente. Lo primero es que uno pensaba, en su rusticidad, que la condición de padre conllevaba de forma automática la participación en el proceso educativo. Que ser padre y educar viene a ser lo mismo. Parece ser que no. Luego está la manía de integrar. ¡Con lo importante que es discriminar! Si se escandaliza usted es que le han inoculado el virus socialdemócrata progre. Acuda al diccionario y verá que no hay motivo para el sonrojo ni la beatería civil…
Para hacer el comentario breve: se comunica a los padres que los objetivos que ellos mismos han elegido (mediante votación) para trabajar junto con el colegio en ese proceso de integración (suena a pogrom todo el asunto no sé por qué) son:
(i) desarrollar la afición y el hábito por la lectura;
(ii) aprender a obedecer a padres y educadores; y
(iii) desarrollar una mayor capacidad de atención.

A sensu contrario y forzando un poco las cosas, podría deducirse que esos padres tiene niños que en líneas generales no tienen afición ni hábito de lectura, no son obedientes y no prestan atención. Los niños a los que se dirige el pogrom, perdón, el proceso, tienen alrededor de los seis o siete años. Que no lean, pues bueno, hace mucho que uno piensa que no se hizo la miel para la boca del asno, ni las margaritas para los cerdos, ni uno tiene demasiada fe en los altares y las supersticiones culturales. Pero no obedecer ni prestar atención a los seis años ya es más fastidioso.  En fin, esperamos que tras mucho integrarse, rellenar encuestas, hacer valoraciones, recibir pautas y consignas y luchar, conjuntamente claro, por los objetivos, todos estos padres saquen provecho del proceso. Incluido el que esto escribe que tendrá que hacer el viacrucis, con doble penitencia por listillo. 

Una última consideración general sobre la educación, aprovechando que esto no lo lee prácticamente nadie, ya olvidados de la circular y sin referirnos al colegio concreto. Hay un aspecto de la educación que ningún proceso puede mejorar y es el de la cantidad de personas que metidas a padres se comportan como auténticos gilipollas. Muy a menudo es porque son gilipollas sin más, enteramente, y continúan siéndolo cuando procrean. Afortunadamente, vivimos en un régimen legal que les permite procrear aunque sean gilipollas. Aunque, como la evolución de nuestra sociedad tiene mucho de una vuelta al totalitarismo más descarado, dando un largo rodeo de sesenta años, todo es cuestión de esperar a que vuelva a proclamarse alguna ley de Nuremberg al respecto, so pretexto de igualdad, salud y bienestar sexual. Pero otras veces, se trata de personas normales que con un niño delante se atrofian. Y no nos referimos a un matrimonio de pardillos principiantes, desbordados los pobres por la llegada de la primera y tardía infancia. No, gente normal a la que usted y yo conocemos y que nos hace pasar verdadera vergüenza ajena cuando se cruza delante alguno de esos delicados niños que no para quieto, no obedece y no atiende a las gilipolleces del personal. Normal.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

El tercer número, suma y sigue



NOTA URGENTE DE LA REDACCIÓN:
Queridos Circulistas, queridos cepogordistas, queridos lectores y colaboradores:
La gravedad de lo acontecido nos obliga a recordad una norma básica para contribuir a esta modesta pero honrada gacetilla:
Recordamos a ustedes que las contribuciones deben ser originales, y como suele ser costumbre es necesario que el autor cite las fuentes de las que bebe cuando incorpore ideas o pasajes de otros autores a los que debe nombrar. Todos sabemos que no hay sino tradición o plagio. Cepo Gordo se inclina sin fisuras por la primera. Por eso, ante las aportaciones de uno de nuestros colaboradores, sin duda aquejado de algún trastorno pasajero, ha cundido de nuevo la alarma en la Redacción. Seremos discretos y no daremos nombres. No señalaremos con el dedo que es de mala educación. Todos tenemos nuestras debilidades, es cierto, pero es necesario informales de que, una vez más, la Redacción se ha visto obligada a rechazar varios textos firmados por un Circulista que en plena paranoia literaria ha enviado como propios textos de varios moralistas franceses, unos párrafos de Gracián (no breves por cierto), la primera página de La Regenta (La heroica ciudad dormía la siesta, etc.), seis páginas calcadas de las memorias del marqués de Bradomín (rebautizado Celemín para despistar), y hasta unas páginas de ¡¡Colette!! y ¡dos recetas de la Maquesa de Parabere!

Afortunadamente la Redacción está alerta y no le cuelan una. Pero esta alucinada chifladura empieza a producir los primeros perjuicios: Uno de los redactores, ante la sorpresa y el enfado, al fruncir la nariz dejo caer los quevedos al suelo y se le han hecho añicos. Otro dijo que no había visto nada igual desde que “en tiempos de Papá…” y la perorata fue de hora y cuarto, hubo que asistir al resto. Toda paciencia tiene un límite. Queda advertido el insensato.

La Redacción.

El tercer número, todavía.

Vintila Horia, el triunfo de la razón

La biografía de Vintila Horia se nos ofrece como un trágico mosaico del siglo veinte.

Los avatares del escritor rumano resultan un ejemplo esclarecedor de la barbarie y la ruina moral que presidio la primera mitad y la idiocia y manipulación que reinaron en la segunda.

Apresado por el ejército alemán en Viena e internado en un campo de concentración por su condición de funcionario del gobierno del Mariscal Antonescu que había negociado para Rumanía un armisticio con los aliados fue liberado por las tropas inglesas y enviado junto a su mujer a Bolonia donde  logra sobrevivir gracias a su ingenio y la amistad de Papini. Parte hacia la Argentina residiendo durante cinco años en Buenos Aires donde subsiste como profesor de literatura y  pule una lengua española aprendida con dotes de prestidigitador.

Ganador del Goncourt con su exquisita novela "Dios ha nacido en el exilio", renunció al premio tras la campaña de persecución orquestada por el comunismo internacional e instigada desde el gobierno pro-soviético de Rumanía que le acusaba de fascista y reaccionario. Reside en Paris y Madrid para instalarse finalmente en Collado Villalba donde vive desde  mediados de los años cincuenta hasta su muerte en mil novecientos noventa y dos.

Con semejante trayectoria vital no debe extrañarnos que el exilio y la experiencia vital del exiliado conforman los ejes de de su temática literaria. Dotado de una capacidad poco común alimentada por una sólida formación intelectual y moral, Vintila Horia se fraguó como todo gran literato en el duro yunque de los grandes problemas de la condición humana.

Empleando a menudo modelos históricos (Ovidio, El Greco, Rilke...) Vintila Horia enfrenta al lector con los problemas universales que agitan el alma; el sentido de la vida, la orientación personal, el dominio de la pasión, la conciencia.

La experiencia del exilio y la condición del exiliado sirven de pretexto o más bien de escenario para ir desliando los otros nudos de la problemática humana.

Sus personajes hacen del exilio un camino de perfección, una experiencia que el propio autor ha conocido ya ha aprendido a digerir, un apartarse de si mismo, de su raíz material para autoexiliarse de un mundo que no siente como suyo.

Su experiencia personal le conduce a una mayor superación intelectual. Del mismo modo que los llamados a la santidad se elevan por encima de sus debilidades humanas ayudados por una gracia especial y sumamente eficiente, aquí el intelectual conducido al exilio permanente y la persecución se sobrepone fortaleciendo su arsenal intelectual y moral e interponiendo la razón a la barbarie, la poesía a la mentira la fe -el bien- a la desesperanza del mundo materialista -el mal-.

Frente a la persecución nacionalsocialista primero y comunista después, frente al silencio cómplice de los seguidores de una u otra consigna, Vintila Horia se esfuerza en conocer y comprender más y mejor. Estudia, medita, lee, escribe y todo ello le conduce hacia la única verdad y ésta le mueve a vivir de una forma concreta.

No es un esfuerzo pedante ni un ansia de hueca erudición, es la profundización a través de la razón, la necesidad intima de entender y buscar su lugar en el mundo a la espera de ascender la escalera hacia el cielo.

Amante de la tradición y defensor de la cultura occidental de raíz greco-romana y cristiana, para Vintila Horia el modelo más acabado del esfuerzo poético del hombre lo representa el sueño del Imperio Español.

En su novela Un sepulcro en el cielo (Madrid, 1987) se sirve de El Greco para trazar una historia de superación personal que nos apela profundamente. Su capacidad poética le permite trazar la puesta en escena con belleza y eficacia, ahora bien es cuando llegamos al fondo, a la reflexión íntima que todo escritor digno de tal nombre nos hace a través de su obra, cuando Vintila Horia destaca aún más y nos muestra su faceta de gran literato, de pensador serio, de poeta profundo.

Con una pluma fácil y un estilo preciso nos lleva desde lo particular -el drama personal de El Greco- hasta lo universal - el drama del imperio español- proclamando como única salida vital la adhesión a la certeza del mensaje de Cristo y la promesa de la vida eterna.

Es triple, en resumen, la satisfacción que produce la lectura de Vintila Horia; en primer lugar nos entretiene inteligentemente y con ello da cumplida cuenta de lo definido por Somerset Maugham como función de la literatura, en segundo lugar nos hace plantearnos cuestiones esenciales y en tercer lugar nos hace disfrutar de la belleza estética de su creación poética.

Conociendo el escasísimo nivel intelectual y la nula altura moral de los que abrevan en los pesebres oficiales de la España actual no es de extrañar que autor tan sublime haya sido víctima del olvido por parte de la intelectualidad oficial.

A poco menos de veinte años de su muerte, Vintila Horia es hoy un escritor que continúa su exilio en este mundo. Pese a ser autor de una importante y rica bibliografía su obra está en gran parte agotada y salvo la honrosísima excepción de Ciudadela/El Buey Mudo que ha emprendido la re-edición de tres de sus novelas; Dios ha nacido en el exilio, El caballero de la resignación y Un sepulcro en el cielo , Vintila Horia es un autor apartado de la escena literaria y se nos presenta como un caso similar a los vergonzosos ocultamientos de Aquilino Duque, Rafael Sánchez-Mazas o Agustín de Foxá por poner tres ejemplos de los muchos que podrían citarse.

Las causas de este ostracismo son, como casi siempre, una combinación de maldad y estupidez.

Al hablar de maldad me refiero al mal, es decir la obra de los que rinden culto a lo oscuro y al hablar de estupidez me refiero al escaso valor moral y valentía empresarial de aquellos que no publican a un autor por creer que "eso ya no se vende" o bien se trata de una "novela pasada de moda", como si la buena literatura conociera de modas y cómo si el verdadero lector necesitara del crítico de turno para saber lo que es bueno y lo que sencillamente resulta ilegible.

Aquellos que censuran por el mero hecho de que un autor se vincule con una determinada adscripción política (de forma totalmente errónea) o bien por que su obra contenga términos tales como Dios, Imperio, Fe, Razón, son a menudo los que ensucian las páginas de los periódicos y las publicaciones defendiendo la libertad de expresión y la superioridad moral de la intelectualidad progresista. A la maldad unen la ignorancia ya que la razón manifestada a través de la creación supone un acto esencialmente humano y por tanto libre.

Esta reflexión puede parecer un ejercicio de idealismo inútil ya que si la obra no es publicada y difundida su belleza, el bien inherente a su lectura deja de actuar.

No podemos negar que esto es cierto durante un tiempo más o menos largo, pero la Historia nos enseña que todo autor notable deja una huella indeleble y que su obra más tarde o más temprano acaba por recibirse y re-editarse ya que como en todos los aspectos de la vida lo verdaderamente sublime, como el bien, acaba venciendo.

Esta esperanza, si bien reconfortante no nos resulta suficiente y es por ello por lo que desde estas páginas del humilde Cepo Gordo queremos recordar la figura de Vintila Horia y recomendar encarecidamente su lectura convencidos de que leer las obras de los buenos autores es la única forma de sobrevivir entre la mediocridad reinante y que elevar la cabeza hacia el cielo no provoca dolores cervicales sino que permite airear el cerebro y ver que mas allá de la masa y la materia existe un firmamento plagado de estrellas sobre el que reina un sol cuya luz no conoce fin.

Sanglier.
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Ediciones disponibles en español:
Dios ha nacido en el exilio, Ciudadela Libros Madrid 2008.
El caballero de la resignación, Ciudadela Libros, Madrid 2008.
Un sepulcro en el cielo, El Buey Mudo, Madrid 2010.

El Tercer Número continua.



Así se fumo Tato la última compra (o febrerillo loco, de todo un poco)

Tato fuma. A Tato le gusta fumar. ¡Como fuma Tato! Tato es un provocador. Trata el hombre de serlo a su manera, en este tiempo en que sólo produce asombro el hombre honrado, el gesto cortés. Tato trabaja algo. Tato despotrica, pero sabe que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Tato quiere ser simple y no meter aquí ni a Proust ni a los bollos de Proust. Pero vamos al asunto. Como por el mes de julio, Tato fue con sus amiguitos a comprar cigarros. Unos habanos como de cuento de hadas, de porche y mecedora, de linos y jipijapa. Tato es práctico, no sueña con cosas imposibles. Con estas cuatro líneas, algo de humo, cuatro libros, algo de licor, tres paseos, una siesta, Tato vive el presente y los mundos que se le antojan. ¡Tato es la pera! Tato es discreto, guarda los secretos de su corazón y no los expone a las miradas de la gachupia. Los habanos, los habanos de las Indias españolas, los humos azules de Pla. Tato fuma leyendo o de tertulia, así que cuando fuma no hace tonterías. Es cosa seria, Tato crece fumando. ¡Regaladle cigarros! ¡Cajas y cajas de cedro español, crudo o barnizado, de a diez, de a ocho de a veinticinco! ¡Fomentad la lectura! ¡Fomentad las instituciones españolas! Así que fueron los amigos y apoquinaron. Tato se enfada: la mitad del precio palatontalaministra. En los días siguientes a la compra Tato, metódico, cuadriculado, con manías de anciano solterón fue tomando algunas notas. Luego lo dejó. Tato es inconstante, voluble, cansino, amigo de metas inalcanzables, vive en perpetuo incumplimiento. ¡Que calor pasó al fumar! Recordad que era julio. Se derretía el mundo, nos acosaban los agitadores de la cuestión climatológica, la gente enseñaba los pies, chancla de goma, espanto indecible.

14 de julio.- Fonseca cosacos (en adelante “Fonseca”): con brandy español Casajuana 100 años. Tato cree que fumó leyendo Cepo Gordo, ese panfleto. Pero lo recuerda como entre brumas, nieblas espesas. Precioso cigarro, capa nervuda y aterciopelada, buen sujetar, no le pondremos pegas.

15 de julio.- Más calor todavía. Rey del Mundo Coronas de Luxe (en adelante “Rey del Mundo”), un poco de ron con lima es apropiado para la estación. Lenta, larga y deliciosa lectura de Alvaro Cunqueiro que nos hace olvidar el “Luxe” tan feo y chillón. ¿No es una contradicción hallar la maravillosa primera parte (Rey del Mundo), para estropearla con la segunda (de Luxe). Ya lo dice el dicho. El cigarro se deja fumar sin resistencia y es aromático. La noche estrellada, estrellas y más estrellas a medida que el tiempo pasa y se mezclan Merlín y Familia, el aroma del cigarro, el Pasajero en Galicia, Casajuana y lo demás.

17 de julio.- Tato sigue leyendo y sigue haciendo calor. Ramón Allones Specially Selected (pronúnciese selezted y en adelante “Ramón Allones”). Que molesto es eso de que quieran enseñarnos inglés nuestros administradores. Esta vez cine, la Púrpura y el Negro. Pero Tato se distrae: el cigarro es más fuerte, al final como un puñetazo, fantástico. Quedaba algo de lo de Tomelloso y no se hicieron ascos.

18 de julio.- Rey del Mundo, en un sarao de disfraces. Si señores, Tato pasó por el aro y volvió a los orígenes: faja, trabuco, polainas, pañuelo en la cabeza y cigarro en boca. Tato es tímido y el humo azulón le acompaña y reconforta, a la vez que lo esconde un poco. Tato, pese al disfraz de trabucaire, es personaje relamido y delicado que no gusta de brusquedades. Tato hubiera querido vestir de maestre de campo del Tercio Viejo de Lombardía y recorrer en sueños el camino de los españoles, con don Luis de Haro, con el conde de Fuentes o el marqués de Leganés, con Sancho de Londoño, con Alba y Gaspar de Robles, o a las órdenes del Cardenal Infante, bajo las aspas coloradas de la cruz de San Andrés.

20 de julio.- Bolívar Petit Corona (en adelante un “Simón”). A Tato como que le gusta fumarse un Simón de vez en cuando. Cigarro de verdad, de los meros meros, humo historiado, un fumar reflexivo, una cosa seria. Simón nos evoca al personaje, un algo triste, español que sembró el odio para separarnos, que no supo ver que habría la caja de Pandora y los truenos feroces del desengaño, para acabar en aquello de que “gobernar en América es como arar en el mar”. ¿Y que fue de Teresa del Toro con quien casó en la Iglesia de San José, cerca de dónde más tarde se abrió nuestra madrileña Gran Vía? Su homónimo torcido, el Simón verdaderamente importante de nuestra historia, que grato y sincero es, fuerte y de una pieza y por eso exigente. Lo fumó Tato esta vez acompañado por dos mujeres, aquella cuyo nombre oculta sigiloso, y Juana Austen, de todos conocida. Si, el cine también casa con el humo. Y digamos que fue necesario el mejor cigarro para vencer la renuencia a sentarse sin tener a Ford delante.

Uno días después (no muchos).- Ramón Allones. Gustó mucho el plan y se repitió. Esta vez con la Abadía de Northanger. La inglesa, ardiente defensora de los buenos modales y de las convenciones sociales de su tiempo, de que las cosas acaben como deben ser, casa bien con el cigarro que arde sabiamente, por utilizar el verso de Mallarmé. Tato fumó con una jarra de agua (y un vaso). La presencia de las buenas influencias se notó ese día.

21 de julio.- ¡Un Fonseca que no tira! No puede transcribirse lo que pensó el Tato del cigarro y de quien lo torció. Hubo que concentrarse plenamente en Mansfield Park. Ya Juana cansa un poquito, los gorritos de seda, los remilgos, todo entre flores y castillos… Pero no seamos injustos, que no pague ella los platos rotos. Esta vez la escritora ha sido más constante en su arte que el veguero (al que no le guste la comparanza como dicen en el solar familiar, que se de una vuelta). Reconozcámosle a Juana Austen el arte de crear algo hermoso, un relato en el que la belleza serena es posible.

22 de julio.- Simón y Jünger. No hay palabras. Y si las hubiera no son para estos apuntes. Tato confunde y entremezcla los tiempos narrativos, siembra la confusión.

¡Me dejaba los San Cristóbal de la Habana! Pues también acompañé a Jünger con ellos, con ron un día, con agua otro, y así, fumando y leyendo, fueron pasando el verano y los calores. Se fueron los días como el humo del cigarro de La Habana. Le hace gracia a Tato recordarlo ahora que el invierno no se acaba. Como me decía hoy un tío con abrigo gris, febrerillo loco, de todo un poco.

Tato

“No me queda un cigarro, hay que convocar a los amigos porque no nos vemos nada. ¡Que ciudad! ¡Que país!” murmura Tato rebullendo en el butacón para mejorar la postura, que la tarde es larga, manta de cuadros sobre las rodillas, gorro de lana, a pie de chimenea, chupando calor cual gato perezoso, mientras fuera llueve a cántaros.



El tercer número: recetas.



MOJE
Dificultad fácil
Tiempo 15 minutos
Ingredientes para cuatro personas o dos que coman mucho.
1kilo de tomate, español, maduro y a poder ser bueno.
Una cebolla, cuatro huevos duros, 250 gramos de bonito en aceite, 50 gramos de aceitunas negras naturales, aceite de oliva y sal.
Preparación: cortar la cebolla y los tomates en trozos pequeños. Desmenuzar el bonito.
En un cuenco mezclar los tomates, la cebolla el bonito y las aceitunas negras.
Añadir aceite al gusto y mezclar de nuevo. Ya en los platos adornar con rodajas de huevo duro y algunas aceitunas más.
Vino recomendado: Clarete Lubol (hoy rosado), bodega Pinedo Meneses, Cigales, Valladolid.
(Tomado del recetario del restaurante Nuestro Bar del Albacete).
ENSALADA MARROQUÍ

Tiempo de preparación: 15 minutos

Ingredientes: 4 tomates, 1 pepino, 1 cebolla, dos cabezas de ajos, aceite, vinagre, sal y pimienta.

Preparación: cortar a cuadros pequeños los ingredientes. En el momento de servir, aliñar con el aceite, vinagre, sal y pimienta. Mezclar bien.

“Brillat-Savarin”

NOTA DE REDACCIÓN: se ruega al Sr. Presidente que, con su acreditado gusto, complete esta modesta receta recomendando los productos a escoger.

Respuesta de la redacción: Al estimado circulista, solo podemos decirle que el único “producto” que puede convertir esta ensalada de pepino en una ensalada marroquí, es el Fez que deberá colocarse en la cabeza el cocinero durante su preparación. Firmado: El Moro Muza.

El Tercer Número: sigue


DESPROPÓSITOS Y DESAHOGOS

            Estamos a veintiocho de febrero de 2010 y finaliza el plazo para realizar la colaboración habitual a la publicación CEPO GORDO.

            En estos momentos y salvando las distancias, uno se da cuenta de la soledad de los escritores y columnistas; el miedo escénico o pavor al folio en blanco, por más que nos hayamos pasado al A-4, marginando al tradicional folio de toda la vida con copia en papel cebolla.

            Empezamos bien, ya tenemos dos párrafos sin haber dicho nada; en menos de una año me saco el doctorado en columnista y tertuliano para todo.

            En serio, el tema que voy a tratar ha sido comentado en prensa rescrita y digital, radio y televisión. Supongo que también en foros de Internet pero como no los frecuento, no puedo asegurarlo. La manida y sobada solidaridad.

            De un tiempo a esta parte, no podemos prescindir de esta palabreja. En España siempre se ha hablado de caridad, caridad con el prójimo. Ahora no, utilizamos solidaridad –realmente uno no sabe muy bien lo que comprende, pueden ser unos calcetines rotos del vecino del 3º o al compadre que se le ha muerto la vaca en el huerto de al lado-, palabro vacuo y desde luego “laico”. Que el vocablo caridad tiene un rancio tufillo religioso y además fascista, y ¡qué demonios! Clasista tope.

            Cuando yo era joven y no se descojonen los lectores, me enseñaron aquello de que “tu mano izquierda ignore lo que hace tu mano derecha”. Que los más versados que yo en las Sagradas Escrituras puntualicen la frase o me reprendan si he errado

            Ahora no, la solidaridad es pública, con luz y taquígrafos, con focos y televisiones, palmeros  y espectáculo. Eso sí, la discreción de los dineros sigue siendo la misma. El rendimiento de cuentas o el destino final de aquellos queda en una especie de limbo.

            Pero lo que más que retuerce las tripas son aquellos seres de dos patas que se dedican a estos menesteres con publicidad y alevosía y, sobre todo: con dineros del prójimo y la estupidez a cuestas.

            Este desahogo viene a cuenta de un episodio, a esta fecha no solucionado, que nos afecta a todos directamente.

            Tres especímenes de dos patas, pertenecientes a una asociación benéfica catalana, de esos que viven de las subvenciones rebañadas en el pesebre nacional, se van a África por carretera a ayudar a los pobres negritos.

            Por supuesto con gran despliegue informativo e incluso colgando la ruta y su situación en Internet, que mola mucho y está de moda.
            Evidentemente, pasan del Ministerio de Asuntos Exteriores y de las embajadas y consulados. Para qué vamos a consultar la Web del Ministerio con las advertencias de rigor sobre el peligro en la zona; si nosotros somos muy buenos y vamos a ayudar a esos pobres desgraciados; nos tenían que lamer la planta de los pies de purito agradecimiento (y no digo otra cosa porque sé que alguna señora va a leer este panfleto y prefiero ser comedido)

            Total, que allá que van con sus todo terreno, sus camiones, su ayuda, su Internet, etc.

            Pero qué pena, no contaban con unos moritos de esos, de nuestra Alianza de Civilizaciones, que nos quieren tanto; tanto que quieren volver y quedarse como hace unos siglos y que nosotros volvamos a ser lo que éramos durante esos siglos: unos putos esclavos sin derecho a túnica, velo o turbante, que eso sólo lo llevan los pata negra. Nosotros: a recoger jabón del suelo y gracias

            Esos moritos, qué desagradecidos, secuestran a nuestros pobres solidarios y se dedican a pedir un rescate millonario. Claro que viendo nuestros antecedentes, es normal y además  hay que actualizar las cifras que hay mucho vaivén con las divisas y no es cuestión de perder dinero. Además, estos tontos pagan.

            Y ahora llegamos al nudo gordiano de la cuestión. Por solidaridad el Gobierno moviliza a sus funcionarios, embajadores, cónsules, célula ministerial de crisis, CNI, autoridades de países vecinos e incluso de la Unión Europea. No se puede dejar abandonadas a unas personas tan solidarias y buenas.

            La asociación pesebre, digo benéfica, catalana, aunque podría ser perfectamente de Albacete, exige responsabilidades al Gobierno por no liberar inmediatamente a sus asociados y reclama el pronto pago y la liberación. Ellos sin poner un duro. Faltaría plus, para eso sí está el Estado.

            Total que el Gobierno va a pagar un pastón en dólares –oficialmente no se paga nada, pero de algún lado salen- con lo cual yo voy a ser solidario a la fuerza de tres tontonabos que se dedican a jugar a la beneficencia, perdón, solidaridad.

            Y eso constantemente; españoles detenidos en terceros países por traficar con droga, tarados mentales que suben a montañas en plena ventisca. El pobre estresado que va a hacer un retiro espiritual entre los somalíes.

            Pobrecitos, no se les puede abandonar, tenemos que ser comprensivos y solidarios. Aunque nos cueste un ojo de la cara, ojo que ya no nos queda porque el Gobierno se lo ha gastado todo con alegría y alborozo.

Solidaridad, cuantas memeces y cuantas estupideces se dicen y hacen en tu nombre.

            Perdonen ustedes el desahogo, pero tirar el dinero con pólvora de rey, sobre todo cuando parte lo tengo que poner yo, me repatea mucho, sobre todo si es fin de mes y no eres funcionario ni banquero.
Ustedes lo pasen bien
Deca

martes, 27 de diciembre de 2011

EL TERCER NÚMERO: Fernando VII y la estadísitica circulista.


Fernando VII y la estadística circulista.

Yo comprendo que al que no fume y no le interese el tabaco esto se le caiga de las manos. Lo digo porque, al que fume, le importará menos: irá chupando del cigarro y los ojos pasaran distraídos sobre estas líneas y sus estadísticas.

No hay cosa que me moleste más que un libro sobre tabaco en el que o bien no se hable de España, o bien se la mencione como de pasada, a manera de perdonavidas. Y es relativamente frecuente. Y es una de esas cosas que hay que desterrar para siempre. España es el tabaco, y sin España el tabaco, tal y como lo conocemos hoy, es inexplicable.

La historia de España, y también su situación actual se han asomado a los contenidos de Cepo, pero sólo de refilón. Salvo un artículo del Presidente (¡¡Viva el Presidente!!), nadie ha entrado todavía al trapo. Tampoco lo haremos ahora. Quedará la cosa en una evocación tangencial, como de pasada.

Fernando VII no tiene buena fama y se le ha considerado un mal rey, tal vez el peor, salvo que otro le pueda hacer bueno todavía. Dios quiera que no. Le tocó una época especialmente difícil, la de la transición del antiguo régimen hacia la modernidad, el constitucionalismo y el sistema del estado de derecho liberal, con el lastre terrible de la francesada, verdadera catástrofe que corto en seco los mejores impulsos de nuestro siglo XVIII. Pero hasta del Narizotas se puede sacar algo bueno. Por ejemplo, la decisión de convertir el edificio del actual Prado, destinado a observatorio, en museo de pinturas o la decisión de liberalizar la producción de tabaco, poniendo fin al monopolio de la Real Factoría de Tabacos de la Habana y a su estanco, otorgando la libertad de cultivo, fabricación y venta de tabaco “tanto en la Península e islas adyacentes como en las provincias ultramarinas”. Se podrá discutir si lo hizo de buena gana a no.

De una lectura veraniega de Pío Baroja procede esta evocación del rey, que nos interesa en particular porque contiene una referencia a su afición por el tabaco habano:

Aunque no tenía más de treinta y dos años, estaba grueso y calvo, su cara morena, su grande y arqueada nariz, que casi se le juntaba con la barbilla, saliente y también arqueada, en sentido contrario, daban a esta fisonomía una expresión muy desagradable. Los ojos grandes y negros, disimulaban algo la poca nobleza de sus facciones.
Encima de la mesa había un montón de papeles, una carpeta, una escribanía y varios cigarros habanos amontonados”.

Sigue un reenvío a los apéndices del libro y a una nota que transcribe el siguiente pasaje de las Memorias de Alcalá Galiano: “Había en la Habana una fábrica de cigarros que surtía al Rey. Fumaba treinta o cuarenta al día. Todas las mañanas mandaba colocar una caja en la antecámara para la gente del servicio”.

Llegados a este punto queremos aclarar que no fumamos ni en un mes lo que el Rey en un día. Es más, probablemente fumemos menos que pudiera hacerlo el servicio de Su Majestad. Y seguramente hacemos bien, por salud y por dineros. Resulta que el cigarro habano va camino de convertirse en un lujo al alcance de pocos, si las cosas siguen así. Veamos: habanos, un servidor, desde los 18 años ha podido comprarlos y fumarlos en España sin grandes cuestiones ni cargos de conciencia. Recuerdo haber comprado Montecristo en pequeños estancos de pueblo, dónde no resultaba extraño pedirlos ni que los sirvieran. El contraste con la Faria habitual de entonces era muy grande, pero más de sabor y fortaleza que de precio. Era más caro claro, era un cierto capricho, pero ni mucho menos se tiraba la casa por la ventana. Recuerdo en París la cara que me puso un estanquero cuando le pedí un Romeo y Julieta, con algo así como veintidós años. Peor debió de ser la que se me puso a mi cuando me toco pagarlo. Acababa de adentrarme sin saberlo en el mundo del más absoluto lujo. Lo que en España era accesible dentro de un orden, en Francia cobraba dimensiones de satrapía asiática. No en vano el tabaco era en España algo habitual desde el siglo XVI y Cuba una provincia española hasta su triste separación. Pues se ve que nuestros amigos progres, que tan mal nos conocen y tanto reniegan de lo que ignoran, quieren hacer del habano un producto de lujo, a la francesa, liquidando de paso una tradición más. Veremos a ver que pasa. A continuación unos ejemplos, queden con la fría estadística a modo de despedida.
T.
Cuadro Estadístico.

Advertencias:
Primera.- La información que a continuación aparece puede herir la sensibilidad del lector. Advertido queda, el Círculo declina toda responsabilidad.
Segunda.- Las vitolas sobre las que se ha realizado la muestra se han elegido al azar. Son de tamaño intermedio. Con las grandes ni nos hemos atrevido.
Tercera.- No son representativas de lo que fuma el Círculo, que es mucho más modesto y económico. No empiece la gente a echar cuentas. Además, últimamente estamos ya dudando si volver a tiempos de la juventud (Faria) o empezar a fumar abanos (sin hache).
Cuarta.- Nos preguntamos: ¿podría el monarca convidarnos a tabaco y así hacer una demagogia con alguna utilidad?


Mayo 2004
Febrero 2010
Incremento de precio.
Bolívar Petit Corona [Mareva, cepo42, long 129]

Caja de 25: 88,75 €
1 cigarro: 3,55 €
caja de 25: 128,75 €
1 cigarro: 5,15 €
Subida de 40€ (45%). Casi ná.
Sancho Panza Molinos
[Cervantes, cepo 42, long 165]

caja de 25: 125€
1 cigarro: 5€
caja de 25: 173,75€
1 cigarro: 6,95€
Subida de 48,75€ (39%). Temblando estamos.
Hoyo de Monterrey, Epicure nº1
[Corona Gorda, cepo 46, long 143]
caja de 25: 182,5€
1 cigarro: 7,3€
caja de 25: 243,75€
1 cigarro: 9,75€
Subida de 61,25€ (33,56%). Sudores fríos.
Punch Punch
[Corona Gorda, cepo 46, long 143]
caja de 25: 171,25€
1 cigarro: 6,85€
caja de 25: 230€
1 cigarro: 9,20€
Subida de 58,75€ (34,30%). Acogotaos...


Bibliografía selecta.



·         Anales del Círculo del Humo Azul. Compendio histórico estadístico. Una joya pendiente de publicación.

·         Ceferino Cifuentes Cayo “Cefe”: Torcedores y Torceduras, tribulaciones conyugales de un fumador de habanos. Editorial El Colmado, La Habana, 1896.

·         Celestin Dupin Lavé: Mallarmé et la giclure de tabac. Roman. Editorial Instant Parfum. Paris, Francia.

·         Reynaldo González. El Bello Habano. Editorial Ikusager.

·         Varios Autores. Fumar en el Descansillo. Manual de Autoayuda para Fumadores. Editorial Marceliano 1993.

·         H. T. S. Hupman. Freud los Fumaba. Habanos en el Diván. Succión Editores.