No hay mucha duda del superior encanto de Poirot
sobre Miss Marple. No es que la vieja y venerable anciana nos caiga mal, pero
la extraordinaria personalidad de Poirot, su carácter algo maniático, su
excentricidad a prueba de bombas, poderosa y desacomplejada, nos deslumbran.
Pero sobre todo, lo que es irresistible para un lector dotado de una mínima
sensibilidad es su cabeza en forma de huevo. Este detalle sin lugar a dudas le
dota de una superioridad innegable sobre la anciana y encantadora Jane Marple.