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viernes, 17 de febrero de 2012

El libro del general Fernández-Monzón


Terminé el pequeño libro de memorias del general Fernández Monzón que me ha prestado generosamente un colegui. Ligero, muy divertido y ameno, y también muy interesante en muchísimos aspectos: el puramente biográfico, el retrato de España y de su evolución social desde la guerra civil, pormenores históricos, políticos, la claridad de sus opiniones, el retrato de muchos de los personajes a los que conoce –Franco, el Rey, Carrero Blanco, Felipe González, Suárez, Aznar y la clase política en general, compañeros de milicia-, el retrato de la vida militar, su paso por los servicios de inteligencia, las actividades de espionaje, su opinión sobre determinados acontecimientos, etc. El tono franco, desenfadado, su espíritu crítico, la llaneza con la que se expresa, la manera en que sin tapujos alaba o critica a la gente a la que describe, todo esto es muy de agradecer y se disfruta. No falta nunca el sentido del humor.

Para hacer un poco de crítica, diremos que contiene también varias cosas a las que es difícil no objetar, como por ejemplo su afirmación de que la URSS era buena gente y que toda la guerra fría fue un puro montaje de los USA para mantener en pie su industria. No digo que no pueda haber algo de verdad, pero habría que acordarse de checos, húngaros, afganos, cubanos, angoleños, antes de soltar semejantes simplezas.

Otro punto de vista del autor muy discutible, me parece, son sus afirmaciones sobre el nacionalismo vasco, el terrorismo, la ETA, etc. Son muy pocas páginas del libro, una parte menor del mismo. Pero llaman la atención porque de alguna forma rompen con lo que hasta el momento habíamos leído, con el tono y la distancia más bien ecuánimes con los que el autor había ido relatando hasta ese momento sus recuerdos, de manera enérgica pero serena. Esas pocas páginas a las que ahora nos referimos están escritas, además, aludiendo siempre a su condición de vasco por familia. Es curiosa esta circunstancia que se da en España en más de un caso y sobre todo respecto del nacionalismo. Como si la pertenencia a lo que antes se llamaba una patria chica activara inmediata y sentimentalmente la adhesión a cualquier cosa, me refiero al nacionalismo, a cualquier construcción intelectual nacida amparándose en lo local, podríamos decir que camuflada o escondida en el elogio de lo local. Construcciones teóricas, fuertemente sentimentales e irracionales, caracterizadas por el deseo de enfrentar lo propio más local, deformándolo o manipulándolo cuanto sea menester, con el resto de España. Nacidas contra España, aupadas falazmente sobre esa patria chica, utilizando como palanca su ensalzamiento, para alcanzar fines mucha más turbios y, además, por completo ajenos a la verdad, la historia, la tradición, la gente y la cultura del lugar. Y sin embargo, la apelación sentimental es eficaz, todo lo arrasa, o al menos logra dejar a los naturales del lugar que además intuyen que todo es un cuento, fuera de juego, en tierra de nadie, como le pasa un poco al general. Parodiando un poco el asunto: se activa sentimentalmente el deseo de pertenencia al pueblico magnificado (¡sólo el tuvo fueros, nadie más!), tan fuerte que si hace falta comulgar un poco, a medias, con eso que los demás, que uno mismo en el fondo, y además la lógica, la justicia, la historia rechazan, se hace. Para poder decir aquello de “vosotros como no sois de aquí, no comprendéis, yo si, yo si porque yo pertenezco a esto, y estoy orgulloso y os puedo mirar desde arriba, a mi me quieren, yo pertenezco”. Y seguidamente ponerse a llorar abrazado a los faldones de una matrona pueblerina, vestida con traje regional, dando rienda a la histeria irracional que tan bien sirve al sistema mafioso lingüístico de turno.

Es curioso que sea precisamente en esto dónde el libro del general Monzón patine, desbarre, asido a generalidades y tópicos un poco pasmosos a estas alturas. Probablemente se deba a que el tema no se presta a tratarlo por encima, de pasada.

Pero son defectos menores, pues no se trata de un libro de ensayo, sino de unas breves memorias, francamente interesantes en su conjunto.