Mostrando entradas con la etiqueta Mártires Católicos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mártires Católicos. Mostrar todas las entradas

martes, 26 de julio de 2016

DEGOLLANDO CURAS

La tropa europea se desparrama por playas, montañas y campings en busca del solaz y del pokemon perdido mientras en la vieja Francia los asesinos de la "religión del amor" asaltan una iglesia, degollan a un presbítero de 84 años y dejan varios heridos cuya suerte es incierta. ¡Gran acto de valor militar penetrar en una iglesia y asaltar a un cura octogenario y a unas monjas..!
 
La "red" se llena de mensajes de condolencia y de frases huecas. Se tuitea el horror mientras se confirman los billetes de avión para Santorini. Se bloguea el asco mientras se envía por instagram la foto del "pibón" que ayer vi en la piscina y al que quiero meterme en la cama en cuanto se descuide. Se googelea la dirección de la casa rural mientras se reproduce en el dvd del monovolumen la última tontomovie salida de la factoría hollywoodiense. Así es la Europa de hoy, una mezcla de infantilismo, estupidez y cobardía.
 
La "culpa" no es sola y exclusiva de los políticos. La responsabilidad es de los europeos que no estamos conformes con esta sociedad asquerosa y que no hacemos nada. MEA CULPA.
 
Los políticos europeos son, en su mayor parte,  un colectivo de gentes enfermas de poder y ayunas de talla humana e intelectual para enfrentar la realidad.
 
Algunos, por sus vínculos con oriente medio o sus deudas con la sinarquía mundialista no quieren hacer nada, la mayoría no pueden, no tienen vigor físico ni intelectual ni moral para luchar contra el mal.
 
Europa está enferma. Las naciones europeas llevan décadas aprobando leyes infectas e ilegítimas que promueven una sociedad y un estilo de vida que fomenta ciudadanos débiles, infantiloides, consumistas, políticamente correctos y claudicantes.
 
Los enemigos de Europa lo saben muy bien porque llevan beneficiándose de esas leyes años y años. Esa es su verdadera baza, la de saber que enfrente ya no tienen a Felipe II ni a Carlomagno, sino a una cuadrilla de gentes adocenadas, hundidas en el vicio hasta el corvejón y enfermas de corrección política.
 
La última moda del sector políticamente correcto es repetir hasta la saciedad que "los radicales pretenden que se declare una guerra de religión" como si este fuera un argumento para no hacer nada que "agrave más la situación".
 
¿Realmente alguien en su sano juicio puede plantearse semejante gilipollez?
 
¿Es que no se han enterado que la guerra de religión YA HA SIDO DECLARADA? Y no por los locos de la bandera negra sino por muchos otros no tan locos y mucho más próximos a los despachos de occidente. 
 
La solución de la encrucijada europea no es simple ni automática pero se conocen los remedios y su aplicación es posible.
 
El problema está en que las medidas han de ser extraordinarias y deben superarse tabús que lamentablemente han arraigado hasta la médula.
 
Lo primero es que la gente sana reaccione y se manifieste de manera activa. Hay que plantarse ante los que apoyan al mal y enfrentarse a ellos para desplazarlos del poder. Los complacientes con el mal no son los que van a resolver la situación. Lo primero es que la gente se forme y entienda en qué estamos inmersos. Seguir la corriente oficial conduce al error.
 
Una Europa débil, progre y blandita no será capaz de ganar la guerra que le ha sido declarada y Estados Unidos, que es parte esencial del problema, ya no está en condiciones de salvar a nadie ya que ellos mismos están inmersos en un fenómeno de involución.
 
Nos quedan horas, días y semanas de contemplar el triste espectáculo de la condolencia hueca y de la protesta enérgica de aquellos que son responsables de que el problema de fondo no se enfrente.

El Abbé Jacques Hamel ha alcanzado la palma del martirio, ruego a Dios que su sangre no se haya derramado en vano y su sacrificio ayude a remover nuestra conciencia adormecida.