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domingo, 5 de noviembre de 2017

LA INCOGNITA CATALANA

La arriesgada decisión del ejecutivo de Mariano Rajoy al convocar elecciones autonómicas en Cataluña el 21 de Diciembre de 2017 supone tomar un riesgo sumamente difícil de calibrar.
 
Si bien la aplicación del artículo 155 era una necesidad imperiosa, la forma en la qué se está aplicando y las medidas que se han anunciado invitan a pensar que la situación social y política en Cataluña no será la mejor para la celebración de unos comicios electorales cuya trascendencia para el futuro de la política catalana y española resulta decisiva.
 
Sin contar con datos, que no están disponibles ni parece que vayan a ser desvelados próximamente, es imposible explicar con certeza cuales han sido los motivos que han sustentado tan arriesgada decisión.
 
Conociendo la mentalidad de Rajoy y la catadura de sus colaboradores el asunto huele francamente mal y sobre todo el asunto planea una nube de hediondo compadreo cuyos resultados pueden ser fatales para el futuro de España tal y como la hemos conocido hasta ahora.
 
Cataluña sigue descontrolada y los políticos persisten en su espiral de  difusión de mentiras,  proclamas alucinadas y el sostenimiento de posturas irresponsables.
 
La entrega de los principales medios de comunicación a la causa separatista no ha sido abordada por el gobierno y la libertad de acción de partidos y organizaciones independentistas (CUP, Esquerra, PDCat, ANC, Ómnium, En Comú etc.) cuya ilegalización debería haberse instado hace mucho tiempo suponen un altísimo riesgo para el normal desarrollo de un proceso electoral, que lejos de ser solución puede convertirse en un nuevo hito en la escalada de destrucción de la cohesión nacional.
 
Para los ciudadanos con un mínimo de sentido común y conciencia histórica y política la situación actual es simplemente incomprensible.
 
La situación de Cataluña requería medidas de mucho mayor calado y profundidad: recorte de competencias, interrupción de actividades antiespañolas de las administraciones regionales y locales, reconducción de los desafueros en la educación y la difusión cultural, desconexión del entramado de entes pseudo-culturales e intervención de medios de comunicación por citar algunas de las más obvias y urgentes.
 
Nada de eso se ha hecho y no parece que de aquí al 21 de Diciembre se vayan a adoptar medidas adicionales a las ya anunciadas por el ejecutivo.
 
Esta delirante dejación de funciones hace que uno piense que no nos encontramos ante un caso de buenísimo ni tan siquiera de ceguera política, sino ante algo mucho peor, que no es otra cosa que una suerte de nuevo pactismo de cuño mundialista dirigido a conducirnos hasta un nuevo escenario de impredecibles consecuencias.
 
En esta nueva encrucijada de la Historia de España, la única institución que ha operado según lo que la justicia y el honor le requerían es la corona.
 
Dejando de lado las veleidades republicanas de unos y los garantismos legales de otros, la realidad es que el único que ha dado la cara ha sido el Rey. Su intervención ha sido el detonante de la reacción popular de un pueblo ahíto de las debilidades y trampas de los políticos profesionales.
 
El pueblo español no merece a los débiles y tramposos actores que gestionan su política.
 
La historieta de la saga-fuga de Puigdemont y el papelón de la Autoridad son un buen ejemplo de que algo está pasando. Algo que nos ocultan y que no podemos ver pero sí oler. Y huele muy mal.
 
Ni teorías de la conspiración ni gaitas. O existe un plan oculto del que son parte los partidos y los poderes varios o nos enfrentamos al mayor caso de estupidez y debilidad que quepa imaginarse.
 
¿Estamos asistiendo a nueva vuelta de tuerca para desmontar la España post-Franco?
 
¿Es éste el preludio de la liquidación del pacto-consenso del 78?
 
No disponemos de certezas pero los hechos que se van conociendo, las acciones y aún más importante las omisiones nos hacen sospechar que algo muy grave se está cocinando de espaldas al público que asiste atónito, cabreado y triste al lamentable espectáculo que cada día se nos ofrece por parte de la "clase política" y sus ramificaciones mediáticas y económicas.
 
El asunto catalán se ha convertido en una incógnita que muy a nuestro pesar puede arrojar un resultado catastrófico.
 
¿Seremos capaces de despejar la incógnita y enfrentarnos a las amenazas que la misma nos depare?
 

miércoles, 18 de octubre de 2017

¿Dónde esta nuestro Valle-Inclán? Más sobre el ASUNTO, que le vamos a hacer. Esta vez sobre este gobierno de capones que es el español.


La vicepresidenta del gobierno español ayer respecto del asunto Catalán y de la respuesta dada por Puigdemon: "Nadie ha tenido tan fácil una respuesta y nadie ha tenido tan fácil evitar que se aplique la Constitución". Esta mañana el presidente del Gobierno, en la misma línea, decía durante la sesión de control lo siguiente: “Va a obligar al Gobierno a tomar decisiones que sería mejor no hacerlas nunca.” Esto es lo que queda de nuestro estado de derecho. Esta señora y este señor son la encarnación andante de un esperpento de Valle-Inclán. Si el autor de Farsa y licencia de la reina castiza estuviera vivo, el asunto catalán sería un inagotable vivero para la sátira más salvaje. Con una diferencia seguramente: Alguna ley se aplicaría al autor para no dejarle publicar el esperpento. Tablado de marionetas para escarnio del despreciado vulgo (que somos los que estamos fuera del sistema de partidos); Farsa y desparpajo del gobierno flan; Comedias de bárbaros diálogos o Escenas bufas de una democracia fallida.
¿No habrá ningún ministro que avergonzado presente su dimisión? ¿No habrá ningún ministro, ningún dirigente del partido que alce la voz ante lo que vimos ayer, el PP impidiendo que se aprobara la propuesta de Ciudadanos contra el adoctinamiento en el sistema educativo catalán mientras los radicales del congreso –catalanes y PNV- hacían cortes de manga y daban lecciones de moralina?

Porque esto ya no es un problema catalán, o de Cataluña. Gente que se salte la ley siempre habrá. Lo extraordinario es ver a todos estos ministros funcionarios, registradores de la propiedad, abogados del estado, jueces, empeñados en no cumplir la ley y en no hacerla cumplir, negociando bajo cuerda, amigos del chanchullo más infame, utilizando expresiones como "volver a la legalidad" como si el reo de un delito penal pudiera simplemente dar marcha atrás, como si no hubiera pasado nada, y, en definitiva, riéndose de nosotros y haciendo trizas el estado de derecho. Todos estos funcionarios-juristas olvidando que los nacionalistas en Cataluña son una minoría, razonando como si por boca de los radicales hablara la región en su conjunto, como si fuera Cataluña el sujeto de derechos y no cada catalán, individualmente, por su condición de español. No estamos desde hace mucho ante un problema catalán, sino ante un problema español, de derrumbe del sistema. Lo primero las clientelas y el pesebre, la partitocracia a cualquier precio, preservar el tinglado como sea. Y al español de a pie, ni caso, aunque salgamos a miles a la calle.

Para el Heraldo de Nava,
Genaro García Mingo Emperador

jueves, 5 de octubre de 2017

MARIANO RAJOY EN EFE (y perdonen la tabarra, ya hablaremos del futuro de Cepogordo)

Camino de convertirse en uno de los personajes más viles de la historia de España, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, callado como una tumba desde que el martes hablara el Rey con tanto acierto, y después de nuevas declaraciones del golpista Puigdemont riéndose de todos nosotros, da una entrevista a la agencia EFE afirmando lo siguiente:

¿Tiene una solución? Sí, y la mejor es la pronta vuelta a la legalidad y a la afirmación a la mayor brevedad posible de que no va a haber una declaración unilateral de independencia, porque con eso además se evitarán males mayores.

La mejor solución, y creo que eso lo compartimos todos, es la vuelta a la legalidad, que es que todas aquellas personas y gobernantes que han decidido por su cuenta y riesgo liquidar la ley y situarse fuera de ella, vuelvan a la legalidad.

En el contexto actual, en pleno golpe de estado, las declaraciones se comentan por sí mismas, así que no les aburriremos con una glosa. Son de una bajeza, de una miseria moral y de una ramplonería que incluso viniendo de un personaje tan siniestro y falto de principios como Rajoy causan asombro. Su antijuricidad es completa, absoluta. Enmiendan la plana al Rey y desde luego no hacen sino apuntar al pasteleo, a la solución de consenso, choricera, a la componenda ilegal que de llevarse a cabo, como sociedad, y después de lo que ha pasado, nos dejaría prácticamente fuera de combate.

Si yo liquido la ley, si yo me sitúo fuera de la ley, tendré que apechugar con las consecuencias y sufrir el castigo previsto por el ordenamiento jurídico. De lo contrario estamos en un país sin ley. Y desde luego no dependerá de mí volver a la legalidad. Puedo no continuar delinquiendo, pero los delitos cometidos ahí están. Hay un ordenamiento jurídico, un código penal y todo ello debe cumplirse con el máximo rigor.

Esto sólo puede acabar de una manera si queremos que acabe bien: con penas de cárcel para todos los responsables –incluido el presidente del gobierno si sigue sin actuar- con las accesorias de inhabilitación e indemnización de responsabilidad civil. Puigdemont, Junqueras, Trapero y todos los demás, a la cárcel esposados y por muchos años. Esta es la gran oportunidad que tenemos todos los españoles para enderezar de una vez el estado de las autonomías y nuestra fallida democracia. No podemos dejar que un miserable termine de hundirnos. El camino lo marcó claramente el Rey el martes en su discurso.

Pensábamos que tal vez no sería necesario acudir a la manifestación convocada para el sábado que viene, pero a la vista de la actitud de Rajoy, buscando el apaño con los golpistas separatistas que parece que se entibian a la vista de lo que se les viene encima, no vamos a tener más remedio que ir. Exigimos que se cumplan las leyes, que el gobierno las haga cumplir, que se detenga el golpe de estado, que se detenga los responsables de haberlo organizado y se les juzgue, que se intervenga la autonomía y se impongan en toda España la ley, el orden, la libertad y la igualdad ante la ley de todos los españoles.

Para el Heraldo de Nava
Alcides Bergamota el Grande y firmantes.

(siguen cientos de firmas en prueba de adhesión a cuanto se ha señalado). 

MARIANO EL INMÓVIL O EL GOBERNANTE QUE NO GOBIERNA

Pese a su formación jurídica y su larga experiencia en la cosa pública, parece que el Presidente del Gobierno desconoce que su única función es gobernar. 

Gobernar, en español y según el Diccionario de la RAE es, en su primera acepción mandar con autoridad o regir algo y en su segunda acepción dirigir un país o una colectividad política.

Uno diría que el asunto está claro, pero por sus actos y omisiones, para Mariano gobernar debe de ser no hacer nada y esperar a que las cosas se vayan pudriendo y otros le vayan sacando las castañas del fuego.

De las cuestiones que planteaba en mi última entrada ya hemos despejado una. Me preguntaba dónde estaba el Rey, Jefe del Estado y garante de la unidad de España. Pues bien, ya lo sabemos, el Rey Felipe VI se ha puesto en primera fila y les ha recordado a los golpistas y a los inactivos responsables del gobierno las obligaciones de unos y otros.

El Rey, de momento, no puede hacer más, el siguiente paso sería ponerse el uniforme y ordenar a las fuerzas armadas que ocupen el territorio sublevado o ir a Moncloa y sacarle a patadas al inútil de Mariano forzando una crisis de gobierno.

Conociendo España y la tendencia a los bailes en la sombra y las operaciones detrás de bambalinas, no me extrañaría que a Mariano le acaben torciendo el brazo para que haga lo que tenía que haber hecho hace meses, si no años, pero a estas alturas y ante su flagrante inacción está claro que haga lo que haga será a regañadientes y obligado por fuerzas externas a su círculo íntimo.

La que está políticamente muerta y enterrada es Soraya. Ha bastado un envite serio para que se le vean sus auténticas entretelas. Su ejecutoria es ridícula, su protección de los medios que apoyan al Golpe es sencillamente escandalosa y me pregunto si no podría ser objeto de una futura investigación judicial.

Ayer asistimos a una nueva declaración televisada del golpista Puigdemont que se permitió el lujo de contestar en público al Rey y reclamar una "mediación" como si en vez de un golpe y estar en España el fuera el líder de la isla de coco pelado y estuviera en un proceso de descolonización setentero. 

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la sociedad española consiste en que grandes capas de la misma llevan cincuenta años comprando la basura intelectual de la izquierda revolucionaria y eso explica las protestas por la "violencia policial", la no asunción de responsabilidades ciudadanas, las apelaciones a derechos de autodeterminación, conflicto internacional, mediación y demás monsergas a las que se han dedicado decenas de miles de páginas escritas por descarriados mentales y dirigidas a un público indigente y amoral que tras leer algunas de esas doctrinas en versión abreviada se consideran preparados intelectualmente para defender cualquier sandez de siniestras consecuencias.

Que los apoyos de Puigdemont vengan, entre otros de Pablo Iglesias y de determinados miembros de la jerarquía eclesial no debe sorprendernos ya que comparten las mismas inspiraciones intelectuales de la izquierda, lo que si puede sorprender a los votantes bien-pensantes del PP es que haya gentes en ese grupo de poder que compartan esos postulados y permitan la continua, persistente e infatigable acción de laminación de la idea de España.

Quizá esta catarsis que nos toca vivir tenga el efecto positivo de abrir los ojos e iluminar las conciencias.

Mientras Mariano permanece parado, inmóvil, atenazado, escondido y sus ministros no dan el paso y se mantienen a su misma altura, la del enano moral. 

martes, 3 de octubre de 2017

EL GOLPE DE ESTADO EN CATALUÑA CONTINUA ANTE LA INACCIÓN DE LA AUTORIDAD COMPETENTE

Llegamos al martes 3 de octubre de 2017 y el golpe de estado perpetrado por el separatismo catalán y apoyado por amplias capas del poder continúa su avance ante la inacción de la Autoridad Competente, el gobierno (completamente fallido y vergonzante) de Mariano Rajoy.

A lo largo de esta mañana las calles de Cataluña han aparecido invadidas por agitadores profesionales, apesebrados del separatismo y tontos útiles que se están dedicando a la comisión de diversos delitos amparados por la burbuja de falso pacifismo que se ha instalado en España desde que la Policía Nacional y la Guardia Civil actuando en defensa del Estado de Derecho y en cumplimiento de la Ley repartieron cuatro palos a la masa amorfa que se agolpaba tumultuariamente.

Ante esta situación de extrema gravedad la acción del gobierno brilla por su ausencia. España, humillada e indefensa, asiste a una dejación de funciones y a una falta de dirección que raya en la traición.

Para colmo del  absurdo, en el día de ayer y con ocasión del día de los Ángeles Custodios, el ministro del Interior tuvo la desfachatez de imponer una medalla del mérito policial al segundo el mando de los Mossos de Squadra. 

Es incomprensible y de todo punto inexplicable que el Sr.Ministro, a la sazón Magistrado, no haya presentado su dimisión tras negarse a premiar a un sujeto que ejerce el mando de un cuerpo en rebeldía contra el Estado.

Pasan las horas y el desconcierto crece.

¿Actuará el Gobierno?

¿Se consumará oficialmente la declaración de independencia y la proclamación de la República Catalana?

¿Dónde esta S.M. El Rey Jefe de las Fuerzas Armadas garantes de la integridad de la Nación Española?

Nadie parece poder dar respuesta a estas cuestiones.

lunes, 2 de octubre de 2017

VERGÜENZA E INDIGNACIÓN: ¿HA QUEDADO ESPAÑA ABANDONADA A SU SUERTE?

Ayer, jornada lamentable que quedará marcada en la memoria de todos los españoles como una fecha en la que la indignidad, la mentira y la cobardía se apoderaron de la sociedad y la sometieron a la dura prueba de contemplar avergonzada su debilidad. 

El gobierno de España presidido por Mariano Rajoy Brey dejó herido de muerte al Estado de Derecho y tiró por tierra el encomiable trabajo de miles de funcionarios de las carreras judicial y fiscal, de la policía y la guardia civil.

Asistimos entre atónitos, avergonzados e indignados al triunfo de la mentira, la manipulación, el ensalzamiento de la debilidad intelectual y moral. No sé que era peor, si las colas de gentes clamando por una falsa libertad o las caras de satisfacción de los manipuladores en pleno éxtasis de su mal hacer.

El separatismo, usando de tonto útil a una parte no pequeña de la sociedad catalana entregada al sentimentalismo y la inmadurez, consiguió un triunfo propagandístico de primer orden convirtiendo a la Policia y a la Guardia Civil en fuerzas de represión adornadas por instintos criminales y condenadas (sin el menor atisbo de presunción de inocencia) por haber cometido toda suerte de tropelías y desmanes, la mayor parte de los cuales han sido inventados y recreados hasta la extenuación por el bucle manipulador.

Nos lo podían haber ahorrado. Si se trataba de rendirse con armas y bagajes más hubiera valido que el gobierno no hubieran enviado refuerzos a Cataluña ni se hubieran prometido acciones que no se pensaban realizar.

Sólo caben dos explicaciones; o el gobierno es el conjunto más notable y acabado de cobardes, memos e inútiles que se han conocido en la Historia reciente de Occidente o están en "algo más" que desconocemos y que se han cuidado mucho de ocultar.

Fiar todo a la acción de control policial por parte de los Mossos d'Esquadra y desconocer por completo cuales iban a ser las tácticas de manipulación del separatismo resultan decisiones incomprensibles.

Hace un mes, a raiz de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils se vió cual era el material humano y la posición política adoptada por la Generalidad.

¿Con estos datos alguien en su sano juicio podía esperar que el 1 de octubre las fuerzas de orden de la Generalidad fueran a actuar de otra forma?

¿No tenía el Gobierno información de qué pasaba en Cataluña? Y si la tenía ¿por qué se la han pasado por la palomilla?

El gobierno de Mariano Rajoy y su corte se limitaron a negar la realidad tomando por imbéciles a toda la ciudadanía española. Mariano Rajoy y su gobierno ha mentido a los españoles, mirándoles a la cara y sin pestañear.

El resto de partidos del arco parlamentario que no están directamente involucrados en el apoyo al golpe se han escondido como conejos ante la presencia del hurón sediento de sangre.

Un día después de consumarse el primer paso del golpe de estado y con un anuncio de  la próxima proclamación de la denominada "República Catalana"  no ha pasado nada. Ni dimisiones, ni detenciones, ni intervenciones, ni explicaciones ni nada de nada salvo la misma cantilena sorda y siniestra expelida como un balido por los mismos corifeos de este drama de estupidez e irresponsabilidad.

El colmo, la guinda del pastel, ha sido el anuncio esta tarde (El Pais) según el cual "la situación en Cataluña" no se debatirá en el parlamento hasta el 10 de octubre o bien al día siguiente...para que darse prisa señores si total sólo se trata de frenar un golpe de estado que pretende desgajar una parte de la Nación.

La sensación general entre las gentes de bien es de total y absoluto desamparo. Parece que no hay límite a la hora de pisotear valores, personas, símbolos, instituciones, tradiciones. 

La mentira se ha adueñado de las conciencias y los cerebros, los medios de comunicación se han unido en bloque casi sin fisuras en la labor destructiva y golpe a golpe se va desmontando todo el entramado de lo que hasta hace poco conocíamos como España.

El papel ejercido por la mayor parte de los medios de comunicación, sus propietarios y profesionales ha sido particularmente grave y siniestro. Pocas veces se ve un caso más acusado de debilidad intelectual, de sectarismo, de afán de revancha y odio, de regodeo en lo más bajo y lo mas ruin del ser humano. Da asco su entrega al poder, su docilidad ante el que les paga, su abandono del mas mínimo criterio. 

Ante las olas de la tormenta que va comiéndose poco a poco el espigón lo único que exhala la ciénaga política es un término vacío y viciado: "dialogo" 

Aquellos que se hayan unido a golpe, ya sea manipulados, bienintencionados sin seso o enajenados no pueden convertirse en excusa para dejar de actuar conforme a la razón y la justicia. 

El 38% (teórico, supuesto, informado, asumido pero no confirmado ni verificado y por tanto no cierto) de catalanes que votaron ayer no otorgan legitimidad, derecho ni razón para ser la base sobre la que los separatistas y delincuentes consigan imponer su maldad.

Con el que quebranta la ley o la abusa en su propio beneficio no puede haber diálogo.

El que no sabe respetar y defender la paz social y la seguridad ciudadana no puede dialogar nada.

Si todo esto se debe a "algo más", al curso de unos planes trazados donde cada parte (Gobierno, separatistas, medios, agitadores etc...) juega su papel en una siniestra obra de destrucción de España no lo sabremos ahora ni probablemente en mucho tiempo, lo que si está claro es que no existiendo ese "algo mas" es imposible hacerlo peor ni provocar tanto dolor ni tanta zozobra. 

O Mariano Rajoy y su gobierno adoptan medidas ejemplares con urgencia o serán responsables de acelerar aún más un golpe que puede ser nefasto para España como hasta ahora la hemos conocido.

¿Ha quedado España abandonada a su suerte?

¿Seremos la última generación de españoles que vivan bajo el proyecto común de la España de destino universal?

¿Podremos dar la vuelta a esta grave situación y poner los fundamentos para reorganizar la convivencia sobre las bases de la verdad, el compromiso y la solidaridad?.

Con los políticos actuales y sin combatir la amenaza revolucionaria y mundialista no, esa es la clave que hay que desentrañar.

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA JERARQUIA RENDIDA

El miércoles 27 de septiembre de 2017 el Presidente de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Ricardo Blázquez Pérez, dió lectura a un declaración titulada "Declaración de la Comisión Permanente ante la situación en Cataluña". El contenido de la declaración y un vídeo de la comparecencia pueden consultarse en:_http://www.conferenciaepiscopal.es/declaracion-la-comision-permanente-ante-la-situacion-cataluna/

Para un católico español la lectura de la declaración es causa de profunda confusión y dolor.

Ante el envite más serio al que se enfrenta España desde los tiempos de la revolución frente-populista en la que desembocó la Segunda República, la jerarquía de la Iglesia en España se manifiesta adoptando una posición de total sumisión y entrega a los postulados de aquellos que no respetan las leyes que ellos mismos se han dado y que perturban la convivencia social tratando de doblegar la realidad para acomodarla a sus visiones destructivas.

La declaración no solamente supone una toma de posición que deja en total desamparo a un número no pequeño de fieles en toda España y particularmente en Cataluña, sino que contiene juicios falsos.

Conviene detenerse en cada uno de los puntos ya que, lamentablemente, el documento no tiene desperdicio:
  1. Ante la grave situación que se vive en Cataluña, con gran preocupación en el resto de España, los obispos queremos en primer lugar hacer nuestros los deseos y sentimientos manifestados recientemente de forma conjunta por los obispos con sede en el territorio de Cataluña, auténticos representantes de sus diócesis.
Según el primer punto, la Comisión Permanente hace suyos los deseos y sentimientos manifestados por los obispos catalanes, lo cual entiendo se refiere (como más adelante aclaran) a la nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense publicada el 20 de septiembre de 2017. En esa nota, los obispos con sede en Cataluña, defendían el diálogo y se ofrecían a ayudar por el bien de su pueblo. En la lengua de Cervantes, esto quiere decir que los obispos catalanes y, por ende, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, entienden que el "momento delicado" que vive Cataluña debe abordarse mediante el entendimiento y el diálogo, sin entrar a hablar de en que consiste el "momento delicado" que no es otra cosa que un golpe de Estado, gestado, preparado y animado por un buen número de cargos electos y funcionarios que han abjurado de su responsabilidad y por tanto actúan desde la más flagrante ilegalidad.
La negociación y el diálogo sólo pueden establecerse en un marco de exquisito respeto a las reglas que se han pactado. En caso contrario no hay diálogo sino imposición.
La frase final no deja de tener su importancia ya que supone una suerte de descargo de responsabilidad. Los obispos catalanes son los auténticos representantes de su diócesis, es decir, que la Conferencia Episcopal Española no tiene mayor cosa que decir ya que los auténticos representantes ya han trazado la línea de demarcación en esta cuestión.
Desconozco el sentido que han querido dar a esa frase los redactores de la declaración, pero lo que se entiende es que lo que digan los obispos catalanes bien dicho está ya que son ellos los representantes de su diócesis y esto implica que la responsabilidad a la hora de opinar en este asunto es suya.
  1. En especial invitamos a la oración por quienes en este momento difícil “tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común y de la convivencia social”, a fin de que todos seamos guiados “por la sensatez, y el deseo de ser justos y fraternos”, y con responsabilidad “avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y a las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz” (Comunicado. Obs. Cataluña. 20-9-2017).
Por si no hubiera quedado suficientemente claro, en el segundo punto, reiteran su alineamiento con los postulados de los obispos catalanes.
La justicia y la fraternidad son, justamente, los principios que los golpistas han conculcado desde el momento en que no han respetado las leyes ni los dictámenes de los tribunales y están actuando contra el principio de convivencia en la patria común que es exigible a todos los españoles.
Si los miembros de la Comisión Permanente están informados de la realidad de lo que acontece hoy en Cataluña, no creo que entiendan que los que agreden y amenazan a funcionarios públicos, cargos electos y ciudadanos de a pie estén motivados por ningún deseo de pacífica convivencia.
  1. En estos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común de todos, como señala la Doctrina Social de la Iglesia. El papa Francisco nos indica que “es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 239).
 Resulta particularmente interesante que se haga mención en este punto al"recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común". El discurso separatista y de la ultra-izquierda que ha alimentado el proceso que ha desembocado en este "momento delicado" está fundado de arriba abajo en la mentira y la manipulación, así como en el egoísmo y narcisismo más absoluto de aquellos que defienden una interpretación del mundo dónde todo aquel que no comparta sus planteamientos debe ser desterrado, anulado y acallado.
Situarse en una suerte de equidistancia buenista no es favorecer el diálogo ni el encuentro. Ante el delincuente y el sedicioso no cabe diálogo sino la aplicación de la Ley y el recurso a la defensa de la propia libertad a ocupar el espacio público sin amenaza ni violencia. 
  1. Para hacer posible este diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado, es necesario que, tanto las autoridades de las administraciones públicas como los partidos políticos y otras organizaciones, así como los ciudadanos, eviten decisiones y actuaciones irreversibles y de graves consecuencias, que los sitúe al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica y origine fracturas familiares, sociales y eclesiales.
En este punto los miembros de la Comisión Permanente rizan el rizo y hacen suya, sin criterio ni vergüenza, la doctrina de la naturaleza pluri-nacional de España. El "momento delicado" que vive Cataluña no tiene nada que ver con los derechos propios de las regiones que conforman España. 
Introducir ese punto en la declaración supone, de facto, asumir uno de los argumentos de los golpistas, un argumento falaz y particularmente peligroso ya que da pie a la asunción de que el "momento delicado" es un "conflicto" entre un orden opresor y un pueblo que lucha por sus derechos. 
  1. Como ya hemos señalado los obispos, en otra ocasión también difícil para nuestra convivencia democrática y pacífica, “es de todo punto necesario recuperar la conciencia ciudadana y la confianza en las instituciones, todo ello en el respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución” ( XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. 28-2-1981).
Este punto tiene su miga, ya que recupera una declaración relacionada con el golpe fallido del 23 de febrero de 1981. Realmente es difícil redactar un comunicado que conduzca de manera más irremisible a la confusión. ¿Establecen los obispos un paralelismo entre el "momento delicado" y el golpe del 23 F? De ser así ¿porqué no llaman al "momento delicado" por su nombre? Y de no ser así, como evidentemente es el caso, ¿cual es el propósito de esa cita?.  Lo enjundioso del tema es que en el texto citado se habla del respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución. Precisamente lo que no está sucediendo en el "momento delicado" que vivimos.
  1. Por último, reiterando nuestra llamada a la esperanza y la plegaria a Dios, a la serenidad y entendimiento, ofrecemos nuestra colaboración sincera al dialogo en favor de una pacífica y libre convivencia entre todos
He de reconocer que este punto final es el cierre perfecto para esta triste declaración. Tras rendirse sin ningún criterio al juicio parcial de sus hermanos los obispos catalanes y después hacer un ejercicio de equidistancia a lo largo del cual se contradicen en repetidas ocasiones, por último se ofrecen como "mediadores".
La oferta no deja de tener su "gracia" ya que uno de los estamentos que peor ha gestionado la amenaza separatista en España ha sido precisamente la jerarquía y muy en particular la de aquellas regiones como Cataluña y el Pais Vasco dónde una gran parte del clero ha sido manifiestamente parcial y particularmente protector de movimientos y opiniones radicalmente contrarias a la justicia, la paz y la verdad.
Analizado someramente el texto, sólo queda por apuntar lo que a mi juicio debería de haber dicho la Comisión si hubiera deseado prestar un servicio a sus fieles y a España:
-que nos encontramos ante un golpe de Estado, no ante un "momento delicado".
-que los fieles laicos no pueden contribuir a difundir la mentira ni oponerse violentamente a la paz social y a la Ley promulgada en un marco de legitimidad y Estado de Derecho.
-que los obispos y el clero catalán que se alinean con una visión falsa y que contribuyen a alimentar un  falso sentimiento de opresión no están comportándose conforme al credo que dicen defender ni están amparando a sus fieles sino contribuyendo a la división y ruptura de la convivencia.
-que entre las fuerzas que empujan este golpe y que se sirven de las más siniestras doctrinas para forzar la verdad y engañar, se agrupan corrientes y doctrinas totalmente contrarias a la fe de Cristo y enemigas declaradas de la Iglesia.
-que el llamamiento a los fieles y al pueblo catalán en general, no puede ser otro que el de acatar la legalidad vigente ( Mateo 22, 15-21) y conducirse con la madurez e independencia de criterio que es exigible a los formados y dar ejemplo y consejo para reconducir a los que por edad o condición no tienen formado el criterio.   
Esta Declaración no es sino una manifestación más de un estado de cosas muy grave en el que reina la confusión y la debilidad y dónde falta, más que nunca, un hálito de verdad y firmeza. Lo único positivo es la llamada a la oración para que la virgen Inmaculada, madre de España nos ampare y al Espíritu Santo para que ilumine las conciencias y el entendimiento y nos de fuerzas para resolver esta grave encrucijada de la Historia de España.