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viernes, 16 de junio de 2017

EL SPLEEN DEL PRIMO TOTÓ

El primo Totó viene a Madrid a pasar unos días de vacaciones. El primo Totó es el hijo mayor de la tía Virgina Livia, a la que todo el mundo en Roma conoce como Donna Livia. El parentesco con los Ortini di Peruginni nos viene por el tío Ernesto, hermano pequeño de papá que conoció a la tía Virgina durante un viaje a San Remo que acabó en boda y le permitieron cuarenta años de pegarse la vida padre en el Palazzo Ortini a medio kilómetro del Vaticano. El tío Ernesto era (según el gossip familiar) el más indolente de los hermanos de mi padre, lo cual, créanme ustedes, es mucho decir. Según me informa la prima Casilda que sabe mucho de los asuntos de la familia y que al ser de Bilbao si no tiene razón al menos impone su opinión, el tío Ernesto se pasó cuarenta años vistiendo impecable, asistiendo a la ópera impecable, comiendo impecable, montando a caballo impecable y aguantando a Donna Livia con actitud impecable y paciencia infinita. Totó tiene tres hermanos, dos varones Gigí (Gabriel Ernesto Ludovico) y Ursino (Joaquín María del Rosario) y una hermana Lilí (Livia Marcela de las Angustias) que es bellísima, miópe y cataléptica.
Según me cuenta la prima Casilda, entre sorbo y sorbo de Murrieta, el tío Ernesto falleció al día siguiente de enterarse de la subida de impuestos que planeaba el nuevo gobierno socialdemócrata de la república italiana. Es verdad que he oído al primo Patricio (mejicano, bebedor y canchero, del que les hablaré otro día) que eso es pura invención y que el tío Ernesto falleció tras una semana de excesos con motivo de la visita a Roma de su amigo y condiscípulo Fernandito Guisasola. Cualquiera sabe. El caso es que la tía Livia se quedó viuda y al cargo de cuatro hijos aún mas indolentes que su marido. Gracias a que el Altísimo protege a muchos incapaces, la tía Livia recibe unas rentas anuales fabulosas. Al parecer uno de los Ortini se casó unos siglos atrás con la hija de un banquero florentino de oscuras raices meridionales que aportó un río de oro por el que han navegado muchas generaciones de Ortini dedicadas al dificil arte del dolce far niente. 
El primo Totó aterriza en Barajas con más equipaje que la Maharajaní de Ruhalia que a tenor de las crónicas precisaba de cinco elefantes para portear sus baúles. Al llegar al aparcamiento y echar un ojo a mi maltrecho Saab frunce el ceño con esnobismo. Hace calor. El primo Totó viste de lino desde los Rossetti hasta el panamá y pese a ello se queja del calor. Se queja del automóvil. Se queja del aparcamiento y se queja de mi por dejar caer su valigetta d'Etro dónde me dice que lleva un laptop. Al tiempo que maldigo al primo Totó, a su equipaje, al calor de Madrid y a mi señora madre por mezclarme en este asunto, pienso que para qué diantres quiere un ordenador un tipo que lleva cuarenta años sin hacer nada más que cambiarse de ropa y flirtear con Julias, Valerias, Andreas, Livias y Carlotas.
Al llegar a casa y dejar el equipaje en manos de Antonio la cosa mejora un poco. Nuestro modesta residencia le resulta burguesa pero suficiente como pied-a-tèrre para curarse el ataque de spleen que lo tenía encerrado en casa sin salir.
Salimos a dar un paseo Serrano abajo. Nos cruzamos con la horda turística, espectáculo atroz de carnes, tatuajes, sudores, chancletas y chorts apretados mostrando nalgas monstruosas y pechugas de bisturí. El primo Totó camina por entre la plebe a paso lento y a medida que avanza, la masa se aparta ante el espectáculo de un europeo de otra época con zapatos lustrosos, traje de lino, corbata de lazo con topos de color heliótropo y sombrero de panamá con cinta tricolor. Unas japonesas le hacen una foto, una americana gorda se arrima con ánimo de hacerse un selfie. El primo Totó sin inmutarse fuma su Rothmans y me comenta: la plebe è lo stesso in tutto il mondo.
Como han cerrado Embassy y José Luis no es ni la sombra de lo que fue, he arreglado las cosas para ir a casa de Paco Vasconcelos, un amigo portugués que tiene un ático mirando al Retiro y nos invita a tomar el aperitivo. Paco Mendes de Figa y Alentejo, duque de Vasconcelos, aparte de ser el mayor coleccionista europeo de pitos irlandeses, asunto que merece ser tratado en otro momento y lugar, es un tipo de hombre al que se puede encomendar cualquier misión que requiera temple, paciencia y saber estar. La misión de aguantar al primo Totó requiere todas estas virtudes y habilidades y algunas más, pero mi recurso al amigo Paco no se ha debido tanto a sus virtudes cuanto al hecho de que su hermana Fernanda está en Madrid de paso, y Fernanda, queridos amigos, ha sido clasificada por todas las autoridades en la materia dentro de la categoría venusina superior; es decir una verdadera y auténtica sultana, una belleza ibérica morena, de piel dorada, piernas dóricas, estructura escultural, cabello negro córvido y mirada azul brumosa del color del oleaje otoñal que rompe contra los acantilados de Cascais. Que el encuentro "casual" con la bella Fernanda sea o no el remedio para el spleen del primo Totó es algo que sólo podremos empezar a vislumbrar en los capítulos que seguirán. 
Aquí les dejo que me espera una copa de fresca manzanilla.
Continuará... 

jueves, 12 de mayo de 2016

LENCERIA FINA

Ayer a la caída de la tarde nos reunimos con el Herr Profesor Dr.Gottingen en su gabinete de Madrid. Los amplios ventanales nos permiten asistir al espectáculo de la tormenta primaveral. Caen gruesos goterones que el viento empuja contra el cristal, los castaños de indias agitan sus copas. Sentados en dos cómodos tresillos, la asamblea asiste en silencio al espectáculo y medita las palabras que acaba de dirigirnos el egregio doctor. El humo de los cigarros asciende hasta el artesonado dónde los jirones grises de brillo azulado se enroscan alrededor de las efigies de Hipócrates y Esculapio. Gottingen chupa su cigarro con determinación, al ritmo de una carga de caballería. Rodeados por cuatro lienzos cubiertos de saber humano encuadernado en fina piel nos sentimos protegidos en una suerte de seno cálido y apacible de tinta, papel y cuero. Horacio Salsamendi, el eminente conductista argentino disfruta de su panatela con la delectación propia de un conocedor enviciado. Mamerto Torre-Pacheco, farmacéutico de la Almunia de Doña Godina, agricultor propietario de un emporio de cerezos y melocotoneros y jotero consumado fuma su tabardillo al ritmo de "la Palomica". En cuanto a mí, humilde autor de estas letras, trasiego mi Rey del Mundo allegro ma non troppo, reteniendo los aromas del brandy que recién había apurado.
 
La reunión, convocada por Gottingen con inusual premura, tiene por objeto conocer nuestra opinión acerca de un encargo que ha recibido de una multinacional y famosísima marca de lencería. Han leído bien, lencería, y lencería fina, para mas señas.
 
Sesudos estudios llevados a cabo en las universidades de Maguncia y Coimbra y corroborados por la siempre estimable universidad de la vida han concluido que la lencería fina es la frontera última de la ciencia europea. ¡Señores, un seno erguido vale más! Así se resumen las conclusiones científicas. ¡Un trasero perfilado es un trasero feliz! , apuntala otro de los puntos del informe.
 
Con estos presupuestos científicos la afamada marca pretende que el Profesor Gottingen, aplicando sus años de ciencia y experiencia clínica sugiera aquellos ajustes que puedan redundar en una mayor eficacia de sus productos.
 
La lencerrria, nos dice Gottingen, no es el simple cubrimiento de lo que debe quedarrr cubierto. Nein! La lencerria es la antesala del encuentro cósmico, el aperitivo de la fiesta de Bacchus. Pues no le falta razón, apostilla Mamerto Torre-Pacheco. En mis años mozos - prosigue - la visual de un escote pirenaico paraba la circulación.
 
¿escote pirenaico? Pregunta Salsamendi con tono suave.
 
Pues eso, un escote cumbre, aclara Mamerto poniendo la misma cara que se pone al explicar a un mozuelo el adecuado empleo de un silbato.
 
Comprendo, comprendo.
 
Señorrres, si les he llamado apresuradamente sacándoles de su mediocre rutina (Gottingen es así, no hay que tomárselo a mal) es porrque aún no me he decidido a aceptarr el encargo a pesar de la importante suma que me han ofrecido.
Como comprenderán no me asusta el trabajo, no me amilanan las horas de gabinete ni las consultas con cientos de señoritas y señoras, Nein!
El problema que deseo plantearles es la conveniencia de aunar la ciencia sexológica y la industria. Me temo que los resultados pueden ser devastadorres. No quierro ni pensar el irme a tumba con conciencia de haber provocado una revolución de proporciones ka-tas-tró-fi-ken.
 
No veo como es esto posible, tercia Salsamendi. Querido Doctor, usted va a facilitar unos consejos que harán más felices a las damas y a sus partenaires.
 
Querido Salsamendien, es usted un inocente. ¿No comprende que si ponemos en manos del bello sexo unos materiales específicamente pensados para el éxito de sus seduccionen todo el orden puede quedar trastocado?
 
Si con las actuales costumbres y la manía de ir en kuerren ya han conseguido aplastar al enemigo en la dominación sexual, imagine que pueden hacer si acaban dominando el arrte de la insinuación, la ciencia de la seducción, la técnica de la persuasión... Terrible perspectiva.
 
Pero querido Gottingen, tercio Mamerto, todo eso es algo viejo y sobradamente conocido en la Historia. Acuérdese usted de Popea, de Nefertiti, de la pastora Marcela...¿Qué podemos enseñar a las hijas de Venus, a las seguidoras de Afrodita y de Zsa-Zsa Gabor...?
 
En apariencia mi apreciado aphotekarien su argumento es cierto..." nada nuevo sobre el mundo"... perro..usted no tiene en cuenta que las innovaciones que puede facilitar mi privilegiado cerebro pueden convertir la lencería fina en arma más poderosa que bomba atomiken y cepas biologiken.
 
Imagine, querrido aphotekarien que las jovencitas pudieran obtener plena concentración visual masculina durante paseo por ciudad. ¡Tráfico congestionado! ¡Perros atropellados! ¡Ciclistas heridos! ... Imagine que las madres de familien contaran con nueva arma para manejo de sus mansos maridos. El frágil eje del contrato matrimonial quedaría totalmente desplazado hacia los polos enhiestos, hacia las curvaturas pronunciadas, hacia las lomas in-kon-kis-ta-bles.

Amigo Gottingen, tercia Salsamendi, con todo respeto a su incontestable sabiduría y sin poner en duda la cima científica desde la que contempla la miserable condición humana, me atrevo a sugerirle que quizá ha sobreestimado la eficacia de la lencería en un mundo arrasado por la pornografía y la carnalidad omnipresente.

En ese instante se produce un silencio terrible. Afuera la tormenta ha amainado y del cielo plomizo de Madrid cae una fina lluvia de gotas redondas, casi más otoñal que primaveral. Las sombras se han ido apoderando del gabinete y la tenue luz que proyectan las dos lámparas de pie situadas a cada lado de la pieza no alumbran lo suficiente para quebrar una atmósfera de conspiración casi claustrofóbica. Todos esperamos la reacción de un Gottingen que con los ojos cerrados y la barbilla apoyada sobre las puntas de los pulgares parece sumido en la más profunda de las meditaciones.
Pasados unos minutos eternos, el doctor se pone en pie de un salto y acercándose a su mesa de trabajo alza el auricular del teléfono y con tono seco pronuncia estas palabras: ¡Kattrinna, súbito!

Al instante, como accionada por un resorte invisible la puerta del estudio se abre. La luz de la estancia contigua inunda la pieza. A través del halo dorado avanza una figura cuyas formas van poco a poco haciéndose perceptibles hasta que se detiene en el centro del estudio dónde de una forma mágica cobra todo su ser una joven escultural, monumental, rotunda, perfecta que viste un sencillo conjunto etéreo y primaveral bajo el que se aprecian, insinúan y casi evidencian unas formas cuya realidad supera cualquier descripción de este inepto plumilla.

La joven mira de frente a la audiencia enmudecida. El rostro ligeramente ovalado, la nariz recta, los pómulos marcados sin exceso, la barbilla erguida sin afectación, los labios plenos y delicadamente carnosos, un conjunto de rasgos que enmarcan una mirada verde como la más fresca y virginal foresta atlántica.

Se alza la voz de Gottingen. ¡Kattrinna...gírese un poco y camine hasta sillón...bitte! La joven obedece. Entonces todo resulta evidente para la audiencia. Pese a ir vestida y bien vestida la dulce Kattrina, la valquiria Kattrina, la imponente hija de Odín y Frigg nos está mostrando toda su anatomía realzada hasta el infinito...

Aquí tienen, dice Gottingen, el primerr prototipo realizado con sugerrencias preliminarres... imaginen esta ciencia puesta a servicio de las Cármenes y Rocíos, sultanen iberiken, de las Ginas y Francescas de Verona, de las Aline y Ameliè de París, de las Marcelas Argentinas... imaginen...


Mientras escuchamos extasiados, no hemos percibido el rápido movimiento de Salsamendi que puesto en pie se dirige como una flecha hacia la bella Kattrina. La joven, desprevenida, no alcanza a zafarse del menudo pero vigoroso galeno argentino, que con indudable habilidad e innegable energía trata de aferrarse al talle de la bella nórdica con el propósito de hincarle el colmillo en el muslamen. A la vista del ataque pampero Gottingen se abalanza tratando de separar a su enardecido colega al tiempo que Mamerto Torres-Pacheco (contumaz lector de Plinio) no alcanza sino a menear la cabeza murmurando "Naturaca, naturaca"... En cuanto a mi, que quieren que les diga, pues lo encontré normal porque miren ustedes, uno en su vida profesional ya se ve sometido a muchas presiones y en la familiar ni les cuento, encima lo emplean de conejillo de indias de un experimento terrible y encima con semejante espécimen y claro no todo el mundo es de sangre fría como el amigo Gottingen, en fin que aquí me tienen en compañía del amigo Vaca de Parladé camino de ir a liberar a  Salsamendi de las manos del especialista al que le derivaron tras la llegada de la policía municipal y del Samur Social.

Hoy por la mañana me llamó Gottingen, parece que ha mandado a paseo a los de la lencería fina, la sesión de ayer ha bastado para convencerle de que bastante mal están ya las cosas en las calles para encima echar más leña al fuego, lo que me dio que pensar es que al parecer la tal Kattrina lejos de quejarse mucho le ha pedido el teléfono de Salsamendi, se ve que le gustan bravos. ¡Que vida esta!
 

viernes, 6 de junio de 2014

CONSTERNACIÓN EN LA CASA DE POMAR. LA TENSION SE MASCA EN EL AMBIENTE. EL CONCURSO DE REINAS MORAS Y SULTANAS RECIBE SU PRIMERA CARTA

Tras la nota publicada ayer por Calvino de Liposthey en la que acusaba al honorable Pomarada de maquinaciones propias de un Richelieu várdulo, una nube de preocupación y tensiones se ha posado sobre los tejados de Villafranca de Pomar.

Se rumorea que el escrito del emérito biógrafo de Alcides Bergamota  ha sumido a Pomarada en la más profunda consternación. 

Si bien no se ha efectuado ninguna declaración pública, desde su casa se ha filtrado una noticia, por confirmar, que apunta a un posible caso de manipulación y suplantación de la personalidad, ya que al parecer el nombre y prestigio de nuestro notable conciudadano ha podido ser empleado con mano artera por algunos jóvenes locales para armar un "concurso de prietas" (así lo han dicho, al parecer, tomando unas copas en el Club Bonni, ayer, a medianoche) y engañar a la bodega Santo Niño de la Roca para que patrocine una francachela cordobesa en compañía de las agraciadas triunfadoras.

Mientras, la dirección del Casino de Villafranca de Pomar nos remite el primer mensaje que les ha llegado y que por su indudable interés periodístico compartimos con nuestros estimados lectores. 


Queridos Señores,

Me llamo Mónica Gugelprieti-Smith, mis amigos me tratan de "Moni", soy nacida en Buenos Aires el 8 de marzo de 1980, licenciada en psicología por la UBA, doctorada en terapia conductiva por la UCLA, magister en relaciones interpersonales en la UPPM (universidad popular de Puerto Madero) ejerzo la profesión de terapeuta con clínica privada abierta en La Recoleta, entre mis aficiones se cuentan el yoga, el pilates, el running, el snowboard y el ala - delta que practico en Neuquén cuando voy a visitar a papá y a la tita Rosa (una morucha con la que se lió mi papá cuando mamá murió atragantada por una pasta de té durante una partida de bridge en el Alvear).

Soy una mujer moderna, comprometida con los challenges de la vida actual y abierta a las experiencias interpersonales enriquecedoras. 

Heredé de mamá una mata de pelo castaño con brillos rojizos y ojos verdes como las aguas de una laguna patagónica (aquí cito al poeta local Ataulfo Silva que me hizo unos versitos siendo chiquita) y de papa una altura considerable y una estructura ósea imponente sobre la que armé un body de ensueño (palabras del presidente del jurado de miss Punta del Este cuando me concedieron el título).

Ha llegado a mi conocimiento su concurso de Reinas Moras y Sultanas, convocatoria que me parece bárbara ya que marida las esencias estéticas de la madre patria con las posibilidades estructurales de la hembra porteño-patagónica.

Antes de remitirles mi formal application letter desearía aclarar un punto relativo al premio. Si bien me pierden las costumbres de la madre patria hay un punto en qué no podré complacerles y es el de asistir a una corrida de toros. A mi el bullfighting me ho-rro-ri-za. Los toreros son chicos guapos y los toros bellísimos, fascinantes, pero la mera idea del ensañamiento me atormenta.

Les propongo que en caso de ganar el concurso, como muy probablemente sucederá, substituyamos la jornada taurina por unas sesiones de kitesurfing en la playa de Tarifa.

¡Estoy loca por unirme a su competencia!

Espero su respuesta a vuelta de correo.

Un beso grande. ¡Chau!
Moni.

jueves, 5 de junio de 2014

DE REINAS MORAS Y SULTANAS

Nos llegan ecos de una comida celebrada el sábado pasado en el Casino de Villafranca de Pomar. 

Nos cuentan que se reunieron Alcides Bergamota, Doroteo,Tato y Pomarada y un primo suyo de Gerona que es varón de vieja estirpe y suelta venablos por la boca al comentar las novedades de su querida y arrasada patria chica.

Nos dicen que estaba invitado Lentini y algún otro más pero que al final se excusaron por aquello de quedarse en Madrid a presenciar la ración de cabras que les iba a dispensar la corrida programada.

El caso es que al parecer ha llegado hasta Nava de Goliardos un mensaje de un tal Efrén Maleto, poeta colombiano, que pregunta por el significado de dos apelativos hispanos con los que se ha tropezado leyendo unos tometes que le ha dejado en herencia un tío lejano, vasco, marino y que vivió un siglo atrás entre Cádiz y la Habana.

A vueltas con la carta, A.Bergamota y Doroteo decidieron reunir al "sanedrín" y así quedó concertada la comida ofrecida por el siempre dispuesto Pomarada en el Casino de su villa y corte.

La discusión se centra en la cuestión puesta sobre el mantel por el bueno de Efrén Maleto, la distinción entre "Reina Mora" y "Sultana".

Acalorado debate. Ronda de cervezas frías con calamares a la D'Annunzio (invento de Pomarada consistente en calamares a la romana con romesco y ali-oli, nada romano, pero lo de D'Annunzio se lo puso porque le dio la gana). Se encargan los menuses y llega el ojo de perdiz fresquito obsequio de la Bodega del Santo Niño de la Roca. Se sirven los entremeses. La conversación avanza y siguen sin ponerse de acuerdo con respecto al grado de belleza y prestancia requerido para ser calificada como Reina Mora.

Nos han llegado unos apuntes tomados por Pomarada que es muy suyo en esto de registrar las cosas por escrito, muy "actista".

"A.Bergamota sostiene que la mujer que puede y debe ser calificada como Reina Mora debe poseer un encanto sutil, una belleza languida y delicada, ser más bien delgada y cimbreante más que rotunda. Doroteo, en cambio, cree que cualquier mujer con independencia de su estructura puede ser calificada como tal siempre y cuando cuente con capacidad de seducción y mirada de las que pierden a uno..
Tato suelta un taco grueso y el primo José María, que va por su segunda frasca de clarete, se pone lírico y nos recita unos versos de Arnaut Daniel haciendo gala de buen gusto, mejor memoria y excelente aprovechamiento de las lecciones del Maestro Martin de Riquer."

Se sirve el cordero en chilindrón y las patatas fritas en tacos con romero y picadillo (otra idea de Pomarada). Tras el silencio que acompaña el tenedoreo inicial y las muestras de aprobación y deleite re reanuda el debate.

En cuanto a las sultanas el acuerdo es más fácil. 

Sultana, lo que se dice Sultana, no puede ses sino una mujer rotunda, espléndida, superior, una mujer que pise fuerte, mire fijo, pare, mande y domine. Sultanas hay muchas menos que reinas moras pero cuando aparecen nadie duda de que lo son.

Volvemos a las notas de Pomarada que nos parecen sumamente ilustrativas.

"Al pasar al tema de las Sultanas, A.Bergamota casi pierde la compostura. ¡Que estudiado y pensado tiene el tema! El bueno de Alcides se expande como un grano de maíz al calor de la brasa y pone los ojos en blanco al rememorar efigies de sultanas contempladas, conocidas y recordadas. La Sultana es tema muy serio, nos dice. La Sultana debe ser declarada Patrimonio Nacional. Cualquier hombre hispano que contraiga con una Sultana debería de recibir rentas y propiedades ya que la mera convivencia con semejantes portentos de la raza humana debe ser apoyada con los medios que permitan el adecuado mantenimiento y desarrollo de la sultanez. Tato se suelta cuando nos dice: la sultana es la antítesis de la mujer electrónica. ¿y que es eso de la mujer electrónica? pregunto yo que al vivir retirado en Vardulia no me entero de la misa la media. Pues muy sencillo dice Tato después de apurar de un trago la copa de vino que le acaba de servir Eufrasio, octogenario camarero del casino, la mujer electrónica es la mujer de hoy, flaca, con mama prominente de natural o artificial imposición, ceñida y pantalonera, llena de cachivaches electrónicos que manipulan obsesivamente y poco dada a resaltar los atractivos femeninos y la delicadeza, siendo más bien bruscas, mandonas, de poca sonrisa y mucho mohín y decididamente partidarias de imitar al hombre en todo lo malo de éste. ¡Tócate las narices! pienso yo. ¡Vaya con Tato!...se ha quedado a gusto el tío. El primo José María que escucha todo con mucho detenimiento y que como buen catalán viejo es tipo paciente y cachazudo nos da su parecer con tono calmado no exento de regodeo. Mirad, debo dar la razón al amigo Alcides. La Sultana se detecta fácil y es indiscutiblemente Sultana o no es. Cuando se dice que fulanita de tal es una reina mora puede darse el caso de que sea una niña mona, simpática, alegre, bien proporcionada etcétera..pero cuando se dice Lola es una Sultana ¡collons! eso es otra cosa...porque entonces todos comprendemos que Lola es una mujer monumental. Os pondré un ejemplo cinematográfico recurriendo al extranjero que así no ofendo vuestros gustos patrios particulares; Sophie Marceau es una reina mora mientras que Sophia Loren o Monica Belluci son un par de sultanas..¡De acuerdo! ¡Muy de acuerdo! salta Doroteo mientras alza la copa"

Llegan los postres y se comienza a discutir cómo y quien va a responder a la carta de Efrén Maleto. Lo suyo es que lo haga Doroteo que es el consultado, pero Alcides teme que Doroteo se vaya por las nubes y Tato sospecha que incluso puede querer enviar algunos recortes fotográficos con ejemplos que apoyen sus explicaciones. ¡Intolerable! Al calor del debate, a Bergamota se le ocurre una idea. Duda antes de lanzarse, no puede evitar una sonrisa, los ojos se le ponen cantarines. Recurrimos de nuevo a las notas de Pomarada.

"A.Bergamota se pone en pie copa en mano. Intuimos un brindis, nos equivocamos. Nos anuncia que ha tenido una idea. Tato hace un chiste, Doroteo rie por lo bajini asomando los dientecillos, sonrisa de ratón de campo. Bergamota se pone serio -o lo intenta, al menos- Nos dice que para dar cumplida respuesta al bueno de Efrén Maleto no queda otra que convocar un concurso de Reinas Moras y Sultanas. Así, como suena. Se hace el silencio. Eufrasio llega con el agua de Vichy, las frascas de licor y los cigarros. Nos miramos unos a otros. Se cortan perillas, se rasgan vitolas, se encienden los cigarros. Doroteo manifiesta que la idea le parece buena pero difícil de concretar. Tato, por una vez, está de acuerdo. Yo me callo porque eso de los concursos...Habla José María. Dicen tener experiencia en concursos y torneos, alude a juegos florales y su experiencia como criador de Lemosines que ha concursado mucho. Lo mandamos al guano con los lemosines. Enciende el cigarro y nos hace una peineta. Alcides, Doroteo y Tato cuchichean. Traman algo. Doroteo se dirige a mi en un tono que conozco ¡me van a embarcar en alguna historia!.."

Hasta aquí llegaban las noticias cuando ésta mañana, a punto de enviar nuestra nota a Cepo nos llega un sobre con matasellos de Villafranca de Pomar. Lo abrimos y cual es nuestra sopresa cuando nos encontramos con un cartelón doblado por la mitad que al desplegarse reza:

LA JUNTA DIRECTIVA DEL MUY NOBLE Y ANTIGUO CASINO DE VILLAFRANCA DE POMAR SE COMPLACE EN CONVOCAR EL:

PRIMER CONCURSO INTERNACIONAL 
DE "REINAS MORAS" Y "SULTANAS"

ABIERTO 
A TODAS LAS SEÑORITAS Y SEÑORAS DE ENTRE 18 Y 50 AÑOS CON INDEPENDENCIA DE SU  ESTADO CIVIL Y NACIONALIDAD

LAS BASES DEL CONCURSO ESTÁN DISPONIBLES EN LAS NOTARÍAS DE 
D. ALIPIO TORNADO DE VILLAFRANCA DE POMAR Y LA DEL ILMO. SR. VACA DE PARLADÉ EN MADRID.

EN MUY BREVE PODRÁN ASIMISMO CONSULTARSE EN LA PÁGINA GÜEB DE ESTE MUY NOBLE Y ANTIGUO CASINO.

LAS VENCEDORAS DE CADA CATEGORÍA RECIBIRÁN UN DIPLOMA ACREDITATIVO Y UN SUSTANCIOSO PREMIO EN METÁLICO ASÍ COMO UN VIAJE A CÓRDOBA DÓNDE PODRÁN ASISTIR A UNA CORRIDA DE TOROS (DE ESCOGIDO CARTEL) EN LA CÉLEBRE PLAZA DE LOS CALIFAS EN COMPAÑÍA DE LOS MIEMBROS DEL JURADO.

EL PLAZO DE PRESENTACIÓN DE CANDIDATURAS EXPIRA EL 14 DE AGOSTO DEL PRESENTE AÑO.

¡Ahí queda eso!