lunes, 18 de marzo de 2019

El artista y la sabandija




-  ¿De dónde viene usted?
- Del PP.
- ¿Se ha metido en política? ¡Es usted un canalla, una sabandija!
- Quite hombre quite, que vengo del polígono…
- ¿Y esas siglas?
- La segunda pe es de polígono, precisamente.
- ¿Y la primera? ¡No me diga más que atrocidad!
- No se ponga así tío remilguis, que es pe de pecioso, Pecioso Polígono, así sin erre. Vengo del Pecioso Polígono.
- Es usted un artista, y yo que creía…
- Claro, usted es de los del piensa mal.
- Es cierto, un canalla, una sabandija.
- Sin duda, oiga, sin duda.


viernes, 8 de marzo de 2019

Melancolías del poligó. De los papeles del eximino polígrafo A. Bergamota. Cortesía de C. de Liposthey, biógrafo.



 Todos los días, al salir del metro, féminas andariegas esperan agazapadas para humillar al PG (Primoroso Gordo). Ayer un china de zancada corta y rápida. Hoy una caucásica de zancada descomunal, una giganta de siete o catorce leguas, quien sabe. Todo transcurre de la manera siguiente: PG sale pletórico del metropolitano, erguido, confiado, admirando la mañana y se lanza animoso calle arriba por el polígono. Cuando cruza la primera calle, dejando atrás un fresno cuyas ramas le obligan a agacharse, y enfila la avenida Melonar, oye de repente un clap clap que se va aproximando, como si le siguieran. Primero fue la china. Clap, clap. Le adelanta y es tal la velocidad de su andar que enseguida es ida, un punto pequeño que se ve en la distancia, en el cruce con la calle de Capaos. Al mirar al suelo, PG observa que la china, desde el punto en que le adelantó, ha ido dejando un rastro intermitente de alpiste. PG lo considera ofensivo y se irrita. De vuelta a casa por la tarde todas las chinas del metro parece que le miran con amarilla sorna.


jueves, 7 de marzo de 2019

Una película de Carl Dreyer: GERTRUD.


Gertrud, de Carl Dreyer.
¿Quién hace la crítica Tato o Enrico Silverstein Dubrokowsky? ¿Y qué diferencia hay? Hombre, pues está claro. Vamos a decir que Tato será más directo, más crudo, mientras que Enrico tirará más hacia un estilo Cahier du Cinema… No sé si me entiende. Para que se haga una idea, Tato dirá algo así:

 - No sabemos si Dreyer se ríe de nosotros, de su personaje, si es un misógino o si la película es simplemente un tostón. La tía es un petardo, una auténtica pesadilla para todos, para su primer novio – que es medio tonto pues no es capaz de darse cuenta de la suerte que ha tenido escapando del monstruo-, para su pobre marido al que reprocha no dedicar su vida a adorarla, y hasta para sí misma.


En cambio el estilo de Enrico será más del siguiente modo:

 - En la filmografía dreyerana la inescrutable Gertrud viene a representar la autoexploración freudiana de la neurosis de los sentimientos a través, paradójicamente, de un personaje femenino, sí, pero con una más que insinuada dosis de androginia, con el que Dreyer por medio de una identificación de contrarios, o en espejo, diseccionará implacablemente los resortes de la afectividad femenina.
¿Y a usted que le parece? Pues mire, yo el día que la vi tenía sueño y sin embargo me mantuve despierto y atento.




Creo que lo que me mantuvo en vilo fueron la forma de contar, la belleza del blanco y negro y una hermosa teatralidad. Los gestos son precisos, la composición cuidada y siempre vistosa, los decorados hermosos y sin un detalle equivocado, puede verse como han sido concebidos con toda intención para enmarcar y reforzar el desarrollo de la historia (el juego con los espejos sería todo un ejemplo).
Es verdad que el asunto de fondo –la búsqueda del amor absoluto y la posibilidad o no de encontrarlo- a mí me interesa más bien poco, por tan manido ya, y tan manoseado por la literatura, el cine y el teatro. Y mi vecina del cuarto que siempre da la matraca con lo mismo. ¡Fíjese!
Flota sobre la película una severidad protestante sin duda. Y a uno le asaltan visiones contrapuestas de alegría católica, un San Juan por los caminos, una Santa Teresa llamándole mi medio fraile, Fray Luis por la floresta o Santo Tomás contemplando la hermosura del mundo, la belleza de la realidad.
Volvamos a Dreyer y a Gertrud. La complejidad mental del personaje protagonista, Gertrud, que creyéndose de una alta exigencia y complejidad moral, es en realidad bastante simplón y egoísta, resulta lo suficientemente interesante como para querer indagar. No pueden disociarse ni su forma de ser, ni el retrato que de ella traza Dreyer, de su esterilidad. Esterilidad física pues no tiene hijos e incluso espiritual, pues no crea a su alrededor más que sequedad. Un personaje sin duda consentido y egoísta, pero hasta cierto punto valiente pues será consecuente e irá cortando amarras con situaciones que considera falsas por no responder al ideal que busca. Que al cortar la amarra rueden por los suelos los que están a su alrededor eso es a algo que le preocupa menos. Se ve que a ustede le molesta. No me distraiga por favor.
Durante toda la proyección uno se pregunta si Dreyer está explicando y desmontando el personaje en el sentido que nosotros apuntamos – habrá entonces una mezcla de muy sutil ironía con una ácida crítica- o si le concede la importancia de la que, según nosotros, carece… la pájara (que diría Tato).

Vean la carga simbólica de los personajes contemplando el tapiz dónde puede verse a su vez una mujer, desnuda, atacada por una jauría.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Santa Maria del Paular.


El real Monasterio de Santa María del Paular se encuentra como todos saben en el valle del Lozoya, sobre la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama, cerca del pueblo de Rascafría. Fue la primera fundación de la orden de San Bruno en España. Mandó construir el monasterio Enrique II de Trastámara, el llamado de las Mercedes o el fratricida. En el habitaron los cartujos hasta la desamortización impulsada por el malvado Mendizábal, que supuso la exclaustración de la orden, la ruina del monasterio y la dispersión de las obras de arte que custodiaba. También de lo que al parecer era una espléndida biblioteca.



Y llegábamos nosotros al Paular dándole vueltas como siempre a ciertas cuestiones. Y mientras los ojos se nos iban a las hermosuras del lugar y recorrían el valle con las crestas de la sierra circundante coronadas de nieve, el emplazamiento del edificio y su arquitectura, dimos con el lema de la orden cartuja:


Crux dum volvitur orbis

Se traduce según parece por la Cruz estable mientras el mundo da vueltas. También podría ser Cruz constante mientras el mundo cambia. Y que a la mano viene esta divisa de los Cartujos para recordarnos como son las cosas y como deben ser, y que no tiene sentido, ni será pagado ni agradecido, que sea la Cruz la que se ponga en movimiento, para abrazar a un mundo que ha sido siempre uno de los enemigos del alma.