Han leído ustedes bien, si señores, ¡me cago en el sorpasso!
Estoy harto de escuchar y leer por todas partes ese termino traído del italiano que, en el español que usted y yo hablamos significa adelantamiento.
Me importa un pito si unos partidos se adelantan a otros o si superan sus resultados o cualquier otra forma que quieran emplear para explicar lo que unos sueñan conseguir frente a los otros. Lo que me indigna es el empleo de la palabrita en cuestión, que la mayor parte de los que pronuncian ni sabe que demonios significa ni de donde viene.
Me enerva la manía cateta, hoy convertida en vicio nacional, de emplear palabras traídas de otras lenguas o expresiones vacías y huecas que otorgan al que las pronuncia una imagen de persona informada, de persona culta y atenta al devenir de la actualidad .
La gente que usa expresiones como "el conjunto de los españoles", "este país", "cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado", "derecho a decidir", "relato", "memoria histórica", "concierto internacional", "violencia de género", "terapia de pareja", "familia heteroparantal", "derecho reproductivo" etc... son la misma ralea que ahora habla del "sorpasso" y del "postureo".
Un individuo que al hablar de la Policía Nacional y la Guardia Civil se refiere a los "cuerpos y fuerzas de seguridad del estado" o es un político con una alcachofa delante del hocico o es un memo en plan palomo ahuecando el plumón.
No conozco a nadie de mediana talla intelectual que hable empleando semejante sarta de vacuidades.
El gran problema está en el éxito (apadrinado, alentado y promovido) de este tipo de jerga que se va instalando poco a poco en la sociedad y que se ha ido incorporando a la realidad oficial española vía BOE dónde se habla de la "violencia de género" un día si y otro también.
Lo más grave es que en las escena pública española se alzan pocas voces en contra de esta colonización del lenguaje y de las mentes. La corrección política frena a unos y la brutal censura impide a otros expresar su opinión sobre este drama al que asistimos día a día con una paciencia que sorprendería al mismísimo Santo Job.
No debemos permitir que la progresía colonice nuestra forma de hablar y expresarnos. La expresión "este país" para referirse a España ha causado más daño que mil panfletos y dos mil documentales de manipulación ideológica.
La batalla del lenguaje es decisiva, fundamental. El lenguaje no es sólo vehículo de comunicación sino que conforma la mentalidad, la opinión, la orientación ética y moral, los gustos estéticos. El lenguaje es una vía que puede darnos acceso al bien y la belleza o puede irnos hundiendo poco a poco en una fosa de relativismo y mediocridad.
Por favor no ensucien nuestra bella lengua con palabras y expresiones traídas con sucias intenciones ideológicas.