miércoles, 29 de enero de 2020

Pesadilla sobre el futuro.




Pesadilla futurible. Gordo Ponzoñoso ha sacado la patita fuera de la calefacción para ir a comer. Ha llegado rodando hasta el restaurante El Circo de Baco dónde todo es redondo. Las mesas, los camareros, el local, las cartas, el pan. Y los platos claro. Y los clientes. Todos los clientes son gordos ponzoñosos. La presencia de un flaco resultaría ofensiva y violenta. Sobre todo porque de aparecer un flaco sería por haberse descubierto el tinglado. Y es que el Circo de Baco es un lugar secreto. Como dicen en las películas es un garito underground y como dice Melquiades, una casa de comidas gordoground. Y de haberse descubierto, el flaco, energético, vigoréxico, vitamínico, hiper-en forma y super-saludable, vendría armado con una pistola, un arma automática o una escopeta de cañones recortados, que para reventar gordos es más divertida. Y es que Gordo Ponzoñoso y sus compañeros mantecosos y disfrutones, el capitán Ballena y su pandilla de inflados panzudos, han sido declarados insalubres. También perniciosos e infectos. Son ahora un codiciado trofeo. Se esconden y venden muy cara su gruesa anatomía.


martes, 28 de enero de 2020

Polígó.

Primera vuelta a la gran manzana poligonera, después de comer. El frío es helador a la sombra, pero el sol calienta con verdadera fuerza allí donde alcanza y, al salir de la sombra para cruzar por un rincón soleado, recibimos una caricia cálida, que invita a detenerse cerrando los ojos. En una de las esquinas, el caminante puede por unos instantes salirse de la dura acera y cruzar por un camino a través de un amago de parque: cinco bancos de madera, cuatro de ellos sobre soleras de cemento, árboles pugnando por subsistir en el paisaje de naves industriales, algunos arbustos, algo de hierba, una arena blanda que conserva algo de la humedad de la mañana y acoge con blandura la pisada. Pese a su pobreza, dorado por el sol resulta hoy suficiente para detenerse a fumar la pipa que, hay que lamentarlo, no llevamos en el bolsillo.




GALERÍA DE TIPOS FÍSICOS EXTINGUIDOS: modalidad magníficos bigotes.

Los del señor Caran d'Ache.

viernes, 3 de enero de 2020

Un poco de humor al hilo de las reuniones familiares con motivo de la Navidad: ¡ya sólo queda el día de Reyes!

Procure mantener el tipo y la calma, y no hablar ese día de política si no quiere acabar como la familia que, en el XIX francés, aseguró al sentarse que no hablaría del Asunto Dreyfus…


Bajo la primera viñeta se lee: ¡Sobre todo no hablemos del asunto Dreyfus!
Bajo la segunda viñeta se lee: ¡Han hablado de ello!



Caricatura de Caran d'Hache, famoso dibujante francés de origen ruso.
Nació en Moscú. Su abuelo, soldado de Napoleón se quedó allí en 1812, no siguiendo al ejército del Ogro en la famosa retirada hacia el río Beresina.

jueves, 2 de enero de 2020

CENTENARIO DE GALLITO.



Byung-Chul Han (altas cuestiones).


Leemos esto en el libro de Byung-Chul Han, La salvación de lo bello, y lo relaciono con la Misa:

«La actual sociedad íntima elimina cada vez más modalidades y márgenes objetivos en los que uno pueda escabullirse de sí mismo, de su psicología. La intimidad se contrapone a la distancia lúdica, a lo teatral. Lo decisivo para el juego son las formas objetivas y no los estados psicológicos y subjetivos. El juego riguroso o el ritual exoneran el alma, no concediendo ningún margen a la pornografía anímica: “En ella no se produce excentricidad, egolatría ni exaltación. El encanto y el juego riguroso excluyen el arbitrio emocional, el nudismo anímico y lo psicopático”. La actriz, es más, la jugadora pasional, es des-psicologizada, desubjetivizada y desinteriorizada hasta convertirse en nadie: “Tú no eres nadie pues de otro modo no serías una gran actriz”. El nadie (del latín nemo) no tiene ningún alma que se pudiera desnudar (…)».
Al asistir a Misa no actuamos, tampoco hay actriz. Pero en la forma ordinaria el elemento psicológico subjetivo está, excesivamente a menudo, omnipresente. Esto no sucede con la forma extraordinaria, dónde el sacerdote no es nadie, (tan sólo Cristo si puede expresarse así), dónde el fiel no es nadie. Sólo adoramos al Señor, prosternados, admirados, a menudo en silencio. No hay exhibición de nuestros sentimientos. Nos arrodillamos. No eres nadie, ¡por fin!