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lunes, 28 de mayo de 2018

LA ENÉSIMA HORA DE ESPAÑA

En una reciente reunión cepogordista hablábamos Alcides Bergamota "El Grande" y yo acerca de los posibles derroteros de nuestro querido y desatendido (por mi parte) Cepo Gordo, órgano oficial de esa corriente mínima pero intensa que es el cepogordismo. Hablo de corriente, cuando quizá sería mejor hablar de modo de estar en el mundo, pero ese es un hueso para otro caldo.

En esa amable charla en torno a una mesa servida con sencillo licor, jarra de agua y humeante tabaco, nos preguntábamos acerca de la conveniencia de recuperar los temas originales que dieron vida a Cepo y abandonar las temáticas políticas o más bien de crear una segunda cabecera dedicada a alojar nuestras modestas contribuciones al debate ciudadano en torno a los temas de la ciudad y el mundo.

En el cepogordismo nada se hace con precipitación, así que a la espera de una decisión final, que sin duda requerirá de más reuniones evaluativas con sus correspondientes libaciones, fumeques, silencios y lectura de poemas y chismes varios (eso son reuniones y no las ejecutivas) me veo en la necesidad de hacer uso de nuestro querido Cepo para comunicar "a quien pudiera interesar" unas rápidas reflexiones sobre el triste y grave momento que nos toca vivir a los hijos de España y primos de Europa, hermanados en eso que otrora fue la civilización cristiana de occidente y que hoy es el guirigay de la turba confundida, el corre-ve-y-dile de conejos sin cabeza, la plasmación física de las ensoñaciones bosquianas.

España afronta su enésima hora final. Hasta aquí nos ha llevado la peculiar forma de ser y concebir el mundo de un gallego que nos hubiera hecho a todos un gran favor quedándose de mirón de la partida en el casino de Pontevedra.

Rajoy no es el único responsable del estado de cosas pero si es uno de los mayores responsables. No existe justificación posible para esa forma de hacer que mezcla con singular finura la abulia con la saña, la cobardía con la determinación a la hora de elegir mal a todo el que le rodea. Si el liderazgo se mide por la capacidad de elegir a los compañeros de viaje y alentarles en el mejor desarrollo de sus virtudes operativas y morales, está claro que Rajoy no es un líder sino un señor capaz de poner una carga de dinamita, hacer la siesta mientras el edificio se derrumba a su alrededor y luego acusar al arquitecto de mala praxis profesional

De todos los que podrían enumerarse y que por conocidos ahorro al lector, el mayor error de Rajoy es haberse permitido el lujo de llevar a España hasta el abismo de verse (una vez mas) controlada por los enemigos declarados, convictos y confesos de ser antiespañoles.

No sé si Rajoy tiene "todo el estado en la cabeza" o si olvidó los temas de registros, pero por su dilatada experiencia en el banco público, desde la responsabilidad municipal hasta la mas alta magistratura del Estado, parece evidente que debe conocer los resortes legales fundamentales que entretejen nuestro ordenamiento y a estas alturas debería haber aprendido las sucias artimañas que implica el estar en política. Su comportamiento niega ambas cosas. Ha manejado con tremenda torpeza las posibilidades que le otorga su poder ejecutivo y ha dilapidado con la fruición propia de un adicto los apoyos políticos que le permitieron comenzar a gobernar con una mayoría absoluta incontestable.

Decir que Rajoy ha traicionado las expectativas de sus electores es quedarse muy corto. Sencilla y llanamente este buen señor ha combatido con científica precisión todas y cada una de las cuestiones que resultaban esenciales para sus votantes.

El problema no es la traición de Rajoy sino las consecuencias de la misma. Si España fuera una de esas democracias miríficas a las que tanto gustan referirse los publicanos de la urna, la cosa no tendría más gravedad que ir a elecciones y mandar a este señor de vuelta al casino o al registro o a la butaca dónde tenga a bien sentarse a ver el ciclismo. El problema está en que la situación política de España no es la de una democracia (ni simple, ni buena ni menos aún mirífica) sino la de una dictadura de partidos que gracias a una legislación electoral prevista para una circunstancia puntual pero que nadie ha querido modificar, permite que cuatro desarrapados con malas intenciones puedan organizar un follón de mil pares que, sin exageración, puede dar por traste con "eso" que hasta ahora hemos dado en llamar España. Y Rajoy sabe esto tan bien como usted y como yo. Vaya si lo sabe.

Para colmo de males y en íntima conexión con la crisis social y política de España, resulta que el mundo anda un pelín revuelto. Así que tenemos a toda la patulea de los padres de la patria discutiendo por su trozo del pastel en las cortes, a los enemigos de España tratando de liquidarla (con bastante eficacia y ayudas varias) y mientras Europa y Occidente enfrentando la crisis más grave de su historia, comparable si no más grave que la vivida en la primera mitad del siglo XX.

Rajoy es reo de meternos de hoz y coz en un debate inicuo. Rajoy es reo de debilitar la trama política y social de España dejándola inerme para afrontar los retos que nos acechan. Rajoy es reo de sustraer tiempo, energía y renta a millones de españoles creadores y trabajadores que deberían estar empleando sus años en hacer de España un lugar mejor dónde vivir y una referencia y un oasis para las gentes de buena voluntad que quisieran compartir ese destino en el mundo.

Todo paralizado. Todo enredado y enfangado. Todo pendiente de batallas judiciales costosísimas, interminables debates estériles, terribles peleas a cuchilladas entre facciones y banderías de oportunistas y sacamantecas y el pueblo español de público de este drama cruento en el que se juega no ya el futuro de hijos y nietos sino la propia seguridad personal y la libertad de los padres y abuelos.

Mientras, la humanidad se enfrenta a los cambios antropológicos, a los retos sociales, a las cuestiones medioambientales, que requieren ideas, valores, energía, trabajo, algo que no puede darse ni generarse si el día a día la sociedad se va desangrando poco a poco en una siniestra autodestrucción que supone un monumento a la estupidez mas supina a la que hemos llegado tras un acelerado viaje de unas pocas décadas.

Así que lo grave de hoy no es si Rajoy aguanta o cede, si Sanchez gana los laureles o se hunde en el arroyo, si Ribera es césar o nada, si Iglesisas se compra el segundo chalé (este en Marbella) o si se hace un chaqué a medida, ni tampoco si los separatistas trincan más o menos, lo grave de hoy es que España se desangra poco a poco cuando tendría que estar armándose intelectual, moral y físicamente para dar la batalla por su lugar en el mundo, un mundo que avanza convulso, caótico, pero que avanza, lamentablemente, sin nosotros.

domingo, 5 de noviembre de 2017

LA INCOGNITA CATALANA

La arriesgada decisión del ejecutivo de Mariano Rajoy al convocar elecciones autonómicas en Cataluña el 21 de Diciembre de 2017 supone tomar un riesgo sumamente difícil de calibrar.
 
Si bien la aplicación del artículo 155 era una necesidad imperiosa, la forma en la qué se está aplicando y las medidas que se han anunciado invitan a pensar que la situación social y política en Cataluña no será la mejor para la celebración de unos comicios electorales cuya trascendencia para el futuro de la política catalana y española resulta decisiva.
 
Sin contar con datos, que no están disponibles ni parece que vayan a ser desvelados próximamente, es imposible explicar con certeza cuales han sido los motivos que han sustentado tan arriesgada decisión.
 
Conociendo la mentalidad de Rajoy y la catadura de sus colaboradores el asunto huele francamente mal y sobre todo el asunto planea una nube de hediondo compadreo cuyos resultados pueden ser fatales para el futuro de España tal y como la hemos conocido hasta ahora.
 
Cataluña sigue descontrolada y los políticos persisten en su espiral de  difusión de mentiras,  proclamas alucinadas y el sostenimiento de posturas irresponsables.
 
La entrega de los principales medios de comunicación a la causa separatista no ha sido abordada por el gobierno y la libertad de acción de partidos y organizaciones independentistas (CUP, Esquerra, PDCat, ANC, Ómnium, En Comú etc.) cuya ilegalización debería haberse instado hace mucho tiempo suponen un altísimo riesgo para el normal desarrollo de un proceso electoral, que lejos de ser solución puede convertirse en un nuevo hito en la escalada de destrucción de la cohesión nacional.
 
Para los ciudadanos con un mínimo de sentido común y conciencia histórica y política la situación actual es simplemente incomprensible.
 
La situación de Cataluña requería medidas de mucho mayor calado y profundidad: recorte de competencias, interrupción de actividades antiespañolas de las administraciones regionales y locales, reconducción de los desafueros en la educación y la difusión cultural, desconexión del entramado de entes pseudo-culturales e intervención de medios de comunicación por citar algunas de las más obvias y urgentes.
 
Nada de eso se ha hecho y no parece que de aquí al 21 de Diciembre se vayan a adoptar medidas adicionales a las ya anunciadas por el ejecutivo.
 
Esta delirante dejación de funciones hace que uno piense que no nos encontramos ante un caso de buenísimo ni tan siquiera de ceguera política, sino ante algo mucho peor, que no es otra cosa que una suerte de nuevo pactismo de cuño mundialista dirigido a conducirnos hasta un nuevo escenario de impredecibles consecuencias.
 
En esta nueva encrucijada de la Historia de España, la única institución que ha operado según lo que la justicia y el honor le requerían es la corona.
 
Dejando de lado las veleidades republicanas de unos y los garantismos legales de otros, la realidad es que el único que ha dado la cara ha sido el Rey. Su intervención ha sido el detonante de la reacción popular de un pueblo ahíto de las debilidades y trampas de los políticos profesionales.
 
El pueblo español no merece a los débiles y tramposos actores que gestionan su política.
 
La historieta de la saga-fuga de Puigdemont y el papelón de la Autoridad son un buen ejemplo de que algo está pasando. Algo que nos ocultan y que no podemos ver pero sí oler. Y huele muy mal.
 
Ni teorías de la conspiración ni gaitas. O existe un plan oculto del que son parte los partidos y los poderes varios o nos enfrentamos al mayor caso de estupidez y debilidad que quepa imaginarse.
 
¿Estamos asistiendo a nueva vuelta de tuerca para desmontar la España post-Franco?
 
¿Es éste el preludio de la liquidación del pacto-consenso del 78?
 
No disponemos de certezas pero los hechos que se van conociendo, las acciones y aún más importante las omisiones nos hacen sospechar que algo muy grave se está cocinando de espaldas al público que asiste atónito, cabreado y triste al lamentable espectáculo que cada día se nos ofrece por parte de la "clase política" y sus ramificaciones mediáticas y económicas.
 
El asunto catalán se ha convertido en una incógnita que muy a nuestro pesar puede arrojar un resultado catastrófico.
 
¿Seremos capaces de despejar la incógnita y enfrentarnos a las amenazas que la misma nos depare?
 

jueves, 5 de octubre de 2017

MARIANO EL INMÓVIL O EL GOBERNANTE QUE NO GOBIERNA

Pese a su formación jurídica y su larga experiencia en la cosa pública, parece que el Presidente del Gobierno desconoce que su única función es gobernar. 

Gobernar, en español y según el Diccionario de la RAE es, en su primera acepción mandar con autoridad o regir algo y en su segunda acepción dirigir un país o una colectividad política.

Uno diría que el asunto está claro, pero por sus actos y omisiones, para Mariano gobernar debe de ser no hacer nada y esperar a que las cosas se vayan pudriendo y otros le vayan sacando las castañas del fuego.

De las cuestiones que planteaba en mi última entrada ya hemos despejado una. Me preguntaba dónde estaba el Rey, Jefe del Estado y garante de la unidad de España. Pues bien, ya lo sabemos, el Rey Felipe VI se ha puesto en primera fila y les ha recordado a los golpistas y a los inactivos responsables del gobierno las obligaciones de unos y otros.

El Rey, de momento, no puede hacer más, el siguiente paso sería ponerse el uniforme y ordenar a las fuerzas armadas que ocupen el territorio sublevado o ir a Moncloa y sacarle a patadas al inútil de Mariano forzando una crisis de gobierno.

Conociendo España y la tendencia a los bailes en la sombra y las operaciones detrás de bambalinas, no me extrañaría que a Mariano le acaben torciendo el brazo para que haga lo que tenía que haber hecho hace meses, si no años, pero a estas alturas y ante su flagrante inacción está claro que haga lo que haga será a regañadientes y obligado por fuerzas externas a su círculo íntimo.

La que está políticamente muerta y enterrada es Soraya. Ha bastado un envite serio para que se le vean sus auténticas entretelas. Su ejecutoria es ridícula, su protección de los medios que apoyan al Golpe es sencillamente escandalosa y me pregunto si no podría ser objeto de una futura investigación judicial.

Ayer asistimos a una nueva declaración televisada del golpista Puigdemont que se permitió el lujo de contestar en público al Rey y reclamar una "mediación" como si en vez de un golpe y estar en España el fuera el líder de la isla de coco pelado y estuviera en un proceso de descolonización setentero. 

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la sociedad española consiste en que grandes capas de la misma llevan cincuenta años comprando la basura intelectual de la izquierda revolucionaria y eso explica las protestas por la "violencia policial", la no asunción de responsabilidades ciudadanas, las apelaciones a derechos de autodeterminación, conflicto internacional, mediación y demás monsergas a las que se han dedicado decenas de miles de páginas escritas por descarriados mentales y dirigidas a un público indigente y amoral que tras leer algunas de esas doctrinas en versión abreviada se consideran preparados intelectualmente para defender cualquier sandez de siniestras consecuencias.

Que los apoyos de Puigdemont vengan, entre otros de Pablo Iglesias y de determinados miembros de la jerarquía eclesial no debe sorprendernos ya que comparten las mismas inspiraciones intelectuales de la izquierda, lo que si puede sorprender a los votantes bien-pensantes del PP es que haya gentes en ese grupo de poder que compartan esos postulados y permitan la continua, persistente e infatigable acción de laminación de la idea de España.

Quizá esta catarsis que nos toca vivir tenga el efecto positivo de abrir los ojos e iluminar las conciencias.

Mientras Mariano permanece parado, inmóvil, atenazado, escondido y sus ministros no dan el paso y se mantienen a su misma altura, la del enano moral. 

martes, 3 de octubre de 2017

EL GOLPE DE ESTADO EN CATALUÑA CONTINUA ANTE LA INACCIÓN DE LA AUTORIDAD COMPETENTE

Llegamos al martes 3 de octubre de 2017 y el golpe de estado perpetrado por el separatismo catalán y apoyado por amplias capas del poder continúa su avance ante la inacción de la Autoridad Competente, el gobierno (completamente fallido y vergonzante) de Mariano Rajoy.

A lo largo de esta mañana las calles de Cataluña han aparecido invadidas por agitadores profesionales, apesebrados del separatismo y tontos útiles que se están dedicando a la comisión de diversos delitos amparados por la burbuja de falso pacifismo que se ha instalado en España desde que la Policía Nacional y la Guardia Civil actuando en defensa del Estado de Derecho y en cumplimiento de la Ley repartieron cuatro palos a la masa amorfa que se agolpaba tumultuariamente.

Ante esta situación de extrema gravedad la acción del gobierno brilla por su ausencia. España, humillada e indefensa, asiste a una dejación de funciones y a una falta de dirección que raya en la traición.

Para colmo del  absurdo, en el día de ayer y con ocasión del día de los Ángeles Custodios, el ministro del Interior tuvo la desfachatez de imponer una medalla del mérito policial al segundo el mando de los Mossos de Squadra. 

Es incomprensible y de todo punto inexplicable que el Sr.Ministro, a la sazón Magistrado, no haya presentado su dimisión tras negarse a premiar a un sujeto que ejerce el mando de un cuerpo en rebeldía contra el Estado.

Pasan las horas y el desconcierto crece.

¿Actuará el Gobierno?

¿Se consumará oficialmente la declaración de independencia y la proclamación de la República Catalana?

¿Dónde esta S.M. El Rey Jefe de las Fuerzas Armadas garantes de la integridad de la Nación Española?

Nadie parece poder dar respuesta a estas cuestiones.

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA JERARQUIA RENDIDA

El miércoles 27 de septiembre de 2017 el Presidente de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Ricardo Blázquez Pérez, dió lectura a un declaración titulada "Declaración de la Comisión Permanente ante la situación en Cataluña". El contenido de la declaración y un vídeo de la comparecencia pueden consultarse en:_http://www.conferenciaepiscopal.es/declaracion-la-comision-permanente-ante-la-situacion-cataluna/

Para un católico español la lectura de la declaración es causa de profunda confusión y dolor.

Ante el envite más serio al que se enfrenta España desde los tiempos de la revolución frente-populista en la que desembocó la Segunda República, la jerarquía de la Iglesia en España se manifiesta adoptando una posición de total sumisión y entrega a los postulados de aquellos que no respetan las leyes que ellos mismos se han dado y que perturban la convivencia social tratando de doblegar la realidad para acomodarla a sus visiones destructivas.

La declaración no solamente supone una toma de posición que deja en total desamparo a un número no pequeño de fieles en toda España y particularmente en Cataluña, sino que contiene juicios falsos.

Conviene detenerse en cada uno de los puntos ya que, lamentablemente, el documento no tiene desperdicio:
  1. Ante la grave situación que se vive en Cataluña, con gran preocupación en el resto de España, los obispos queremos en primer lugar hacer nuestros los deseos y sentimientos manifestados recientemente de forma conjunta por los obispos con sede en el territorio de Cataluña, auténticos representantes de sus diócesis.
Según el primer punto, la Comisión Permanente hace suyos los deseos y sentimientos manifestados por los obispos catalanes, lo cual entiendo se refiere (como más adelante aclaran) a la nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense publicada el 20 de septiembre de 2017. En esa nota, los obispos con sede en Cataluña, defendían el diálogo y se ofrecían a ayudar por el bien de su pueblo. En la lengua de Cervantes, esto quiere decir que los obispos catalanes y, por ende, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, entienden que el "momento delicado" que vive Cataluña debe abordarse mediante el entendimiento y el diálogo, sin entrar a hablar de en que consiste el "momento delicado" que no es otra cosa que un golpe de Estado, gestado, preparado y animado por un buen número de cargos electos y funcionarios que han abjurado de su responsabilidad y por tanto actúan desde la más flagrante ilegalidad.
La negociación y el diálogo sólo pueden establecerse en un marco de exquisito respeto a las reglas que se han pactado. En caso contrario no hay diálogo sino imposición.
La frase final no deja de tener su importancia ya que supone una suerte de descargo de responsabilidad. Los obispos catalanes son los auténticos representantes de su diócesis, es decir, que la Conferencia Episcopal Española no tiene mayor cosa que decir ya que los auténticos representantes ya han trazado la línea de demarcación en esta cuestión.
Desconozco el sentido que han querido dar a esa frase los redactores de la declaración, pero lo que se entiende es que lo que digan los obispos catalanes bien dicho está ya que son ellos los representantes de su diócesis y esto implica que la responsabilidad a la hora de opinar en este asunto es suya.
  1. En especial invitamos a la oración por quienes en este momento difícil “tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común y de la convivencia social”, a fin de que todos seamos guiados “por la sensatez, y el deseo de ser justos y fraternos”, y con responsabilidad “avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y a las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz” (Comunicado. Obs. Cataluña. 20-9-2017).
Por si no hubiera quedado suficientemente claro, en el segundo punto, reiteran su alineamiento con los postulados de los obispos catalanes.
La justicia y la fraternidad son, justamente, los principios que los golpistas han conculcado desde el momento en que no han respetado las leyes ni los dictámenes de los tribunales y están actuando contra el principio de convivencia en la patria común que es exigible a todos los españoles.
Si los miembros de la Comisión Permanente están informados de la realidad de lo que acontece hoy en Cataluña, no creo que entiendan que los que agreden y amenazan a funcionarios públicos, cargos electos y ciudadanos de a pie estén motivados por ningún deseo de pacífica convivencia.
  1. En estos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común de todos, como señala la Doctrina Social de la Iglesia. El papa Francisco nos indica que “es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 239).
 Resulta particularmente interesante que se haga mención en este punto al"recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común". El discurso separatista y de la ultra-izquierda que ha alimentado el proceso que ha desembocado en este "momento delicado" está fundado de arriba abajo en la mentira y la manipulación, así como en el egoísmo y narcisismo más absoluto de aquellos que defienden una interpretación del mundo dónde todo aquel que no comparta sus planteamientos debe ser desterrado, anulado y acallado.
Situarse en una suerte de equidistancia buenista no es favorecer el diálogo ni el encuentro. Ante el delincuente y el sedicioso no cabe diálogo sino la aplicación de la Ley y el recurso a la defensa de la propia libertad a ocupar el espacio público sin amenaza ni violencia. 
  1. Para hacer posible este diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado, es necesario que, tanto las autoridades de las administraciones públicas como los partidos políticos y otras organizaciones, así como los ciudadanos, eviten decisiones y actuaciones irreversibles y de graves consecuencias, que los sitúe al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica y origine fracturas familiares, sociales y eclesiales.
En este punto los miembros de la Comisión Permanente rizan el rizo y hacen suya, sin criterio ni vergüenza, la doctrina de la naturaleza pluri-nacional de España. El "momento delicado" que vive Cataluña no tiene nada que ver con los derechos propios de las regiones que conforman España. 
Introducir ese punto en la declaración supone, de facto, asumir uno de los argumentos de los golpistas, un argumento falaz y particularmente peligroso ya que da pie a la asunción de que el "momento delicado" es un "conflicto" entre un orden opresor y un pueblo que lucha por sus derechos. 
  1. Como ya hemos señalado los obispos, en otra ocasión también difícil para nuestra convivencia democrática y pacífica, “es de todo punto necesario recuperar la conciencia ciudadana y la confianza en las instituciones, todo ello en el respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución” ( XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. 28-2-1981).
Este punto tiene su miga, ya que recupera una declaración relacionada con el golpe fallido del 23 de febrero de 1981. Realmente es difícil redactar un comunicado que conduzca de manera más irremisible a la confusión. ¿Establecen los obispos un paralelismo entre el "momento delicado" y el golpe del 23 F? De ser así ¿porqué no llaman al "momento delicado" por su nombre? Y de no ser así, como evidentemente es el caso, ¿cual es el propósito de esa cita?.  Lo enjundioso del tema es que en el texto citado se habla del respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución. Precisamente lo que no está sucediendo en el "momento delicado" que vivimos.
  1. Por último, reiterando nuestra llamada a la esperanza y la plegaria a Dios, a la serenidad y entendimiento, ofrecemos nuestra colaboración sincera al dialogo en favor de una pacífica y libre convivencia entre todos
He de reconocer que este punto final es el cierre perfecto para esta triste declaración. Tras rendirse sin ningún criterio al juicio parcial de sus hermanos los obispos catalanes y después hacer un ejercicio de equidistancia a lo largo del cual se contradicen en repetidas ocasiones, por último se ofrecen como "mediadores".
La oferta no deja de tener su "gracia" ya que uno de los estamentos que peor ha gestionado la amenaza separatista en España ha sido precisamente la jerarquía y muy en particular la de aquellas regiones como Cataluña y el Pais Vasco dónde una gran parte del clero ha sido manifiestamente parcial y particularmente protector de movimientos y opiniones radicalmente contrarias a la justicia, la paz y la verdad.
Analizado someramente el texto, sólo queda por apuntar lo que a mi juicio debería de haber dicho la Comisión si hubiera deseado prestar un servicio a sus fieles y a España:
-que nos encontramos ante un golpe de Estado, no ante un "momento delicado".
-que los fieles laicos no pueden contribuir a difundir la mentira ni oponerse violentamente a la paz social y a la Ley promulgada en un marco de legitimidad y Estado de Derecho.
-que los obispos y el clero catalán que se alinean con una visión falsa y que contribuyen a alimentar un  falso sentimiento de opresión no están comportándose conforme al credo que dicen defender ni están amparando a sus fieles sino contribuyendo a la división y ruptura de la convivencia.
-que entre las fuerzas que empujan este golpe y que se sirven de las más siniestras doctrinas para forzar la verdad y engañar, se agrupan corrientes y doctrinas totalmente contrarias a la fe de Cristo y enemigas declaradas de la Iglesia.
-que el llamamiento a los fieles y al pueblo catalán en general, no puede ser otro que el de acatar la legalidad vigente ( Mateo 22, 15-21) y conducirse con la madurez e independencia de criterio que es exigible a los formados y dar ejemplo y consejo para reconducir a los que por edad o condición no tienen formado el criterio.   
Esta Declaración no es sino una manifestación más de un estado de cosas muy grave en el que reina la confusión y la debilidad y dónde falta, más que nunca, un hálito de verdad y firmeza. Lo único positivo es la llamada a la oración para que la virgen Inmaculada, madre de España nos ampare y al Espíritu Santo para que ilumine las conciencias y el entendimiento y nos de fuerzas para resolver esta grave encrucijada de la Historia de España.

viernes, 22 de septiembre de 2017

CLAUDICACIÓN ANTE EL GOLPE, ¿INCAPACIDAD O ALGO MÁS..?

En pleno golpe de estado los miembros del gobierno que deben evitarlo alzan la bandera blanca y se ponen a disposición de los golpistas para negociar a cambio de que cesen en su delito continuado.

Las declaraciones públicas de varios miembros del gobierno han dejado al personal hispano pasmado. Si estos son los defensores de la ciudadela apañados estamos. No cabe duda que estos tecnócratas de bajos vuelos no han hecho sus armas en la escuela de Guzmán el Bueno.

La cuestión que cabe debatir ahora es si Mariano & Cia son simplemente incapaces de gestionar la reconducción del golpe o si la cosa es peor y están actuando "como quien pisa cáscara de huevo" porque participan de ese entramado obscuro que va poco a poco desintegrando España y mermando su capacidad cumplir con su destino histórico de actor en la defensa de los valores de occidente.

Uno comprende que los socialdemócratas travestidos de liberales que integran los actuales cuadros de mando del PP no son gente muy proclive al uso de la fuerza ni a la defensa de valores  y convicciones, pero el ofrecimiento a abrir una negociación en la situación actual es un paso que sólo puede ser calificado de descabellado y rayano en la traición.

Con el delincuente no se negocia nada. Los gobernantes catalanes han perdido toda legitimidad y capacidad y por sus propios actos han abandonado la representación que les había sido otorgada. Para su acción solo cabe la estricta aplicación de la legislación vigente.

Si lo que pretende/pretendía el gobierno de España era decir que están en disposición de hablar del día después al 1 de octubre, no sólo no se han explicado bien sino que tienen que aclarar con quién pretenden hablar y de qué pretenden hablar.

En Cataluña como en el resto de las regiones de España convertidas en Comunidades Autónomas por el delirio buenista de los chamanes del 78, existe una importante fractura social. 

Un porcentaje no pequeño de catalanes no tiene ningún interés en nada de lo que está promoviendo una minoría de agitadores profesionales. Siendo esto así, y estando obligado todo gobierno a procurar el bien común de los administrados, resulta claro que el diálogo no puede establecerse con aquellos cuya finalidad es subvertir la ley y fomentar la quiebra de la nación (no del estado, aclaremos esa confusión).

Por otra parte, no se sabe de qué se quiere hablar. ¿Realmente alguien en su sano juicio se cree que la solución es conceder un regimen fiscal especial a Cataluña?

El proceso revolucionario alentado por los profesionales del sentimentalismo separatista no se resuelve con mayores transferencias y regalías.

España precisa una renovación estructural de primera magnitud. El rearme no debe centrarse exclusivamente en las modificaciones legales de ordenación territorial, competencial o fiscal, sino en la reconducción del suicidio al que ha conducido la entrega de la educación y los medios de comunicación de masas a la izquierda más radical y antiespañola.

Ya son casi dos generaciones de españoles los que han crecido dentro de una cultura y un medioambiente que fomenta el nacionalismo de aldea y el odio a España. Esto no sucede sólo en Cataluña, Galicia o el País Vasco. Atiendan ustedes a lo que sucede en Valencia, Baleares, Canarias o la propia Andalucía.

La dejación de todos los gobiernos desde la transición hasta la actualidad ha sido total y su responsabilidad inmensa.

El plan de destrucción de España se ha llevado a cabo con minuciosa precisión y con la siniestra complicidad de partidos, estamentos públicos y privados y la jerarquía eclesiástica.

No se respeta la bandera, el himno, las tradiciones, a los cuerpos e instituciones, se mancilla continuamente a la corona (en eso la familia real tiene su parte no menor de responsabilidad), se prohíbe a los militares vestir sus uniformes, se hace mofa y escarnio de los españoles que dieron su vida por la patria desde hace cientos de años, se manipula la historia, etc....

Es perfectamente normal que un niño educado en ese ambiente de odio a lo español no sienta nada al ver la enseña nacional y que sus afectos se circunscriban al sentimiento próximo de lo tribal.

El sentido de España es universal. España y los españoles se han orientado siempre a lo abierto, sin limitación de horizontes ni estrechez de miras. Desde hace muchas décadas se ha cultivado justo lo contrario; el ensalzamiento de lo local por exclusión, la separación, la identidad inmadura del que quiere manejar su juguete y que no lo toquen otros.

Los efectos de esa mentalidad fomentada desde la inteligencia de la nueva izquierda y los movimientos mundialistas y abrazada por los tontos útiles de la supuesta derecha son devastadores. No sólo crean el caldo de cultivo para la sumisión a la mentira y reducen la resistencia individual, sino que conforman un neo-español blando, sin valores, sin ideas claras, un sujeto que se siente acreedor de todos los derechos y no tolera ninguna de las obligaciones (entre otras cumplir la ley) que impone la vida en una sociedad civilizada.  

Ese neo-español es el sujeto perfecto sobre el que de-construir la nación y convertirla en un amasijo informe que poco a poco acabe desintegrándose en una sociedad invivible para cualquiera con un mínimo de conciencia histórica y sentido de la libertad individual.  

La tarea que exige el futuro es enorme. La participación de los españoles con criterio y capacidad es fundamental y para ello no cabe otra que la re-organización de las células y grupos dispersos que no quieren la desaparición de la nación y que ansían construir una sociedad verdaderamente libre que se defienda de sus enemigos con inteligencia y contundencia.

El mensaje de los gobernantes del PP no anuncia nada bueno. 

Pongamos nuestras esperanzas en que una vez más la Reina del Cielo y el Apóstol Santiago vengan en nuestro socorro y nos ayuden a superar este difícil trance, permitiendo que España no sucumba ante las hordas del mal y pueda cumplir su destino al frente de la civilización occidental.

martes, 19 de septiembre de 2017

EL GOLPE CONTINÚA ANTE LA TIBIA REACCIÓN GUBERNAMENTAL

Asistimos estos días al lamentable espectáculo que nos ofrecen los inmaduros revolucionarios del independentismo catalán y los melindrosos gestores de la cosa pública. No nos extraña la pantomima, lo que nos duele es tener que asistir a un espectáculo innecesario y grotesco que debía haberse evitado hace muchos años.

Que la concesión de las competencias educativas a las CC.AA. fue un error mayúsculo es algo que hoy día nadie en su sano juicio y con buena intención puede discutir.

Que las transferencias inmoderadas de facultades y atribuciones hechas hace décadas han sido la base sobre la que se ha edificado el desbarajuste institucional autonómico es algo que tampoco puede discutirse.

Cuando la constitución del 78 se estaba gestando se alzaron muchas voces advirtiendo de los peligros de determinadas decisiones. El hoy desaparecido tratado de Luis Sanchez Agesta ya apuntaba a errores de bulto en la redacción constitucional.

En materia de estrategia revolucionaria los indepes le están dando un baño a Mariano y la Banda del Empastre. Tener que escuchar a un gobernante que "le están llevando a donde no quiere" es triste ya que pone en evidencia la minúscula altura como gestor del destino patrio.

Los indepes juegan la carta mixta de la victimización, la revuelta falsamente pacífica y la amenaza (nada velada ni sutil) a una posible acción violenta en la calle.

El principal motivo por el que las sociedades se dan un gobierno es para garantizar la paz social, entendida esta como el pacífico disfrute de la vía pública, la seguridad y la inviolabilidad del domicilio. En el momento en el que el gobernante no antepone la seguridad ciudadana a cualquier otra consideración está conculcando la base de su legitimidad. 

Del siniestro papel que están jugando el resto de partidos con representación parlamentaria no hay mucho que decir, cada uno se define por sus actos y sus palabras. Pocas veces en la Historia de España hemos tenido unos representantes de menor altura y capacidad. 

Los medios de comunicación afines (casi todos) y contrarios (los menos) nos bombardean con interminables tertulias, artículos y reportajes que oscilan desde la banalidad más absoluta a la inmoralidad más rampante.

El enorme "cuento" que se ha construido alrededor de este siniestro negocio de la independencia ha acabado por ahogar a casi todos; unos por comulgar con ruedas de molino y otros por participar irresponsablemente en un golpe de estado de nefastas consecuencias, se consume o no. 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

CATALUÑA: GOLPE DE ESTADO POSTMODERNO

Han de creerme los amables cepogordistas cuando les digo que he estado mucho tiempo tratando de evitar escribir sobre un asunto sobre el que ya se ha dicho casi todo.

Sinceramente no creo que esto vaya más allá de un desahogo, pero ante la riada de tinta, bites y ruido que hemos tenido que soportar en las últimas semanas no hay forma de evitar ponerse frente a la pantalla y dejar algunos comentarios por escrito.

En primer lugar el golpe de estado en Cataluña (llamemos a las cosas por su nombre) no es un "choque institucional" ni un "conflicto político" ni ninguna de esas cosas que periodistas, tertulianos y políticos del pesebre emplean como eufemismos de lo que no es sino un levantamiento de dentro hacia fuera.

Los cargos electos de la comunidad catalana son representantes en su territorio del Estado y están sometidos a la Constitución por encima de su estatuto y demás legislación que les sea aplicable.

El artículo 67.1 del Estatuto establece que el presidente de la Generalidad ostenta la representación ordinaria del Estado en Cataluña. 

En este contexto legal claro y nítido, cualquier acción del presidente y su gobierno en contra de la Constitución y del Estado al que representa deben considerarse particularmente graves e injustificables desde un punto de vista legal y ético.

No hay "choque insitucional" ninguno, lo que hay es un representante del Estado se levanta en contra de ese Estado y del rey que lo ha nombrado presidente y se infla como un pavo amenazando con la proclamación de la república catalana.

Si España no estuviera hecha unos zorros la bravuconada de Puigdemont y su grupo de iluminados se hubiera atajado el primer día mediante oportuna detención, procesamiento y condena de los caudillos por uno o varios delitos en los que ,supuestamente, están incurriendo tales como rebelión o malversación por citar dos de los más jugosos.

El disparate al que asistimos ha llegado al siniestro punto en el que estamos no sólo por la nefasta gestión política de UCD, CDS, PSOE y PP sino por la profundísima corrupción política y moral de los líderes políticos de Cataluña y de una buena parte del entramado social sobre el que se asientan y al que han beneficiado a manos llenas.

Enfangados en una sima de robo y corrupción generalizada la "patada hacia delante" ha sido una forma torpe, siniestra y grave de chantajear al gobierno e intentar una huida a un nuevo sistema que les permita huir del peso de la Justicia y mantener su esquema de latrocinio institucional.

La parte de los separatistas profesionales de las diferentes tribus (ERC, CUP etc..) es otra, ya que en este caso no están haciendo sino lo que les toca. Son agitadores profesionales, viven del presupuesto del Estado al que denigran con el único objetivo de mantener sus poltronas y prebendas a costa de lo que sea.

Las víctimas de este golpe de estado son los españoles que han nacido y viven en Cataluña así como los de las demás regiones que con su esfuerzo durante siglos y siglos han levantado la tierra, hacienda y cultura que un grupo de sinvergüenzas intenta mantener bajo su exclusivo control.

En cuanto al número no pequeño de comparsas en las que se apoya el separatismo (asistentes a la Diada separatista, miembros de asociaciones, palmeros y plañideras...) aquí nos enfrentamos a tres grupos diferenciados; los estómagos agradecidos del pesebre separatista, los tontos útiles y los odiadores profesionales cuya única razón de ser es destruir España y lo que representa.

Las gentes bienpensantes se manifiestan preocupadas por ese grupo de "soñadores" que solo buscan libertad y deseo de autodeterminación. A mi las histerias y los delirios del personal no me producen ni frío ni calor. 

A estas alturas el que se niegue a conocer la Historia y se una a movimientos estrictamente basados en la mentira y en la manipulación más burda no pueden pretender estar protegidos por un teórico "derecho a ser gilipollas". 

Los fundamentos "teóricos" de este movimiento están basados en la mentira y la manipulación. No hay verdad detrás de una falsa aspiración.

En el caso de los tontos útiles que llenan calles y cuelgan banderas; Si eres tonto del culo lo mejor es asumirlo, dejarte de manifestaciones y salir a la calle a jugar a la pirindola sin molestar a los demás. Si no eres tonto del culo y participas en esa bazofia entonces el asunto es más grave.

El problema es que no hay tantos tontos útiles, lo que hay es mucho inmaduro emocional y mucho jeta al que le da igual romper el jarrón porque sabe que a el no le van a pasar la factura.

Ese es el delito de la posmodernidad en la que nos ha instalado el sistema político actual; se puede poner en riesgo cualquier cosa con tal de dar la nota y ejercer el "derecho" a disentir, a decidir, a negarse, a colocarse al margen, a hacer al fin y al cabo lo que les salga de la higa porque es el triunfo absoluto de la inmadurez y la irresponsabilidad. Todo vale, nada cuesta, nada significa nada si a mi no me afecta.

Tan inmadura y pedorra es esta afrenta que se ha planteado de dentro a fuera, empleando la estructura y los medios del Estado, la debilidad de un sistema débil y enfermizo para cagarse en todo sin aparentes consecuencias. Por eso están crecidos, apuestan poco, son cobardes y se esconden tras las familias, los niños pintarrajeados, las plañideras, las turistas con camiseta del Barça y bandera revolucionaria.

Asistimos a un triste golpe de cuño postmoderno, no es otra cosa, no  busquemos razones filosóficas, políticas ni históricas más allá de la profunda decadencia del hombre occidental. En Cataluña el separatismo está sirviendo de válvula de escape para un grupo humano débil manejado por gente sin escrúpulos. En otros sitios es el animalismo o la cristianofobia, al final es la decadencia del hombre convertido en una cosita blanda y llorona que no quiere ser responsable de nada y quiere disfrutar de paz y seguridad sin esfuerzo y con vacaciones pagadas.

jueves, 4 de mayo de 2017

TRISTE Y GRAVOSO TEATRILLO

España, nación europea por mucho que digan lo contrario, no es una excepción. Por estas tierras también se practica la farsa política disfrazada de democracia. 

Las gentes pensantes y algunos votantes  se contentan con la monserga del mal menor y vamos tirando con eso, con el mal, que es "menor" y molesta un poco, pero (creen algunos) no mata. El aborto mata todos los días y es un tema que "repugna" y del que no se habla. ¡No nos moleste con esas cosas que se nos corta la digestión! 

La vida cotidiana del español va transcurriendo de las "Fiestas" (antes Navidades) a las vacaciones (antes Semana Santa) hasta las VACACIONES (el verano, ¡dulce tiempo de tumbona y paella!) pasando por el halloween, el día del padre, el de la madre, la fiesta de la comunidad, el día de los enamorados y el día del "orgullo", no "me se olvide" esa fiesta tan querida hoy día por tirios y troyanos.

El bípedo pensante (raro) y lector (aún más raro) asiste impotente al triste y gravoso teatrillo de los políticos profesionales que se dedican a la progresía subvencionada. 

Uno entra en un partido, medra, obtiene poltrona y a cambio de que predique el pensamiento único de la izquierda universal tiene garantizado un salario generoso y un amplio catálogo de prebendas, incluido el derecho al púlpito de las memeces que es en lo que se han convertido la mayor parte de los medios de comunicación. 
Paradojas de la modernidad, si no fuera por lo digital aquí no se alzaría una sola voz disonante. Ni una.

Escribí hace tiempo que me entristecía ver como los medios de la jerarquía (Cope, 13TV) lejos de apoyar la buena doctrina y dar voz al pensamiento católico (que existe y de excelente calidad) se afanaban en incidir en la pésima conciencia generada en los años del palio y el brazo en alto. ¿hasta cuando seguirán haciéndose perdonar su obvio alineamiento con los únicos que no querían convertirlos en mártires?

La Europa oficial, que es la madre de todos los teatrillos siniestros, tiembla ante la posibilidad de que gane en Francia el Frente Nacional. 

Macron es el delfín que garantiza la continuidad del teatrillo. Le Pen no es Juana de Arco, sino el resultado de una sociedad que revienta por los cuatro costados. 
Lo triste es que Francia haya quedado reducida a Macron y Le Pen. Pero no nos agitemos demasiado, ha pasado otras veces. Recuerden que Francia estuvo partida en dos y que ha sido tierra asolada por guerras y revoluciones. Los nobles y burgueses que aplaudían el fin del antiguo régimen están hoy representados por la masa amorfa que avala el triste y gravoso teatrillo. 

Si tenemos gambas y cañero de birra fría ¿de qué nos quejamos?

Si nos pagan las clases municipales de pilates y el viaje del Imserso ¿de qué nos quejamos?

Si podemos liarnos hoy con la vecina y mañana con su hijo y pasado con la abuela a la que toda la vida conocimos como Paco "el bastones" ¿de qué nos quejamos?

Si podemos divorciarnos express y cagarnos de palabra y obra en todos los símbolos y esencias de la olvidada Patria ¿de que nos quejamos?

Si tenemos (por fin) una "reina" plebeya y progre ¿de que nos quejamos?

Etcétera...

El triunfo del pensamiento único es hoy día total.
Las disidencias (incluida la mía) son eso, disidencias. 

En la URSS al disidente le pegaban un tiro o lo mandaban a Siberia a purgar sus males. En la China con la que todo el orbe hace negocio el disidente es un candidato a la caja de pino o a la húmeda celda junto al río Ling-Po. El pabellón de jade es ahora el pabellón de titanio y la silla de mano del mandarín se fabrica en Reino Unido, Italia o Alemania. A modernos no les gana nadie, pero disidentes no, eso no se puede tolerar.

Si el nuevo Frente Popular llegara al poder, volvería la burra al trigo y comenzarían las purgas y los juicios sumarísimos. Los productores del teatrillo se creen que a ellos no les iban a tocar ni el pelo ni la dehesa, pero están en un craso error, serían de los primeros en ir de cabeza a la trituradora coronada por la siniestra palabra "pueblo".

El pensamiento único de la izquierda no ha perdido su raíz totalitaria. Al final la cuestión consiste en hacerse con el poder para mandar, decidir, controlar y purgar el alma de los que se resistan a convertirse en siervos de la república del pueblo. 

Mientras, cada día se ofrece la función del teatrillo. Un teatrillo caro, muy caro que, claro está, solo pagamos unos cuantos, para eso estamos, para pagar y callar la boca.

lunes, 6 de marzo de 2017

DE LOS FALSOS OFENDIDOS

Yo creía que con Mariano y su Banda del Empastre por un un lado y su monaguillo Iglesias por el otro, ya teníamos cumplido el escalafón cómico del teatrillo político. 

No es así, he de reconocerles que me equivocaba por completo y de mi error me han sacado los señores de Ciudadanos que en últimas fechas están haciendo denodados esfuerzos por unirse al reparto y de continuar con semejante progreso habrá que darles un papel protagonista.

Primero tenemos el asunto del califa murciano y su imputación.

Aquí, los señores de Ciudadanos se dedican a darnos la matraca todo el santo día con una especie de política de manos blancas muy del tono y fuste de la señorita pepis. 

Si hijos, ¡Si! Que ya nos hemos enterado de que sois buenísimos y transparentísimos y que representáis el azote de los corruptos, el espanto de los golfos, el martillo de los torcidos y la guadaña de los mangantes. 

¡Muy bien! Ya tenéis el diez en conducta ¿Y ahora qué? 

¿Vais a poner en el gobierno de Murcia al PSOE (como en Andalucia) para que los pobres huertanos tengan que sufrir las mil y un perrerías que un gobierno de PSOE/Podemos podrían ejecutar en poco tiempo.

Os sugiero que meditéis porque con esa estrategia de anti-política de empollón en el aula de la sagrada democracia vais a terminar por recoger cuatro votos, incluyendo familiares, amigos y deudos.

En otro frente y para demostrar que Ciudadanos puede interpretar casi cualquier repertorio, se ponen en falsete de unos, grandes y libres y ahuecándose como palomo pre-nupcial e informan a la audiencia que tienen previsto presentar una denuncia ante la Unión Europea a cuenta del infame y memo programa  Euskalduna naiz eta zu? emitido por la EITB.

Pero vamos a ver, ¿quien ha entrenado a estos galgos? ¿Dónde van y hacia dónde corren?

En primer lugar, no veo qué pinta la Unión Europea opinando de asuntos internos de España. A mi lo que opinen en Bruselas, Estrasburgo y Vladivostok del tema me la trae completamente al pairo. 

Esa iniciativa está muy en la línea antes apuntada del empollón que "se chiva" de que un condiscípulo le ha mentado a la hermana o le ha llamado "lila".

En segundo lugar, el programa en cuestión no es sino una consecuencia de la nefasta política seguida desde hace muchas décadas en torno al mal llamado "problema vasco": cesión educativa, entronización de la mentira, ocultación de historia, tradiciones y símbolos, etc... 

Ciudadanos es un partido "nuevo" pero se ha unido con armas y bagajes al error pretérito; aplicación de la Ley de memoria histórica por poner un ejemplo.

Tercero, las opiniones vertidas en el programa de marras y el guión del mismo no ofenden a los españoles, ofenden a la inteligencia y al buen gusto. ¿pero han visto ustedes la catadura personal e intelectual de los convocados a dar su opinión? 

Como dijo el otro día un magistrado en excedencia en un programa de televisión "El código penal no es el bálsamo de fierabrás" y tenía toda la razón.

Si "cagarse" en la madre de Dios no es una ofensa a los sentimientos religiosos, decir que los españoles son unos catetos o que la marcha real da ganas de vomitar tampoco va a considerarse penalmente relevante. Al tiempo.

En los últimos años en España se han quemado banderas, retratos del rey. Estando ministros del Reino presentes se ha tapado el busto del rey en un acto en parlamento autonómico, se ha abucheado el himno nacional repetidas veces, etc...

¿Ha pasado algo? No.

¿El gobierno de turno ha hecho algo? No.

¿La ley vigente ha servido para gran cosa? No.

Entonces ¿Qué?

Lo que hay que enmendar no se enmienda, lo que hay que quitar no se quita, lo que hay que edificar no se edifica. Resultado, el que vemos.

A mi todo este espanto y toda esta bulla falsa me cansan y me asquean. Menos hacerse los ofendidos y más darle a la mollera y al trabajo.

No creen en nada, no tienen nada en la cabeza, no han meditado nada, no quieren conocer la Historia ni estudiar la teoría general del Derecho, sólo quieren aparentar, salir en la foto, quedar bien, ser salvapatrias de cartón piedra, rellenadores de horarios televisivos, monosabios de akelarres democráticos, adoradores de la secta de la santa urna y del pesebre público.

Al próximo que me hable de la constitución le voy a regalar una caja de supositorios. Jamás se conoció un pueblo que adore más la norma positiva y acepte de tan buen grado un estado de injusticia y desarme del Derecho.

¿De que constitución hablan si todo el edificio que sostenía el sistema ha sido minuciosamente demolido?

Volvemos al mismo problema que en la II República y en tantas otras situaciones de nuestra larga y fecunda Historia, los políticos están muy por debajo del administrado, no hay nivel, solo falsas imágenes y regüeldos fríos, con la carita p'a un lao, que no te vean el lado malo.