sábado, 30 de agosto de 2014

El buen comer y los géneros (espinoso asunto).

Rebuscando en un tomete que ha llegado a nuestras manos desde una vieja biblioteca familiar, tras haber sido hecha trizas por su inmisericorde reparto entre catetos descendientes de los que fueron sus dueños, damos con un tesoro, que contiene perlas como la siguiente, y muchas más afirmaciones para la polémica:

“En el caso de que al invitado le sienten entre dos mujeres agradables, que renuncie a saborear, como es debido, la cena. Si está afectado por la Dulce María, incluso las verduras de lata y los consomés los ingerirá sin graves repulsas; el paladar se le distraerá.

Con raras excepciones, las mujeres no son buenas gastrónomas. La providencia las ha favorecido con infinitas superioridades sobre nosotros. En cambio ha repartido entre el segundo sexo demasiados paladares que no han pasado de la etapa infantil.

Ningún buen gastrónomo es aficionado la dulce. Las mujeres generalmente, lo son. Los niños todos. Pocas veces se ha producido el caso de que se encuentren dos amigos y le diga el uno al otro:

-          Te invito a unos pasteles.”

Luis Antonio de Vega, Guía gastronómica de España. Segunda edición. Editora Nacional. Madrid, 1967.

miércoles, 27 de agosto de 2014

DIARIOS

“Ni cedo, ni consiento, ni transijo”.
A. Bergamota. Diarios. Tomo II, volumen primero.

La cita anterior, que tomamos de la edición que Calvino de Liposthey realizó de la primera parte de los diarios del gran Bergamota, ha sido a menudo utilizada para reducir y acartonar la figura del gran polígrafo. Con el apoyo de esa frase aislada se ha pretendido demostrar un mal carácter, una forma rígida y poco tolerante de abordar la vida, en definitiva, una sequedad de espíritu poco dada a interesarse, en formar alguna, por el prójimo. No hará falta que insistamos en lo injusta y miserable que resulta esta caracterización del gran hombre de mundo. Ya lo explicó Calvino de Liposthey en la magnífica introducción que redactó para la edición, parcial, de los diarios. Era Bergamota más poliedro de mil caras que plana cartulina. Y por lo que nos dicen los buenos amigos de su cuadrilla, esto no ha cambiado desde que se iniciara hace un tiempo su famoso retiro provinciano. Algunos se equivocan al llamarlo exilio. Retiro, simple y voluntario retiro. De la misma forma que no sería justo reducir al polígrafo a lo que de la frase citada podría deducirse, tampoco lo sería hacerlo, por ejemplo, jugando con la siguiente:

En invierno el piboneo se dignifica al elevarse sinuoso sobre botines tobilleros.”

Es una frase extraída del pequeño ensayo contenido en los diarios, nunca antes publicado, titulado “Botinismo y nostalgia de la chinela”.

Es un texto extraordinario, tan difícil de encontrar como los diarios, pues el gran Bergamota ha sido siempre contrario a la publicación sistemática de su obra. Lo poco que ha dado a la luz anda por ahí disperso. Si es que esto no interesa a nadie, como no sea a cuatro gatos que sois vosotros los compañeros de retiro, los de Nava de Goliardos, suele decir Bergamota cuando se le pide un esfuerzo. Sólo Calvino de Liposthey, con sus artes y maneras de editor refinado, ha conseguido permiso y material para dar alguna cosa a la imprenta y dar a conocer cuatro conferencias, de las más violentas. Lucha ahora, con sus artes de prelado curial florentino, para que se le haga entrega de la conferencia llamada de los disparos. Tal vez más adelante Calvino, sin prisa, más adelante.