martes, 13 de septiembre de 2022

Un párrafo de un libro.

El coronel de uno de los batallones en los que serví se desembarazó de cuatro pastores anglicanos en cuatro meses; al final solicitó que le enviaran a un católico, alegando un cambio de fe en los hombres a su mando. Porque a los sacerdotes católicos no sólo se les permitía visitar los puestos de peligro, sino que decididamente disfrutaban al estar en los lugares de combate, para poder dar así la extremaunción a los agonizantes. Y nunca supimos de ninguno que no hiciera todo lo que se esperaba de él y a veces más. Durante la primera batalla de Ypres, cuando todos los oficiales fueron muertos o heridos, el jovial padre Gleeson, de los Munsters, se arremangó la sotana negra, y tomó el mando de los supervivientes, manteniendo la línea.

Robert Graves, Adiós a todo eso, pág. 206 en la edición de Muchnick Editores del año 2000.




sábado, 10 de septiembre de 2022

Una biblioteca. Fragmento.

Sin duda, disponer de una pequeña biblioteca bien surtida es una fuente de constante satisfacción. Puede decirse también que la satisfacción no tiene porqué ser menor si se dispone de una gran biblioteca bien surtida. Tal vez la mayor cantidad de libros pueda dar lugar a que aparezca una punta de ansiedad o de desconcierto ante todo lo que se ofrece. Pasará a ser un reto si la biblioteca no la ha formado enteramente quien la posea, sino que una parte ha sido recibida, entregada como un todo organizado. Aparecerán, sumadas a las horas de buena lectura, la infinidad de gratas sorpresas que depara el adentrarse en el mundo cerrado, recibido, preparado para nosotros, sin saberlo, por otro lector.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Nota de los diarios de Alcides Bergamota Elgrande. Época de hierro. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.

Mientras cojo un vaso de agua en el pasillo oficinesco oigo lo que dice una chica relativamente joven, empleada de por aquí, que habla por el móvil sin recatarse. Utiliza dos nombres femeninos, algo así como Marina y Luz. A las dos asocia la bonita expresión “dar por el culo…”. Parece que podría tratarse de dos niñas a las que hay que dejar con alguien en estos días veraniegos tan odiosamente complicados. Dice la tipeja: - Si te dejo con Marina, pfff, da mucho por c… En cambio, Luz no es porculera. Utiliza la expresión con toda naturalidad, sin bajar la voz, como algo absolutamente habitual. Debe de ser prima carnal de la tiorra que en el tren exhibía muslazos que restregaba contra la tapicería del asiento. Además, iba descalza, con una pierna recogida, cruzada bajo el muslo de la otra, lo que le permitía irse tocando el pie todo el rato, con mirada ensimismada. ¡Menuda familia! Estamos en un punto en que la gente no es más sucia ni más chusma porque no le dejan, pero supongo que bastaría un pequeño impulso de nada para dar el siguiente paso que prefiero no imaginar.