Mostrando entradas con la etiqueta Cortazar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cortazar. Mostrar todas las entradas

miércoles, 25 de enero de 2012

EL MUNDO REAL Y EL IMAGINARIO


El timbalero Alcides Radaelli aprovechaba los poemas sinfónicos de Richard Strauss para enviar mensajes en Morse a su novia, abonada al superpúlman, izquierda ocho.
Un telegrafista del Ejército, presente en el concierto por haberse suspendido el box en el Luna Park a causa del duelo familiar de uno de los contendientes, descifró con gran estupefacción la siguiente frase que brotaba a la mitad de Así hablaba Zaratustra: «¿Vas mejor de la urticaria, Cuca?
Julio Cortázar - Un tal Lucas.


Volvemos, una y otra vez, al temita de lo cotidiano versus lo imaginado literario. Tema inabarcable y que comienza a resultar casi insoportable, apenas interesante salvo que uno sea amante de los debates interminables cuya belleza reside a menudo en el puro arte de debatir mientras se toma a sorbos un cafecito y se argumenta al tiempo que uno gira dulcemente el cigarro entre los dedos. 

Créanme cuando les digo que éste es un debate inabarcable que apela a lo más profundo del ser humano atendiendo a cómo el hombre se interpreta así mismo, ni más ni menos y sin recurrir a términos griegos o latinos porque a uno, estando vivo y hablando español da pudor hacer uso de las lenguas muertas.

Para los positivistas defensores de una realidad única asentada en el boletín oficial y en la cuenta corriente la existencia de Alcides Radaelli y su "querida Cuca" no deja de ser el fruto de la imaginación desbocada de Cortazar destinada a ser disfrutada por un publiquito burgués más o menos bienintencionado que se pasa las tardes de invierno sentado en el sofá leyendo cuentos y conservando el orden y el concierto de una vidita gris ratón. 

¡Cuanto error! Afortunadamente el mundo real está construido y poblado por Alcides Radaelli y cucas enamoradas. Los que son un sueño, mas bien un pesadilla pasajera e insignificante son los banqueros y los políticos, los especuladores y toda esa gente "práctica" que mide el mundo con una reglita chica que al quebrarse ante un embate de la vida los deja inermes, en pelota, suspensos en su vacuidad.

Cortázar es (no en pasado, vive en su obra) un gran escritor no por su calidad técnica o su vigor poético, no por su imaginación ni su elegancia, que de todo eso tiene bastante. Cortázar es un gran escritor porque ve las otras dimensiones que conviven con nosotros y dialoga con sus habitantes igual que uno habla con un tipo que espera en la fila de la taquilla del cinematógrafo.

No se alarmen, no se trata de nada esotérico ni mágico, contamos con una palabra que define bien de lo que les hablo, sensibilidad.

Sanglier.