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lunes, 6 de septiembre de 2021

¿Dónde exiliarse? Comentario a un artículo antiguo, por Genaro García Mingo Emperador.

¿Dónde exiliarse?¿A Syldavia o a Los Dópicos, capital de la república de San Theodoros? Lo que más me gusta de Syldavia es su rey, trasunto posible de nuestro Alfonso XIII de finos bigotes y vistosos uniformes. Está muy bien desahogarse, es muy necesario, coincido plenamente con usted en que sin duda es mejor hacerlo escribiendo que pagando una consulta. Ruego por esa misma razón, el desahogo, su indulgencia para lo que sigue.

Con el paso del tiempo y de las lecturas cada vez creo menos en eso de la tercera España que me parece una ocurrencia simpática, pero que no pasa de ahí. La sensación que yo tengo es simplemente que en España la historia se repite, esta vez en un contexto internacional de hundimiento general de la vieja civilización europea. Los efectos de la descristianización general empiezan a percibirse por todos lados.

Y en cuanto a España, pues el sistema del 78, con muchos defectos, iba funcionando, pero estaba muy claro que necesitaba muchas correcciones para enderezar un rumbo desde hace años orientado hacia el abismo: Partidocracia corrupta, falta de representatividad política, reinos de taifas autonómicos, ley electoral nefasta, predominio de minorías separatistas, importancia determinante del terrorismo en la vida política nunca resuelta, anomia galopante, persecución del español, empobrecimiento de la clase media, peso excesivo del sector público con deuda y déficit galopantes a la manera argentina, falta de pluralidad de los medios de comunicación, envejecimiento de la población, progresivo deterioro del tejido social, destrucción de familias, aborto, paro estructural, eutanasia a la vista, etc.

El régimen del 78 sin duda vino acompañado de prosperidad, pero llevaba dentro muchos males y el balance es preocupante. Porque no hemos llegado a la situación de hoy por casualidad, ni de repente. Esto lleva gestándose años, mientras todo el mundo ponía parches calientes a las barbaridades que íbamos viendo (desde los crímenes de la ETA a la persecución del español en España).

En lugar de la reforma que nunca se atrevió a llevar a cabo el PP, con dos inmensas mayorías absolutas que para eso se le dieron, el 11-M nos trajo a Zapatero y Zapatero trajo consigo la izquierda de 1934. Es así de triste, la misma. Y no cabe la excusa de que la trajo para responder a una persecución fascista o a la opresión de la derechona. No había tal. Fue como durante la II República. Para la izquierda, la II República debía ser de izquierdas o no ser. Ganó la derecha en el 33. Contra ese triunfo se organizó el golpe del 34 en toda España, aunque fuera más virulento en Asturias. Y ahora, nuevamente estamos en lo mismo, con los mismos actores: izquierda radicalizada, socialistas, comunistas y separatismos totalitarios de todo pelo con el brazo político de ETA a la cabeza, todos ellos a la caza de España y de nuestra convivencia. Es así de triste.

Uno de los fallos más graves del sistema del 78 fue sin duda inspirarse en la II República y propiciar la ausencia de una verdadera derecha. El PP no lo ha sido nunca, sólo ha sido el partido turnista de un reparto oligárquico del poder, a la manera del siglo XIX. Cargado de complejos fue además cediendo todo el terreno cultural a nuestra paupérrima izquierda, hasta el punto de que verdades obvias (como por ejemplo la carga de asesinato en masas del comunismo) no se pueden decir hoy en voz alta sin verse abrumado por el oprobio oficial. El famoso páramo cultural empieza a parecer más propio de esta etapa que de aquellos cuarenta años tan vilipendiados.

Lo de acudir al liberalismo -palabra polisémica donde las haya- yo lo entiendo por su parte como un reflejo para buscar refugio ante el panorama que tenemos encima, ¡bajo algún techo habrá que cobijarse! Sin embargo, liberalismo y libertad no son exactamente lo mismo. El liberalismo no deja de ser una ideología, con todo lo que ello implica de interpretación sesgada y limitada de la realidad, con un concepto del hombre basado en la libertad negativa que hace de nosotros mismos el centro y medida de todas las cosas. Mientras hubo una sociedad tradicional, heredera del cristianismo, que logró mantenerse en pie, el liberalismo pudo implantarse, sujeto y acotado por creencias que no habían desaparecido del todo, y que daban lugar a sociedades que no habían perdido ni estructuras, ni sentido común. Se da la paradoja de que el liberalismo ha podido implantarse en Europa al amparo de un mundo tradicional al que ha ido lentamente destruyendo.

Hemos llegado al punto en que, al nacer, el españolito de hoy pronto pasará unos años mirándose el ombligo para dilucidar si es hombre o mujer, porque ni eso tendrá ya claro. No vayamos entonces a pedirle que luche por un premio Nobel o por su patria.

miércoles, 16 de octubre de 2019

Comentario a un comentario.


Nota: sobreabundan los análisis políticos y jurídicos en los medios y las redes, dónde  podrán ustedes saciar su sed de  novedades informativas e interpretaciones originales que nosotros no podremos darles. Esto no impide que de vez en cuanto reproduzcamos aquí alguno de los inocentes comentarios que en forma de cartas  al director o similar envían Doroteo, Genaro  García  Mingo o el Gran Bergamota, tanto al  Heraldo como a la Voz de Nava. Sobre todo al segundo, más inclinado a beber los vientos del momento. Un ejemplo de esta inocente y anticuada costumbre es el texto siguiente, publicado en la Voz de Nava. En el Genaro García Mingo, plumífero con ínfulas, expresa su desacuerdo con un  comentario  elogioso a la sentencia. La Sentencia por antonomasia.

Sr.  Director,
Algunas cosas me llaman la atención: En el comentario parece que subyace cierto temor a que se nos pueda considerar no homologables a otros países europeos, como si hubiera que demostrar una y otra vez lo adecuado, garantista y estupendo que es nuestro sistema jurídico. Miramos demasiado hacia fuera y damos un valor a todas luces excesivo a los demás países de nuestro entorno. A mi modo de ver, esta falta de confianza radical en nosotros mismos, es uno de los factores, uno de los muchos, que llevan años impidiendo una redacción adecuada y contundente a lo que ocurre en Cataluña, en las provincias vascas y en el sistema de las autonomías en general. Somos tan estupendos que nos negamos a ver que ocurren cosas anormales y excepcionales, no vaya a ser que se emborrone el cuadro que nos hemos pintado y es tan bonito. O todo funciona tan mal que mejor no hablar de ello. Sería deseable encontrar el punto de equilibrio.
Por el contrario, el punto de equilibrio no me parece argumento válido para defender la sentencia. Que disguste a unos y a otros no la hace mejor ni peor. Pensaba que la vara de medir debían ser la Justicia y la Verdad, no la opinión pública.

Me sorprende también lo de calificar a los independistas de partidarios de una democracia iliberal. Parece un extraño circunloquio para no decir totalitario, tribal, etc. Tenemos ante nosotros desde hace años un asalto totalitario que no sabemos cómo parar, no por falta de medios sino por falta de convicciones.

Y por último, saliéndome ya lo entiendo, del ámbito del comentario de la sentencia, la violencia lleva presente en Cataluña, muchos, muchísimos años -empezando porque no se cumplen allí las sentencias del TS- y con esta sentencia poco remedio se pone. Cuando veamos salir a la calle en un año a los condenados el mensaje estará claro: puedes organizar la de San Quintín con los medios de la administración, contra el sistema constitucional y tampoco es para tanto, adelante pues. Y no se nos diga que es el resultado del sistema que nos hemos dado cuando instructor, fiscalía y abogado del estado coincidían en la calificación, antes de la sustitución de este último a instancias del Gobierno. Mientras tanto el ciudadano de a pie, a callar. El estado de derecho en España lleva años tambaleándose y las dos últimas sentencias del TS son dos golpes más, y muy fuertes. En fin.

miércoles, 6 de junio de 2018

MARIANO APAGÓ LA RADIO Y DEBE HABER ROTO EL MANDO

Mariano se marchó demasiado tarde, pero ese agua no mueve ningún molino y la clave para aquellos que quieran conservar el PP es afrontar el futuro adoptando una orientación completamente diferente. Ni sirve la herencia de Aznar ni menos aún la de Mariano.

Lo "mejor" del PP han sido sus votantes, ese capital dilapidado por una estructura monstruosa, una organización mastodóntica y una red complejísima de pactos, acuerdos, componendas y lealtades que se distribuyen por toda la geografía nacional como una gigantesca tela de araña.

Mariano recordaba ayer sin disimular su orgullo que el PP era el mayor partido de España. Ese ha sido y es uno de sus problemas, que es un partido, nada más.

Si el PP quiere tener algún futuro tienen que hacer una renovación total y absoluta, empezando por una limpieza a fondo de despachos, luego una re-fundación doctrinal, sin doctrina no hay política. Los problemas son quién y cómo.

De momento sólo se escuchan planes que apuntan a una continuidad, versión más o menos aseada del vuelta la burra al trigo.

Mientras la PSOE de Sánchez presenta una puesta en escena con mucho marketing político que apunta a un atrincheramiento hasta el ultimo día posible. El amor del PSOE por el poder es inigualable. Quizá el heredero de ZP haya aprendido de los errores de bulto y esté dispuesto a hacer sus apaños por debajo de una bruma de aromas baratos e imágenes confusas. Quizá esté leyendo mejor la mentalidad de ese nuevo español al que los medios de comunicación quieren progre-progre-progre a toda costa. De momento todos son champanes y abrazos. Veremos.

domingo, 5 de noviembre de 2017

LA INCOGNITA CATALANA

La arriesgada decisión del ejecutivo de Mariano Rajoy al convocar elecciones autonómicas en Cataluña el 21 de Diciembre de 2017 supone tomar un riesgo sumamente difícil de calibrar.
 
Si bien la aplicación del artículo 155 era una necesidad imperiosa, la forma en la qué se está aplicando y las medidas que se han anunciado invitan a pensar que la situación social y política en Cataluña no será la mejor para la celebración de unos comicios electorales cuya trascendencia para el futuro de la política catalana y española resulta decisiva.
 
Sin contar con datos, que no están disponibles ni parece que vayan a ser desvelados próximamente, es imposible explicar con certeza cuales han sido los motivos que han sustentado tan arriesgada decisión.
 
Conociendo la mentalidad de Rajoy y la catadura de sus colaboradores el asunto huele francamente mal y sobre todo el asunto planea una nube de hediondo compadreo cuyos resultados pueden ser fatales para el futuro de España tal y como la hemos conocido hasta ahora.
 
Cataluña sigue descontrolada y los políticos persisten en su espiral de  difusión de mentiras,  proclamas alucinadas y el sostenimiento de posturas irresponsables.
 
La entrega de los principales medios de comunicación a la causa separatista no ha sido abordada por el gobierno y la libertad de acción de partidos y organizaciones independentistas (CUP, Esquerra, PDCat, ANC, Ómnium, En Comú etc.) cuya ilegalización debería haberse instado hace mucho tiempo suponen un altísimo riesgo para el normal desarrollo de un proceso electoral, que lejos de ser solución puede convertirse en un nuevo hito en la escalada de destrucción de la cohesión nacional.
 
Para los ciudadanos con un mínimo de sentido común y conciencia histórica y política la situación actual es simplemente incomprensible.
 
La situación de Cataluña requería medidas de mucho mayor calado y profundidad: recorte de competencias, interrupción de actividades antiespañolas de las administraciones regionales y locales, reconducción de los desafueros en la educación y la difusión cultural, desconexión del entramado de entes pseudo-culturales e intervención de medios de comunicación por citar algunas de las más obvias y urgentes.
 
Nada de eso se ha hecho y no parece que de aquí al 21 de Diciembre se vayan a adoptar medidas adicionales a las ya anunciadas por el ejecutivo.
 
Esta delirante dejación de funciones hace que uno piense que no nos encontramos ante un caso de buenísimo ni tan siquiera de ceguera política, sino ante algo mucho peor, que no es otra cosa que una suerte de nuevo pactismo de cuño mundialista dirigido a conducirnos hasta un nuevo escenario de impredecibles consecuencias.
 
En esta nueva encrucijada de la Historia de España, la única institución que ha operado según lo que la justicia y el honor le requerían es la corona.
 
Dejando de lado las veleidades republicanas de unos y los garantismos legales de otros, la realidad es que el único que ha dado la cara ha sido el Rey. Su intervención ha sido el detonante de la reacción popular de un pueblo ahíto de las debilidades y trampas de los políticos profesionales.
 
El pueblo español no merece a los débiles y tramposos actores que gestionan su política.
 
La historieta de la saga-fuga de Puigdemont y el papelón de la Autoridad son un buen ejemplo de que algo está pasando. Algo que nos ocultan y que no podemos ver pero sí oler. Y huele muy mal.
 
Ni teorías de la conspiración ni gaitas. O existe un plan oculto del que son parte los partidos y los poderes varios o nos enfrentamos al mayor caso de estupidez y debilidad que quepa imaginarse.
 
¿Estamos asistiendo a nueva vuelta de tuerca para desmontar la España post-Franco?
 
¿Es éste el preludio de la liquidación del pacto-consenso del 78?
 
No disponemos de certezas pero los hechos que se van conociendo, las acciones y aún más importante las omisiones nos hacen sospechar que algo muy grave se está cocinando de espaldas al público que asiste atónito, cabreado y triste al lamentable espectáculo que cada día se nos ofrece por parte de la "clase política" y sus ramificaciones mediáticas y económicas.
 
El asunto catalán se ha convertido en una incógnita que muy a nuestro pesar puede arrojar un resultado catastrófico.
 
¿Seremos capaces de despejar la incógnita y enfrentarnos a las amenazas que la misma nos depare?
 

jueves, 5 de octubre de 2017

MARIANO EL INMÓVIL O EL GOBERNANTE QUE NO GOBIERNA

Pese a su formación jurídica y su larga experiencia en la cosa pública, parece que el Presidente del Gobierno desconoce que su única función es gobernar. 

Gobernar, en español y según el Diccionario de la RAE es, en su primera acepción mandar con autoridad o regir algo y en su segunda acepción dirigir un país o una colectividad política.

Uno diría que el asunto está claro, pero por sus actos y omisiones, para Mariano gobernar debe de ser no hacer nada y esperar a que las cosas se vayan pudriendo y otros le vayan sacando las castañas del fuego.

De las cuestiones que planteaba en mi última entrada ya hemos despejado una. Me preguntaba dónde estaba el Rey, Jefe del Estado y garante de la unidad de España. Pues bien, ya lo sabemos, el Rey Felipe VI se ha puesto en primera fila y les ha recordado a los golpistas y a los inactivos responsables del gobierno las obligaciones de unos y otros.

El Rey, de momento, no puede hacer más, el siguiente paso sería ponerse el uniforme y ordenar a las fuerzas armadas que ocupen el territorio sublevado o ir a Moncloa y sacarle a patadas al inútil de Mariano forzando una crisis de gobierno.

Conociendo España y la tendencia a los bailes en la sombra y las operaciones detrás de bambalinas, no me extrañaría que a Mariano le acaben torciendo el brazo para que haga lo que tenía que haber hecho hace meses, si no años, pero a estas alturas y ante su flagrante inacción está claro que haga lo que haga será a regañadientes y obligado por fuerzas externas a su círculo íntimo.

La que está políticamente muerta y enterrada es Soraya. Ha bastado un envite serio para que se le vean sus auténticas entretelas. Su ejecutoria es ridícula, su protección de los medios que apoyan al Golpe es sencillamente escandalosa y me pregunto si no podría ser objeto de una futura investigación judicial.

Ayer asistimos a una nueva declaración televisada del golpista Puigdemont que se permitió el lujo de contestar en público al Rey y reclamar una "mediación" como si en vez de un golpe y estar en España el fuera el líder de la isla de coco pelado y estuviera en un proceso de descolonización setentero. 

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la sociedad española consiste en que grandes capas de la misma llevan cincuenta años comprando la basura intelectual de la izquierda revolucionaria y eso explica las protestas por la "violencia policial", la no asunción de responsabilidades ciudadanas, las apelaciones a derechos de autodeterminación, conflicto internacional, mediación y demás monsergas a las que se han dedicado decenas de miles de páginas escritas por descarriados mentales y dirigidas a un público indigente y amoral que tras leer algunas de esas doctrinas en versión abreviada se consideran preparados intelectualmente para defender cualquier sandez de siniestras consecuencias.

Que los apoyos de Puigdemont vengan, entre otros de Pablo Iglesias y de determinados miembros de la jerarquía eclesial no debe sorprendernos ya que comparten las mismas inspiraciones intelectuales de la izquierda, lo que si puede sorprender a los votantes bien-pensantes del PP es que haya gentes en ese grupo de poder que compartan esos postulados y permitan la continua, persistente e infatigable acción de laminación de la idea de España.

Quizá esta catarsis que nos toca vivir tenga el efecto positivo de abrir los ojos e iluminar las conciencias.

Mientras Mariano permanece parado, inmóvil, atenazado, escondido y sus ministros no dan el paso y se mantienen a su misma altura, la del enano moral. 

martes, 3 de octubre de 2017

EL GOLPE DE ESTADO EN CATALUÑA CONTINUA ANTE LA INACCIÓN DE LA AUTORIDAD COMPETENTE

Llegamos al martes 3 de octubre de 2017 y el golpe de estado perpetrado por el separatismo catalán y apoyado por amplias capas del poder continúa su avance ante la inacción de la Autoridad Competente, el gobierno (completamente fallido y vergonzante) de Mariano Rajoy.

A lo largo de esta mañana las calles de Cataluña han aparecido invadidas por agitadores profesionales, apesebrados del separatismo y tontos útiles que se están dedicando a la comisión de diversos delitos amparados por la burbuja de falso pacifismo que se ha instalado en España desde que la Policía Nacional y la Guardia Civil actuando en defensa del Estado de Derecho y en cumplimiento de la Ley repartieron cuatro palos a la masa amorfa que se agolpaba tumultuariamente.

Ante esta situación de extrema gravedad la acción del gobierno brilla por su ausencia. España, humillada e indefensa, asiste a una dejación de funciones y a una falta de dirección que raya en la traición.

Para colmo del  absurdo, en el día de ayer y con ocasión del día de los Ángeles Custodios, el ministro del Interior tuvo la desfachatez de imponer una medalla del mérito policial al segundo el mando de los Mossos de Squadra. 

Es incomprensible y de todo punto inexplicable que el Sr.Ministro, a la sazón Magistrado, no haya presentado su dimisión tras negarse a premiar a un sujeto que ejerce el mando de un cuerpo en rebeldía contra el Estado.

Pasan las horas y el desconcierto crece.

¿Actuará el Gobierno?

¿Se consumará oficialmente la declaración de independencia y la proclamación de la República Catalana?

¿Dónde esta S.M. El Rey Jefe de las Fuerzas Armadas garantes de la integridad de la Nación Española?

Nadie parece poder dar respuesta a estas cuestiones.

lunes, 2 de octubre de 2017

VERGÜENZA E INDIGNACIÓN: ¿HA QUEDADO ESPAÑA ABANDONADA A SU SUERTE?

Ayer, jornada lamentable que quedará marcada en la memoria de todos los españoles como una fecha en la que la indignidad, la mentira y la cobardía se apoderaron de la sociedad y la sometieron a la dura prueba de contemplar avergonzada su debilidad. 

El gobierno de España presidido por Mariano Rajoy Brey dejó herido de muerte al Estado de Derecho y tiró por tierra el encomiable trabajo de miles de funcionarios de las carreras judicial y fiscal, de la policía y la guardia civil.

Asistimos entre atónitos, avergonzados e indignados al triunfo de la mentira, la manipulación, el ensalzamiento de la debilidad intelectual y moral. No sé que era peor, si las colas de gentes clamando por una falsa libertad o las caras de satisfacción de los manipuladores en pleno éxtasis de su mal hacer.

El separatismo, usando de tonto útil a una parte no pequeña de la sociedad catalana entregada al sentimentalismo y la inmadurez, consiguió un triunfo propagandístico de primer orden convirtiendo a la Policia y a la Guardia Civil en fuerzas de represión adornadas por instintos criminales y condenadas (sin el menor atisbo de presunción de inocencia) por haber cometido toda suerte de tropelías y desmanes, la mayor parte de los cuales han sido inventados y recreados hasta la extenuación por el bucle manipulador.

Nos lo podían haber ahorrado. Si se trataba de rendirse con armas y bagajes más hubiera valido que el gobierno no hubieran enviado refuerzos a Cataluña ni se hubieran prometido acciones que no se pensaban realizar.

Sólo caben dos explicaciones; o el gobierno es el conjunto más notable y acabado de cobardes, memos e inútiles que se han conocido en la Historia reciente de Occidente o están en "algo más" que desconocemos y que se han cuidado mucho de ocultar.

Fiar todo a la acción de control policial por parte de los Mossos d'Esquadra y desconocer por completo cuales iban a ser las tácticas de manipulación del separatismo resultan decisiones incomprensibles.

Hace un mes, a raiz de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils se vió cual era el material humano y la posición política adoptada por la Generalidad.

¿Con estos datos alguien en su sano juicio podía esperar que el 1 de octubre las fuerzas de orden de la Generalidad fueran a actuar de otra forma?

¿No tenía el Gobierno información de qué pasaba en Cataluña? Y si la tenía ¿por qué se la han pasado por la palomilla?

El gobierno de Mariano Rajoy y su corte se limitaron a negar la realidad tomando por imbéciles a toda la ciudadanía española. Mariano Rajoy y su gobierno ha mentido a los españoles, mirándoles a la cara y sin pestañear.

El resto de partidos del arco parlamentario que no están directamente involucrados en el apoyo al golpe se han escondido como conejos ante la presencia del hurón sediento de sangre.

Un día después de consumarse el primer paso del golpe de estado y con un anuncio de  la próxima proclamación de la denominada "República Catalana"  no ha pasado nada. Ni dimisiones, ni detenciones, ni intervenciones, ni explicaciones ni nada de nada salvo la misma cantilena sorda y siniestra expelida como un balido por los mismos corifeos de este drama de estupidez e irresponsabilidad.

El colmo, la guinda del pastel, ha sido el anuncio esta tarde (El Pais) según el cual "la situación en Cataluña" no se debatirá en el parlamento hasta el 10 de octubre o bien al día siguiente...para que darse prisa señores si total sólo se trata de frenar un golpe de estado que pretende desgajar una parte de la Nación.

La sensación general entre las gentes de bien es de total y absoluto desamparo. Parece que no hay límite a la hora de pisotear valores, personas, símbolos, instituciones, tradiciones. 

La mentira se ha adueñado de las conciencias y los cerebros, los medios de comunicación se han unido en bloque casi sin fisuras en la labor destructiva y golpe a golpe se va desmontando todo el entramado de lo que hasta hace poco conocíamos como España.

El papel ejercido por la mayor parte de los medios de comunicación, sus propietarios y profesionales ha sido particularmente grave y siniestro. Pocas veces se ve un caso más acusado de debilidad intelectual, de sectarismo, de afán de revancha y odio, de regodeo en lo más bajo y lo mas ruin del ser humano. Da asco su entrega al poder, su docilidad ante el que les paga, su abandono del mas mínimo criterio. 

Ante las olas de la tormenta que va comiéndose poco a poco el espigón lo único que exhala la ciénaga política es un término vacío y viciado: "dialogo" 

Aquellos que se hayan unido a golpe, ya sea manipulados, bienintencionados sin seso o enajenados no pueden convertirse en excusa para dejar de actuar conforme a la razón y la justicia. 

El 38% (teórico, supuesto, informado, asumido pero no confirmado ni verificado y por tanto no cierto) de catalanes que votaron ayer no otorgan legitimidad, derecho ni razón para ser la base sobre la que los separatistas y delincuentes consigan imponer su maldad.

Con el que quebranta la ley o la abusa en su propio beneficio no puede haber diálogo.

El que no sabe respetar y defender la paz social y la seguridad ciudadana no puede dialogar nada.

Si todo esto se debe a "algo más", al curso de unos planes trazados donde cada parte (Gobierno, separatistas, medios, agitadores etc...) juega su papel en una siniestra obra de destrucción de España no lo sabremos ahora ni probablemente en mucho tiempo, lo que si está claro es que no existiendo ese "algo mas" es imposible hacerlo peor ni provocar tanto dolor ni tanta zozobra. 

O Mariano Rajoy y su gobierno adoptan medidas ejemplares con urgencia o serán responsables de acelerar aún más un golpe que puede ser nefasto para España como hasta ahora la hemos conocido.

¿Ha quedado España abandonada a su suerte?

¿Seremos la última generación de españoles que vivan bajo el proyecto común de la España de destino universal?

¿Podremos dar la vuelta a esta grave situación y poner los fundamentos para reorganizar la convivencia sobre las bases de la verdad, el compromiso y la solidaridad?.

Con los políticos actuales y sin combatir la amenaza revolucionaria y mundialista no, esa es la clave que hay que desentrañar.

jueves, 28 de septiembre de 2017

LA JERARQUIA RENDIDA

El miércoles 27 de septiembre de 2017 el Presidente de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Ricardo Blázquez Pérez, dió lectura a un declaración titulada "Declaración de la Comisión Permanente ante la situación en Cataluña". El contenido de la declaración y un vídeo de la comparecencia pueden consultarse en:_http://www.conferenciaepiscopal.es/declaracion-la-comision-permanente-ante-la-situacion-cataluna/

Para un católico español la lectura de la declaración es causa de profunda confusión y dolor.

Ante el envite más serio al que se enfrenta España desde los tiempos de la revolución frente-populista en la que desembocó la Segunda República, la jerarquía de la Iglesia en España se manifiesta adoptando una posición de total sumisión y entrega a los postulados de aquellos que no respetan las leyes que ellos mismos se han dado y que perturban la convivencia social tratando de doblegar la realidad para acomodarla a sus visiones destructivas.

La declaración no solamente supone una toma de posición que deja en total desamparo a un número no pequeño de fieles en toda España y particularmente en Cataluña, sino que contiene juicios falsos.

Conviene detenerse en cada uno de los puntos ya que, lamentablemente, el documento no tiene desperdicio:
  1. Ante la grave situación que se vive en Cataluña, con gran preocupación en el resto de España, los obispos queremos en primer lugar hacer nuestros los deseos y sentimientos manifestados recientemente de forma conjunta por los obispos con sede en el territorio de Cataluña, auténticos representantes de sus diócesis.
Según el primer punto, la Comisión Permanente hace suyos los deseos y sentimientos manifestados por los obispos catalanes, lo cual entiendo se refiere (como más adelante aclaran) a la nota de la Conferencia Episcopal Tarraconense publicada el 20 de septiembre de 2017. En esa nota, los obispos con sede en Cataluña, defendían el diálogo y se ofrecían a ayudar por el bien de su pueblo. En la lengua de Cervantes, esto quiere decir que los obispos catalanes y, por ende, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, entienden que el "momento delicado" que vive Cataluña debe abordarse mediante el entendimiento y el diálogo, sin entrar a hablar de en que consiste el "momento delicado" que no es otra cosa que un golpe de Estado, gestado, preparado y animado por un buen número de cargos electos y funcionarios que han abjurado de su responsabilidad y por tanto actúan desde la más flagrante ilegalidad.
La negociación y el diálogo sólo pueden establecerse en un marco de exquisito respeto a las reglas que se han pactado. En caso contrario no hay diálogo sino imposición.
La frase final no deja de tener su importancia ya que supone una suerte de descargo de responsabilidad. Los obispos catalanes son los auténticos representantes de su diócesis, es decir, que la Conferencia Episcopal Española no tiene mayor cosa que decir ya que los auténticos representantes ya han trazado la línea de demarcación en esta cuestión.
Desconozco el sentido que han querido dar a esa frase los redactores de la declaración, pero lo que se entiende es que lo que digan los obispos catalanes bien dicho está ya que son ellos los representantes de su diócesis y esto implica que la responsabilidad a la hora de opinar en este asunto es suya.
  1. En especial invitamos a la oración por quienes en este momento difícil “tienen la responsabilidad en el gobierno de las diferentes administraciones públicas, de la gestión del bien común y de la convivencia social”, a fin de que todos seamos guiados “por la sensatez, y el deseo de ser justos y fraternos”, y con responsabilidad “avanzar en el camino del diálogo y del entendimiento, del respeto a los derechos y a las instituciones y de la no confrontación, ayudando a que nuestra sociedad sea un espacio de fraternidad, de libertad y de paz” (Comunicado. Obs. Cataluña. 20-9-2017).
Por si no hubiera quedado suficientemente claro, en el segundo punto, reiteran su alineamiento con los postulados de los obispos catalanes.
La justicia y la fraternidad son, justamente, los principios que los golpistas han conculcado desde el momento en que no han respetado las leyes ni los dictámenes de los tribunales y están actuando contra el principio de convivencia en la patria común que es exigible a todos los españoles.
Si los miembros de la Comisión Permanente están informados de la realidad de lo que acontece hoy en Cataluña, no creo que entiendan que los que agreden y amenazan a funcionarios públicos, cargos electos y ciudadanos de a pie estén motivados por ningún deseo de pacífica convivencia.
  1. En estos momentos graves la verdadera solución del conflicto pasa por el recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común de todos, como señala la Doctrina Social de la Iglesia. El papa Francisco nos indica que “es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones” (Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n. 239).
 Resulta particularmente interesante que se haga mención en este punto al"recurso al diálogo desde la verdad y la búsqueda del bien común". El discurso separatista y de la ultra-izquierda que ha alimentado el proceso que ha desembocado en este "momento delicado" está fundado de arriba abajo en la mentira y la manipulación, así como en el egoísmo y narcisismo más absoluto de aquellos que defienden una interpretación del mundo dónde todo aquel que no comparta sus planteamientos debe ser desterrado, anulado y acallado.
Situarse en una suerte de equidistancia buenista no es favorecer el diálogo ni el encuentro. Ante el delincuente y el sedicioso no cabe diálogo sino la aplicación de la Ley y el recurso a la defensa de la propia libertad a ocupar el espacio público sin amenaza ni violencia. 
  1. Para hacer posible este diálogo honesto y generoso, que salvaguarde los bienes comunes de siglos y los derechos propios de los diferentes pueblos que conforman el Estado, es necesario que, tanto las autoridades de las administraciones públicas como los partidos políticos y otras organizaciones, así como los ciudadanos, eviten decisiones y actuaciones irreversibles y de graves consecuencias, que los sitúe al margen de la práctica democrática amparada por las legítimas leyes que garantizan nuestra convivencia pacífica y origine fracturas familiares, sociales y eclesiales.
En este punto los miembros de la Comisión Permanente rizan el rizo y hacen suya, sin criterio ni vergüenza, la doctrina de la naturaleza pluri-nacional de España. El "momento delicado" que vive Cataluña no tiene nada que ver con los derechos propios de las regiones que conforman España. 
Introducir ese punto en la declaración supone, de facto, asumir uno de los argumentos de los golpistas, un argumento falaz y particularmente peligroso ya que da pie a la asunción de que el "momento delicado" es un "conflicto" entre un orden opresor y un pueblo que lucha por sus derechos. 
  1. Como ya hemos señalado los obispos, en otra ocasión también difícil para nuestra convivencia democrática y pacífica, “es de todo punto necesario recuperar la conciencia ciudadana y la confianza en las instituciones, todo ello en el respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución” ( XXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. 28-2-1981).
Este punto tiene su miga, ya que recupera una declaración relacionada con el golpe fallido del 23 de febrero de 1981. Realmente es difícil redactar un comunicado que conduzca de manera más irremisible a la confusión. ¿Establecen los obispos un paralelismo entre el "momento delicado" y el golpe del 23 F? De ser así ¿porqué no llaman al "momento delicado" por su nombre? Y de no ser así, como evidentemente es el caso, ¿cual es el propósito de esa cita?.  Lo enjundioso del tema es que en el texto citado se habla del respeto de los cauces y principios que el pueblo ha sancionado en la Constitución. Precisamente lo que no está sucediendo en el "momento delicado" que vivimos.
  1. Por último, reiterando nuestra llamada a la esperanza y la plegaria a Dios, a la serenidad y entendimiento, ofrecemos nuestra colaboración sincera al dialogo en favor de una pacífica y libre convivencia entre todos
He de reconocer que este punto final es el cierre perfecto para esta triste declaración. Tras rendirse sin ningún criterio al juicio parcial de sus hermanos los obispos catalanes y después hacer un ejercicio de equidistancia a lo largo del cual se contradicen en repetidas ocasiones, por último se ofrecen como "mediadores".
La oferta no deja de tener su "gracia" ya que uno de los estamentos que peor ha gestionado la amenaza separatista en España ha sido precisamente la jerarquía y muy en particular la de aquellas regiones como Cataluña y el Pais Vasco dónde una gran parte del clero ha sido manifiestamente parcial y particularmente protector de movimientos y opiniones radicalmente contrarias a la justicia, la paz y la verdad.
Analizado someramente el texto, sólo queda por apuntar lo que a mi juicio debería de haber dicho la Comisión si hubiera deseado prestar un servicio a sus fieles y a España:
-que nos encontramos ante un golpe de Estado, no ante un "momento delicado".
-que los fieles laicos no pueden contribuir a difundir la mentira ni oponerse violentamente a la paz social y a la Ley promulgada en un marco de legitimidad y Estado de Derecho.
-que los obispos y el clero catalán que se alinean con una visión falsa y que contribuyen a alimentar un  falso sentimiento de opresión no están comportándose conforme al credo que dicen defender ni están amparando a sus fieles sino contribuyendo a la división y ruptura de la convivencia.
-que entre las fuerzas que empujan este golpe y que se sirven de las más siniestras doctrinas para forzar la verdad y engañar, se agrupan corrientes y doctrinas totalmente contrarias a la fe de Cristo y enemigas declaradas de la Iglesia.
-que el llamamiento a los fieles y al pueblo catalán en general, no puede ser otro que el de acatar la legalidad vigente ( Mateo 22, 15-21) y conducirse con la madurez e independencia de criterio que es exigible a los formados y dar ejemplo y consejo para reconducir a los que por edad o condición no tienen formado el criterio.   
Esta Declaración no es sino una manifestación más de un estado de cosas muy grave en el que reina la confusión y la debilidad y dónde falta, más que nunca, un hálito de verdad y firmeza. Lo único positivo es la llamada a la oración para que la virgen Inmaculada, madre de España nos ampare y al Espíritu Santo para que ilumine las conciencias y el entendimiento y nos de fuerzas para resolver esta grave encrucijada de la Historia de España.

viernes, 22 de septiembre de 2017

CLAUDICACIÓN ANTE EL GOLPE, ¿INCAPACIDAD O ALGO MÁS..?

En pleno golpe de estado los miembros del gobierno que deben evitarlo alzan la bandera blanca y se ponen a disposición de los golpistas para negociar a cambio de que cesen en su delito continuado.

Las declaraciones públicas de varios miembros del gobierno han dejado al personal hispano pasmado. Si estos son los defensores de la ciudadela apañados estamos. No cabe duda que estos tecnócratas de bajos vuelos no han hecho sus armas en la escuela de Guzmán el Bueno.

La cuestión que cabe debatir ahora es si Mariano & Cia son simplemente incapaces de gestionar la reconducción del golpe o si la cosa es peor y están actuando "como quien pisa cáscara de huevo" porque participan de ese entramado obscuro que va poco a poco desintegrando España y mermando su capacidad cumplir con su destino histórico de actor en la defensa de los valores de occidente.

Uno comprende que los socialdemócratas travestidos de liberales que integran los actuales cuadros de mando del PP no son gente muy proclive al uso de la fuerza ni a la defensa de valores  y convicciones, pero el ofrecimiento a abrir una negociación en la situación actual es un paso que sólo puede ser calificado de descabellado y rayano en la traición.

Con el delincuente no se negocia nada. Los gobernantes catalanes han perdido toda legitimidad y capacidad y por sus propios actos han abandonado la representación que les había sido otorgada. Para su acción solo cabe la estricta aplicación de la legislación vigente.

Si lo que pretende/pretendía el gobierno de España era decir que están en disposición de hablar del día después al 1 de octubre, no sólo no se han explicado bien sino que tienen que aclarar con quién pretenden hablar y de qué pretenden hablar.

En Cataluña como en el resto de las regiones de España convertidas en Comunidades Autónomas por el delirio buenista de los chamanes del 78, existe una importante fractura social. 

Un porcentaje no pequeño de catalanes no tiene ningún interés en nada de lo que está promoviendo una minoría de agitadores profesionales. Siendo esto así, y estando obligado todo gobierno a procurar el bien común de los administrados, resulta claro que el diálogo no puede establecerse con aquellos cuya finalidad es subvertir la ley y fomentar la quiebra de la nación (no del estado, aclaremos esa confusión).

Por otra parte, no se sabe de qué se quiere hablar. ¿Realmente alguien en su sano juicio se cree que la solución es conceder un regimen fiscal especial a Cataluña?

El proceso revolucionario alentado por los profesionales del sentimentalismo separatista no se resuelve con mayores transferencias y regalías.

España precisa una renovación estructural de primera magnitud. El rearme no debe centrarse exclusivamente en las modificaciones legales de ordenación territorial, competencial o fiscal, sino en la reconducción del suicidio al que ha conducido la entrega de la educación y los medios de comunicación de masas a la izquierda más radical y antiespañola.

Ya son casi dos generaciones de españoles los que han crecido dentro de una cultura y un medioambiente que fomenta el nacionalismo de aldea y el odio a España. Esto no sucede sólo en Cataluña, Galicia o el País Vasco. Atiendan ustedes a lo que sucede en Valencia, Baleares, Canarias o la propia Andalucía.

La dejación de todos los gobiernos desde la transición hasta la actualidad ha sido total y su responsabilidad inmensa.

El plan de destrucción de España se ha llevado a cabo con minuciosa precisión y con la siniestra complicidad de partidos, estamentos públicos y privados y la jerarquía eclesiástica.

No se respeta la bandera, el himno, las tradiciones, a los cuerpos e instituciones, se mancilla continuamente a la corona (en eso la familia real tiene su parte no menor de responsabilidad), se prohíbe a los militares vestir sus uniformes, se hace mofa y escarnio de los españoles que dieron su vida por la patria desde hace cientos de años, se manipula la historia, etc....

Es perfectamente normal que un niño educado en ese ambiente de odio a lo español no sienta nada al ver la enseña nacional y que sus afectos se circunscriban al sentimiento próximo de lo tribal.

El sentido de España es universal. España y los españoles se han orientado siempre a lo abierto, sin limitación de horizontes ni estrechez de miras. Desde hace muchas décadas se ha cultivado justo lo contrario; el ensalzamiento de lo local por exclusión, la separación, la identidad inmadura del que quiere manejar su juguete y que no lo toquen otros.

Los efectos de esa mentalidad fomentada desde la inteligencia de la nueva izquierda y los movimientos mundialistas y abrazada por los tontos útiles de la supuesta derecha son devastadores. No sólo crean el caldo de cultivo para la sumisión a la mentira y reducen la resistencia individual, sino que conforman un neo-español blando, sin valores, sin ideas claras, un sujeto que se siente acreedor de todos los derechos y no tolera ninguna de las obligaciones (entre otras cumplir la ley) que impone la vida en una sociedad civilizada.  

Ese neo-español es el sujeto perfecto sobre el que de-construir la nación y convertirla en un amasijo informe que poco a poco acabe desintegrándose en una sociedad invivible para cualquiera con un mínimo de conciencia histórica y sentido de la libertad individual.  

La tarea que exige el futuro es enorme. La participación de los españoles con criterio y capacidad es fundamental y para ello no cabe otra que la re-organización de las células y grupos dispersos que no quieren la desaparición de la nación y que ansían construir una sociedad verdaderamente libre que se defienda de sus enemigos con inteligencia y contundencia.

El mensaje de los gobernantes del PP no anuncia nada bueno. 

Pongamos nuestras esperanzas en que una vez más la Reina del Cielo y el Apóstol Santiago vengan en nuestro socorro y nos ayuden a superar este difícil trance, permitiendo que España no sucumba ante las hordas del mal y pueda cumplir su destino al frente de la civilización occidental.

martes, 19 de septiembre de 2017

EL GOLPE CONTINÚA ANTE LA TIBIA REACCIÓN GUBERNAMENTAL

Asistimos estos días al lamentable espectáculo que nos ofrecen los inmaduros revolucionarios del independentismo catalán y los melindrosos gestores de la cosa pública. No nos extraña la pantomima, lo que nos duele es tener que asistir a un espectáculo innecesario y grotesco que debía haberse evitado hace muchos años.

Que la concesión de las competencias educativas a las CC.AA. fue un error mayúsculo es algo que hoy día nadie en su sano juicio y con buena intención puede discutir.

Que las transferencias inmoderadas de facultades y atribuciones hechas hace décadas han sido la base sobre la que se ha edificado el desbarajuste institucional autonómico es algo que tampoco puede discutirse.

Cuando la constitución del 78 se estaba gestando se alzaron muchas voces advirtiendo de los peligros de determinadas decisiones. El hoy desaparecido tratado de Luis Sanchez Agesta ya apuntaba a errores de bulto en la redacción constitucional.

En materia de estrategia revolucionaria los indepes le están dando un baño a Mariano y la Banda del Empastre. Tener que escuchar a un gobernante que "le están llevando a donde no quiere" es triste ya que pone en evidencia la minúscula altura como gestor del destino patrio.

Los indepes juegan la carta mixta de la victimización, la revuelta falsamente pacífica y la amenaza (nada velada ni sutil) a una posible acción violenta en la calle.

El principal motivo por el que las sociedades se dan un gobierno es para garantizar la paz social, entendida esta como el pacífico disfrute de la vía pública, la seguridad y la inviolabilidad del domicilio. En el momento en el que el gobernante no antepone la seguridad ciudadana a cualquier otra consideración está conculcando la base de su legitimidad. 

Del siniestro papel que están jugando el resto de partidos con representación parlamentaria no hay mucho que decir, cada uno se define por sus actos y sus palabras. Pocas veces en la Historia de España hemos tenido unos representantes de menor altura y capacidad. 

Los medios de comunicación afines (casi todos) y contrarios (los menos) nos bombardean con interminables tertulias, artículos y reportajes que oscilan desde la banalidad más absoluta a la inmoralidad más rampante.

El enorme "cuento" que se ha construido alrededor de este siniestro negocio de la independencia ha acabado por ahogar a casi todos; unos por comulgar con ruedas de molino y otros por participar irresponsablemente en un golpe de estado de nefastas consecuencias, se consume o no. 

miércoles, 21 de junio de 2017

EL MULTICULTURALISMO COMO RELIGIÓN POLÍTICA

Publicado en Abril de 2016 por la editorial Les éditions du cerf, el ensayo del sociólogo Mathieu Bock-Côté es una obra de lectura obligada para cualquiera interesado en comprender el mundo en el que vivimos.

El multiculturalismo se ha convertido en uno de los elementos centrales de la modernidad y su implantación mundial tiene consecuencias muy importantes en la mentalidad del ciudadano mundial, ya que al asumirse el principio se hace propia la maniobra de de-construcción de las tradiciones y la asunción de la doctrina identitaria que ha invadido todos los aspectos de la vida humana en el siglo XXI.

Su análisis de las consecuencias de mayo del 68 y la evolución de la izquierda intelectual y militante hacia una crítica radical de Occidente, los conceptos nacionales, la tradición cultural e intelectual de Europa, se desarrollan en capítulos bien compuestos a través de los que se transita desde el origen intelectual y doctrinal hasta los efectos devastadores que hoy día vivimos.

Por la claridad de su análisis y la calidad de las fuentes, la obra de Bock-Côte supone un singular ejercicio de correcta exposición sin trazas de buenismo ni recursos de amarillismo tan en boga en los ambientes intelectuales contemporáneos.

Este ensayo puede leerse como complemento a la ya clásica obra de Roger Scruton "Fools, Frauds and Firebrands" dónde el filósofo inglés realiza un apasionante y acertado repaso de la obra y "milagros" de los pensadores de la nueva izquierda cuyas ideas están detrás de las más importantes corrientes que han ido dando forma a un modelo de sociedad moderna que se aparta de la humanidad fundada en los valores cristianos y el pensamiento clásico y se alinea con las fuerzas que persiguen el triunfo del neo-hombre sin raíces, sin estructura, a merced de proyectos que eliminan su condición libre y lo convierten en un mero elemento de una masa maleable y gris. 


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