viernes, 11 de noviembre de 2016

OTRA TROMPADA


Cepo Gordo y los Cepogoristas somos así señores. No hay editoriales conjuntos, no hay una sola voz, reina cierto desorden, cierta libertad, cierto amor al PALO.


Los artículos de Sanglier siempre suscitan gran interés. Su comentario sobre el asunto Trump por un lado constata el estado de ánimo progre, por otro abre un sinfín de temas y plantea muchas cuestiones. Tal vez alguna pista de por dónde irían las alternativas a su gran enmienda nos vendrían bien.


Uno de los comentarios a su entrada realiza dos observaciones acertadas. La crítica a la democracia, sin precisar qué se entiende por tal, resulta demasiado vaga, más cercana al ejercicio de cabreo, absolutamente legítimo (para eso está Cepo principalmente) que a otra cosa. Por otra parte, la democracia (lo que eso sea) no puede ser responsable de males anteriores a ella (“ser generadora de desastres sin cuento que la humanidad viene padeciendo desde hace siglos.”) ni de aquellos que con independencia de los regímenes políticos son propios de la condición humana. ¿Tal vez se refiera Sanglier a la modernidad? Dónde acierta plenamente Sangli (permítasenos esta licencia) es en sus latigazos a la progresía europea.


Quizá lo que haya que analizar no es tanto la naturaleza del régimen político sino su secuestro o deformación por el movimiento progre, verdadera apisonadora empeñada en la destrucción sistemática del mundo tal y como se ha conocido hasta ahora, mediante la demolición del occidente cristiano.


No es otra cosa que una nueva tiranía asomando por el horizonte. Adopta la forma de muchos de los elementos citado por Sanglier en su artículo: mundialismo internacionalista, social democracia, estatismo a mansalva, grandes estructuras administrativas supranacionales; persecución de las instituciones llamadas tradicionales, principalmente con el ánimo de sustituir a la familia como vehículo esencial de socialización; liquidación del catolicismo; de la libertad individual, de los lazos sociales, promoción de todas aquellas relaciones alternativas a lo tradicional resumidas en el acrónimo LGTB; dirección, manipulación y reeducación de las mentalidades, etc. Va rápidamente conformando una sociedad cada vez más rígida e intolerante. El virus está tan extendido que ya resulta difícil defenderse. Los medios de comunicación de masas son el gran vehículo de todo este gran programa de cambio de civilización, de esta nueva tiranía que por la puerta trasera de la salud, el buenismo, la infantilización de la sociedad, la destrucción del espíritu crítico y el estímulo constante de los instintos más primarios consigue hacer retroceder todo aquello que se tenía por seguro: desde la libertad en todas sus formas, a los fundamentos de la sociedad con la que occidente, con todos los peros que se quiera, ha alcanzado la prosperidad que tanto valoran los que socavan los elementos que la sostienen. Desde luego el Cristianismo fundamentalmente, pero también elementos como la propiedad privada o la defensa del individuo frente al gran Leviathan estatal. Hablamos demasiado. Escribimos demasiado. Cuanta cháchara. Si, nosotros también.


La falta de medios independientes es un factor clave. Tal vez internet pueda ser una alternativa.


Volvamos a Trump.


Coincidiendo con Sanglier, lo más atroz de todo el proceso ha sido sin duda la reacción europea transmitida por los medios europeos, así como el análisis realizado por esos miso medios (que sería más bien una completa falta de análisis, sustituida por moralina y adoctrinamiento).


De los dos candidatos no hay nada que añadir a lo dicho por Sanglier. No nos alegramos del triunfo de Trump, sino de la derrota de la terrible Hillary Clinton. Así es la paradoja. Clinton es sin duda adalid del movimiento que hemos tratado de describir en los párrafos anteriores que ha aceptado financiación de grandes empresas abortistas, de la progresía descrita por Sanglier. Una representante de la corrección política a ultranza, de la discriminación positiva, de todo aquello que lentamente va sustentando una nueva forma de poder mediante la reeducación de las mentalidades. 


Los medios europeos simplemente han dejado de ser medios de información. Se trata de formadores de opinión que machacan sin cesar los mismos mantras, que se aceptan y calan por la mera repetición constante y machacona, sin que sea necesaria, ni su fundamentación, ni su demostración. Goebbels puro. Lo que se nos piden es simplemente que creamos.

 

¿Cómo funciona el sistema electoral americano? No se explica apenas. ¿Es extrapolable la mentalidad europea a la americana?

¿Son lo mismo sistema –entendiendo por ello las instituciones- que establishment –entendiendo por ello los grupos de poder tradicional-? ¿Que representan uno y otro candidato respecto a esos dos polos? ¿Qué representa Trump respecto a su propio partido? ¿Qué está pasando en USA para se haya impuesto este candidato?

¿Qué está pasando en USA para que Hillary, candidata del establishment genere tanto rechazo o para que sea ella la candidata y no otro?

¿El rechazo es a ella como persona o al establishment?

¿Es parecido el sistema USA al español, dónde se produce la total concentración de partido y poderes legislativo y ejecutivo –y en parte del judicial- en las manos del presidente del gobierno?

¿Puede un presidente electo volver el país del revés? No se analizan los contrapoderes existentes. No se explica la frecuencia con se renuevan las cámaras, el hecho de que puedan coincidir presidente de un color y cámaras de otro (imposible en España).


Sólo nos han dicho que este señor es muy malo y feo y, ahora, que los americanos son muy tontos por haberle votado… y punto. Una periodista de La Razón decía ayer en una tertulia de radio, con tono de verdadera indignación, que no podía entender como se había podido preferir Trump a todo lo que representa Hillary Clinton. ¿Y que representa Hillary? No nos lo decía, se supone que el oyente ya lo sabe. ¿La labor de un periodista no sería precisamente esa, entender lo que pasa y por qué pasa?


Y para acabar: Parece que lo que realmente pone de los nervios a los apparatchiks de esta Europa socialdemócrata, biempensante y decadente, es que el vaquero yankee, el cowboy Trump, les diga que a partir de ahora deja de pagar la cuenta de la defensa, que cierra bases, deja de mandar soldados, reduce bajas y que, si quieren ser tan progres (volvemos a Sanglier) y pacifistas, que paguen ellos la cuenta. ¡Y no! ¡Eso sí que no! A mí por otra parte que los americanos dejen de meter la zarpa por el mundo no me parece en un sentido mala cosa (dónde ponen la bala abren un desastre). Pero siempre que Europa se decidiera a salir del letargo volviendo a su ser.
Calvino de Liposthey.

7 comentarios:

  1. El Sr. Trump no ha ganado nada, las elecciones presidenciales las ha perdido el partido Demócrata por dos razones de perogrullo:

    La primera presentar a Hillary como candidata. Es un personaje detestado, aborrecido por la mayoría de los americanos desde hace años, cualquiera que haya ido a EEUU lo ha podido percibir.

    La segunda el machismo de la sociedad americana, los americanos prefieren de Presidente a un negro o a un descerebrado antes que a una mujer cornuda.

    Desde Mata-puercos para el establishment del Cepo.

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  2. Columna muy al caso de Ignacio Camacho en el ABC:

    http://www.periodistadigital.com/opinion/columnistas/2016/11/14/racismo-electoral.shtml

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    1. Si pero observe que esta entrada es del día 11 y el artículo del ABC del 14. ¡Es la influencia de cepogordo!

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  3. Vamos por favor, ya asoman fachas y fachillas, ya tienen media patita fuera. Aqui lo que hay es racismo xenofobia y discriminación.

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    1. que te calles la boca,que te vamos a borrar, panoli.

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    2. No me falte, soy un progre de toda la vida y modere el lenguaje que no estamos en el polígono.

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    3. ¡¡VIVA EL FRACKING!!!

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