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miércoles, 27 de julio de 2016

VERDUN


La lectura siempre es una fuente de sugestiones. Dígalo de forma más clara hombre, ¡que no se entiende! Pues que la lectura sugiere al lector, cosas. Salvo que el lector sea un taco de madera. Hasta aquí estamos de acuerdo. La lectura de las noticias, es decir la información, suele provocar en las personas despiertas reacciones, que van desde la más sencilla, la de los sentimientos, a la más compleja, el análisis de lo conocido para tratar de explicarlo. De esta segunda forma de reaccionar son un buen ejemplo las recientes crónicas de Sanglier, colaborador de Cepo que tiene atribuido, casi en exclusiva, lo que podríamos llamar el análisis de la actualidad. Otras lecturas, pueden sugerir reacciones de más calado, menos cercanas a la distancia corta, a lo cotidiano, aunque cómo es obvio en el ejemplo citado, cuando el comentario sobre la actualidad tiene enjundia e interés, como es el caso, suele incorporar el poso, la vivencia,  de esas otras lecturas que son las que conforman, junto con su propio vivir, el marco desde el cual el cronista se asoma al mundo.

Por mediación de la red cepogordista, llegó a nuestras manos en forma de obsequio hace poco un libro que terminamos ayer por la noche, fumando un Romeo y Julieta y sudando a mares en la sauna que es este mes de julio en Madrid. Se trata del libro titulado Verdun 1916, del que son autores, al alimón, el francés Antoine Prost y el alemán Gerd Krumeich. Lo publica la editorial Tallandier.

Como su propio nombre indica, el libro estudia el año de lucha en torno a la ciudad francesa de Verdun, de febrero a diciembre de 1916, aproximadamente. No es un libro de historia militar estrictamente, aunque incluye como es lógico la narración de la batalla, sino un libro de historia además de militar, también de la vida cotidiana y cultural, ocupándose por tanto del llamado mito de “Verdun”, tratando de explicar desde el origen de la batalla (¿porqué atacar allí y no en una parte del frente con otras características geográficas?) a la vivencia de la batalla en el frente, en la retaguardia, en la prensa, en la correspondencia de los soldados, en la literatura, en la postguerra y a lo largo del siglo XX hasta nuestros días. Incluyendo la construcción del memorial que hoy puede visitarse. Verdun convertido en símbolo, pese a no ser la más  mortífera batalla de una guerra que fue terrible.


Durante años se pensó que el infierno de Verdun simbolizaba la resistencia y el triunfo del hombre frete a la máquina, la guerra de combatientes frente a la guerra de material, infantería frente a artillería. Se trató en efecto del primer despliegue masivo –hasta extremos nunca vistos pero pronto superados por la batalle del Somme- de artillería concentrada para batir noche y día un frente estrecho en el que se desarrolla una lucha cuerpo a cuerpo de infantería. Con la perspectiva de los años y sobre todo de la Segunda Guerra Mundial, el símbolo parece, de repente, de signo inverso. Los autores lo resumen citando las palabras de Ernst Jünger, pronunciadas al ser invitado a una conmemoración de la batalla:

“Retrospectivamente, los acontecimientos revisten un aspecto nuevo y a menudo abrumador. […] Cuando en aquella época nos atrincherábamos en los agujeros de obús, creíamos todavía que el hombre era más fuerte que la materia. Esto se ha revelado como un error.”


Es un libro que merece la pena y contiene muchos otros aspectos que merecería la pena glosar. Muchos. ¿Pero por qué lo traemos hoy a Cepo? Sin duda porque es una de esas lecturas sugerentes, de las de largo alcance, de las que contribuyen a formar ese poso, más o menos rico, con que cada uno intentará describir, conocer y entender el mundo que le rodea. De hoy, el libro nos lleva a febrero de 1916, y tras un año de lucha y más de 300.000 muertos y 400.000 heridos en combate (en un frente de unos ¡15 km de ancho y 10 de profundidad!), nos sigue llevando de la mano a través del tiempo, hasta nuestros días.

Cuenta la evolución de cómo se perciben la batalla y sus consecuencias desde distintos puntos de vista (soldados, estados mayores, familias, retaguardia, prensa, etc.), como se vive la Guerra en el frente -capítulo terrible-, y como después de terminada digiere todo aquello Europa. Y hasta como se enseña en sus colegios (una parte esta interesantísima). Y acabamos el recorrido ayer, día del asesinato del sacerdote francés en Normandía.


Es un tópico ya referirse a la primera guerra mundial como el detonante de la decadencia europea, no tanto material, pues en ese aspecto la recuperación y la prosperidad son pese a todo evidentes, sino de esos otros aspectos aún más importantes que podemos llamar cultura, creencias, civilización cuyo declive se ha ido mascando soterradamente sin percibirse plenamente, y está saliendo ahora a la luz de la forma más cruda. Lo ejemplifica plenamente la tibia, muy tibia reacción de las autoridades y medios oficiales del continente, incluidos la Iglesia Católica y nuestro Papa capito, ante las sucesivas matanzas de civiles en nuestro continente –más de 250 ya sólo en Francia- . La Europa oficial que callaba ante la persecución y el asesinato de cristianos en África y Oriente, de una dimensiones que convierten a Diocleciano en un aficionado torpe, esa Europa oficial, sigue realmente sin saber que decir, y balbucea declaraciones, musita vagas explicaciones y sigue intentando entender, encontrar explicaciones, preocupada por la islamofobia. Todo esto lo ha resumido a la perfección el obispo Sarah que tan oportunamente cita Sanglier.


Sin duda la terrible primera guerra mundial (Francia pierde sólo en combate 1.400.000 soldados muertos, Alemania unos dos millones) rematada por la segunda y sus horrores (sólo las pérdidas militares en Europa –soldados muertos- estarían cerca de los 18.000.000) explican el estado anímico del continente, desorientado mental y físicamente, envejecido, sin convicciones, descristianizado y falto ya de un acervo reconocido como común a todos que pueda servir de referencia. En estas horas difíciles el continente se encuentra reunido en torno a una especie de nada que simbolizan esos minutos de silencio sin consecuencias y que al ritmo que vamos –Dios quiera que no- pronto sumarán horas. Pero si el estado anímico, la obsesión por la paz, la negación del mundo asociado, injustamente o no, a esas dos guerras, podían entenderse incluso justificarse y explicarse en un contexto puramente europeo, y tenían aspectos tan positivos como la reconciliación del continente simbolizada por Helmut Kohl y François Mitterrand cogidos de la mano ante el monumento de Verdun, si esa paz parecía por fin una meta alcanzada ante la que todo lo demás carecía de importancia y el europeo podía entregarse a su mundo personal, a holgar o a trabajar, a ser intrascendente, frívolo, a vivir para compensar todo aquello, con el paso del tiempo ese estado del mundo ya no tiene vigencia. Simplemente porque Europa tras el proceso descolonizador y el transcurrir del siglo XX no domina ya el mundo y no impone por tanto su Pax. Tampoco puede ya vivir cerrada sobre sí misma, aislada, puesto que miles de circunstancias lo hacen imposible. La primera de ellas el inmenso desplazamiento de poblaciones ocurrido desde el final de la segunda guerra mundial hasta nuestros días y que sigue en marcha, fomentado y alabado por tantos acríticamente, como si en sí mismo se tratara de un bien.

De repente hay que reaccionar, hay que salir del pasmo. La paz europea tan costosamente lograda, simbolizada por Kohl y Mitterrand ante Verdun ya no basta. Es condición necesaria pero no suficiente para la supervivencia del continente que, salvo que quiera dejarse exterminar, salga de una vez de su letargo y vuelva a combatir. ¿Cómo admitir esto? Está siendo durísimo el despertar del sueño colectivo de la paz alcanzada, el comprobar que nuestra Pax habrá durado menos de cien años. Nuestra esperanza está puesta en que efectivamente el despertar se esté produciendo y sea pronto complete y en la dirección adecuada.

A. B.


viernes, 10 de junio de 2016

EL TRISTE ESPECTÁCULO DEL CATÁLOGO Y LOS CLIENTES DEL SANADOR DE ALMAS

Uno de los grandes problemas de la sociedad occidental es que se publica mucho y se lee muy poco.
 
La lectura no es un ejercicio pedante practicado por unos tipos tristes y que no gozan del físico y la destreza para la práctica del deporte (algo así he escuchado yo a ciertos padres con hijos en edad escolar).
 
La lectura es la puerta al conocimiento y una invitación a la reflexión. Leer y leer de todo es la única manera de acercarse a lo pasado y a lo presente. El futuro está en manos de Dios y los vaticinios se demuestran casi siempre erróneos. Esta regla clásica conoce, como todas,   excepciones de gran interés y leer a los autores que por su sabiduría e inteligencia emiten juicios de validez universal  es un ejercicio imprescindible para cualquiera que desee superar el estado mental de ameba latente.
 
El éxito popular del podemismo (englobando bajo este nombre a toda una patulea multiforme) trae causa, entre otras, de la faceta de la ausencia de lectura, de reflexión, de verdadera formación intelectual.
 
La demagogia del  podemismo y su inanidad intelectual resultan palmarias para cualquiera que haya alcanzado un nivel de educación medio. No hace falta ser una persona muy cultivada ni un estudioso versado en el comparatismo político para detectar las flatulencias de baja estofa intelectual que profieren los heraldos de esta nueva causa de los pobres. 
 
En una sociedad que recela del conocimiento y en la cual las élites llamadas al liderazgo se han dedicado a la actividad mercantil o financiera en detrimento del aula, la milicia y la sotana, la llegada de un grupo de demagogos soportados por una inteligencia superior y una fuente de financiación y propaganda está resultando un éxito (al menos a corto plazo) fenomenal.
 
La penúltima ocurrencia podemita ha sido la presentación de su programa (su cuento chino, con disculpas a los chinos y a los cuentistas) en un formato y con una imagen que imita descaradamente el popular catálogo de un gigante mundial del mobiliario económico. La operación de marketing ha sido magnífica. Mis mas sinceras felicitaciones ha quienes hayan ideado el cuento.
 
Los podemitas han demostrado que conocen a sus bases y más aún que conocen bien la base sociológica de la sociedad urbana y periurbana de España.
 
El cliente del podemismo es un cliente que se siente atraído por ese confort "low cost" uno de cuyos emblema es la marca de muebles.
 
Los podemitas quieren presentarse como unos chicos cercanos, amables, comprometidos, amantes del amor como decía la hortera canción de antaño. Los podemitas son "tu vecino de bloque", el chaval amable que se sienta en la terraza del barrio a tomar unos botellines el sábado por la mañana y que da clases en un taller alternativo de teatro y presenta obritas escritas en su laptop yankie dónde el malo es un señor con puro, un guardia civil o un obispo que manosea las braguetas de los monaguillos.
 
La audiencia-base de los podemitas son un grupo de gentes marginales que a través del éxito comercial de la franquicia disfrutan del poder que les otorgan los votos de una inmensa marea de borregos que no son marginales pero que creen que el profeta de la coleta va a garantizarles una vida de dolce far niente a costa de los presupuestos generales vía los impuestos que pagarán el señor del puro y los ricos-riquísimos que ganan más de 50.000 euros al año y que andan agobiados bajo el peso de sus hipotecas y el colegio de los niños.
 
A podemos le votan un montón de jóvenes de entre 20 y 25 años. Esa generación que los memos repite embustes califican de "la mejor preparada de la Historia" la conforman en su mayoría un conjunto de nenes que han vivido en la opulencia de una economía que se encuentra entre las diez más grandes del mundo.
 
Esos nenes que no han leído nada serio ni por error y que desprecian el conocimiento porque piensan que la preparación consiste en manejarse en las aldehuelas del planeta digital, están "indignados".
Su indignación consiste en que no pueden encontrar trabajo y culpan "al sistema". Si se hubieran molestado en enterarse de cómo se generan realmente los puestos de trabajo no dirían nada, se irían a cosechar melocotones o a echar horas en un bar y saldrían adelante con orgullo. Pero no, son urbanitas, tienen un título, sueñan con ser gurús de alguna actividad económicamente irrelevante, tienen derecho a sus "long boards", sus botellines, sus móviles, sus vacaciones y por supuesto su casa con sus muebles de diseño nórdico. Trabajar doce horas por un salario bajo no es para ellos, eso no puede ser, la culpa la tiene el capital, el rico, el opresor.
 
Otro grupo interesante son los votantes de mediana edad. Dejando de lado a los cabreados irresponsables, tenemos a la masa de pequeños funcionarios, profesores, médicos etc... que ven en el podemismo una forma de perpetuar una existencia mediocre en la que el Estado les da todo y ellos pueden redimir su complejo de inferioridad ante los catedráticos, los directores, los que "mandan".
 
Toda esta amalgama humana conforma una masa informe dónde el profeta de la coleta y sus inspirados manipuladores han encontrado un camino franco hacia el poder.
 
La enorme responsabilidad del PP y sus asesores aúlicos en apoyar y fomentar el ascenso podemita es absoluta y total. Amén de su corrupción interna y su incapacidad absoluta por generar ideas más allá de la gestión (muchas veces chapucera) de lo público, el PP tiene la responsabilidad histórica de haber contribuido a poner los cimientos de una corrupción sistémica que ha dado alas a la revolución del sanador de almas podemita. Le han dado la pistola, la munición y un curso de tiro.
 
La responsabilidad del PSOE es igualmente grande. Amén de haber sido el otro gran actor de la corrupción sistémica, desde que en 2004 se avinieron al ascenso de ZP y adoptaron con entusiasmo la deriva delirante del "soñador de nubes", el partido clave en la izquierda española ha ido perdiendo pie y hoy es un pelele noqueado.
 
Resulta triste el espectáculo de un partido entre cuyos militantes y votantes hay un buen número de personas cultas, inteligentes y ordenadas, liderado por un conjunto de oportunistas de muy bajo tono con Sánchez a la cabeza. El problema está en que cuando aúpas a un ZP al poder y le dejas destrozar España, lo que venga después y quién mande es algo que ya no puedes controlar.
 
El panorama general es siniestro. España está siendo vapuleada de arriba a abajo por la acción siniestra de sus enemigos ancestrales que se sirven de gentes sin humanidad para enfangarla en caminos siniestros: pobreza moral, pobreza económica, eliminación científica de las bases cristianas de la sociedad, estatismo desaforado, control de las almas y las haciendas...
 
Pese a todo no podemos caer en el derrotismo. El bien siempre vence al mal, lo desagradable es que en nuestro tiempo histórico nos tocará penar y pelear, sufrir y asistir a un espectáculo siniestro que se resume en la eterna lucha entre el bien y el mal.

lunes, 6 de junio de 2016

COBARDÍAS RADICALES

Unos nenes que juegan a canallas revolucionarios han golpeado a unas jóvenes defensoras de la selección española en el centro de Barcelona.
 
Esos "jóvenes aguerridos" que odian la rojigualda y que están dispuestos a derramar su sangre por la llibertat del pueblo oprimido demuestran ser radicalmente cobardes.
 
El otro dio pasearon por Barcelona un nutrido grupo de caballeros legionarios, me pregunto dónde estaban los nenes  apaleadores de jovencitas.
 
En su covachuela rumiando su cobardía, me imagino. 

LOSA DE GUIJARRO

Me escribe Eutimio Pedraja, empleado del Ayuntamiento de Losa de Guijarro.
 
Conozco a Eutimio desde hace tantos años que prefiero ni acordarme. Eutimio mantiene su empleo municipal desde los primeros años de la restauración juancarlina.
 
Por el Ayuntamiento de Losa  han pasado corporaciones de todos lo colores y Eutimio ha permanecido en su puesto indiferente a los vaivenes de las marejadillas políticas locales.
 
Losa no es Washington pero Eutimio, que cobra unos cientos de euros por ocuparse del almacén municipal y hacer los pequeños trabajos que nadie aprecia, ha visto más puñalás  que en una reyerta calé y más zancadillas  que en un besamanos zarzuelero de los ochenta. Eutimio creía haberlo visto y oído todo o casi todo, eso hasta hace unos meses.
 
En sus ratos libres, que no son muchos ni pocos, Eutimio se ocupa del huerto de su tío Acislo donde cultiva acelgas, berzas y puerros en invierno y lechugas, tomates y cebolletas en verano. ¿Porqué les habló del huerto?, sencillo porque mientras arregla sus verduras, Eutimio se dedica a la meditación profunda, es decir que le da al cerebro, cosa rara en su especie y quizá por esa singularidad (además de por su habilidad en el reclamo de la perdiz e imitando al cuco en celo) a Eutimio se le aprecia, y mucho.
 
Eutimio me escribe para preguntarme por Podemos. Las noticias le han llegado por la lectura del Correo y los programas de la radio que cada tarde, mientras se prepara la cena, escucha  en la Telefunken que le regaló mi tía Petronila el año que Eutimio regreso de Ceuta, donde cumplió con la patria en una compañía de Regulares.
 
Eutimio ha escuchado al "nuevo" Pablo Iglesias y no entiende nada. Ha oído su verbo blando y sinuoso, su tono de maestrillo pedante con requiebros de hortera saldando un lote de telas y claro, Eutimio no se ha creído ni una palabra.
 
En Losa no hay representante de Podemos, ni círculo (amén del Católico) ni confluencias ni mareas ni leches en vinagre. En Losa hay cuatro ganaderías, una fábrica de mantecados y un obrador de pan que sirve a las tahonas que cerraron sus hornos por falta de rentabilidad. En Losa han votado a la derecha y a la izquierda, pero nunca han votado a la "nueva política" que según dicen en el casino suena a parienta de un primo a la que se recibe en casa de aquella manera, como no podía ser de otra forma. Natural.
 
Eutimio me escribe para que desde la atalaya urbanita le aclare algo de esa gente con pinta desastrada y ayuna de plato de cuchara que ahora aparece por todas las partes con ínfulas de haber descubierto el Mediterráneo e ingeniado la palanca y que están lideradas por el "nuevo" Pablo Iglesias.
 
Medito mi respuesta. El honrado Eutimio no sabe que la atalaya urbanita no sirve para nada en estos casos ya que la explicación no está en estar o no estar más o menos informado. La información hoy día abunda, el problema es que se trata de desinformación, de "niebla y humo" de propaganda pura y dura escondida tras una suerte de misticismo progre que rezuma almíbar y hiel.
 
Explicarle a Eutimio lo que es Podemos no va a resultar cosa sencilla. Me pongo a ello y al rato enfundo la pluma y rompo las cuartillas, la faena no va por buen camino. Medito. Beso un vaso de agua y enciendo un pito. Me entretengo observando un rato a los gorriones (infalible fuente de inspiración) y nada. Pasan los minutos. Segundo pitó, nuevo vaso de agua. No hay forma. Cojo una nueva cuartilla y le mando unas líneas a Eutimio diciéndole que en unos días voy al campo y que pasaré a verle, que nos tomaremos un chato en el bar del Círculo y que allí tendré mucho gusto en hablarle del asunto que le preocupa.
 
La única ventaja que tiene Eutimio es que en Losa no hay presupuesto para eventos culturales, ni presupuesto para la igualdad social ni presupuesto para nada más que una novillada y un concurso de fuegos artificiales, así que los adalides de la nueva política no tienen nada interesante que mangonear ni una gran audiencia a la que redimir de los horrores del capitalismo salvaje.
 
En Losa lo que hay son muchos prados ganaderos, cercas de piedra, fresnedas, y  un riachuelo cangrejero a cuya ribera se puede ir en verano a comer y cuyas aguas refrescan muy bien las botellas de clarete y gaseosa.

jueves, 19 de mayo de 2016

A LA CARRERA, EN DEFENSA (POR SUPUESTO) DEL TORO DE LA VEGA Y DE TORDESILLAS.


Una vez más nos viene del mundo público esa extraña y desasosegante sensación de acoso que produce en el ciudadano una clase política gris y mediocre a más no poder, alejada de la realidad social, encerrada en obsesiones y sectarismos que le son propios, dónde unos pocos, bien apoyados por medios de comunicación en su mayoría al servicio de la política (por el juego de la subvención, apoyo y dependencia económica) arrastran a los demás en un torbellino artificial pero que tiene efectos reales. Tenemos por un lado lo más grave: la justificación del terrorismo, las maniobras para presentar lo sucedido (los cientos de asesinatos a sangre fría) como si no hubiera sido nada y legitimar la presencia de todo el entramado etarra en las instituciones, el progresivo y acelerado desmoronamiento del Estado de Derecho en todos sus aspectos. Por otro lado, y muy relacionado con lo anterior la marea sectaria antitaurina, que ha hecho de su fobia a los toros estandarte de una forma de ver al mundo totalitaria, los fascismos y comunismos de entre guerras resurgiendo camuflados detrás de la ecología, la salud y el buenismo. El sentimentalismo irracional como guía de un mundo que ha perdido sus fundamentos, sentimentalismo ovino al servicio del poder que lo promueve.

 

Con la prohibición de matar al Toro Vega en Tordesillas aprobada por la Junta de Castilla y León, da comienzo la carrera final hacia la prohibición de las corridas de toros en toda España. Los remilgados que ponen caritas y hacen pucheros cuando del Toro Vega se trata, pretendiendo a la vez defender las corridas de toros, no se dan cuenta de que son el amigo idiota que abre el camino y lo allana para que la secta camine a su gusto y nos vaya imponiendo ese mundo asqueroso que han diseñado. Un mundo asqueroso, hecho de simplezas, manipulación y mentiras y por supuesto de la más profunda incultura del más profundo catetismo, cuyos hilos manipulan grandes intereses internacionales localizados fuera de España (véase la Fundación Franz Weber, con sede en Suiza), sin que aquí consigamos reaccionar, porque las instituciones públicas no representan a nadie, porque la desconexión entre sociedad civil y partidos, entre sociedad civil y clase política es completa.

 

¿Y quién es el promotor de la reforma legal que prohíbe celebrar el Toro Vega? El Partido Popular, por supuesto, no podía ser otro. No tenemos palabras para calificar a esta gentuza. Mariano y su pandilla son algo verdaderamente repugnante, de una mediocridad tan sólo superada, no por la izquierda (que a la izquierda están todos, incluido el propio PP), sino por lo que queda del PSOE.

 

Porque como es lógico, prohibir que se mate el toro es prohibir que se celebre el torneo que sin muerte del toro no existe. Y ahora, a fondo a por las corridas de toros, si no acaben antes por sí mismas: por las figuras descastadas, por el toro artista que no es toro, por el público manso y ridículo que dice bieeen en lugar de olé y pide indultos a tontas y a locas, que regala orejas, que se pone ciego en los tendidos y ha olvidado todo lo que sabía.

 

Y más tarde, la secta totalitaria, con el pretexto que sea (por ejemplo, la salud), irá a por lo que se tercie, siempre que sea alguno de los elementos que han conformado tradicionalmente la cultura occidental: la libertad individual, la propiedad privada, la religión católica, la familia, etc. Cuanto todo esté consumado y humeen las ruinas, vendrán el llanto y el crujir de dientes, y habrá que levantarlo todo de nuevo, y lo levantarán los mismos de siempre. En fin lo dejamos aquí para no cansar al lector. Hay que reaccionar, esta es nuestra primera reacción pero tenemos que hacer más.

martes, 26 de enero de 2016

EL TORERO Y LA HIJA DEL TORERO.


No nos resistimos a añadir unas líneas al hilo de la actualidad más miserable y frívola. Una de las formas que adopta el dinosaurio cuyo alimento preferido es la libertad, es esta: El torero Francisco Rivera publica una foto suya toreando con su hija en brazos. Las redes sociales le agreden y le insultan. Hasta aquí, el funcionamiento normal de las redes sociales, el incauto y la horda, pues las llamadas redes sociales se utilizan en gran medida para insultar.

 

Por otra parte la foto no tiene nada extraño, para un torero torear una becerra con la niña en brazos es como para el cateto llevar a la niña en bicicleta, sólo que el torero va correctamente vestido y está en buena forma física y el cateto irá con unas mallas negras marcando indecorosas masas de carne descontrolada, tocado con una gorrita de béisbol regalo de su ferretería preferida y sentando cátedra de buenos sentimientos. No queremos añadir nada más aquí sobre lo que pensamos de los dos mundos enfrentados por la fotografía. Daría para infinidad de acotaciones. Y mire, no es que este torero amigo de la farándula nos caiga especialmente bien, pero es que no es esa la cuestión.

 

Dónde empiezan las cosas a torcerse es cuando los representantes del poder público deciden echarse al ruedo para comentar la noticia como los demás. Tiene especial interés lo dicho esta mañana por el actual Ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, por ser –en teoría- un representante de lo que se ha venido llamando, para entendernos, la derecha. Pertenece a un partido que se supone es liberal-conservador (al menos según su programa electoral del 2011), aunque de hecho es un partido social-demócrata más, como hemos podido comprobar todos.

 

El Sr. Alonso dice algo así como: “Fue un riesgo innecesario.” Podría haber dicho simplemente: “El Sr. Rivera es un torero profesional y asumo que sabe lo que hace perfectamente, yo no tengo porque meterme en su vida privada ni valorar como educa a sus hijos, cada uno es libre de hacer lo que le parece dentro de los límites que todos conocemos. Es usted una cotilla y parece mentira que me pregunte esto. Me da además la impresión de que si la misma foto se la hubieran hecho montando en bicicleta usted no me preguntaría nada. Me parece que es usted una hipócrita, una farisea”. En cambio, con lo que ha dicho, participa junto con las redes sociales en al acoso al torero (no es casualidad que la víctima del asunto sea un torero, por mucho que sea también un personaje del revisterío más infame).

 

Con la segunda frase, hubiera dado un poco de doctrina, que falta hace, argumentos para el debate en lugar de sumarse a la masa progre y vociferante, y una alegría a sus posibles votantes. Los votantes de un partido normal pueden ser muchos millones (lo demuestran las elecciones del 2011 y la mayoría absoluta del PP), los votantes de un partido como el actual PP son muchos menos. No porque España sea de izquierdas, sino porque una gigantesca bolsa de voto busca candidato. Lo encontró mal que bien, a la contra o tapándose la nariz, en la UCD de la Transición, en el PSOE de Felipe o en el PP refundado por Aznar.

 

Nos fijamos en este ejemplo del PP no por manía persecutoria sino porque, hasta hace poco, podía representar una opción de cierta solvencia en varios órdenes (formación, ideas, principios), cuando la izquierda llevaba ya años más allá del monte. Pero a fuerza de sembrar sal…hemos llegado a esto. Al final el ministro y el podemita no son lo mismo, pero ya no andan lejos el uno del otro. Y de trasfondo, un nuevo escándalo de corrupción.

 

Mientras la tropa arremete contra los demás al son que tocan las ideologías totalitarias y los populismos de todo orden (animalistas, marxistas, liberticidas, niveladores, capadores, igualitaristas, de género, etc.) que reaparecen como espectros venidos de la noche de los tiempos guadaña en mano, los mismos fantasmas con distinto sudario, España es saqueada por una tropa de ladrones de todos los partidos a cuyo lado los cuarenta ladrones de Alí Babá serían unas monjitas de la caridad.

Alcides Bergamota el Grande .

¿ESPAÑA ES DE IZQUIERDAS?


Cada vez que en política nos encontramos con una situación difícil como la actual, sale a relucir la idea de que “está claro que España es de izquierdas”. No sabemos si la afirmación es el resultado de un sesudo análisis. Parece que no. Es más bien una afirmación simplona, casi una muletilla de tertulia. Permite a quien la usa quedarse tranquilo y resignarse, al interiorizar la impresión de que no hay nada que hacer, y de que lo que sucede es el resultado de un determinismo cuasi genético contra el que no se puede luchar. De esta manera, la inacción –incluso la intelectual- queda justificada. Podemos seguir viendo el fúbol y quedando con los amigos en los mil saraos que nos arrebatan cada semana dónde nos convenceremos unos a otros que no hay nada que hacer.
 Por otra parte, la frase viene a ser algo así como la renuncia a esforzarse por entender lo que está pasando. Al pronunciarla, se suspende el juicio, se termina la conversación, se pone fin a cualquier esfuerzo por entender lo que sucede. No se intenta ni siquiera un análisis de los resultados electorales, de los años pasados, del funcionamiento de las sociedades democráticas, etc. Quien afirma que España es de izquierdas, parece que no llega ni a hacerse una pregunta tan sencilla como esta: ¿Cuándo gana el PP por mayoría absoluta aplastante con un programa que, por simplificar, podemos calificar de derecha clásica, entonces que es España? ¿Ya no es de izquierdas? Parece sencillamente que España no es de izquierdas ni de derechas, sino que el electorado –una parte muy mayoritaria del electorado- es bastante maduro, reflexiona, y reacciona frente a lo que ve, llámese corrupción, inacción, o traición a un programa electoral por el partido gobernante. La mayoría vota por reacción, vota contra. Esto es algo bastante sencillo de ver y común a todas las democracias.  
 
Por el contrario, a lo que parece que estamos asistiendo realmente es a la crisis de un sistema. Una crisis clásica, de las que se describen en los libros de historia. La democracia no es nada sin la libertad y el estado de derecho. Cuando los partidos políticos se apropian del estado de derecho en beneficio propio, rompiendo de común acuerdo, por turnos, las reglas del juego, la libertad retrocede a toda velocidad y el sistema que la sustenta en lugar de perfeccionarse y mejorar, se va deteriorando y perdiendo credibilidad. El tema de la partitocracia lo estudiamos en primero de carrera de derecho, hace muchos años, años en los que ya varias voces advertían de lo que estaba pasando: La supresión de la división de poderes por la reforma de la ley orgánica del poder judicial promovida por el PSOE de González y Guerra y que el PP nunca se atrevió –o nunca quiso, más bien- a corregir; el doctorado honoris causa otorgado por la Universidad Complutense a Mario Conde, vulnerando los estatutos de la universidad y con presencia del entonces Rey, etc. Y como consecuencia lógica de lo anterior, la aparición de la corrupción a una escala desconocida entonces. Además el inmenso problema de las autonomías, otra forma de apropiación de lo público por los partidos políticos y de profundo retroceso de la libertad en todos los ámbitos, con el caso paradigmático, pero no excepcional, de las autonomías catalana y vasca, con un fenómeno terrorista nunca claramente combatido, ni siquiera desde el punto de vista intelectual y moral y demasiado a menudo considerado con benevolencia, sibilinos matices o indiferencia. Y luego…el 11-M. Se trata de una de esas situaciones tantas veces descritas por los libros de historia, tan déja vue, pero que al leer sobre el pasado, uno piensa que nunca le tocará vivir… y de repente está aquí. Como el dinosaurio de Monterroso.
Alcides Bergamota el Grande.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Esperanza Aguirre...perdiendo el rumbo camino de la Banda del Empastre

Hoy mismo defendía la propuesta que ayer hizo Esperanza Aguirre a Carmona y Villacís. Pues bien, hace escasas horas la señora Aguirre ha lanzado una nueva propuesta que incluye a la formación de Carmena en un "gobierno de concentración".

Mucho me temo que Esperanza Aguirre ha decidido unirse a la gira cómica de la Banda del Empastre, no existe otro modo de explicar ese requiebro abrazafarolista que deslegitima por completo el buen planteamiento que ayer mismo ofrecía.

He de reconocer que semejante ejercicio de "cintura política" ha conseguido descolocarme.

La lógica del asunto parece ser la de las vacunas aunque la señora Aguirre se olvida que la medicina y la política son dos campos del saber humano que no guardan estrecha relación.

Ante semejante disparate uno se queda sin palabras. En fin, a ver que nos deparan las próximas horas, con unos pocos días mas podremos completar un grueso volumen de la Antología del Disparate.

Esperanza Aguirre y ese sentido común que casi nunca se impone

Tras la debacle, Esperanza Aguirre ha propuesto al PSOE y a Ciudadanos un esquema de colaboración para evitar que la izquierda antisistema se haga con el poder en el ayuntamiento de Madrid. Carmona, el candidato del PSOE, ha respondido con un "no rotundo", la señora Villacís de Ciudadanos ha dicho que ella se sentará a hablar con todos y hoy, la señora Cifuentes ha colocado la guinda de tan amargo pastel declarando que a ella no le gustan "los frentes antis".

Resulta verdaderamente agotador asistir al lamentable espectáculo que nos ofrecen los políticos. 

Del señor Carmona no puede esperarse nada sensato, la señora Villacís, fiel al guión de su formación que se ha erigido como una suerte de Pepito Grillo de la democracia perfecta  perfumada con ambientador de marca blanca y la señora Cifuentes, ¡ay!, no nos sorprende su respuesta, muy en la línea del PP de la rendición incondicional, la entrega con armas y bagajes, la retirada oportuna, la blandenguería mas plastilinoide.

La propuesta de Aguirre es un extraño gesto de responsabilidad política y su lógica no requiere excesiva explicación. 

Si una mayoría de votantes ha escogido alternativas no revolucionarias parece razonable que el gobierno de Madrid lo detente una opción no revolucionaria. ¿O no?. ..pues no señores, la lógica de esta llamada democracia es justo la contraria, hay que dar el poder al menos indicado aunque lo hayan votado menos personas. Puro sentido común, democrático, eso si.

No tengo idea en que acabará todo este dislate pero de lo que si estoy seguro es que las consecuencias las pagarán los ciudadanos.

Si alguien piensa en repetir la jugada del PNV y la alcaldía de San Sebastián en poder de Bildu me parece que se equivoca de medio a medio. En ese sentido la postura de Aguirre (política muy criticable en muchos otros aspectos) me parece muy acertada. 

Me temo que en este caso Aguirre demuestra una altura de miras que supera con creces la de sus compañeros de formación y la del resto de los candidatos a la alcaldía.

Pobre Madrid.

martes, 26 de mayo de 2015

EL PORFIADO RAJOY Y SU SINIESTRO PAPELÓN

Hace tiempo que me prometí a mi mismo y les informé a ustedes acerca de mi decisión de no volver a escribir sobre asuntos de actualidad política en las impolutas páginas de esta gaceta digital, pero, dadas las circunstancias me veo obligado a romper el forzado silencio y dar a la luz las líneas que siguen.

El reciente resultado electoral cosechado por el Partido Popular no puede quedar sin comentario.

Quien haya seguido las entradas de Cepo Gordo en el pasado ya conoce la escasa estima que profeso por Mariano Rajoy y su Banda del Empastre. Decir que ninguna es quedarse corto pero en un ejercicio de caridad lo dejaremos ahí. Ninguna.

Afirmar que Mariano Rajoy es el más nefasto líder político que ha habido en España desde la restauración del 78 es quedarse corto.

Rajoy no sólo ha ninguneado a su electorado y ha incumplido su programa electoral sino que ha sentado las bases para que en España se instale una suerte de frentepopulismo de nuevo cuño que amenaza con eliminar lo poco que queda de la nación Española y con sumir al Estado en un completo caos y el espacio público en un escenario de bufonadas y barbaridades sin cuento.

En sus primeras declaraciones tras el desastre del 24 de mayo, Rajoy no sólo no ha hecho un ejercicio de auto crítica sino que ha dado muestras de su absoluta cerrazón.

A estas alturas uno no sabe si el señor Rajoy es un irresponsable, un hombre mucho menos inteligente de lo que se suponía, un suicida o si actúa bajo el dictado de algún poder superior interesado en dejar España hecha un erial. 

¿Realmente supone Rajoy que su electorado va a continuar apoyándole pase lo que pase por un supuesto miedo a un triunfo de la extrema izquierda revolucionaria?

¿Realmente, Rajoy no se da cuenta de que su electorado no quiere votar a una opción socialdemócrata alineada con los postulados más progresistas del PSOE?

¿En qué mundo vive Rajoy? Lo desconozco, pero desde luego en la España de 2015 no.

Puedo entender que Rajoy sea un sujeto que tiene una excelente opinión de si mismo. También puedo entender que carezca de la formación para comprender el alcance de algunos de sus actos. Igualmente, es posible entender que sea un soberbio que desee imponer sus criterios y preferencias personales por encima del interés general, ahora bien lo que no puedo entender es que sea tan poco perspicaz como para no darse cuenta de que su crédito político se ha agotado por completo.

En el supuesto caso, y ya es mucho suponer, que Mariano Rajoy Brey piense en el futuro de su partido, en el bien de sus votantes, afiliados y correligionarios y aún más en el de España y sus dolientes ciudadanos, lo único que debería hacer es remover a todos los cargos de la estructura del Partido Popular, dimitir como Presidente del partido y convocar un congreso extraordinario en el que mediante un proceso de primarias con votación directa de todos los afiliados se procediera a la elección de un nuevo candidato para las próximas elecciones generales.

Candidato que, por supuesto, debería de ser una persona intachable y de probada honradez y con un pasado limpio como una patena.

Cualquier otra solución que adopte abocará al Partido Popular a un desastre electoral aún mayor que el recientemente cosechado.

En otro frente, uno se pregunta si en el seno del Partido Popular no hay quienes tengan la capacidad y personalidad para frenar esta sangría y promover una revolución interna que acabe con el mandato dictatorial e inane del Sr Rajoy.

Que el Partido Popular es un organismo de poder dónde se ponen en juego numerosos intereses personales e institucionales es algo obvio, pero si quiere sobrevivir no tiene otra solución que emprender una urgente y profunda renovación.

Sin un cambio radical de personas, estructuras y sobre todo un rearme ideológico el Partido Popular como fuerza hegemonica del llamado centro-derecha tiene sus días contados. 

La desaparición del Partido Popular no es cosa que me preocupe en si misma,  sino el nefasto efecto colateral que causa al dejar huérfanos a millones de electores que tendrán que buscar otros cauces de participación y expresión política cuya organización y puesta en funcionamiento requieren de unos medios humanos y materiales que no son nada sencillos de poner en juego.

Si todo esto no lo entiende el señor Rajoy, malo, si lo entiende y está dispuesto a obviarlo por soberbia y obcecación, aún peor.

lunes, 22 de diciembre de 2014

NI DEBEMOS NI PODEMOS

Desde su irrupción en la escena política, la polémica en torno al movimiento-partido-alternativa PODEMOS ha generado un aluvión de noticias, críticas, comentarios y chascarrillos de toda y variada índole.

Imagino que más de un lector de éste emérito suelto cepogordista andará estragado y harto del tema. 

No es mi intención el molestar al personal aún más de lo que ya lo hacen a diario los políticos al uso y sus comentaristas de alcoba pero creo que cabe hacer algunos comentarios dirigidos a todos aquellos "desencantados" que se están planteando la posibilidad de votar a la opción revolucionaria y totalitaria que ofrece el partido liderado por Iglesias.

Qué es podemos y qué pretenden es algo que a estas alturas está muy claro para cualquier espectador de la realidad política española que se haya molestado cinco minutos en informarse.

De las fuentes ideológicas de las que bebe Podemos no creo que haya que decir mucho, también son conocidas y su falsedad y peligrosidad han sido ampliamente analizadas y comentadas en otros lugares y por personas de mayor autoridad.

Dicho ésto, el lector se preguntará de qué quiero hablar, pues muy sencillo, de la frivolidad de algunos y de la imprudencia de otros. Frivolidad e imprudencia han acompañado a los españoles en muchos acontecimientos clave de su Historia y los resultados han sido, siempre y sin excepción, nefastos para la nación y sus ciudadanos.

Entiendo perfectamente a todos aquellos que sienten repugnancia hacia los partidos convencionales que han venido detentando el poder desde la restauración democrática.

Entiendo muy bien que votar al PP, PSOE y otros es algo que no puede hacerse ni tapándose la nariz.

Dicho ésto, considero que votar a PODEMOS para darle una patada en el culo los partidos convencionales es un solemne error, un acto de irresponsabilidad intolerable.

PODEMOS tiene una base de apoyo incondicional (hasta ahora) en un conjunto de personas de su misma o aproximada ideología. Ese grupo humano está compuesto por una masa que oscila entre el millón a dos millones de votantes (que no es moco de pavo). El resto, hasta alcanzar las cifras que los profetas de la demoscopia auguran para las próximas elecciones generales, lo conforma el voto del cabreo, el voto del asco, el voto de la patada en el culo.

A ese voto es el que apelo yo. A esos votantes es a los que pido reflexión y serenidad. Votar con la entrepierna no es una buena idea. Amén de anti-higiénico y anti-estético, el gonadismo militante de algunos de nuestros conciudadanos conduce, indefectiblemente, al desastre.

El proyecto de PODEMOS es un proyecto revolucionario y totalitario. Si acceden al poder real, si "pisan alfombra" y se hacen con el mando del BOE, los "señores" de PODEMOS no tienen previsto hacer otra cosa que apoderarse de las estructuras del Estado para de manera fría y calculadora ir ejecutando sus visiones de ingeniería social, económica y revolucionaria.

Su estrategia consiste en penetrar la estructura a través de las fórmulas legales (vía electoral) y posteriormente ir actuando de forma científica y revolucionaria.

Puede pensarse que esto son "suposiciones" e "hipótesis" y que se puede correr el riesgo de darles una oportunidad para ver cómo  actúan ya que peor que lo que hay no pueden ser (recientemente he escuchado ese comentario, literalmente, de boca de un funcionario de un cuerpo superior de la Administración del Estado). 

No se dejen engañar. El caso es idéntico al de regalar a un pirómano una bidón de gasolina y una caja de cerillas y dejarlo suelto por un bosque "a ver si se contiene".

Si PODEMOS llega al poder gracias al voto del cabreo, la responsabilidad de los votantes será terrible y las consecuencias, que sufriremos todos, son fáciles de imaginar.

Conociendo el peligro, ni debemos votar el suicidio ni podemos permitirnos que un cabreo más que justificado hunda a España en una sima de la que resultaría muy difícil escapar.

Existen alternativas, la sociedad sana siempre puede hacer cosas, no debe caerse en la solución fácil de la patada en el culo y el cabreo de barra de bar. 

Quien quiera apoyar el saneamiento del sistema que lo haga y ayude a crear los cauces, darle oxígeno a una revolución no es la solución.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Después de recordar a don Camilo, apuntes alrededor de la ya famosa conferencia de la pistola.

Cambiando de tercio, o como diría un francés, pasando del gallo al burro, se habrán fijado que de política nada. Que no escribimos un artículo. Lo último fue aquello que empezaba con un violento “nos gobiernan cerdos”. Pues bien, Calvino de Liposthey ha tenido la gentileza de hacernos llegar lo que fue en su día el armazón de la famosa conferencia de la pistola. Como es lógico, se trata de una estructura un tanto seca, carente del empaque y el garbo con que la embelleció en su momento el verbo florido del conferenciante. Pero ayuda a hacerse una idea de lo que fue aquella sesión que tanto dio que hablar y permite ir poniendo los jalones para su completa reconstitución. Este es el breve texto, que sin embargo, ampliado en vivo por el Gran Bergamota, permitió alargar la conferencia hasta alcanzar la hora, cuando se produjo la gran trifulca:

          Son varias las razones para no lidiar con el asunto político: llega un momento en que no se sabe por dónde empezar; tenemos las ideas claras y no necesitamos darle muchas más vueltas a las cosas. Lo que vemos y conocemos nos causa ya poco o ningún asombro y, además, hay gente dedicada profesionalmente a seguir la política y a comentarla, que lo hace mejor que nosotros y además cobra. Nosotros tecleamos menesterosos para cuidar el píloris. ¿Pero qué dice? ¡Es usted memo! No si ya estamos faltando [al parecer este primer diálogo consigo mismo provocó las primeras murmuraciones entre el público]. Queremos decir que soltar cuatro palabrejas como éstas y fumar untuosos habanos vienen a ser dos formas de lo mismo: cuidar del píloris. ¡Otra vez! [al parecer nuevas murmuraciones del público y un se chotea que se oyó perfectamente]. Pero volviendo un poco a la cosa política, que para eso me han pedio que intervenga aquí, ante este selecto público adocenado, lo que parece, así a vuelapluma, es que Europa se resquebraja. Los que se empeñan en flagelarse todavía con los añejos conceptos de España es así o asá y este país, se equivocan y renuncian a pensar. Me atrevería a decir que representan, con su huida del pensamiento crítico, lo que antes se hubiera designado como la canalla, y temo que haya aquí, frente a mi una nutrida representación de ese tipo social [al parecer, entre el pública empieza a notarse un sordo cabreo]. Ya lo hemos dicho muchas veces. No es cuestión local, sino de civilización. Estábamos en un cruce de caminos, cargados de ansiedad –como ese calvo de mala pinta que seguro que está forrado a pastillas [al parecer el aludido se levantó murmurando y blandiendo el puño cerrado y se marchó de la sala atestada dando un portazo, dos señoras se pelearon por su sitio, interrumpiendo por un momento la conferencia]. Y después de estar un tiempo instalados en el cruce y ahora hay que mover ficha, decidirse a cruzar. Y resulta que cada uno tira para un lado con el cuerpo social en peligro de descuartizamiento. Ahora que se conmemora su estallido, hay que recordar que Europa empezó su declinar con la primera guerra mundial y sus terribles consecuencias. Quedaron afectados los cimientos del continente, abonado el terreno para su descristianización y el crecimiento de los totalitarismos que encarnaron todo aquello que ya venía gestándose: nihilismo, colectivismo, anulación del hombre individual y paradójicamente conversión del hombre abstracto en la medida de todas las cosas. Resulta paradójico que de la segunda guerra mundial surja el estado de bienestar que con todas sus aparentes ventajas y bonanzas viene a sentar las bases para una nueva tutela del cuerpo social por las superburocracias. Con diversos pretextos –el de la salud sin duda uno de los más utilizados- van volviendo por la puerta de atrás los viejos reflejos: la tutela del individuo, el estatismo, la restricción de las libertades, el control de las conciencias. El bienestar es la piedra angular con la que se justifica una exacción fiscal cada vez mayor, que coartando la iniciativa individual por falta de medios, refuerza los instrumentos de que dispone el burócrata para ejercer su control, mediante la concesión graciosa a los ciudadanos de migajas de la gran hogaza de pan que previamente les ha sustraído [los representantes locales de los partidos políticos se agitan sobre sus sillas y se perciben discretas señas, la mujer del alcalde cuasi vitalicio resopla pesadamente si se arrea en la pechera con un grueso abanico con los colores del partido]. El hombre de a pie trabaja para pagar facturas dedicando más de la mitad del año a trabajar para el todopoderoso Estado, con el fin de que éste pueda disponer de los cuantiosos recursos necesarios para poder mantener su gran tela de araña clientelar internacional. Las arañas locales se reciclan en instituciones internacionales desde las que vuelven de visita al terruño para recomendar mayor presión fiscal sobre la sociedad [los concejales se miran unos a otros como si les picara el cuerpo, la señora del alcalde pone ojos como platos cuando oye la palabra chupóptera dicha a sus espaldas]. Jamás recorta la araña burocrática su propia tela. El hombre de a pie, el que ni es parte de la burocracia ni vive de ella, trabaja y trabaja, viendo como del fruto de su trabajo le llega una parte cada vez menor, y calla para que no le den de palos, cargando además con una culpa cada vez mayor. Culpa que se le inocula por no ser travesti, homosexual –maricón como se decía antes-, negro, étnico, minoritario, divorciado, monoparental adoptante, ideólogo, progresista, abierto, dialogante, amigo del consenso, pornógrafo, ecológico, igualitario, relativista, sano, sumiso, blando, maleable, multiorgásmico, vigoréxico y capao, fit, fot, jogger y runner, trendy, y sobre todo por tener todavía cuatro o cinco creencias y alguna convicción de las que no consigue desprenderse pese a todos sus esfuerzos y a la presión brutal que soporta para ello. Así que el europeo trabajador está un poco desconcertado y también un poco cansado y claro bastante cabreado. Y lo que hace es dar un portazo, diciendo que no quiere saber nada, y con eso acaba de enterrarse, porque se aísla aún más y al hacerlo se ciega, no dándose cuenta de al menos dos cosas:

          La primera es que la superburocracia vive y se nutre del aislamiento y soledad del europeo trabajador, desagarrado por mil tensiones y tirones a los que sólo no puede enfrentarse.
          Y la segunda es que ese europeo enfadado –el que lo están, tampoco son todos, miren a la mujer del alcalde que tranquilota está- [al parecer la aludida rebrinca en la silla y se oye un Mariano di algo], decíamos que el europea enfadado acaba por no apreciar lo que tiene y por no darse cuenta de que son muchos los que están en su situación –gente infinitamente válida y honrada- que conforman en líneas generales una sociedad que merece la pena, muy distinta a la que pintan los medios. No se da cuenta que todavía hay esperanza y fuerzas. Al renegar de lo que ve, al aislarse, justificando con mil argumentos eficaces ese aislamiento como algo inevitable y necesario, renegando de la política sólo refuerza el círculo negativo de disolución de la sociedad europea cayendo en un pensamiento torpemente reaccionario y de una ingenuidad que sorprende, cuyo centro viene a ser el renegar de la política con un pesimismo de cataclismo. Que al europeo contemporáneo se le hunda el mundo porque la clase política no sea honrada demuestra que el europeo contemporáneo ha dejado de leer y ha abandonado sus estudios de historia y humanidades antes de tiempo y que no es consciente todavía –a estas alturas- del enfrentamiento ya clásico entre lo que hemos llamado superburocracia y Libertad. ¿Cómo se ha vuelto la tropa tan pardilla? ¿Cómo es posible que haya olvidado lo que es el poder, la lucha por acapararlo, la lucha por defender al individuo del abuso? Podemos relacionar esto –esta ignorancia mezclada de un servilismo agotado, un ánimo de entregarse a quien quiera decidir en su lugar- con el estado de la educación y de las universidades europeas. Y no nos sorprenderá ver que son un coto cerrado, en su mayoría, de la superburocracia. Hemos pasado en una generación, por poner un ejemplo, de don Luis Diez del Corral a Pablo “el coletas” Iglesias, como símbolos de la facultad de ciencias políticas. Es el resultado de un asalto a las instituciones y a las mentalidades por el totalitarismo vencedor de la segunda guerra mundial, mudada su fría piel soviética en acogedora y suave pelliza socialdemócrata, ante el desarme intelectual, moral y anímico de ese otro europeo, heredero de la parte más fértil de las tradiciones del continente que ha enmudecido presa de las dudas sobre sí mismo provocadas por los dos cataclismo bélicos del siglo XX. [Al parecer reina un gran silencio en la sala de conferencias].

Ese europeo al que hemos llamado europeo trabajador, en lugar de renunciar a pensar, renegando indignado de la política, en realidad debe unirse para recuperar el lugar que le corresponde en la dirección de los asuntos públicos, aupado para ello sobre lo que ha sido la parte mejor de la tradición europea – la defensa de la libertad individual, de la iniciativa y de la propiedad privadas, la libertad y la acción- que sigue viva y puede recuperarse. [Al parecer reina un gran silencio entre la audiencia].

Una precisión sobre eso que hemos llamado europeo trabajador. A estas alturas de época, el trabajo se da por supuesto en toda persona de bien. A esas personas nos referimos. Pero el trabajo como tal y por sí sólo no es por supuesto suficiente para nada. Esto es lo que parecen desconocer ciertos políticos, funcionarios en origen, que se llenan la boca de lo mucho que trabajan. Sólo faltaba que no atendieran sus obligaciones. Pero el asunto es para qué trabajar y en qué dirección, eso no lo dicen porque no lo saben, o tal vez porque lo tienen demasiado claro. Veo que reina el silencio y caras de pasmo. Incluso expresiones alucinadas. Pues está bastante claro lo que he explicado, zoquetes [al parecer este desliza logra romper el silencio y dan comienzo las invectivas, pero es ya otra parte de la historia].

jueves, 11 de septiembre de 2014

Don Jerónimo Merino y Cob

¡Don Jerónimo que reposa en la ducal Lerma! ¡Don Jerónimo cura trabucaire! ¡A usted llamo! ¡Vuelva usted don Jerónimo, montado en su jaca colina, sobre la albarda con zalea de albo borrego, calzados los estribos camperos, relucientes las estrellas afiladas de la espuela vaquera, vuelva usted, cabalgue fantasmal con las riendas a una mano y en la diestra el trabuco cargado de posta, vuelva usted y apiólelos a todos!