Camino de convertirse en uno de los personajes más viles de la
historia de España, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, callado como una
tumba desde que el martes hablara el Rey con tanto acierto, y después de nuevas
declaraciones del golpista Puigdemont riéndose de todos nosotros, da una
entrevista a la agencia EFE afirmando lo siguiente:
“¿Tiene una solución? Sí, y la
mejor es la pronta vuelta a la legalidad y a la afirmación a la mayor brevedad
posible de que no va a haber una declaración unilateral de independencia,
porque con eso además se evitarán males mayores.”
“La mejor solución, y creo que
eso lo compartimos todos, es la vuelta a la legalidad, que es que todas
aquellas personas y gobernantes que han decidido por su cuenta y riesgo
liquidar la ley y situarse fuera de ella, vuelvan a la legalidad.”
En el contexto actual, en pleno golpe de estado, las declaraciones se
comentan por sí mismas, así que no les aburriremos con una glosa. Son de una
bajeza, de una miseria moral y de una ramplonería que incluso viniendo de un
personaje tan siniestro y falto de principios como Rajoy causan asombro. Su
antijuricidad es completa, absoluta. Enmiendan la plana al Rey y desde luego no
hacen sino apuntar al pasteleo, a la solución de consenso, choricera, a la
componenda ilegal que de llevarse a cabo, como sociedad, y después de lo que ha
pasado, nos dejaría prácticamente fuera de combate.
Si yo liquido la ley, si yo me sitúo fuera de la ley, tendré que
apechugar con las consecuencias y sufrir el castigo previsto por el
ordenamiento jurídico. De lo contrario estamos en un país sin ley. Y desde
luego no dependerá de mí volver a la legalidad. Puedo no continuar
delinquiendo, pero los delitos cometidos ahí están. Hay un ordenamiento
jurídico, un código penal y todo ello debe cumplirse con el máximo rigor.
Esto sólo puede acabar de una manera si queremos que acabe bien: con
penas de cárcel para todos los responsables –incluido el presidente del
gobierno si sigue sin actuar- con las accesorias de inhabilitación e
indemnización de responsabilidad civil. Puigdemont, Junqueras, Trapero y todos
los demás, a la cárcel esposados y por muchos años. Esta es la gran oportunidad
que tenemos todos los españoles para enderezar de una vez el estado de las
autonomías y nuestra fallida democracia. No podemos dejar que un miserable
termine de hundirnos. El camino lo
marcó claramente el Rey el martes en su discurso.
Pensábamos que tal vez no sería necesario acudir a la manifestación
convocada para el sábado que viene, pero a la vista de la actitud de Rajoy,
buscando el apaño con los golpistas separatistas que parece que se entibian a
la vista de lo que se les viene encima, no vamos a tener más remedio que ir. Exigimos
que se cumplan las leyes, que el gobierno las haga cumplir, que se detenga el
golpe de estado, que se detenga los responsables de haberlo organizado y se les
juzgue, que se intervenga la autonomía y se impongan en toda España la ley, el
orden, la libertad y la
igualdad ante la ley de todos los españoles.
Para el Heraldo de Nava
Alcides Bergamota el Grande y firmantes.
(siguen cientos de firmas en prueba de adhesión a cuanto se ha señalado).
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