jueves, 18 de octubre de 2012

ANTE LAS ELECCIONES VASCAS: INCÓMODAS RESPONSABILIDADES.

En la noche de ayer tuve la ocasión de escuchar una parte de la tertulia de es.Radio en la que participaban varios contertulios, entre otros el periodista y director del Observatorio Internacional de Victimas del Terrorismo D. Cayetano González.

En concreto estuve escuchando los minutos que dedicaron a comentar la entrega de los premios que el antes citado Observatorio, acto que se celebró ayer en Madrid y las breves entrevistas a Ángeles Domínguez e Irene Villa. Tras las entrevistas el Sr. González repitió en varias ocasiones que el próximo Domingo las víctimas iban a sentir un gran dolor y tristeza (hablo de memoria y por tanto las palabras no son exactas pero si el sentido de las mismas) ante el más que probable éxito electoral de EH Bildu.

En primer lugar, quiero manifestar y dejar claro que entiendo y comprendo perfectamente a lo que se refiere el Sr. González. Entiendo y comparto igualmente el dolor de las víctimas del terrorismo y la indignación ante las frecuentes e innecesarias muestras de abandono y falta de sinceridad que hacia ellas demuestran no pocas instituciones públicas y privadas de esta maltrecha sociedad.

Ahora bien, echo en falta en el comentario del Sr. González y en los de otros muchos periodistas y tertulianos que a menudo tratan del "problema vasco", las referencias al porqué los partidos que forman bandera con el MVLN y sus aledaños gozan de amplia cobertura legal y disfrutan de los mismos derechos que los del resto de las fuerzas políticas con representación.

Desde hace un tiempo critican al PP y al PSOE y por supuesto al PNV pero siempre evitando hablar del "marco general", de la necesidad de cambiar las cosas desde la raíz, de enmendar los numerosos errores del pasado.

A mí que a éstas alturas acerquen a un preso a una cárcel o a otra me importa un pito porque la batalla más importante sigue sin darse y no se da por la sencilla razón de que el sistema se construyó teniendo a éstos "inquilinos" metidos en la finca y en vez de echarlos y sanear el piso infestado de suciedad se les hizo un cuartito sin ventanas para ver si allí no molestaban la digestión pacífica del resto de vecinos.

Sucede que desde que se inauguró el régimen de 1978 hasta la fecha presente ninguno de los partidos políticos que ha ostentado el poder ha tomado medidas concluyentes y decisivas para evitar al desarrollo de los diferentes brazos y entramados políticos de apoyo al terrorismo.

Junto a esto, tampoco se han tomado medidas para evitar la manipulación de la conciencia ciudadana y han dejado que determinados sectores tomen el control de la educación, la cultura y los medios de comunicación. ¿Acaso no sabían UCD, PSOE y PP lo que se enseña a los niños y jóvenes y cuál es el contenido de los programas culturales? Por supuesto que lo sabían, pero no era crítico, no era lo importante.

Lo que no parecen comprender muchos de estos opinadores profesionales es que el mayor o menor éxito electoral de una opción separatista no está simplemente vinculado al hecho de que exista un grupo de "malos, muy malos" que votan y ya está.

No señores, por supuesto que hay un grupo de electores convencidos que comparten los ideales de esas siglas y cuyo compromiso viene de muy atrás, pero también existe un grupo, numéricamente creciente y al final más importante que se ha ido incorporando a esa comunión de ideas a través del adoctrinamiento recibido desde el parvulario.

¿Qué han hecho los partidos políticos "constitucionalistas" para evitar este fenómeno de cambio social? Nada o casi nada y lo que han hecho, lamentablemente, lo han hecho mal.

Uno de los grandes problemas con el que nos encontramos al enfrentarnos al mal llamado "problema vasco" es la confusión de los diferentes frentes en presencia.

Ahora bien, los partidos políticos están formados por individuos. De nada sirve acudir a una manifestación o rasgarse las vestiduras por las ondas y ante la pantalla si luego por intereses poco confesables no se atacan las raíces del problema.

Por supuesto que los responsables del terror son los terroristas y los responsables de la mentira son los mentirosos y que son igualmente responsables los que se han beneficiado directa o indirectamente de ambos. Ahora bien ¿por qué no se habla de la responsabilidad de no haber querido atacar el fondo de las cosas?

O mucho me equivoco o es que es algo que no interesa airear demasiado porque entonces ese Domingo de llanto lo tendrían que compartir muchas otras personas pero por motivos bien distintos.

Muchos son los que tendrían que ponerse de rodillas en la plaza pública para pedir perdón a víctimas y ciudadanos cuya vida se ha visto transformada por no haber hecho nada o por dejar que sus pequeños o grandes intereses personales y de partido se antepusieran al bien común.

Los movimientos políticos (y el terrorismo separatista es eso, política por vía del terror) no se combaten sólo ni fundamentalmente con el ejercicio de la fuerza. ¿Qué se ha hecho para favorecer de manera efectiva que las ideas erróneas no se extiendan? ¿Por qué se ha mantenido un sistema de financiación de partidos o de beneficios políticos a sabiendas de que servía a intereses sumamente negativos? ¿Por qué se ha amparado, torciendo la ley, el desarrollo de actividades claramente delictivas e indeseables?

Imperfecciones del sistema democrático dicen unos, siniestra cara dura digo yo.
La conclusión es que el próximo domingo, no sólo las víctimas sino el resto de personas de bien pueden sentir legítima repugnancia al ver que una de las regiones más relevantes de esta nación fragmentada cae en manos de unos enemigos de esa propia nación y del mismo pueblo que dicen ensalzar y defender.

¿Llegará el día en que se hable y se depuren las otras responsabilidades y se cree una conciencia pública al respecto?
¿Hasta cuándo se mantendrá la mentira y la desinformación?

Sanglier.






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