De los diarios del Gran Bergamota, extracta Calvino de Liposthey este pasaje, para regocijo de quien quiera leerlo. Corresponde a la época mesocrática del gran polígrafo, en la que se veía obligado a trabajar por cuenta ajena, doblando el espinazo servilmente por doquier.
Diario de A.B. el Grande. Tomo III. Época de empleado laboral de tercera categoría, página 237.
Esto
me comenta un compañero de trabajo: Un buen lector tiene que leer de todo. Yo
empecé a leer las esquelas. Para saber a qué edad moría la gente, coño que
viejo es este, oye que joven, o la familia te quiere, o duodécimo aniversario.
Y luego me leía los prospectos de las medicinas y las instrucciones de la
lavadora, del lavaplatos, de la minicadena, y manuales de instrucciones de
muebles de Ikea.
A mi me pasa lo mismo por leer leo hasta los artículos de Cepo a escondidas eh!!
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