jueves, 15 de agosto de 2013

Crónicas Veraniegas: Releyendo a Blasco Ibañez

Nos llegan los ecos de una excursión de Alcides, Doroteo y Tato que, armados de morral y cantimplora, se han -literalmente- echado al monte a recorrer algunos rincones de la costa cantábrica. 

El cepogordismo asiste mudo de emoción ante las noticias de semejante hazaña ya que es conocida la escasa afición de Alcides y Doroteo a dejar sus respectivos lares, así que deducimos que debe de haber existido un motivo poderosísimo que haya empujado a semejante compaña a calzarse las botas y tomar el cayado. En el caso de Tato la cosa es diferente. Tato, ahí dónde le ven ustedes, castizo y cachazudo, es muy capaz de liarse la manta a la cabeza y visitar Ossa de Montiel con el mismo desparpajo que viaja a Toro, a Villalar de los Comuneros o se adentra por las umbrías de Allariz, lo dicho, un Urdaneta, un Aguirre, un Malaspina de los tiempos modernos.

Mientras aguardamos impacientes las crónicas de esa proeza alpino-etnológica, nos entretenemos disfrutando de lecturas varias, algunas nuevas y otras ya conocidas pero que fueron degustadas pobremente sin la necesaria tranquilidad, es decir, mal leídas.

Estos días nos sirven para reiterar nuestra admiración por el tan injustamente olvidado y criticado Vicente Blasco Ibañez. De su prodigiosa biografía pueden decirse muchas cosas, algunas buenas, otras no tanto. De su compleja personalidad, tres cuartos de lo mismo, ahora bien, de su pluma sólo se puede decir, si se quiere ser honrado (y por supuesto, queremos serlo) que Blasco Ibañez escribía como los mismísimos ángeles.

A Blasco Ibañez,como a muchos otros autores, les sucede (ahora estoy pensando en Agustín de Foxá) que sus páginas más bellas no se encierran necesariamente en el formalismo estructural de una novela, un poemario o una obra dramática. En estas mañanas à l'ombre du magnolia he repasado con interés y placer indescriptibles un tomo leído años atrás a lomos de la prisa cotidiana, me refiero a los Estudios Literarios, editados por la Editorial Prometeo en Valencia en 1933.

Cualquier aficionado a la literatura que se acerque a esta obra por primera vez revisará los nombres de los autores cuya obra se analiza y que figuran en el índice al final del libro y al hacerlo, muy probablemente, quedará sorprendido al comprobar que con escasas excepciones (René Bazin, Bourget, Barbusse..) la mayor parte de los nombres no le dicen nada o casi nada. 

El interés de los Estudios Literarios no está por tanto en los autores estudiados o las obras diseccionadas por la pluma experta de Blasco Ibañez, sino en lo que el genial valenciano nos dice y en cómo lo dice. Todo autor de peso, y Blasco Ibañez lo es, amén de escribir mucho suele haber leído mucho y generalmente bien, es decir con inteligencia y reflexión. En este capítulo Blasco Ibañez se muestra como un habilísimo y penetrante lector. Conocedor del oficio y los sufrimientos del autor va repasando las obras fundamentales de cada escritor situándolas dentro del contexto biográfico del mismo y en relación con el tiempo histórico y el panorama literario de cada momento.

En estas páginas, Blasco Ibañez se muestra amable sin caer en la condescendencia, justo en la crítica literaria, entusiasta cuando es preciso sin caer en el panegírico ni la exageración partidaria y decididamente comprensivo con el difícil oficio del escribidor.

Uno de los aspectos que hace más interesante el análisis de Blasco Ibañez es su condición de escritor profesional. Los estudios, escritos a lo largo de los primeros años del siglo veinte, no son solamente la obra de un autor consagrado, sino de un escritor "moderno" consciente de su función y de su profesión, conocedor del entresijo editorial y de la figura social del intelectual en el sentido gálico del termino. Este enfoque es particularmente interesante porque su conocimiento de la profesión y del medio nos permite comprender mejor el porqué del éxito y del fracaso, de la mayor o menor difusión, de la fortuna literaria en fin de obras y autores que la distancia del tiempo no nos permite calibrar con la suficiente precisión.

El otro aspecto que hace de estos Estudios una lectura interesante es la innegable calidad narrativa de Blasco Ibañez. Blasco escribe bien (eso ya lo sabíamos) pero no sólo escribe bien cuando retrata e interpreta creando sino cuando describe y analiza historiando. Escribir buena crítica literaria que sea amena, profunda y ecuánime es un arte mayor. De las muchas páginas de estudios y crítica literaria que nos hemos echado al coleto no resulta exagerado situar estas páginas de Blasco Ibañez entre las cumbres de Cortázar y Somerset Maugham. Al exquisito y justamente bendecido Bórges, Blasco Ibañez lo deja en pelota en este campo de la crítica literaria.

Para escribir sobre libros y sus autores no basta con ser culto, muy culto o cultísimo. No basta la erudición, no basta el vasto conocimiento ni la visión esférica, global, metacultural, cenital...no señores, porque sin poesía, sin finura de espiritu, sin análisis del alma humana y sin inmensas dosis de caridad y compasión no hay nada o casi nada bueno que se pueda decir. Blasco Ibañez demuestra poseer todo estos atributos en grandes cantidades y es generoso en su manejo. 

Si algún día, a lo largo de sus escarceos librescos se encuentran ustedes con un tomo de los Estudios Literarios de Vicente Blasco Ibañez no lo duden, cómprenlo, léanlo, saboreenlo, no se dejen llevar por la perece ante la lista de autores poco conocidos hoy en día, a veces lo interesante de un plato no son los ingredientes sino la maestría del cocinero en combinarlos armoniosamente hasta obtener una receta deliciosa, justamente lo que sucede en éste caso.

Sanglier.
  
   

2 comentarios:

  1. LA EXPRESIÓN AUTOR DE PESO, SALVO QUE BLASCO FUERA UN GORDO, DEBE SER CONDENADA y CALIFICADA DE INCALIFICABLE. RECTIFIQUE JOVEN, RECTIFIQUE Y NO SE DEJE CONTAMINAR POR LA JERGA DEL DÍA. TAMPOCO SE PROCEDE A SALIR DE UN COCHE, SE SALE, SIN MAS, COMO UNO SE PEE SIN PROCEDER A TIRARSE UN PEDO.

    ResponderEliminar
  2. No haga caso al patán Sangli, ameno e intersante artículo lleno de sugerencias como siempre.

    ResponderEliminar

SI QUIERE ECHAR SU CUARTO A ESPADAS, YA SABE AQUÍ. CONVIENE QUE MIENTRAS ESCRIBA ESTÉ USTED FUMANDO, CIGARRO O INCLUSO PIPA.