martes, 16 de abril de 2013

Una de comentario de la actualidad (no damos para más).

Según el periódico El Mundo, en su redición digital de hoy “El Congreso decide no celebrar Pleno el día de la convocatoria para rodearlo”. Si la convocatoria no es una manifestación autorizada por la delegación del gobierno, es una convocatoria ilegal. Y para eso está la policía y sobre todo las unidades antidisturbios, las tanquetas con lanzas de agua, las pelotas de goma, los perdigones de sal y las cargas a lo bruto, porra en ristre. Si la convocatoria es una manifestación autorizada, se aplica la misma medicina al primero que haga lo que no debe. Lo que no puede ser, en teoría, es que los primeros responsables de hacer que se cumpla la ley, los depositarios de la soberanía popular (nos da un poco la risa) salgan corriendo ante la amenaza de una convocatoria que tiene toda la pinta de ser ilegal. Pero en la práctica no nos extraña, reaccionan igual que cumplen con los programas electorales. La cesión al chantaje de los delincuentes es ya una tradición de la democracia española (chantaje de los terroristas, del nacionalismo, de las minorías, etc. de quien sea con tal de no aplicar un principio, de no tener que defender una convicción con un poco de valor). Como dijo aquél, estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros. Así nos va claro. ¿Quieren otro ejemplo? Al comentar el posible proyecto de reforma de la ley del aborto que rige en una España que envejece a marchas forzadas y ha perdido población en 2011 por primera vez desde 1939, la portavoz de la caverna, es decir del PSOE, Elena Valenciano dice que los obispos no van a imponer su moral sobre la libertad de la mujer, etc. Ese es el nivel. Se nos ocurren mil respuestas. Por ejemplo: los obispos y la Iglesia son la primera ONG de España y gracias a la Iglesia el país aguanta pese a los fabricantes de ruina que son ustedes, etc… ¿Qué dice el portavoz del PP, un tal Alonso? Pues que como el PSOE se ha metido con los obispos (siempre zurrándose la cabeza en la misma piedra) él no va a ser menos, para que no se diga. Y en consecuencia nos suelta que “la reforma no gustará mucho a los obispos” y añade que “los obispos tienen derecho a opinar pero no son los encargados de redactar las leyes”. Estos son los poderes intelectuales, los principios, la fortaleza de ideales y creencias de estos que tendrían que sacarnos de la crisis. A rebufo intelectual del PSOE y de esta señora que no es más lerda ni más fósil porque no puede.  En fin.

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