RAJOY, UN POLÍTICO DE RECORD.

Mariano Rajoy puede alardear de una proeza que como amante del deporte de competición le llenará de orgullo; ser el político que ha tardado menos tiempo en defraudar por completo a su electorado. La única explicación que tienen las actuaciones de este insigne indeciso se enmarca dentro del pacto que ha gobernado España desde la funesta transición. El panorama es desolador. La oportunidad única de la que disponía para reformar los numerosos errores y las incontables barbaridades de anteriores gobiernos (incluyendo los de Aznar) la ha malogrado a una velocidad espeluznante. Mal pintaba la cosa cuando dio a conocer un gobierno de gente mediocre que a todas luces no podía hacerse con el mando de una nave que va a la deriva. Después dejó claro que entregaba la "gestión" del día a día a una cuadrilla de pseudo-enarcas. ¿Alguien sabe desde cuando un abogado del estado es un gestor? Mariano podía y debía haber buscado a figuras de peso,  profesionales independientes que le hubieran permitido enfrentarse a la dictadura de las nacioncillas autonómicas e ir a Europa a arrearse de palos con la cuadrilla de maleantes que gobierna los destinos de esa cuchufleta que es la unión europea. Era la oportunidad única para un gobierno formado por gente seria de verdad, de esos que no tienen compromisos y cuya mera aparición hace temblequear a los chulos de piscina que pueblan las bancadas de la representación popular. La mayoría de los políticos profesionales no tienen media torta porque están hundidos en la corrupción hasta las cejas y lo que no quieren ver ni en pintura es a un sujeto íntegro y normal que sepa leer y escribir y les diga las cuatro verdades en la lengua de Cervantes y Quevedo. Pero claro, era pedir demasiado. Mariano es un reo preso del sistema y del pacto, es una marioneta más que ha acabado haciendo todo lo que dio a entender que no haría. Mientras tanto, ni un solo ladrón de la corrupción político-ladrillera en la cárcel, ni un solo político-banquero de ocasión detenido y las prebendas políticas sin tocar. Mientras se mantenga el presupuesto el problema no tiene solución. Los que tienen y pueden han sustraído el dinero del control público, los que generan y están controlados por nóminas y fiscalización viven cada día más agobiados. Los políticos continúan en el robo y el error. España, muy a mi pesar, va camino de ser la Argentina del sur de Europa.