lunes, 17 de octubre de 2011

El cuarto número: filias y fobias... del 2010.

Filias Y Fobias

- Me gusta Trinidad Jiménez, me gusta su aspecto rotundo y regordete; me flipa con vaqueros ceñidos como las panchitas mientras sus carnazas pugnan por escaparse estallando las apreturas; me gustan sus dientes –sonrisa tiburón-; me gusta cuando habla y sus profundos comentarios.  Y me apasiona cuando abre la boca  y raja y raja sin decir nada. Buena política.

- Me gusta Bibiana con su pelo lacio y su sonrisa de niña traviesa, me admira su conocimiento de la vida laboral, envidio la suerte que tiene para mamar de la teta del Estado sin haber hecho nada de provecho en la vida; me entusiasman sus majaderías e inaneces, o será insensateces? Pero que bien se lo ha montado a sus añitos y su pareja todavía más, faltaría plus, a vivir que son dos días.

- Me gusta Blanco, con su boquita de piñón que parece que se va a dar un pico con Zerolus –sería bonito ver quién envenena a quién-, su vocecita meliflua y ademanes de El Caudillo.

- Me gusta de la Vega, su pelo piolín, sus fantásticos atuendos con los que distrae la atención de su verdadero ser: una eminente magistrada –por el cuarto turno, nadie es perfecto, lo sé-, llena de sabiduría y amor por el trabajo y el prójimo, aunque yo la agradecería que se ocupara un poco menos y se fuera a Valencia a ponerse las botas –de Prada-, de paella; la lucecita de La Moncloa; vaya, no sabía que hubiera tantas coincidencias con la Dictadura; debe ser que Dios los cría y ellos se juntan.

- Me gusta Elena Salgado, menudo regalo, pedazo economista que no nos merecemos; deberíamos promocionarla para Comisaría de economía en la Unión Europea en lugar de Almunia que está ya muy cascado y visto. Además es hombre y no cubre cuota igualitaria. Sería la europea, la economía y potencia intersideral más importante de la galaxia; le ponemos de segunda de a bordo a Leire mofletes y él no va a más.

- Y qué decir de Leire Pajinete: toda una corta pero fructífera vida al servicio del pueblo (papá, mamá y demás familiares). Y disfruta la pobre sufriendo y matándose por la gente, su gente; tanto que ni siquiera tiene tiempo de arreglarse que eso es un lujo de pijos ricos. Avezada discípula de Solchaga (Carlos): aquí el que no se hace rico es…

- De algunas ministras y ministros no puedo decir si me gustan o no porque gozan del preciado don de la transparencia e invisibilidad. Se suponen que existen, pero no se les ve ni se les oye; sólo el cajero del ministerio a fin de mes tiene conocimiento.

- ZP, la conjunción planetaria, el faro que nos guía a las civilizaciones en una unión intergaláctica. Eso de faro me vuelve a recordar a Franco; debe ser un tic que tengo. El hombre que nos ha llevado a las más altas cotas de esplendor económico en paro, déficit, deuda, impuestos, y demás minucias, como unidad de España, etc.., cosas atrasadas de la rancia derecha. Cuando se le jubile –lo antes posible a ver si queda algo del ya solar patrio-, lo ponemos con un turbante mirando a la Meca en las Médulas de León y a ser posible cegar la entrada de la cueva, no sea que le dé otra idea y vuelva. No se confundan es por su propio bien.

- Me gusta el PSOE, un partido honrado, ya desde hace más de cien años –recordemos Asturias-, transparente, respetuoso con la democracia, la justicia, el Parlamento y demás formas del Estado, con la vida, con las leyes; con un fondo monárquico que me encanta: el Estado soy yo, véase Felipe, ZP, Bono, Chaves y muchos más.

- No me gusta el PP, rancia y avejentada derecha, defensores del centralismo y la unidad patria, siempre en contra de cualquier iniciativa a favor del pobre: aborto, enseñanza mediocre sin esfuerzo, independencia de poderes, enriquecimiento rápido. Moralina a tope. Si siempre están pidiendo lo mismo, que aburridos como decía esta semana la ministra  Salgado, no den más la lata: sobran. (Congreso de los Diputados, interpelación del Grupo Popular sobre los créditos otorgados por la Caja de Ahorros de Castilla la Mancha)

- No me gusta Rajoy por calzonazos, por dejar pudrirse los problemas, por ser sonso y encima fumar puros.

- No me gusta Esperanza, por lideresa, por tener los ovarios que otros no tienen aunque se equivoque, por decir pan al pan y vino al vino, por no ser políticamente correcta y porque me sale de los mismísimos, que si no para qué los tengo.

- Me gusta mucho Gallardón, otro ilustre sacrificado de la política, dedicado a joder al pueblo con fruición y si este es de Madrid, mucho más; la agradezco que gracias a sus faraónicas obras tenga que pagar más impuestos y tasas, aunque se me diga que eso no es verdad: no suben, es un espejismo, está usted equivocado y pida perdón. Me gusta que me corte todos los domingos el centro de Madrid donde habito para montar algún evento cuyo único resultado es que me suba la bilis a la boca los domingos y fiestas de guardar. Me gusta su doblez e hipocresía, sus puñaladas por la espalda. Le agradezco que se haya pasado con total cinismo de la alta política (ideología) a la baja y verdadera política (intereses, los suyos claro). Le agradezco sus interminables obras que me han reportado un doble beneficio: ejercicio físico para evitar dejarme los dientes en laguna zanja, y mental: estar alerta para conseguir ver la zanja entre las vallas y no visitar al dentista o al sepulturero, como el pobre joyero de Serrano hace un año.

- Me gustan los políticos y sindicalistas por su encendida defensa de su política –la baja naturalmente-; los tertulianos de la telebasura y demás tertulias, engordando su bolsillo con las miserias del prójimo y opinando sobre todo lo divino y humano con una seguridad y aplomo que parece que hayan hecho un doctorado y tres master en teatro.

- Y me gusta mi pueblo, el pueblo español, ese sufrido al que siempre le dan por detrás, mientras protesta y protesta y se aguanta.

- Yo no quiero ganar la primitiva, ni el euromillón, ni la bono-loto; yo sólo quiero ser POLÍTICO, SINDICALISTA Y TERTULIANO.

- A los de la ceja cultural los dejo para otro día, que se me está revolviendo la ensalada repasando el artículo.

Estas son algunas de mis filias y mis fobias. Lo que pasa es que algunas son mentira y otras verdad o al revés.

Averigüen ustedes sufridos lectores dónde está la verdad y dónde la mentira.


Deca. Octubre del 2010

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