jueves, 2 de junio de 2016

CON PERMISO DE ANDRÉS DE MIGUEL (texto) y ANDREW MOORE (fotografías), más sobre la corrida de Saltillo.


EL CEPOGORDISMO se permite reproducir aquí, para disfrute de sus cuatro seguidores despistados en materia de toros en la red, la reseña de la corrida de Saltillo publicada por Andrés de Miguel en su blog Adiós Madrid (adiosmadridtoros.blogspot.com) con fotografías de Andrew Moore. No tenemos permiso expreso de ninguno de ellos, pero esperamos que no les importe.
La Redacción.

ANDRES DE MIGUEL (ADIOS MADRID)


Una corrida del siglo XIX, apta para ser dibujada por Daniel Perea y contada por Sánchez de Neira o F. Bleu o Peña y Goñi o cualquiera de los apóstoles del integrismo en la Revista La Lidia que se editó entre 1882 y 1900. Nada que ver con la brava y encastada corrida del pasado mes de septiembre en Madrid.

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 Toros duros de Saltillo con antigüedad de 1845

 

Una corrida con toros de embestida imprevisible, cara alta, duros de pezuña, incansables y aviesas intenciones. El tercero se fue al corral después de los tres avisos y dos estocadas hasta la bola, con la cara bien alta, la boca cerrada y espantando a los mansos.

 

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Luvino-43 con la espada hasta la bola, acomete a José Venegas

 

 

El cuarto, condenado a banderillas negras en lo que pareció un exceso de celo del presidente, puesto que el toro había sido sangrado en varias entradas al caballo, aunque no se quedara fijo en ninguna, no dejó de mirar al torero, el quinto repetía embestidas por su pitón derecho aún con la cara siempre alta y sin humillar.

 

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 Banderillas negras para Cazarrata-45

 

Los dos primeros, de discutible trapío para Madrid, fueron sencillamente imposibles, pues después de huir de los caballos no embestían a la muleta. Rafael Cabrera contó hasta dieciséis desarmes  de matadores y peones sólo entre los toros segundo a quinto.

 

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Discutible trapío e indiscutible seriedad

 





Una corrida que recordaba vivamente las viejas películas de los años 10 y 20 del siglo pasado. Películas que los matadores de ayer no parecen haber visto, y desconocen la técnica de toreo por la cara, pases de castigo, desplantes y adornos.

 

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Sánchez Vara

 

No saben que con la bravura silvestre como la de los toros de Saltillo de ayer, que quizá no se diferenciaran mucho de los que fueron lidiados en Madrid el 14 de julio de 1845 cuando el hierro tomó la antigüedad, hay que agotar al que sale bravo y castigar al manso, que no hay que dar cuartel al toro, que como decía Joselito “El Gallo”: “a los toros hay que darles leña desde que salen de los chiqueros”.

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Alberto Aguilar

 

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José Venegas

 

Se perdieron en intentar componer series de derechazos como Aguilar o en remedar pases del desprecio como Venegas o en defenderse de las acometidas al bulto como Sánchez Vara. Todos ellos fueron despedidos con palmas que hacían más referencia al mal trago que habían pasado que a su capacidad.

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César del Puerto recibiendo a Jabalinoso-67

 

Claro que, ya que no a cargo de los matadores, hubo escenas que mostraron como se puede alcanzar lucimiento con esos toros. Así César del Puerto, de la cuadrilla de Alberto Aguilar paró con gran autoridad al quinto toro y David Adalid puso cuatro grandes pares de banderillas de mucha exposición a los toros tercero y sexto de José Venegas, el segundo de ellos absolutamente extraordinario. 

 



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David Adalid pareando con exposición en sus dos toros



 

Una corrida que tuvo como virtud llevarnos a un coso de finales del siglo XIX o principios del XX sin necesidad de verlo en el desenfocado celuloide de la época, que sirve para recordarnos que el toro bravo proviene de un animal salvaje y que la esencia de la corrida de toros consiste en domeñar esa acometividad, que ejerce de espejo donde mirar el espectáculo tantas veces domesticado y hasta melindroso de tantas corridas actuales, pero que hace tabla rasa de la depuración de la cría de los toros bravos en los últimos 150 años. Sin embargo con este recuerdo, hoy se nos hará cuesta arriba asistir a la corrida de Beneficencia anunciada, de seguro tan distinta.

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Una corrida de otros tiempos

 

Una corrida que resultó entretenida para todos los asistentes pero a costa de sustituir un espectáculo cuya justificación se encuentra en trascender el dominio del toro por el torero en belleza, en otro que atiende a sentimientos más primarios, de emoción basada en el miedo del espectador.

 

 

Fotografías de Andrew Moore

Publicado en Opinión y Toros

MÁS SOBRE LA TARDE DE LOS SALTILLO

Vaya por delante que el que esto escribe no tuvo ocasión de asistir a la tan comentada corrida de los Saltillo lo cual no impide participar en el tan oportuno e interesante debate que se ha abierto en torno a la que, sin duda, puede llegar a ser la tarde más recordada del presente ciclo isidril, a expensas del juego que puedan dar los colosos Victorino y Miura. 
 
Amén de leer la excelente crónica de nuestro corresponsal, he acudido a fuentes de indudable criterio como son los señores Amorós y Juan Ramón Márquez y no me sorprende leer que, con matices, hay coincidencia en opinar que la corrida presentada por el ganadero don José Joaquín Moreno de Silva no era para todos los paladares (menos aún los actuales, muy acostumbrados al toro autotaxi que va y viene para mayor gloria de la figura de turno) y exigía un tipo de torero que hoy día no existe.
 
La crónica del maestro Márquez concluye con lo siguiente que cito literalmente:
 
"Todos los días vemos al toro aborregado, derrengado, mustio. Hoy hemos visto otra cosa muy lejos de ese animal que ya sale del chiquero vencido de antemano. A esto de hoy no habrá nadie del toro que lo defienda, como tampoco habrá ecologista alguno que se disponga a abrazarlo. A estos sólo los queremos cuatro cavernícolas."
 
Márquez, que a mi juicio no es tan cavernícola como el mismo se califica, y si lo es, entonces yo también soy un hombre de Altamira (¡a mucha honra!) pone de manifiesto dos aspectos en los que estoy completamente de acuerdo. El primero es que la corrida de Saltillo ofreció un toro muy difícil y que ante semejante tipo de animal el torero medio, incluso el malo, tiene oportunidad de salir mejor parado ya que el aficionado normal tenderá a valorar más y mejor lo poco que de bueno pueda hacer al enfrentarse a un animal de esas características. El segundo es que el toro difícil ofrece espectáculo. Relata Márquez (al igual que hace nuestro corresponsal en su crónica) que la plaza no despegó la vista del ruedo y se produjo una ola de interés, tensión, comentario y disfrute que no es nada frecuente ni en Las Ventas ni en ninguno de los otros grandes cosos del mundo taurino.
 
Sin toro no hay fiesta y el toro "clásico" , "encastado", "difícil", es tan necesario como el agua para un cultivo.
 
Llevamos décadas enfangados en una relación perversa entre las "figuras" y los toros de lucimiento. Los ganaderos que quieren figurar en carteles y vender corridas se han ido adhiriendo al movimiento imparable del toro portátil, del toro acomodado a un toreo de lucimiento sin hondura. Las ganaderías que han permanecido fieles a los encastes tradicionales se han visto relegadas a un segundo plano y solo venden en Francia o en plazas muy toristas.
 
Todo esto no exime al ganadero de crítica, no apelándole a que se adhiera al movimiento del toro autobús de línea (lo cual significaría sacar todo lo que tiene y empezar de nuevo con otras sangres) sino animándole a que afine la selección para presentar corridas mas parejas dónde a la casta se una bravura.
 
El ganadero ha pedido disculpas a través de Twitter, diciendo literalmente:
 
                             Joaquín Moreno
 
"No tengo palabras sólo pedir perdón pero todo que raro se me escapa que pudo pasar a pensar y trabajar perdón una vez mas"
 
Lo más interesante es que el 99% de las respuestas que recibe en Twitter, enviadas por aficionados y colegas son para agradecerle la disculpa y pedirle que en vez de disculparse continúe así, animándoles a seguir criando un toro original, un toro alejado de la corriente mundana.
 
Ser ganadero de lidia en la España de nuestro tiempo es una labor heroica. Todo mi respeto para todos ellos (incluso los productores del toro taxi) ya que participan en mantener una cultura atacada desde todos los ámbitos de la sociedad y perseguida con saña por ser uno de los pocos elementos definidores de la hispanidad que aún quedan en pie. Ser ganadero y defender una casta diferente y no rendirse en el intento tiene aún mayor mérito. Es por ello que aplaudo y ánimo al señor Moreno de Silva a seguir por el camino iniciado. Sacar buenos toros es una de las empresas más difíciles que existen, el ya lo ha hecho y por ello tuvo su recompensa en el ciclo isidril. La corrida salió mas difícil y mansa de lo esperado pero los que acudieron vieron un espectáculo taurino interesante, y así lo han atestiguado, y tuvieron ocasión de ver un encaste legendario recuperado desde las lejanas neblinas de la historia taurina y traído a una plaza del siglo XXI, acostumbrada a aburrirse soberanamente ante el espectáculo inane de los toros Milka y los toreros de la puerta giratoria que no saben o desprecian una lidia completa que requiere de cuadrillas con conocimiento y entrega.
 
Siga usted así, piense y trabaje, seguro que lo hará en cantidad y calidad, los aficionados a la fiesta de toros le estaremos esperando con interés y pasión. El que esto escribe no piensa perderse la próxima corrida en cuyo cartel figuren los saltillos del señor Moreno de Silva.

martes, 31 de mayo de 2016

TOROS: la tarde de Saltillo


Sin duda el ganadero habrá tomado nota y probablemente querrá corregir algunas cosas. Pero mañana miércoles podremos comprobar como las revistas oficiales del mundo del toro ponen verde la corrida de Saltillo a cuya lidia hemos asistido esta tarde, sin matices y sin paliativos.

Sin embargo, a nosotros, la corrida de Saltillo lo que nos pone es a escribir. Tal vez porque no entendemos nada, tal vez por desconcierto, tal vez por asombro o perplejidad. Pero llegamos a casa con los dedos impacientes por dejar por escrito estas cuatro impresiones. Lo que los seis toros que hemos visto hoy plantean es el futuro de la Fiesta. Los Toros, que no necesitan apenas enemigo exterior (aunque no debemos darle la espalada sino arrearle), que desde que existen están en crisis, que en su anacronismo y en su dificultad como espectáculo (¡qué difícil es abrir los ojos a los toros primero, al toreo después!) tienen su espada de Damocles, los Toros cuentan con un enemigo aún mayor: la monotonía, la falta de emoción que produce el toro rebajado. Entiéndase por ello el animal con aire de buey, sosón, tontón, que a nadie impone y se torea casi sólo corriendo detrás del trapo con la lengua fuera. Que sin duda puede coger pero que no impone con su presencia. Nos decía hace pocos días un ganadero que todos los años lidia una corrida en San Isidro y a menudo otra en la Feria de Otoño, en declaraciones exclusivas para Cepo Gordo: “Mirad, yo sólo os digo una cosa, lo que no puede ser es todas las tardes la misma faena con el mismo toro…”. La corrida de hoy ha tenido en la mansedumbre encastada de al menos tres de sus toros un aspecto feroz, sin duda, pero también es cierto que los otros tres, que aunque violentos y transmitiendo peligro, humillaban y pasaban, no han encontrado lidiador que pudiera presentarles batalla. ¿Criticamos a los toreros? No. Constatamos que la de hoy era una corrida para un Ruiz Miguel, un Manili, un Esplá y que hoy no existen. Si se venía esta tarde a hacer la misma faena con los mismos toros de todas las tardes, era evidentemente imposible. Repetimos, no criticamos a la terna de hoy, que bastante hace, sin el bagaje necesario, con ponerse delante. Pero echamos de menos a un Ruiz Miguel, a un Manili o a un Esplá que con una lección de lidia hubiera cambiado algo la tarde y de paso enseñado algo a un público, en algunos sectores de la plaza, completamente perdido. Porque es verdad que hemos visto tres mansos de solemnidad, pero también que esos tres mansos, ante la falta de oficio de sus oponentes, se han hecho los dueños de la plaza, deambulando a su aire, desarmando y persiguiendo cuadrillas, esperando, desarmando otra vez, rematando, cortando viajes, terribles, rasgando capotes, hasta unas banderillas negras hemos visto. El ruedo sembrado de aparejos de torear. Y los tres otros, sobre todo el quinto, aunque de embestidas violentas, humillaban y pasaban pero necesitaban de un oficio, de un mando, de un poder, de una lidia… Insistimos, no es esta una crítica a los tres espadas de esta tarde, es más constatar como la fiesta se pone la zancadilla a sí misma al renunciar las supuestas figuras a dar la cara en tardes como esta (señalemos la excepción meritoria de Castella con los toros de Adolfo Martín por segundo año consecutivo). Sobre todo si la conclusión que sacamos es que la corrida fue infumable, alimañas, de imposible lucimiento… ¿Es que hay que lucirse todas las tardes? ¿Es que tienen que ser todos los toros y todas las faenas de una manera? ¿Es que tienen que ser todos los toros iguales? Con todos los peros que queramos ponerle hoy hemos visto toros cambiantes, variados, de comportamientos distintos entre sí, que requerían oficio, recursos, variedad… Una tarde, de sordo peligro es cierto, pero también de gran emoción, de inmenso mérito para los toreros pese a no lograr quedar por encima, de una autenticidad y de un vigor inimitables, durísima, desconcertante, pero soberbia. Si a la conclusión a la que llegamos es que deben desaparecer tardes como esta y toros como éstos (debiendo existir por supuesto otros toros y otras tardes de otra condición), habremos dado un paso más en el camino de acabar con los Toros por imposición de la monotonía y de la falta de emoción, vendidas de matute bajo el envoltorio del arte dichoso.

Pelo verde, todavía hay raza.



ESPECTADOR

MANINA A POR EL CAFÉ

MANOLETE
 
EL RUEDO
LA TARDE DESDE LA PLAZA


viernes, 27 de mayo de 2016

AYER Y HOY.

No se aprende. Aunque la situación sea distinta, late en el fondo un paralelismo muy claro entre muchas de las actitudes, de los reflejos, de las mentalidades y de la forma de actuar de políticos y grupos sociales de los últimos días de la segunda república con lo que ocurre en España en la actualidad, en particular en Barcelona. No decimos que la situación sea comparable, sino que en la forma de pensar, de proceder y de actuar existen muchos paralelismos. Si entonces había un fuerte movimiento anarquista y existían masas fácilmente descontrolables, es evidente que eso ha vuelto en la forma del movimiento antisistema, ocupas (“okupas”), etc. Que tanto unos como otros –anarquistas, radicalismo de izquierdas de entonces y de hoy, antisistemas- prosperan ante el vacío que crea la crisis de la vieja política, cuando traiciona para enredar con maniobras de Maquiavelo de pacotilla (muy relacionadas con la corrupción) y se salta las condiciones que necesita un estado de derecho para funcionar. Entonces como ahora, el foco principal del incendio –no el único- es Barcelona, es Cataluña. Entonces como ahora, sus clases dirigentes juegan un papel infame, paseando por el filo de la navaja de la desafección a España, creyéndose inventores de una gran estrategia política, de un fabulosos tacticismo de maestro de ajedrez que no son en realidad más que astucia pueblerina para intentar que el saco de los garbanzos rebose. La famosa y mitificada burguesía catalana, que no es más que una clase social que supo sacar provecho del arancel de un señor de Málaga apellidado Cánovas, viene a ser un grupo en el fondo cateto y rapaz, que jugando a mantener y modular el fuego de la independencia (abriendo y cerrando el tiro según convenga), chantajea al resto del país para sacar tajada. Pero al hacerlo, el fuego, incluso reducido a brasas, va royendo la viga que sostiene el edificio. Es decir, la actitud de estos señores, combinada con la estupidez de los partidos nacionales incapaces de hacer un análisis adecuado de la situación (o cómplices en la corrupción) va minando el estado de derecho y su legitimidad. Y de repente el tapón de la cloaca salta…

miércoles, 25 de mayo de 2016

OÍDO POR AHI

- Voy a comprar una camiseta reivindicativa.

- ¿Cual de ellas?...tenemos varias

- Me gusta una de las que dicen "el papa no nos deja comernos las almejas"

-¿la de las letras rojas?

-No, la de letras negras y foto en sepia degradado..

- ¡Ah, muy bien! muy bonita, es un mensaje de calado.

- Claro, y sensible.

 - ¡Muy sensible!

- Creo que está patrocinada por la Asociación de Mariscadores de las Rías Orientales...

- ¿No me digas?

- Te digo.

- ¡Estás a la última!

- No sabes tu bien.

- (Pensativa) No, la verdad es que saber, lo que se dice saber...

jueves, 19 de mayo de 2016

A LA CARRERA, EN DEFENSA (POR SUPUESTO) DEL TORO DE LA VEGA Y DE TORDESILLAS.


Una vez más nos viene del mundo público esa extraña y desasosegante sensación de acoso que produce en el ciudadano una clase política gris y mediocre a más no poder, alejada de la realidad social, encerrada en obsesiones y sectarismos que le son propios, dónde unos pocos, bien apoyados por medios de comunicación en su mayoría al servicio de la política (por el juego de la subvención, apoyo y dependencia económica) arrastran a los demás en un torbellino artificial pero que tiene efectos reales. Tenemos por un lado lo más grave: la justificación del terrorismo, las maniobras para presentar lo sucedido (los cientos de asesinatos a sangre fría) como si no hubiera sido nada y legitimar la presencia de todo el entramado etarra en las instituciones, el progresivo y acelerado desmoronamiento del Estado de Derecho en todos sus aspectos. Por otro lado, y muy relacionado con lo anterior la marea sectaria antitaurina, que ha hecho de su fobia a los toros estandarte de una forma de ver al mundo totalitaria, los fascismos y comunismos de entre guerras resurgiendo camuflados detrás de la ecología, la salud y el buenismo. El sentimentalismo irracional como guía de un mundo que ha perdido sus fundamentos, sentimentalismo ovino al servicio del poder que lo promueve.

 

Con la prohibición de matar al Toro Vega en Tordesillas aprobada por la Junta de Castilla y León, da comienzo la carrera final hacia la prohibición de las corridas de toros en toda España. Los remilgados que ponen caritas y hacen pucheros cuando del Toro Vega se trata, pretendiendo a la vez defender las corridas de toros, no se dan cuenta de que son el amigo idiota que abre el camino y lo allana para que la secta camine a su gusto y nos vaya imponiendo ese mundo asqueroso que han diseñado. Un mundo asqueroso, hecho de simplezas, manipulación y mentiras y por supuesto de la más profunda incultura del más profundo catetismo, cuyos hilos manipulan grandes intereses internacionales localizados fuera de España (véase la Fundación Franz Weber, con sede en Suiza), sin que aquí consigamos reaccionar, porque las instituciones públicas no representan a nadie, porque la desconexión entre sociedad civil y partidos, entre sociedad civil y clase política es completa.

 

¿Y quién es el promotor de la reforma legal que prohíbe celebrar el Toro Vega? El Partido Popular, por supuesto, no podía ser otro. No tenemos palabras para calificar a esta gentuza. Mariano y su pandilla son algo verdaderamente repugnante, de una mediocridad tan sólo superada, no por la izquierda (que a la izquierda están todos, incluido el propio PP), sino por lo que queda del PSOE.

 

Porque como es lógico, prohibir que se mate el toro es prohibir que se celebre el torneo que sin muerte del toro no existe. Y ahora, a fondo a por las corridas de toros, si no acaben antes por sí mismas: por las figuras descastadas, por el toro artista que no es toro, por el público manso y ridículo que dice bieeen en lugar de olé y pide indultos a tontas y a locas, que regala orejas, que se pone ciego en los tendidos y ha olvidado todo lo que sabía.

 

Y más tarde, la secta totalitaria, con el pretexto que sea (por ejemplo, la salud), irá a por lo que se tercie, siempre que sea alguno de los elementos que han conformado tradicionalmente la cultura occidental: la libertad individual, la propiedad privada, la religión católica, la familia, etc. Cuanto todo esté consumado y humeen las ruinas, vendrán el llanto y el crujir de dientes, y habrá que levantarlo todo de nuevo, y lo levantarán los mismos de siempre. En fin lo dejamos aquí para no cansar al lector. Hay que reaccionar, esta es nuestra primera reacción pero tenemos que hacer más.