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lunes, 22 de diciembre de 2014

NI DEBEMOS NI PODEMOS

Desde su irrupción en la escena política, la polémica en torno al movimiento-partido-alternativa PODEMOS ha generado un aluvión de noticias, críticas, comentarios y chascarrillos de toda y variada índole.

Imagino que más de un lector de éste emérito suelto cepogordista andará estragado y harto del tema. 

No es mi intención el molestar al personal aún más de lo que ya lo hacen a diario los políticos al uso y sus comentaristas de alcoba pero creo que cabe hacer algunos comentarios dirigidos a todos aquellos "desencantados" que se están planteando la posibilidad de votar a la opción revolucionaria y totalitaria que ofrece el partido liderado por Iglesias.

Qué es podemos y qué pretenden es algo que a estas alturas está muy claro para cualquier espectador de la realidad política española que se haya molestado cinco minutos en informarse.

De las fuentes ideológicas de las que bebe Podemos no creo que haya que decir mucho, también son conocidas y su falsedad y peligrosidad han sido ampliamente analizadas y comentadas en otros lugares y por personas de mayor autoridad.

Dicho ésto, el lector se preguntará de qué quiero hablar, pues muy sencillo, de la frivolidad de algunos y de la imprudencia de otros. Frivolidad e imprudencia han acompañado a los españoles en muchos acontecimientos clave de su Historia y los resultados han sido, siempre y sin excepción, nefastos para la nación y sus ciudadanos.

Entiendo perfectamente a todos aquellos que sienten repugnancia hacia los partidos convencionales que han venido detentando el poder desde la restauración democrática.

Entiendo muy bien que votar al PP, PSOE y otros es algo que no puede hacerse ni tapándose la nariz.

Dicho ésto, considero que votar a PODEMOS para darle una patada en el culo los partidos convencionales es un solemne error, un acto de irresponsabilidad intolerable.

PODEMOS tiene una base de apoyo incondicional (hasta ahora) en un conjunto de personas de su misma o aproximada ideología. Ese grupo humano está compuesto por una masa que oscila entre el millón a dos millones de votantes (que no es moco de pavo). El resto, hasta alcanzar las cifras que los profetas de la demoscopia auguran para las próximas elecciones generales, lo conforma el voto del cabreo, el voto del asco, el voto de la patada en el culo.

A ese voto es el que apelo yo. A esos votantes es a los que pido reflexión y serenidad. Votar con la entrepierna no es una buena idea. Amén de anti-higiénico y anti-estético, el gonadismo militante de algunos de nuestros conciudadanos conduce, indefectiblemente, al desastre.

El proyecto de PODEMOS es un proyecto revolucionario y totalitario. Si acceden al poder real, si "pisan alfombra" y se hacen con el mando del BOE, los "señores" de PODEMOS no tienen previsto hacer otra cosa que apoderarse de las estructuras del Estado para de manera fría y calculadora ir ejecutando sus visiones de ingeniería social, económica y revolucionaria.

Su estrategia consiste en penetrar la estructura a través de las fórmulas legales (vía electoral) y posteriormente ir actuando de forma científica y revolucionaria.

Puede pensarse que esto son "suposiciones" e "hipótesis" y que se puede correr el riesgo de darles una oportunidad para ver cómo  actúan ya que peor que lo que hay no pueden ser (recientemente he escuchado ese comentario, literalmente, de boca de un funcionario de un cuerpo superior de la Administración del Estado). 

No se dejen engañar. El caso es idéntico al de regalar a un pirómano una bidón de gasolina y una caja de cerillas y dejarlo suelto por un bosque "a ver si se contiene".

Si PODEMOS llega al poder gracias al voto del cabreo, la responsabilidad de los votantes será terrible y las consecuencias, que sufriremos todos, son fáciles de imaginar.

Conociendo el peligro, ni debemos votar el suicidio ni podemos permitirnos que un cabreo más que justificado hunda a España en una sima de la que resultaría muy difícil escapar.

Existen alternativas, la sociedad sana siempre puede hacer cosas, no debe caerse en la solución fácil de la patada en el culo y el cabreo de barra de bar. 

Quien quiera apoyar el saneamiento del sistema que lo haga y ayude a crear los cauces, darle oxígeno a una revolución no es la solución.

miércoles, 4 de junio de 2014

CUANDO LOS PADRES COMIERON AGRACES Y NOS DEJARON UN LODAZAL

Una de las cosas que hacen más desagradable la contemplación del actual teatrillo hispano es la total ausencia de estética y la falta de educación, la ramplonería, la chabacanería, la enanez intelectual y moral de los diversos sujetillos que agitan la vida pública.

Juan Carlos I abdica (ya era hora, aunque la hora me parece francamente mal escogida y la forma bastante pobre) y aprovechando el momento la caterva de memos se lanzan a la proclama, el insulto y el acoso a la monarquía-institución por medio de la patada en el culo a los titulares actuales y próximos.

El desprestigio actual de la monarquía es responsabilidad del rey Juan Carlos que ha tenido graves problemas para entender que el no es un sujeto sino un símbolo y que su hacer privado no es privado sino público.

Dicho esto, resulta intolerable la actitud de los medios de comunicación que dan pábulo a sujetos como un tal Sala que ha dicho en un tertulia de RAC 1 que "la infanta Leonor se parece a la niña del exorcista".

Amén de faltar a la verdad, esas declaraciones encierran una mala baba, un odio de casta, una bilis negra que da pena. Eso si, dos guantazos del padre de la niña no le sentarían nada mal.

Las gracias de tantos años de reír el chiste a los nenes de la independencia catalana y a los mafiosos separatistas de uno y otro signo, se traducen en este tipo de cosas que no me parecen simples anécdotas sino representativas de un estado de cosas que hace difícil la convivencia diaria.

No por haberlo escrito muchas veces antes resulta menos importante resaltar el tremendo error que supuso la entrega de la educación a la progresía separatista. Ahora campan por España varias generaciones de jóvenes a los que se les ha inculcado un odio cerval a todos los símbolos y tradiciones que tienen algo que ver con la Nación española, su historia y costumbres.

Odian la bandera, odian el himno, odian a la Iglesia, odian la Monarquía, odian al ejército, odian la Fiesta Nacional y odian la mera palabra España que no utilizan nunca jamas como si el hecho de pronunciarla fuera mentar al diablo mismo.

Ese odio no surge de ninguna reflexión basada en formación, lecturas, ponderación. No señores, es un odio de entrañas, de bilis. El odio del rajacuras y el chequista, el odio del anarquista que viola monjas y quema iglesias por puro odio, por acabar con lo que el cree que son los símbolos de una opresión que no existe más que en su cerebro enfermizo y lleno de vacuidad.

Las cosas que se ven y se escuchan por las calles de esta pobre España son para vomitar primero y después cargar el mosquetón, porque no nos equivoquemos, ante una alimaña encelada no cabe diálogo ni razón, al zorro no se le expulsa del gallinero más que con un palo o unas postas.

El grave error ha sido el vender la mercancía falsa de que España se había convertido en una democracia avanzada dónde la gente discutía abiertamente las opciones según su entender y parecer. 

Todavía ayer decía Mariano Rajoy que toda postura es defendible siempre que se haga con la ley en la mano.

¿Tan ciegos estáis que no veis el error y seguís dando trompazos contra el muro?

No señores, no todas las ideas son defendibles ni todas pueden obtener una valoración positiva.

Cuando una persona, grupo o formación sostienen posturas que son claramente contrarias al orden natural y al bien común, no se le puede dar carta blanca y dinero del presupuesto para que tome el poder y haga de su capa un sayo.

El debate no es monarquía o república, el debate es otro, es el debate de España y la anti-España, es el debate antiguo de los enanos contra los gigantes, de aquellos que no se sienten partícipes de nada más que de su cuenta corriente, de su vida enana, de su egocentrismo de aldea de enanos y a los que su complejo de inferioridad les impide actuar con apertura de miras, con generosidad, con inteligencia.

Los próceres del 78 se creían que habían inventado la rueda y lo que hicieron fue inaugurar la cloaca. No sólo dejaron el eterno problema foral sin resolver sino que crearon la plataforma perfecta para la incubación y difusión de la plaga, colocaron un millar de bombas de relojería en el sistema que ahora nos están estallando una a una.

Tiene bemoles que esos "señoritos" todavía tengan la cara dura de salir en la televisión dando clases y hablando de "la herencia de la transición". ¡Menuda herencia! Ojala hubiéramos podido aceptarla a beneficio de inventario.

Al futuro rey le queda mucho por hacer. En juego está su trono, la continuidad de la monarquía y con ella la de algunos de los pocos símbolos y tradiciones que han resistido a duras penas el rodillo de la estupidez (derecha) y del odio (izquierda).

Espero que no trate de borbonear con los enemigos de España, si lo hace no se salvará del desastre y lo peor es que sacrificará a una Nación entera a la que se pondrá, una vez más en su Historia, entre la espada y la pared. 

sábado, 5 de abril de 2014

UNA EXPOSICIÓN EN LA BIBLIOTECA NACIONAL


CIGARROS (y la pipa de Ramón) en la BN

Merece la pena acercarse a la biblioteca nacional para ver la exposición sobre la generación del catorce. Las exposiciones de la BN no son nunca decepcionantes, aunque no se descubran cosas nuevas. La novedad no es un objetivo en sí, lo es más bien abrir los ojos, que la tropa los lleva muy cerrados. El máximo atractivo de estas exposiciones es sin duda el renovar una y otra vez el asombro por nuestra riqueza cultural y creativa, nuestra vitalidad, pues suelen girar alrededor de temas españoles.

En la que ahora puede verse se exponen libros, dibujos, pintura y fotografía, alrededor de la generación simbolizada por Ortega y Gasset, siguiendo un orden cronológico que parte del inicio de la guerra europea en el año catorce. Algunos de los paneles explicativos que jalonan el recorrido, a nosotros nos parecen poco acertados, por lo de siempre, por lo que nos parecen defectos de enfoque cuando las cosas tratan de encajarse en determinados moldes. En particular el texto del tríptico que se reparte sobre la exposición es infecto, deslizando sibilino su veneno maniqueo a cubierto de tanta gente ilustre. Pero no vamos a entrar en detalles, pues eso son miserias de nuestro estricto presente.

Grandes ampliaciones de algunas fotografías marcan el recorrido y si en lo expuesto no hay nada extraordinario, ningún descubrimiento sensacional, la mera contemplación de los mostrado, incluso de tantas cosas ya conocidas, resulta fascinante y deslumbradora. La nómina de escritores, pensadores, dibujantes, artistas es asombrosa. Resultan extraordinarios los retratos que se sus contemporáneos realizaron los artistas de la propia generación mediante diversas técnicas: dibujo, plumilla, carboncillo, óleo. Podemos ver obras firmadas por Vázquez Díaz, Timoteo Pérez Rubio (sabíamos de su existencia por Rosa Chacel y es la primera vez que tenemos oportunidad de admirar su pintura, un precioso retrato en tonos grises), Moreno Villa, etc. También es hermosísima la muestra de pintura de otra temática: Benjamín Palencia, los hermanos Zubiaurre, hay una preciosa fotografía de los dos pintando al aire libre, cada uno en su caballete, Aurelio Arteta, un Gutierrez Solana menor pero al que nos acercamos con avidez, Blanchard, etc. Qué decir del retrato de José María de Cossío por Zuluoga, de la cabeza de Picasso de Pablo Gargallo, de los dibujos de Moreno Villa, de las portadas de la Revista España, de los retratos de grupo, de los libros de Menéndez Pidal, del coloso Torres Quevedo en el campo de la ciencia y de tantos otros. La nómina es inabarcable. Nos causa especial simpatía la presencia del gran Alfonso Reyes varias veces retratado y presente en muchas fotografías, las de Ortega en Argentina o Marañón en Machu Pichu. No quiero extenderme más. Un conjunto deslumbrante sobre el que merece la pena volver una y otra vez, por puro recreo, por pura satisfacción, por el vivero de contemplación estética y de lecturas que supone y también, por qué no, para recordar de lo que son capaces los españoles, de su vitalidad creadora en campos de todo orden. Y cerramos evitando alusiones a cuestiones políticas. De los tontos redactores del tríptico y de sus esquemas preconcebidos al dictado de lo de siempre no diremos más, pero a quien al leer esto recuerde que a los pocos años estallaría la Guerra Civil, le diremos simplemente que eso es otra historia, que no pertenece sólo a España sino a toda Europa. Pertenece a la terrible batalla que se libró en casi todo el conteniente al avivarse los rescoldos de la Gran Guerra y surgir los terribles titanes totalitarios. Pero dejemos esta senda por hoy.

Nos quedamos con las manos regordetas de Cossío, casi escondiendo el final de un puro, con la pipa recta de Ramón, en boca, sobre la mesa o en la mano, moviéndose airosa ante la mariposa de su corbata de lazo, y con Ramón Pérez de Ayala, sujetando un inmenso veguero, seguramente de la Vuelta de Abajo. Pero por encima de todo, nos quedamos en la retina con la maravillosa serie de dibujos taurinos, plumín con tinta negra, obra del gran Andrés Martínez de León. Es una serie de unos veinte, tal vez más, que empiezan con la primera verónica belmontina, porque de Belmonte se trata sin duda, recorriendo toda la faena hasta que con el torero paseando su triunfo, se cierra la serie. Otro día volveremos sobre Martínez de León. ¡¡Que tiempos los de aquella edad de plata, toros y cigarros puros, cigarros puros y toros y a la plaza con toda esta gente de la que hemos disfrutado hoy y evocado brevemente en estas líneas!! Pues eso.

lunes, 17 de marzo de 2014

NEGRIN Y LA GENERALIDAD: el origen de la cita del otro día, y una perla más (la negrita es nuestra).

Manuel Azaña Memorias de Guerra, Grijalbo Mondadori 1996.
Entrada de 29 de julio de 1937 (p.175)

“Aguirre –dice- no puede resistir que se hable de España. En Barcelona aceptan no pronunciar siquiera su nombre. Yo no he sido nunca-agrega- lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España prefiero a Franco. Con Franco ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos o quien fuere. Pero esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras, venga a pedir, dinero y más dinero”.

El ánimo de Negrín respecto de los asuntos catalanes está justificado en general. Y en lo que tiene de extremoso, es disculpable; a condición de que no le prive de serenidad y buen juicio. Además esta opinión está ya muy esparcida. La defección de Cataluña (porque no es menos) se ha hecho palpable. Los abusos, rapacerías, locuras y fracasos de la Generalidad y consortes, aunque no en todos su detalle de insolencia, han pasado al dominio público.”

domingo, 16 de marzo de 2014

Apunte antiguo.

Paisaje desde el tren. En enero el día es claro, el cielo alto, de un color azul sobre el que cuelgan algunas nubes oscuras, recuerdo de lluvia y nieve recientes. Y el aire es limpio. El tren corre en paralelo a una sierra que a lo lejos aparece quieta y nevada, como un gran animal tumbado, que de un momento a otro pudiera despertarse, al notar la luz del día, y sacudirse el abrigo blanco. Entre la vía y la sierra el paisaje va variando a medida que el tren lo atraviesa, primero llano, se levanta luego sin estridencias hacia la montaña y por la escarcha de la mañana y el frío parece como si los ocres del campo, el verde de las encinas, hubieran recibido una ligera capa de barniz en el que se hubieran diluido primero unas gotas de blanco. Ahora, de repente, la sierra ha alargado un brazo por el que el tren corre y así cruzamos un paisaje abrupto y más áspero, de repente un pueblo entre peñas alrededor de su iglesia, matorral, roca, quebradas. Y nueva variación con la aparición esta vez de una carretera y de un grupo de eso molinos de viento. Llano ocre, cielo y nubes por entre un corte en la roca, catalejo de piedra. Túnel. Paisaje prehistórico de amplio valle horadado y levantado en una hilera de mesetas alineadas, rojo y azul ennegrecidos por un cielo inmenso y tenebroso. Peña con los restos de un castillo, dos lienzos de inmenso muro, pueblo escondido al pie, entre las rocas con las que se mimetiza, y cementerio rectangular, como el gran patio de un cortijo plantado de cipreses, riachuelo escondido, pero marcado por la espadaña y los juncos que trazan una senda entre líquida y vegetal siguiendo el agua que esconden.

COMENTARIOS A UN ARTÍCULO SOBRE LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA

Muchos pensamos que Cepogordo está entrando en una fase, además de decadente, eso siempre, excesivamente comedida, amable, sosegada, cediendo la palabra sin interrumpir, buscando equilibrios, justas medidas y otras porquerías. Esto es grave y debe cambiar. Es preciso sacar de nuevo el palo, el gigantesco garrote ibérico, el torcedor y la capadora de puercos. ¡¡Hay tanto trabajo!!

Un ejemplo del tono melifluo al que nos referimos con preocupación es el siguiente comentario a un artículo sobre educación. Como el artículo no es bueno, no lo reproducimos. Y esto queda como un escolio a un texto implícito, a la manera de Gómez Dávila, pero sin su nivel, y como el caracol, dejando un reguero baboso.

COMENTARIO: Siempre son interesantes las reflexiones sobre la educación en España y más aún sobre la educación en general, como las incluidas en su post. Enhorabuena. Sólo algunas observaciones:

Destaca usted “la importancia crucial de que España alcance, cuando menos, una estabilidad del sistema educativo”. En realidad esa estabilidad ya existe. Es la impuesta por la LOGSE, con diferentes nombres hasta la reciente Ley Wert, y es la que volverá cuando vuelva la izquierda al poder (asumiendo que el partido actualmente en el poder no es un partido de izquierdas, que es mucho asumir…). Es la ley de los Marchesi y Rubalcaba, la adaptación a España de la “comprehensive school”, para imponer por la fuerza la igualdad, rompiendo las piernas que haga falta para que todos midamos lo mismo. No es más (ni menos) que ingeniería social de extrema izquierda disfrazada de democracia, buenismo y amor al pueblo. La misma mentalidad y la misma acción que modificaron el acceso a las cátedras universitarias (para rebajar la dificultad por supuesto). Me apresuro enseguida a pedir perdón por tener que hablar utilizando términos como “izquierda” y tener que lanzarme enseguida a la arena política. Pero la responsabilidad por el desastre educativo en España tiene nombres y apellidos, responde a una ideología concreta (es progresismo puro) y es el resultado de una acción consciente y voluntaria que se resume en igualdad para los demás mientras mis hijos acuden a centros privados elitistas y completan sus estudios en el extranjero. Y esto con independencia de que la mancha igualitaria haya podido alcanzar a esos centros y al resto de la sociedad civil en mayor o menor medida. Es famosa la lista de los colegios a los que han acudido los hijos de los ministros del PSOE promotores y defensores de la política de educación de ese partido. Exactamente como en el caso de los promotores de la inmersión lingüística en Cataluña cuyos hijos acuden al liceo alemán o a colegios ingleses. Mientras no se diga alto y claro todo esto, mientras no se explique que existe una mentalidad y una política educativa igualitaria que implican la destrucción de las clases medias (y por lo tanto del país), podremos lanzarnos en grandes disquisiciones sobre la educación pero no atajaremos el problema ni lo enfocaremos, seguiremos escurriendo el bulto, como se viene haciendo desde has décadas. Es una batalla ideológica sostenida en España por una izquierda soberbia y cerril, que llamará fascista a todo aquél que pida un poco de esfuerzo, constancia, y premio a los mejores resultados. Es más, confundimos a la gente que acaba pensando que todo es un problema de estabilidad de las leyes, cuando no es así. La mentalidad LOGSE ha sido una auténtica apisonadora social e intelectual: todos los derechos y ningún deber. Me atrevería a asegurar que si repasamos la historia legislativa de otros países de nuestro entorno, aparecerá un número similar de normas, pero con un contenido distinto.

Por otra parte, pensar que pueda surgir alguna solución de la actual Unión Europea, que tanto se ha decantado hacia el estatismo y la burocracia, a mí me parece de una gran ingenuidad. Las soluciones pueden partir de dos áreas: en todo caso de la sociedad civil y de los padres, que son los que deben procurar educación además de instrucción (lo explica muy bien en su artículo) y además, (i) bien de que los grandes partidos se pongan de acuerdo sobre una educación fundada en principios radicalmente distintos a los actuales (imposible con el rancio sectarismo progre buenista que impera en la izquierda española, con los separatismos y con una derecha que es intelectualmente inexistente) o (ii) bien de una sociedad civil que se decida a coger el toro por los cuernos si le dejan hacerlo la colonización de lo privado por lo público y el estatismo galopante, y si tiene todavía fuerza para ello por no haberse contagiado de la mentalidad aludida y por los obstáculos a que alude en sus respuestas. Esto nos llevaría a las sugerencias del Sr. Oquendo tan acertado como siempre, aunque agua y aceite no se mezclen por lo menos que haya algo de aceite, luego veremos la forma de que se extienda.

Y por último, me sorprende en un artículo tan sugestivo la presencia de un juicio de valor como éste: “El marasmo normativo-educativo no es sino prueba del desafecto o del mal inclinado afecto del pueblo español hacia la educación en su sentido más profundo”. Tenemos que hacer todos, la sociedad civil que somos, un enorme esfuerzo por deshacernos de una vez de estos tópicos tan esterilizadores y tan poco fundados, deshacernos de la leyenda negra (tanto como de la dorada) y afrontar los problemas del presente sin flagelaciones que carecen de fundamento. Los actuales problemas de la educación en España son problemas de nuestro régimen político, nada tienen que ver inclinaciones o rasgos de un carácter nacional que como repetidamente han demostrado Julián Marías o Julio Caro Baroja no es otra cosas que un mito, agradable como tema de conversación a la hora del café, pero nada más.  Enhorabuena de nuevo por su artículo.

SIN COMENTARIOS Y DE RABIOSA ACTUALIDAD (de un libro de historia contemporánea)

Negrín, enojado por tales expansiones, dijo a Azaña: “Aguirre no puede resistir que se hable de España. En Barcelona aceptan no pronunciar siquiera su nombre. Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero [...] si estas gentes van a descuartizar a España prefiero a Franco. Con Franco ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos, o quien fuere. Pero estos hombres son inaguantables, acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras, venga a pedir dinero”.

Vamos que sólo hay que leer un poco para saber a que atenerse y ver como encauzar la cosa, pero claro si todo es economía y pasar las hojas del Marca, pues claro, de cabeza al precipicio.

miércoles, 29 de enero de 2014

En recuerdo de José Emilio Pacheco (con toda modestia).


... y a P. que sabrá de que va esto cuando pueda leerlo sin forzar la vista.
 
A uno le vienen casi permanentemente las ganas de interpelar, incluso solo, en voz alta, usando siempre, sin cesar, como un estirado lamento, estas palabras, pero con un aire indefinible deslizado en la expresión: ¡¡Aaaay José Emilio…!! Había uno pensado en comentar la actualidad, pues nunca faltan cosas que comentar, y menos ahora. Si fuera un completo degenerado o un inmaduro intelectual de rápidas lecturas mal asimiladas, incapaz de conocer sus propias limitaciones, se marcaría un artículo regeneracionista, arbitrista – lo que le pasa a España – citando a Ortega. No puede faltar el pobre y sobado Ortega, siempre citado en la parte menos valiosa de su obra, para dar lustre al artículo sesgado, a las pócimas de aprendiz de brujo, para servir de argamasa al exabrupto de falacias lógicas, de trampas verbales, de sesgados atajos. Pobre España. Ortega, y un par de citas ilustres más, suelen servir un historiador local y un autor extranjero, son la guinda de una tarta de pisos montada al revés, lo más endeble en la base. Una conclusión floja, sentimental, intuida, infundada, más cercana al afecto por el equipo de fútbol que al raciocinio occidental, a la que se quiere por fuerza llegar, a la que todo ejercicio de reflexión quedará sometido. Si uno es gordo defenderá los gordos, sin uno fuma dirá que es bueno, si uno es de este pueblo o de aquél otro, dará argumentos a su favor y retorcerá la realidad todo lo necesario. El plumero no hay que esconderlo ya. Sobre esa base endeble, acaso inexistente, se irá montando el resto de la tarta, piso a piso. Cada vez más anchos, cada vez con menos pudor. Así proceden nuestros eruditos improvisados, nuestros divulgadores de ocurrencias, nuestros improvisados salvadores de la patria, que se hacen intelectuales y saltan hasta Ortega pero no saben nada de lo que sobre España se ha escrito desde hace más de cincuenta años, sobre la base de pacientes y laboriosos estudios, fundados, documentados. Nuestros eruditos, nuestros capitanes matamoros de la erudición, aplicando energía empresarial a la labor intelectual, exponen raudos y veloces poderosas soluciones en apretadas síntesis. Pero siguen anclados, cansinamente, en el problema de España, que se sabe que es algo que no existe ni ha existido nunca; en el norte en el sur, en el carácter nacional, que como también se sabe, si se quiere, es un burdo mito, útil y divertido para tertulias de eruditos a la violeta, para ponerle la mano en el muslo a la sueca de turno –España y yo somos así de encendidos señora Sigrid-, pero tan claramente refutado, tan carente de fundamento, como han explicado Julio Caro Baroja, José Antonio Maravall, Julián Marías. Y con esta forma de hacer las cosas, se siguen vendiendo libros y publicando artículos… ¡Aaaaaayyy José Emilio!

jueves, 31 de octubre de 2013

CARA

Esta mañana el cepogordista se ha levantado ligero, con frío en el cogote y un bigote que no recordaba. Se ha mirado al espejo y se ha sorprendido al verse así, convertido en señor antiguo de una España que no existe.
 
 

martes, 15 de octubre de 2013

A propósito de la Beatificación del Año de la Fe

El pasado Domingo 13 de octubre, tuvo lugar en Tarragona la ceremonia de beatificación de 522 mártires muertos a manos de la horda roja.

De ellos, 515 son españoles, 3 franceses, 1 cubano, 1 colombiano, 1 filipino y 1 portugués.

Lo primero que llama la atención a cualquiera que conozca minimamente la Historia de España es el nombre escogido para la celebración que no es otro que el de "Beatificación de los Mártires del Siglo XX en España"

El nombre no me parece muy afortunado. Por diversos comentarios que he leído en diferentes foros católicos (de diverso pelaje) y cristianos (lease rojos) entiendo que el nombre lo han consensuado los señores que pastorean la Iglesia en España para evitar llamar las cosas por su nombre y evitar poner en evidence que los autores de los martirios  fueron los antepasados políticos de estos "amables" señores de la izquierda que ahora gobiernan casi todo por estos lares.

Si me he enterado bien y la información es correcta, he de manifestar que creo que la jerarquía se equivoca, una vez más, en este asunto.

Tapar, edulcorar, ablandar los hechos no es hacer un favor a nadie ni supone un paso en el camino a la reconciliación.

Los rajacuras, que los hay hoy día, y muchos, no van a cambiar de opinión porque les soben el lomo y a los nietos del asesinado no se les aplaca contándoles un cuento chino o tratándolos de menores de edad mental.

Otro frente que se ha abierto paralelamente es la no inclusión en la lista de mártires de los sacerdotes nacionalistas ejecutados en el frente del Norte por tropas del bando nacional. 

No seré yo el que justifique semejante sacrilegio y barbaridad que, por cierto, fue de inmediato reprendida y perseguida por el mando del Ejército Nacional, dato que los comentaristas que cojean del pie izquierdo, se abstienen de incluir en sus escritos, ahora bien, lo que es importante es entender y distinguir. 
A los curas separatistas se los cargaron por razones políticas no por odio a la Iglesia. A los mártires de la horda roja los liquidaron por odio cerval a la Iglesia no por razones políticas. El que no entienda la diferencia carece de juicio para opinar y debe primero formarse ese juicio, si puede, mediante las muchas lecturas que hay disponibles al efecto.

Dicho esto, lo que me parece importante es insistir en la necesidad de la VERDAD y de la CLARIDAD. Los problemas de la España actual vienen todos de la MENTIRA y la MANIPULACIÓN.

Las verdades históricas son:

Que ha habido y hay ideologías y organizaciones que han generado, amparado, enseñado y fomentado el odio a Dios a Cristo, a la Virgen María y a la Iglesia Católica.

Que seguidores de esas ideologías y personajes afines han perpetrado crímenes abominables contra las personas y los bienes por causa de su ser y estar en Dios y en la Iglesia y por razones puramente anti-religiosas.   

Que durante la II República y posterior Guerra Civil se perpetraron innumerables crímenes y atrocidades contra sacerdotes, monjas, frailes, consagrados y laicos por razón de su  fe. Que esos crímenes fueron perpetrados por personas que militaban o se afincaban dentro de la espesa y multiforme masa que podemos denominar horda roja.

Que el martirio tiene un sentido muy concreto y que confundir al paisanaje no es sólo una mala practica sino que ha llevado a muchas confusiones, dolores y problemas que hoy afligen a la Iglesia de España.

Menos mal que el Cardenal Amato en su homilía alzó el pendón de la verdad y dejó algunas cosas claras para vergüenza (espero) de los muy políticamente correctos representantes de nuestro episcopado que habían tratado de que la Beatificación fuera lo más "light" posible en cuanto a la naturaleza y responsabilidad de los martirizadores se refiere. ¡¡Que bonito ejercicio de la odiosa memoria histórica, invento de malos y memos!!

Dejo un par de perlas de la homilía del Cardenal Amato que puede leerse íntegra en el link www.revistaecclesia.com/homilia-integra-beatificacion-ano-de-la-fe-tarragona/

En el periodo oscuro de la hostilidad anticatólica de los años 30 (treinta), vuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología, que anuló a millares y millares de ciudadanos pacíficos, incendiando iglesias y símbolos religiosos, cerrando conventos y escuelas católicas, detruyendo parte de vuestro precioso patrimonio artístico. El Papa Pío XI (once) con la encíclica Dilectissima nobis, del 3 (tres) de junio de 1933 (mil novecientos treinta y tres), denunció enérgicamente esta libertina política antirreligiosa.

Recordemos de antemano que los mártires no fueron caídos de la guerra civil, sino víctimas de una radical persecución religiosa, que se proponía el exterminio programado de la Iglesia. Estos hermanos y hermanas nuestros no eran combatientes, no tenían armas, no se encontraban en el frente, no apoyaban a ningún partido, no eran provocadores. Eran hombres y mujeres pacíficos. Fueron matados por odio a la fe, solo porque eran católicos, porque eran sacerdotes, porque eran seminaristas, porque eran religiosos, porque eran religiosas, porque creían en Dios, porque tenían a Jesús como único tesoro, más querido que la propia vida. No odiaban a nadie, amaban a todos, hacían el bien a todos.

¿A que da gusto cuando se dicen las verdades enteras? 

Lo lamentable es que tenga que venir un cardenal italiano a recordarnos a los españoles las verdades de nuestra historia, el consuelo es que la Iglesia es Universal y por tanto lo diga un cardenal italiano o un obispo camerunés la verdad es una y por mucho que traten de taparla, dulcificarla, amasarla y bastardearla, al final se impone en aquel lugar recóndito de nuestra alma que no es sino la conciencia a la que muy bien aludía Don Luis Legaz y Lacambra como un juez supremo del nadie puede escapar.

Sanglier.

sábado, 12 de octubre de 2013

DIA DE LA HISPANIDAD, FIESTA NACIONAL

“Conviene antes, camaradas, que hagamos una advertencia, a modo de ilustración y guía de todo el Discurso: que en España no van bien las cosas, al parecer desde tiempos remotos, lo saben ya los españoles desde que nacen. Hay y existen mil interpretaciones, mil explicaciones acerca de los motivos por los que España camina por la historia con cierta dificultad, con pena y sin gloria, es hora de renunciar a todas ellas. Son falsas, peligrosas, y no sirven en absoluto de nada. Bástenos saber que sobre España no pesa maldición alguna, y que los españoles no somos un pueblo incapacitado y mediocre. No hay en nosotros limitación, ni tope, ni cadenas de ningún género que nos impidan incrustar de nuevo a España en la historia universal. Para ello es suficiente el esfuerzo de una generación. Bastan, pues, quince o veinte años.”
Ramiro Ledesma Ramos, Discurso a las juventudes de España.

domingo, 15 de septiembre de 2013

CURRUTAQUISMO

Cuando se quiere opinar, y es obvio que casi todos quieren opinar, pese a lo cansado y a veces tedioso que resulta, conviene sacudirse un poco la pereza. Y que mejor forma de sacudirse la pereza que dedicar unas horas de calma y silencio a leer. ¡Cuántas cosas se descubren! Cuantos juicios deberían quedar en suspenso, hasta haber dedicado esas horas de silencio –el que las encuentre- a un poco de lectura. Siguen a continuación algunos ejemplos que deberían invitar a la prudencia a tanto currutacos, opinadores y botarates. Se refieren a la historia de España, y salen todos del mismo libro, que cualquiera puede comprar por cuatro perras gordas en una librería. Y falta hace, en este presente, y empezamos con los ejemplos, “de nacionalismos periféricos inventores de una nueva historia”, recibida por tanto perezoso botarate con ignorante, perezosa (hay que volver a utilizar la palabra…) y boba credulidad. Todos los subrayados, mayúsculas y énfasis –si cabe añadir algo con ellos a los textos que transcribimos- son de este pobre cepogordista. Vamos allá:

España, a finales del siglo XVIII, poseía la segunda flota mercante del mundo, la segunda cabaña lanar de Europa, la tercera potencia sedera y algodonera (teniendo en cuenta la importancia que por entonces tenía el textil) y se habían ya dado pasos en la metalurgia. Por detrás de España se encontraban la mayoría de países europeos, Prusia, Austria, Italia y, por supuesto, los países nórdicos y del este europeo. (…) En el siglo XVIII España era un país floreciente. (…). España estaba atrasada con respecto a Gran Bretaña, pero no comparada con otros países europeos. Como parte de su peso en Europa, España era la tercera potencia en poderío naval al doblar el siglo. Su marina era en número, tonelaje y armamento prácticamente igual a la francesa y se aproximaba a la inglesa, si bien ésta última aventajaba a las dos tanto técnicamente como en la formación de sus hombres.

“La guerra de sucesión no fue una guerra civil. (…). Guerras civiles fueron las carlistas del siglo XIX, pero no la de sucesión ni la de Independencia en 1808, que incluso quieren convertir ahora algunas tendencias “guerracivilistas”, de origen nacionalista, en también guerra civil, proyectando hacia el pasado situaciones del siglo XX, que tienen su propio contexto, muy diferente del mundo hispánico de finales del Antiguo Régimen.”

Y para acabar:

“Una vez más, y dado el hecho histórico de la honda interiorización que los propios españoles hacen de la visión extranjera –especialmente de la francesa en el siglo XVIII, ampliamente admirada por la élites hispanas-, merece la pena recordar los escritos de Maravall, Caro Baroja, Anes, Iglesias, etc., contra los tópicos esencialistas que atribuyen los reveses históricos al carácter, supuestamente el mismo a través de los siglos, de esta país. A la pereza intelectual y moral existente detrás de ese determinismo histórico, se suma la facilidad de tomar la literatura y los relatos de todo tipo al pie de la letra, sobre todo si se desconoce una historiografía crítica competente.”
*          *          *

Para que añadir más. Esperemos que los anticuerpos anteriores puedan contribuir un poco a parar, o incluso sanar, la enfermedad que padecen tanto peleles currutacos a los que deseamos con todo cariño una pronta mejoría. Desde luego el tratamiento ha hecho efecto en don Estrafalario que se encuentra cada día mucho mejor y reconciliado con la historia de España, país en el que vive, y a cuya mejoría espera poder contribuir un poco a partir de ahora, en el pequeño círculo de modesta influencia en el que puede actuar, al opinar en las tertulias del Casino libertad, con don Manolito, Alcides, Tato, Pomarada, Lentini Spotti, Argimiro e invitados.

jueves, 12 de septiembre de 2013

EXORCISMO

Dos diálogos entre don Manolito y don Estrafalraio.

1. Exorcismo

En el primero, don Estra congestionado empieza a soltar exabruptos contra España, cada vez mayores. Son los habituales. Síntomas del virus que le habita, de la intoxicación que todavía muchos padecen en España, aunque las vacunas son cada vez más eficaces. Esta terrible enfermedad empezó a incubarse en el 98, pero se convirtió en pandemia realmente con la transición española a la democracia. Incubada sobre todo por la incuria intelectual de la izquierda española, hace presa con pasmosa facilidad sobre el resto de la sociedad muy mal dotada de anticuerpos. Ataca a la capacidad de raciocinio, de comprender textos, de analizar resistiéndose a los tópicos, hace vulnerable en grado sumo a las leyendas, a las generalizaciones y sobre todo acaba incapacitando para la reflexión y el esfuerzo intelectual, pues los sustituye por dos o tres ideas fijas que el enfermo repite como un mantra, y alrededor de las que articula todo su discurso. Discurso que desde hace años es siempre el mismo, un falso diagnóstico para un imposible arbitrismo que requeriría modificar el pasado, y que conduce por tanto a la resignación, al derrotismo, a la frustración y al odio. Odio que puede llegar a ser verdaderamente irracional. En las fases de mayor agudeza, sin reconocerlo, el enfermo llega a disfrutar casi sexualmente con las calamidades que puedan azotar a España pues se interpretan como una confirmación de la enfermiza tesis.

Don Estrafalario fue picado en tiempos por la mosca progre. Don Manolito no se sorprende de lo que ocurre. Alcides Bergamota le tiene avisado. Habla de recaída y reprocha a don Estrafalario que se haya saltado el régimen y haya vuelto a las andadas. Ante un exabrupto mayor le interroga, seguro de que hay gato encerrado, agente externo: Stalin, no el padrecito, sino una conocida de apodo Stalin. Al verse descubierto, el ataque de don Estra sube de tono.

En la biblioteca de la casa que comparten en verano los dos amigos. Fuman tomando café, tranquila sobremesa. Libro, periódicos, algo de charla.

-            Buen tabaco este ¿no le parece don Estrafalario?
-            Desde luego, extranjero seguro…
-            Hombre… ¿Qué frase es esa? Sí, resulta que es de marca inglesa. La pipa ya se sabe. Pero piense que el mejor tabaco del mundo, el tabaco cubano no deja de ser una obra de España, una más.
-            No empiece con sus trucos, España está acabada. Es más, ¡yo afirmo que en España no cabe un tonto más!

Al pronunciar la última frase don Estrafalario parecía que se ahogaba, como al borde del colapso por un ataque de rabia salvaje y repentina. Don Manolito no perdía la calma.

-            Vaya. ¿Qué le pasa a usted hoy? ¿Ya empezamos otra vez? - preguntó don Manolito con voz tranquila.
-            Empiezo lo que me da la gana, sólo faltaba que entre tanto tonto no pudiera uno desahogarse... Sólo ha valido la segunda república, esos cuatro años dorados donde todo cupo…
-            Claro, claro, en el 31 nacieron Ortega, Marañón y Pérez de Ayala, crecieron deprisita y todo lo hicieron en esos cuatro años, del pañal al pantalón corto, del pantalón largo a la tesis doctoral… En fin. Por lo menos dice usted todavía España…
-            ¡En este país todo vale, todo es igual, yo lo llamo o no lo llamo!
-            Pero hombre don Estrafalario que se va a ahogar usted… Un poco de calma.
-            ¡Cómo quiere que me calme! No hay más que ruina, pelotas, enchufados y arribistas, en este país no se valora el talento, no triunfan más que los tramposos…
-            Ya está bien hombre – dijo don Manolito incorporándose un poco y empezando a preocuparse.

Podía tratarse de una recaída. Don Estra proseguía excitadísimo:

-            No tenemos más tradición que la barbarie, la incultura, la envidia y el cainismo, este país es una ruina; ruinas y polvo acumulados por una sucesión de fracasos sin fin…
-            Don Estrafalario, que se me están hinchando las narices. No voy a entrar a discutir. ¡Se ha saltado usted las prescripciones médicas, el régimen, la dieta! Así no hay forma.

Don Estrafalario hace un gesto rápido para esconder algo, un periódico que enrollado tenía sobre la mesa auxiliar a la izquierda de su butaca.

-          ¿Pero vamos a ver, que esconde usted? A ver a ver. ¿¡El País!? ¡Pero si lo tiene usted rigurosamente prohibido hasta que le den el alta!
-          El País es el único foco de cultura que hay en Esp… en este país, un polo de progreso y modernidad.
-          ¿Cómo? ¿Progreso, modernidad? ¿Quién le ha conseguido el periódico, a quien ha estado viendo?
-          ¡A nadie! En este país no hay cultura, en este país no hay belleza, ni letras, ni jardines, ni árboles, ¡¡PÁRAMO, PÁRAMO!! ¡Si no hubiera echado a los judíos! Lo único bueno en este país son los judíos, después nada… agh

Girándose hacia atrás, don Manolito habla por encima del respaldo de su butaca, hacia la cocina:

-            Antonia, esté al tanto que algo pasa, una recaída gorda, no se vaya hasta que yo avise.

Mientras tanto, don Estrafalario sigue accionando enrojecido, las palabras cada vez salen más confusas:

-            Ruina y páramo, la culpa la envidia, no se ha reconocido a los grandes hombres, en este país, ya lo decía Costa, biblioteca y despensa, en este país no se lee…Aggghhhglglgl!

Antes de acudir a remedios mayores y para determinar la intensidad de la intoxicación don Manolito acude a los ejercicios conductistas prescritos como parte de la rehabilitación. Levantando la voz se tira al ruedo:

-            ¡¡Calle y conteste!! Conteste don Estra, conteste, ¿Cuál es el mejor retrato de la historia de la pintura?
-            No, no aghh
-            Si, si, conteste, repita conmigo: el de Jovellanos que pintó Goya, repita!!
-            -No, si… -espumarajos -… si el de Jovellanos que pintó Goya…agghh!- varios espasmos sacuden a don Estrafalario, se le contrae la mandíbula, la piel se le pone verde y tirante.

Don Manolito cree poder atajar la crisis.

-            Y ahora, póngase firme, flexione, un, don, un dos, y repita conmigo mientras hace el ejercicio, “Jovellanos no traicionó, Jovellanos no renegó, Jovellanos no leía El País”, un, dos, un dos.
-            Si, si, Jovellanos no traicionó, Jovellanos no renegó…agghgh- nuevo espasmo sacude a don estrafalario que pone los ojos en blanco- ¡¡No, no, este país es una país de pancistas, de gañanes, no hemos aportado al mundo más que inquisición y exterminio de indios!!!

Don Manolito tiene que hacer un esfuerzo para serenarse y obligar a don Estrafalario a permanecer sentado. La cosa parece más seria que un simple ataque, estamos a punto de asistir a una verdadera recaída.

-            ¡¡Confiese Estrafalario, confiese!! ¿¿A quien ha visto usted, con quien ha estado, quien le ha suministrado la droga: ese periódico?? – don Manolito calla un momento, se le encienden los ojos- ¡Ya lo sé! ¡Con esa lagarta que le acecha, con esa predicadora del progresismo y el odio a España, con esa envenenadora! ¿Verdad?

La súbita calma de don Estrafalario y la sonrisa que se le pone en la cara le acaban de delatar. Se trata efectivamente de Stalin, no del padrecito, sino de Paqui la Roja, apodada Stalin, devoradora de titulares de El País, gran demagoga, especializada en la falacia lógica y en adoctrinar captando a sus víctimas por medio de su atractivo sexual. Don Manolito la identifica como la progre que ataca llevando los pitones sin correaje.

-            No me diga más, así que ha estado aquí Stalin otra vez, Paqui la Roja que lo torea a usted como a un borrico en celo, con sus artes de lujuriosa burguesa emputecida, esa hija de familia descarriada vendedora de la gran empanadilla ideológica, restos de nihilismo, islam, buenismo, destrucción, totalitarismo y folleteo, todo envuelto en ropajes de modernidad y avanzadilla...
-            ¡¡No hay más que fachas, señoritos y enchufados en este país de mierda!! ¡Y todos reprimidos! ¡¡Si reprimidos, castrados por la Iglesia y los curas que le voy a decir yo lo que son los curas en realidad…- por encima de la voz de don Estra suena la de don Manolito, ya alarmado:
-            Antonia, traiga corriendo las pastillas para el esperpento, que don Estra está en pleno ataque, las del bote grande de color Rojo.
-            ¡Fascista! ¡¡España no existe!! Es la opresora de sus regiones, España debe indemnizar a todas sus regiones por años de tiranía, por haber impuesto el español a sangre y fuego, por no tolerar la diferencia, por carecer de las perfecciones evidentes de nuestros vecinos, merece fracasar, quiero su fracaso, y así tendré razón, ¡¡aggghghghghghg!!
-            ¡¡Antonia rápido el mazo!!

En los estertores finales del ataque, don Estra traga a la fuerza las pastillas para el esperpento, bote rojo, antes de caer redondo, anestesiado por don Manolito que maneja el mazo con maestría, precisión y hasta dónde es posible, delicadeza.

Mientras don Estrafalario duerme ya tranquilo, don Manolito prosigue su lectura sin más. A ver si mañana madruga para ver aquella exposición, si no, no hay forma.