Volvía Doroteo con los pelos de punta. Se habían despedido hasta
la hora de comer. Mira Doroteo, cuanto más escarbas, es decir, cuanto más
intentas recuperar el tiempo perdido con un poco de formación, mayores son los
descubrimientos que vas haciendo a tu alrededor, desoladores los más. Lo que
creías que era sólido, al menos formando escuadra contigo, se cae de repente
como las bambalinas viejas y apolilladas de un teatro cerrado. Y te deja
estornudando, cubierto de polvo. Cae un bastión que creías sólidamente defendido,
luego otro, luego los soldados uno a uno. No eran infantes sino máscaras de
carnaval, escondiendo la sonrisa de la calva parca. A medida que los propios
ojos se van abriendo algo más, a medida que van cayendo las telarañas que los
cegaban, el mundo se va desmoronando y constatamos hasta qué punto la
descristianización es cuasi completa. Como en una ciudad bombardeada queda una
fachada carcomida, maltratada, pero detrás no hay nada. El edificio se ha
hundido y la gran nube de polvo levantada por el derrumbe, que nos impedía verlo,
se está deshaciendo, cayendo al suelo como un velo viejo. ¿Cuánto tardará en desplomarse
la fachada?
Mira
Doroteo, no es que estemos al borde del abismo, es que hace tiempo que hemos
caído dentro. Pero la mayoría no se ha enterado de ello y sigue como si tal cosa,
jugando con las cartas del nuevo juego que le han ido repartiendo, convencida
de que sigue jugando al antiguo. Van los domingos a jugar con las formas del
culto viejo que para el resto de la semana no significa nada, no determina
nada. El resto de la semana se juega con eso que llaman los valores que nos hemos dado, eso que se dice que todos
compartimos y que no se sabe que es. Todos es autorreferencial y onanista. Otros
tienen las manos extendidas como para que alguien tire de ellos y les saque del
pozo, pero resulta que estamos todos dentro. Hay que volver a empezarlo todo,
desde cero, a brazo partido. Que fastidio, oyes, me decía el otro día,
sarcástica, una del público. Una tiorra deslenguada, tapona y agresiva, que
dice que soy un cenizo. La tuve que mandar a paseo diciéndole que la buscaban
en el pinar para encontrar trufas… ¡Se cogió un rebote de tres pares de
narices! Cuando quiso sacudirme yo ya me había esfumado.
La
humorada final suavizaba el recuerdo de la conversación que Doroteo rumiaba
meditabundo y le impedía decidirse. ¿Fumada larga o corta? Si Bergamota va a
ponerse transcendente tal vez sea mejor abreviar. Pero si nos da por la risa
sería una pena quedarse corto. Vamos a por un 8-9-8 que puede dar de sí en
ambas situaciones.
***
¡Magnífico artículo!, pero las olas altas pueden llegar y el rumbo de la navegación unos lo hacen con mucha lógica...y otros. Pero él llega siempre aunque sea en el último momento cuando todo parezca perdido...pero llega, él se toma su tiempo que no es el nuestro.
ResponderEliminar¡Siempre hay una lamparita que da luz!, por cierto no se trata de la lámpara de Aladino, como en el dibujo.
ResponderEliminarDiscrepo con que se trate de la lámpara de Aladino. Comete usted un grave error. ¡Gravísimo!
EliminarPerdone, no me refiero que la lámpara del dibujo sea la de Aladino, mi comentario da error tal como lo he escrito. La lamparita del dibujo es auténtica, como si fuera una vela encendida, la de Aladino es embustera.
Eliminar¡Ahí está con su media calvita y su cabello rizado!, y no se ha olvidado de su corbata elegante, pero sobre todo lo que más le apasiona es la paz y serenidad, él opina que no la cambia por todo el oro del mundo.
ResponderEliminarEl pájaro de la pipa es intolerable. Un payaso. Es que no lo puedo soportar. ¡Si yo pudiera hablar! Pero no puedo. Es que soy una persona muy conocida. Así es la vida.
ResponderEliminarNo se preocupe Usted, lo importante es que sea una persona interesante no importante.
EliminarPero Doroteo se quedó por unos instantes pensativo y alzando el vuelo...se dijo: ¡Si mis lágrimas son saladas!, y la tristeza que por unos momentos le invadió se convirtió en alegría.
ResponderEliminarY Doroteo recitaba para sí mismo y a las flores lo siguiente: " En el cielo se ven
ResponderEliminarmil estrellas brillar;
Dios las conoce bien,
Dios las puede contar".
aaaa. Ya hay pruebas!! Amigos interesados
ResponderEliminarNo se toleran pelagatos.
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