sábado, 27 de abril de 2013

CONFERENCIA Y DIGRESIÓN DE ALCIDES BERGAMOTA

Reproducimos a continuación la breve conferencia pronunciada por Alcides Bergamota, maestro de polígrafos y damos cuenta de los graves sucesos ocurridos a continuación. Las palabras que recogemos fueron pronunciadas por nuestro publicista para promocionar, por su cuenta y riesgo, y sin que le fuera solicitado por la editorial, una colección de novelas llamadas del Oeste. He aquí la breve alocución. Decimos alocución y decimos bien, porque a la vista de lo sucedido las palabras del gran cepogordista fueron pronunciadas antes gente de mentalidad inferior.

“La editorial Valdemar publica ahora la colección que a este humilde cepogordista le hubiera gustado editar de haber sido eso, editor. Le hubiera gustado editar esta colección y también una la colección de retratos de tipos físicos extinguidos, generalmente bigotudos. Estas hubieran sido las dos grandes ambiciones editoriales de un servidor. La primera de ellas se ve realizada, aunque sin mi participación. Mira que lo siento. Pero todavía me queda el segundo proyecto, el álbum de tipos físicos. Pero volvamos a la colección mencionada, que es a lo que venimos. Se trata de la colección Frontera: Dorothy Parker, Vardis Fisher, James Warner Bellah… Grandes escritores tan ligados al cine que a menudo han quedado como ocultados, entre las bambalinas de la proyección a la gran pantalla de sus extraordinarios relatos, de su gran literatura. No vamos a decir ahora nada negativo, como que son desconocidos por las masas y cosas por el estilo, puesto que no es cierto y la prueba es su edición ahora en España. Se edita esta maravillosa colección como se editan tantas otras cosas cuya sola visión nos llena el magín de ilusiones sin cuenta.  Es bien sabido que hoy en día se escribe y se edita más que nunca, superando los escritores en número, seguramente, a los lectores. Lectores que en una vida no podrán abarcar apenas una ínfima parte de lo que se les pone al alcance de la mano, lo cual tampoco tiene demasiada importancia. Al revés, hace de la lectura una especie de mágico paseo por el laberinto, siguiendo el recorrido que cada uno se va creando. El laberinto crece y cambia a medida que el lector avanza, no tiene fin. Por supuesto que uno a veces sigue el hilo de Ariadna, pues no son exactamente lo mismo lectura, formación y conocimiento, aunque, como si fueran unas muñecas rusas dotadas de propiedades mágicas los tres elementos están relacionados y de alguna forma se contienen unos a otros.

Queremos decir que aunque perderse por el laberinto al azar es el privilegio del lector, sabemos que la elección y el orden de las lecturas no son indiferentes, según a dónde se quiera llegar, y que por encima de todo están los clásicos y el pequeño número de obras que conforman lo que ha sido, lo que todavía puede ser, la civilización occidental, que anda ahora un poco tocadilla la verdad. Y a lo que vamos, lo que comentábamos: el infinito número de posibles lecturas, el pequeño número de las que hará el más ávido de los lectores, la belleza de cada libro bien editado, la relación que se establece con el tipo de letra, las páginas, el papel, el olor, y la poca importancia del número, hacen que no tenga ningún sentido leer en un soporte digital. Si se nos permite un poco la cursilería al final de estas laboriosas palabras diremos que el libro digital es en realidad un triste sucedáneo y que en la medida en que el soporte forma también parte de la transmisión del conocimiento y de cómo se percibe lo que se lee, el libro digital viene a ser al libro en papel algo así como la que flor artificial, la flor de cartón, es a la flor de verdad. No es lo mismo y entendemos que no es indiferente trasladar al soporte habitual del trabajo técnico, al ordenador que no es otra cosa el libro digital, aquello que llamamos lectura, que puede ser el instrumento para el mero trabajo técnico, pero es también mucho más.

En fin. Quiero para terminar ensalzar y elogiar la vida provinciana española, de casino, paseo, cigarro y seminario, tan maravillosamente pintada por Baroja en el Cura de Monleón, por ejemplo. En el registro de una ciudad provinciana es dónde debería estar nuestro presidente del gobierno, y muchos de ustedes, que a esta charla asisten también. No en el registro sino en sus funciones correspondientes, o tal vez en el penal. El penal de Ocaña. Muchas gracias.”

Se hizo un momento de silencio, al que pronto puso fin un exabrupto lanzado con expresión y acento porteños:

El porteño:
-          ¡Pero qué pelotudooo! ¡Miráaa lo que dijo!
Un bilioso:
-          Menudas gilipolleces, hay que darle cuatro palos a este tío. ¡¡Bronca, bronca!!
Un gordo:
-          Esto es una vergüenza, ¿dónde está lo prometido? - gritó levantándose del asiento un gordo rijoso – yo he venido a oír la disertación sobre Contoneo y andar del Pibón Hispánico anunciada por la sociedad madrileña de erotomanía de la que soy…
Alcides
-          ¡Caballero, por favor, pero como se atreve a insinuar que yo pueda dedicar media frase a semejante horror!
El porteño
-          ¡Che! Mejor sería que la papilla mental que nos endilgó, boludo…
-          Sinvergüenza, esto es un atraco – grita el gordo-
-          A quien le importan sus elucubraciones – berrea un estudiante que acaba de despertar.

El público se agita, los murmullos crecen, la mayoría del público que no se ha enterado de nada ni sabe de qué va el escándalo empieza a movilizarse a ciegas, tornándose masa. El gordo y el porteño demágogos expertos agitan a la masa y caldean el ambiente.

Alcides:
-          El gordo es un degenerado y el porteño maricón, comprendo que no hayan entendido nada. Por cierto que ahora saca Valemar la gran novela de Alan Le May, pero no es cosa para ustedes ¡cornudos, choriceros!
Doroteo:
-          Alcides por favor, otra vez no…

Sale a escena y sube al estrado un representante de la organización, preocupado por los destrozos que empiezan a producirse y la ebullición que anuncia algarada. Es un hombre alto, de traje oscuro y mal cortado, barba, gafotas de concha, que zezea un poco al hablar, lleva un puro apagado, seguramente por el sofoco.

-          Un momento por favor. Miren ustedessss, esto es una organización seria. Que quieren que les diga. Vamos a ver. Seamos serios. Yo soy una persona seria, podemos dialogar, pero…

No le dejaron terminar. Nadie ha sabido que fue lo que acabó de desatar la furia de lo que ya, al principio de su intervención, era una horda empezando a descontrolarse. ¿Fue algo de lo poco que le dejaron decir, fue algo en la forma de lo dicho, en su presencia? Durante los primeros instantes del asalto Doroteo, tirando del brazo de Alcides, consiguió sacarlo fuera por la puerta de atrás, en un movimiento rápido y sin titubeos, mientras se oían los gritos del representante de la organización al que molían pelándole la barba a tirones ¡¡Señores, que soy muy serio!!. Contribuyó sin duda al éxito de la maniobra de Doroteo, digna de las que han quedado en la historia de los grandes capitanes (como el paso del Garellano por ejemplo, no piensen enseguida en el pequeño cabo), el grueso bastón de madera de cerezo, pesado y brutal, con contera de hierro, que Doroteo llevaba consigo siempre que asistía a uno de esos actos llamados culturales, en especial cuando participaba Alcides, cuya facilidad para despertar la animadversión y los odios africanos era misteriosa y legendaria.

-         Ya las vuelto a armar con tanto teoría y tanta pomada y tanta chorrada, no vuelvo Alcides, no vuelvo.
-         Pero hombre si yo no he dicho nada…
-         La próxima vez te ahorras las elucubraciones y el discursillo y la emprendemos directamente a golpes con el público.

1 comentario:

  1. Cuanto fascismo soterrado, cuanta pulsión violenta, ¡que elogio del palo! Si los autores de este blog fueran hortalizas contarían entre la familia de los melones. De ser animales -está por ver que no lo sean- pertenecerian a la familia de los roedores, entre liebre y conejo. Sobre todo el que tiene pretensiones de jabalí afrancesado -menudo contrasentido -, en cuanto al tal Alcides, un hamster, una cagarruta. Visca Catalunya independent, el BarÇa es más que un club, viva la butifarra.

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