lunes, 24 de marzo de 2014

ANTE LA MUERTE DE ADOLFO SUAREZ

Ha muerto Adolfo Suárez, Dios lo acoja en su seno.

A escasos metros de mi despacho se agolpan miles de españoles en fila silenciosa. 

En Madrid hace una tarde fría. El cielo amenaza lluvia, es una jornada desapacible de primavera en la que el sol no acierta a imponerse pese a los tímidos rayos que a ratos iluminan el granito del Paseo del Prado. 

Una larga fila de semblantes tristes, gente de edad madura, ancianos, algún joven, los menos. 

Figuras que aguardan en silencio para rendir su homenaje al hombre, al político, al personaje público que fue Adolfo Suárez González. 

Paso a su lado. La mayor parte de los españoles que se alinean forman parte de las generaciones que vieron, escucharon y probablemente votaron a Adolfo Suárez.

No se han cumplido todavía cuarenta años desde aquel histórico 1976 en el que Adolfo Suarez consiguió la aprobación de la Ley de Reforma Político, punto de partida de un "nuevo orden" cuyo siguiente gran hito fue  la Constitución de 1978. 

Dice Ricardo de la Cierva en su Historia total de España que la transición tuvo tres grandes protagonistas: el rey, la iglesia y el ejército y que el papel de Suárez no fue protagonista en cuanto decisivo ya que de no estar él otro hubiera se hubiera ocupado de su papel.

Estoy de acuerdo con Ricardo de la Cierva en cuanto al protagonismo indiscutible del rey, de la iglesia (lamentable papel) y del ejército (no menos triste) si bien discrepo un poco en cuanto a la figura de Adolfo Suárez ya que se me antoja que pocas personas han tenido en su vida la oportunidad de desempeñar un papel para el cual estuvieran mejor caracterizados.

El rey hizo lo que hizo asesorado por otros y en gran medida siguiendo un plan que le era conocido y querido desde muchos años atrás, cuando era aún el heredero por la gracia de Francisco Franco.

Adolfo Suárez fue el brazo ejecutor de los designios del rey, con el que estaba de acuerdo en muchos aspectos y con el que se entendía muy bien.

Adolfo Suárez era un hombre de acción. En sus "años de gloria" desplegó una actividad incansable y asumió muchos riesgos con una audacia rayana en la temeridad.

Adolfo Suárez no era un ideólogo ni un intelectual y sus grandes errores (que no fueron pocos) trajeron causa de su falta de conocimiento, primero de la Historia y luego de la condición humana.

Pienso que Adolfo Suárez actuó movido por buenas intenciones y que en su corazón abrigaba un sueño, quizá algo inmaduro, pero esencialmente noble.

Creyó sinceramente que era posible constituir un nuevo régimen que funcionase mediante un mecanismo democrático de corte parlamentario. Quizá aquí pecaba de desconocimiento acerca de la realidad práctica de las democracias de corte anglosajón.

También es posible que creyera sinceramente que los males causantes del desastre del 36 (muy vivos en 1978) quedarían conjurados bajo el influjo benéfico de la Constitución de 1978.

Lo que estoy seguro es que no esperaba que las fuerzas que se avinieron al consenso de la transición se comportaran con la terrible deslealtad y falta de honradez con la que se comportaron. Esa fue, y no otra, la causa de que la transición haya quedado incompleta.

Adolfo Suárez, una vez completado su papel de líder dinamizador del cambio de sistema fue apartado en una esquina con toda frialdad. 

Sus intentos del CDS no resultaron sino un canto de cisne y al final se echó a un lado para vivir las últimas décadas de su vida peleando contra las terribles enfermedades que asolaron primero su casa y luego a su propia persona.

Considero que los errores de Suárez no fueron tanto por empecinamiento o mala fe cuanto por desconocimiento y muy mal asesoramiento por parte de una mayoría liberal y democristiana que más tarde, de manera individual y fragmentaria ha ido entonando el mea culpa en distintos foros y formas. 

Las soluciones adoptadas en torno a los partidos políticos, el papel del ejército, la querella foral vascongada y navarra, el separatismo vasco y catalán y otros tantos asuntos que siguen hoy sin resolver se apostaron al caballo de la nueva constitución y se pusieron bajo el manto protector del consenso.

Grave error. Las autonomías se emplearon para subvertir el nuevo sistema desde dentro y los garantes del consenso se convirtieron en los primeros conculcadores del mismo.

¡Cuantos palos recibió Adolfo Suárez de sus compañeros de dentro y fuera del hemiciclo! 

Muchos de los que hoy sueltan lágrimas de cocodrilo y cantan las alabanzas del líder difunto han sido Judas y Brutos.

Pese a todo esto, la figura política de Adolfo Suárez sale muy reforzada después de casi cuarenta años de experiencia democrática. Los políticos que le han sucedido no le han llegado ni a la suela del zapato en cuanto a seriedad, compromiso, tesón y patriotismo. Aznar tuvo algunos momentos en que estuvo cerca, luego perdió el paso y se dejo llevar por sendas oscuras y triunfalismos horteras.

No deja de ser curioso que muchos de los errores de Aznar tuvieron las mismas causas que los de Suárez. Poco conocimiento de cómo está organizado el poder mundial, defectuosa calibración de los personajes que le rodeaban y visión muy parcial de la realidad de España.

El legado de Suárez ha tenido un impacto muy limitado en el tiempo y de muy escasa profundidad.

La responsabilidad esencial no fue del todo suya, ni mucho menos. Suárez lideró un cambio de sistema que requería unos políticos con altura de miras y capacidad de servicio y sacrificio. Sucedió todo lo contrario.  

El PSOE hizo la revolución desde dentro y cambió España. Los mandatos combinados de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero
han supuesto la más profunda y vertiginosa alteración sufrida por una nación occidental hasta la fecha. El papel del PP no ha ido más allá del de comparsa acomplejada. 

La responsabilidad de los políticos autonómicos ha sido, igualmente, enorme. La ambición por el poder, la corrupción galopante, la falta de lealtad, la tergiversación han conducido a la situación actual. 

El equilibrio en pro de un bien común por el que luchó Adolfo Suárez no se ha conseguido es por ello que sostengo que la transición quedó incompleta.

El régimen implantado para dirigir la Nación hacia nuevas cotas de desarrollo y progreso se ha utilizado para el enriquecimiento personal, la creación de sistemas clientelares que se han apropiado de los fondos públicos y la destrucción de la unidad.

Muchos de los problemas esenciales que enfrentaba la España post franquista siguen encima de la mesa. Lo grave no es que continúen sin solución sino que se han visto agravados por las sucesivas manipulaciones a las que se han visto sometidos.

Ayer escuché a un comentarista político decir que Adolfo Suárez, antes de que su enfermedad borrara su memoria, había dejado escritos unos cientos de folios con recuerdos, reflexiones y comentarios. No se si esta noticia es cierta y si esas reflexiones verán algún día la luz. Si es así, espero que haya dejado consignadas sus reflexiones acerca de lo sucedido desde su retirada hasta principios del nuevo siglo.

Quizá lo más interesante del legado de Adolfo Suárez sea su imagen de hombre apasionado, pues sin duda lo fue. A la vista de las tristes figuras políticas que pueblan los salones del poder en estos días, la imagen de un político valiente y apasionado resulta sumamente reconfortante. 

Acertadada o equivocadamente, Adolfo Suárez intentó crear un marco nuevo. 

Suárez tuvo fe en la capacidad de sus compatriotas para organizarse sin necesidad de recurrir a deidades tutelares laicas. 

Quizá fue un soñador, quizá fue un inocente, quizá pecó de audaz y le faltó reflexión. 

Es fácil juzgar en la distancia, a toro pasado, y muy difícil trabajar rodeado de intrigas, presiones y muerte. Es importante recordar que durante los gobiernos de Suárez se enterraron, proporcionalmente, a más víctimas de ETA que en todo el resto de ciclos políticos anteriores y posteriores (y eso que los "chicos de la capucha" eran unos luchadores antifranquistas...). 
  
Descansé en paz Adolfo Suárez, un político muy español, un hombre de acción que colaboró con el rey para dar un giro a la Historia de España y cuyo legado político ha quedado sucio y roto en un rincón a la espera de que venga alguien decente a recomponer las piezas y volver a poner la maquinaria en marcha.

Sanglier.

UN BREVE PERO SINCERO HOMENAJE A IÑAKI AZKUNA, ALCALDE DE LA VILLA DE BILBAO, RECIENTEMENTE FALLECIDO

Sirvan estas líneas para rendir un humilde tributo a Iñaki Azkuna fallecido el pasado jueves tras una larga enfermedad.

Si bien su labor política se remonta a los gobiernos de Ardanza con quien colaboró, primero desde la dirección del Servicio Vasco de Salud y luego como consejero de sanidad y secretario general de la Presidencia, fue en su larga etapa como alcalde de Bilbao (el segundo alcalde con mandato más extenso tras Zugazagoitia), cuando dio verdadera medida de sus capacidades como gestor público. 

Azkuna ha sido un caso excepcional por diversas razones. Primero por sus logros, indudables para cualquiera que haya conocido el Bilbao de los ochenta y el de los comienzos del siglo XXI, segundo por su estilo amable y conciliador pero sin renunciar a la seriedad y la firmeza y tercero por su forma de ser el mismo sin claudicar ante las fuerzas internas y externas que le presionaron en muchos casos de forma violenta.

El sincero cariño con el que el pueblo de Bilbao ha despedido a su alcalde deja muy claro que en España no falta gente buena sino libertad en los aparatos de poder que no permiten que personas serias asuman el liderazgo.

El caso de Iñaki Azkuna reviste un particular interés ya que ejerció su labor desde las filas de una formación política que ha recibido, con razón, las más agrias censuras por su desnortada estrategia política. 

Desde que ganó la alcaldía en las elecciones de 1999, con gran mano izquierda, buenas formas y mucho "bilbainismo" Azkuna fue haciendo su propio camino convirtiéndose en un referente de una forma de hacer que despertaba grandes adhesiones en el electorado y envidas y rivalidades dentro de sus filas y en ciertos sectores de frente estrecha que le achacaban una imagen y un estilo poco propios de un "político euskaldun".

Yo creo justamente todo lo contrario. Azkuna fue muy vascongado en su forma de ser y hacer y muy bilbaino en su forma de aparecer y manifestarse.

Azkuna fue el ejemplo vivo de lo que podría ser y sin embargo no es porque faltan gentes de su estatura e inteligencia. 

Me gustaría que el ejemplo de Azkuna sirviera para que los partidos se dieran cuenta de que atrayendo gentes válidas se obtienen mejores resultados, incluso electorales, pero a estas alturas no pienso pecar de inocente, al menos no en estos asuntos.

Me temo muy mucho que ni el PNV ni, por supuesto, el resto de partidos políticos que ejercen su acción en las tres provincias vascongadas, han aprendido mucho del ejemplo de Azkuna. Ojalá me equivoque, estaré encantado de reconocerlo.

Homenaje sentido a este hijo de Durango y excelente alcalde de Bilbao. Su obra quedará como testimonio de que otra forma de hacer es posible.

Los amantes de Bilbao le agradeceremos siempre su labor.

Iñaki Azkuna, goian bego.

Sanglier.

domingo, 23 de marzo de 2014

DE LA FAMOSA REVISTA "EL PÁJARO CANTOR", DAMOS ESTE SUELTO.

El tiempo que hace
Pues mire usted, como todos los años el calor de sopetón, sin avisar. Yo me quería poner este año en forma, para estar preparado cuando llegara la primavera, que la sangre altera (mi prima Gertrudis también, digo que también altera), estar en forma, fit como se dice ahora y correr unas carreras y unos maratones, como el soldado de Milciades y ahora, como todos los que están a la última, la masa vamos. Pero se han adelantado el calor y la primavera y me han pillado con el cocido todavía en la mesa y traje de tres piezas, que con chancletas no pega. Yo también soy masa pero por constitución, y lo digo sin entrar en cosas políticas. Vamos que me gusta la buena mesa. Eso sí, luego hacer una buenas flexiones a ver si me toco las rodillas. Pues eso, calorcillo, calorcete y los primeros árboles en flor, pum, de golpe, sin previo aviso, unas perspectivas que quitan el hipo en colores rosados, blancos, amarillos. A lado de mi casa la calle convertida en un cántico al color: prunos, almendros, mimosas. Y la pajarería venga a cantar. El otro día estaba sentado en un banco terminando un cigarrón y veo un mirlo que andaba rebuscando en la hierba. Con el pico naranja y venga a brincar. Y me dio por hacer lo mismo. Me puse a imitar los movimientos del pájaro y como estoy un poco fuerte, sonaban mis brincos, patapum, patapum. Una señora que estaba en el banco de al lado se asustó, con un ¡huy Jesús! ¿Qué pasa señora no ha visto nunca a un mirlo dar brincos? Se lo dije mientras me lanzaba desde el banco a la hierba dando un salto de circo, como el mirlo. La señora salió corriendo. Total que menuda clase me dio el mirlo, en forma, en forma me pongo si repito. Pero lo que decía, menudo calor, calor, calor, así que me fui a tomar unas cervecillas y luego encendí un Sancho Panza, y a ver pasar la tarde, la pajarería, las mimosas, los prunos, el atardecer, y el calor. Ya caerá una helada, ya.

jueves, 20 de marzo de 2014

GALERÍA DE TIPOS FÍSICOS EXTINGUIDOS: VIENÉS.


Arthur Schnitzler.
Se oye una voz comentar: Por favor, es insoportable, no más de estos, no lo podemos soportar.


GALERÍA DE TIPOS FÍSICOS EXTINGUIDOS: GENERAL (siglo XX)

EDMUND ALLENBY. Extinguido tanto en lo civil como en lo militar.




UNA ODA AL CENTRISMO. NOTA DE COLOR DE UNO DE LOS LÍDERES DE LA INFORMACIÓN EN CATALUÑA.

De entre los numerosos responsables de lo que está sucediendo hoy día en España, los medios de comunicación se sitúan junto a los políticos en el pelotón de cabeza.
En una noticia fechada el 19 de marzo de 2014 y firmado por O.Moya, publicado por Libertad Digital se da cuenta de la presentación del libro España en el diván de Enric Juliana, periodista que escribe habitualmente en La Vanguardia.

En la presentación intervino el Sr. Màrius Carol director de La Vanguardia. Copio a continuación un párrafo de la noticia (la negrita es mía):


Màrius Carol dijo públicamente, y con él delante, lo que el conde de Godó le encomendó al ser nombrado director del periódico: "que circule por donde ha circulado siempre La Vanguardia, por el carril de la centralidad". Y es que para Carol "es bueno que por el carril de la centralidad siga circulando". Por eso, señaló, "vamos a hacer lo posible para que se dialogue. (…) Presionar a los poderes políticos para que hablen y se entiendan, pero, claro estamos ya en tiempo de descuento", advirtió.

Para muestra, un botón. A continuación reproduzco una portada de La Vanguardia cuando todavía se llamaba La Vanguardia Española.


Hay muchas más por el estilo, pero esta es suficientemente significativa:
En el texto bajo la foto de ese "centrista de toda la vida" que fue Francisco Franco, La Vanguardia, entonces Española, decía textualmente:

"SU EXCELENCIA EL CAUDILLO DE ESPAÑA Y GENERALÍSIMO DE LOS EJÉRCITOS NACIONALES DE TIERRA, MAR Y AIRE, DON FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE

Por vez primera desde el 18 de julio de 1936, la prensa de Barcelona puede enorgullecerse y llenarse de júbilo publicando la fotografía del hombre genial que está salvando a nuestra Patria de la catástrofe marxista.

No tenemos palabras con que expresar nuestro júbilo. Gritan, desde esta página, en reverencia y homenaje al Jefe del Estado el salado ritual: «FRANCO, FRANCO, FRANCO.-¡ARRIBA ESPAÑA! ¡VI VA ESPAÑA!»"

Estos son los señores que tenemos al frente de la "prensa catalana" y esta es la gente que "informa" al "soberano pueblo catalán" sobre las verdades de cada día...

Sobran los comentarios, así pueden ustedes comprender cómo hay tanto borrego, aunque muchos más que borregos lo que son es unos jetas de mucho cuidado.

Téngase en cuenta que el Sr Godó autor de la frasecita de marras es ni más ni menos que conde (título creado por Alfonso XIII -otro centrista conspicuo) y grande de España...

La Historia puede manipularse pero la verdad es una, aunque duela.

lunes, 17 de marzo de 2014

NEGRIN Y LA GENERALIDAD: el origen de la cita del otro día, y una perla más (la negrita es nuestra).

Manuel Azaña Memorias de Guerra, Grijalbo Mondadori 1996.
Entrada de 29 de julio de 1937 (p.175)

“Aguirre –dice- no puede resistir que se hable de España. En Barcelona aceptan no pronunciar siquiera su nombre. Yo no he sido nunca-agrega- lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas, me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España prefiero a Franco. Con Franco ya nos entenderíamos nosotros, o nuestros hijos o quien fuere. Pero esos hombres son inaguantables. Acabarían por dar la razón a Franco. Y mientras, venga a pedir, dinero y más dinero”.

El ánimo de Negrín respecto de los asuntos catalanes está justificado en general. Y en lo que tiene de extremoso, es disculpable; a condición de que no le prive de serenidad y buen juicio. Además esta opinión está ya muy esparcida. La defección de Cataluña (porque no es menos) se ha hecho palpable. Los abusos, rapacerías, locuras y fracasos de la Generalidad y consortes, aunque no en todos su detalle de insolencia, han pasado al dominio público.”