viernes, 22 de noviembre de 2013

LA SEMANA TERMINA, LA CANALLA CONTINÚA HACIENDO DE LAS SUYAS y ,PESE A ELLO, HAY ESPERANZA

Se nos va otra semana, comienza el invierno, nieva, llueve, hace frío y uno trata de olvidar la triste actualidad arrebujado frente a la chimenea con el libro sobre las piernas. Bendita literatura, de cuantos asesinatos ha librado al mundo.

Mariano, personaje cuya herencia no terminaremos de lamentar bastante, nos anuncia que ha dejado de fumar habanos. Miren ustedes que bien, lo único decente que hacía el inquilino de la Moncloa y deja de hacerlo. Imagino que será por indicación del medico aunque vayan ustedes a saber, igual es por compromiso estético con su imagen de neoprogre travestido de nene blando de provincias, con los políticos profesionales nunca se sabe.

Mientras Mariano abandona el humo azul, la liquidación de España continúa a buen ritmo.

Las excarcelaciones de asesinos en masa y violadores en cadena siguen a buen ritmo. Resulta repugnante la escena lacrimógena de los responsables del desatino que se prodigan haciendo declaraciones del estilo "no nos queda otro remedio", "lo hacemos por imperativo legal", "nos repugna, pero así es la justicia", "no volverá a suceder"...

Que el ministro de justicia o el del interior o sus señoras madres nos digan que "no volverá a suceder" nos importa un pito. Nos toman por idiotas. ¡Claro que no volverá a suceder! una vez que han puesto en la calle al asesino de 20 policías, guardias civiles y señoras que iban a la compra, ya está, no hace falta que lo liberen nuevamente.

Más repugnante aún la mascarada de ayer en el Congreso, esa casa de iniquidad que se alza en el centro de Madrid. Tanto el PP como el PSOE se retrataron, UPyD también porque todos ellos prefirieron mantener sus posiciones de foto fija antes de sacar adelante una resolución de justicia.

La responsabilidad de los partidos es terrorífica. Entre PP y PSOE se reparten más de tres décadas en el poder y ni los unos ni los otros han sido capaces, ni han tenido voluntad, de modificar la legislación para que los asesinos paguen por sus crímenes.

La Justicia no hay que hacerla ni por las víctimas ni por ninguna otra clase de caridad laica, no señores, la Justicia hay que hacerla porque lo demanda la ley natural, por imperativo de la Justicia misma. Un criminal, ya sea terrorista o de cualquier otra ralea, debe pagar por sus crímenes.Punto. Y una sociedad que no garantiza esa medida básica de Justicia acaba convirtiéndose, como la española, en un muladar, en una cochiquera donde se amontonan las bestias gruñendo y revolcándose en el lodo, dicho sea con todo respeto hacia los entrañables cuadrúpedos. 

El PSOE de Rubalcaba llamaba hace unos días al frentepopulismo. Otra vez. ¡Que pesadez! Siguen con sus fórmulas del diecinueve para desarreglar los problemas del veintiuno. La realidad es que no pretenden resolver nada, lo único que quieren es permanecer en el poder.

El pacto entre PP y PSOE me parece claro. A uno le interesa un partido de la oposición débil y dividido, al otro le interesa seguir pisando alfombra y colocando a los suyos, cueste lo que cueste y pese a quien pese. Son maquinarias de poder, de exacción de tributos, de mantenimiento de prebendas, de cura de almas para que el españolito sea una ameba callada, dócil, consumista, atontada, maleable y a poder ser corrupta.
Un pueblo corrupto tolera gobernantes corruptos, y no me refiero solo a la corrupción económica, endémica en todo sistema partitocrático, sino la ética y la moral, que son la base de todo.

Luego están las fuerzas invisibles que operan de continuo y que son las generadoras de las corrientes que realmente cambian la sociedad. La gente corriente desconoce su existencia. La gente más o menos leída prefiere rechazar su existencia. No gusta saber que los gobiernos no mandan y que el voto sirve para poco frente a la acción del mundialismo, de los grupos de poder, de la masonería internacional, de las innumerables organizaciones secretas que hacen y deshacen los destinos del mundo.

Los pseudo cultos, ya sean progres o liberal-conservadores, ponen cara de tontos y repiten el mantra de que todo eso son teorías conspiratorias, memeces de crédulos, entretenimientos de gentes asociales que viven vidas marginales y que se ocupan de esparcir inventos.

Dan pena. Hacen precisamente lo que los gobernantes del mundo quieren. Difunden la inexistencia de otros poderes, aligeran la importancia del mundialismo, de las oligarquías sinárquicas, de las sectas de poderosos que rigen las vidas y haciendas de los mismos que niegan su existencia.

Que muchos miembros de los gobiernos de PSOE y PP y altos cargos de designación política hayan sido o sean masones, miembros de la Trilateral, asistentes a Bildelberg, miembros de Skull & Bones y otras cuantas "organizaciones mundialistas" ni es una casualidad ni carece de significado.

Habrá quien prefiera no saber o rebajar la importancia del poder en la sombra, tontos ha habido siempre, lo que está claro es que todo aquel que desee saber en qué mundo vive debe informarse al respecto. La información existe y está disponible, falta la voluntad de enterarse.

Como colofón al repaso semanal no puedo evitar dedicar unas líneas al grotesco espectáculo que ofrecen algunas organizaciones católicas invitando a oradores como Francisco Vázquez, otrora alcalde socialista de la coruña y hoy día convertido en beato oficial. Es lamentable que algunos sectores de la Iglesia en España den voz a personajes como Vázquez o Bono que son gente que no tiene nada bueno que aportar y que militan en un partido de raíz y ejecutoria netamente anti-católica, cuando existen miles de voces ignoradas y silenciadas, auténticos pensadores cristianos, bien formados y con opiniones de mucho valor que no encuentran cauces a través de los cuales irradiar la luz de su intelecto.

Doblemente gratificante la iniciativa y fortaleza del arzobispo de Granada, primero por impulsar la creación de la editorial Nuevo Inicio y re-editar a autores desaparecidos en lengua española como Péguy, Bruce Marshall, Belloc y segundo por publicar y defender  a la periodista italiana Costanza Miriano, autora de "Casate y sé sumisa. Experiencia radical para mujeres sin miedo", libro de mucho valor para mujeres jovenes y madres al que dedicaremos unas líneas en una próxima entrega.

Esta autora ha recibido la persecución de todos los partidos políticos que sin haber leído una línea han acusado a la autora de fomentar la "violencia de género".

Uno comprende que son la misma clase de idiotas que han pedido la licencia de armas al portero del mesón Las Cuevas de Luis Candelas que porta un honrado e inofensivo trabuco.

¡Que país, Miquelarena!...


Sanglier.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

CANCÚN (UNA CRÓNICA DEL TIET).


CANCÚN

            En nuestra vida en común, la Tieta y yo hemos coincidido en repartirnos las tareas o negociados de una forma práctica.
            Una de esas tareas era y es evidente la organización de las vacaciones y viajes de placer.
            Tengo que reconocer que para esta tarea soy absolutamente nulo. Me da pereza moverme, carezco de imaginación, etc, etc. Por eso, el negociado vacacional y de ocio fue adjudicado sin discusión a la Tieta
            A finales de julio y primeros de agosto, nos decantamos por descubrir Turquía. Un par de días para patear Estambul y una semana en una gulet turca recorriendo la costa disfrutando de la naturaleza, mar y el baño.
            A la vuelta de ese viaje, que resultó estupendo, la Tieta emocionada por lo bien que se lo había pasado, decidió que cambiáramos de aires e irnos a la Rivera Maya para conocer los restos de esa antigua civilización. Como el año pasado estuvimos en Camboya y pudimos contemplar lo que queda de la cultura jmer, pensamos que era una buena oportunidad para ver la maya y compararlas.
            Total, que de la noche a la mañana nos liamos la manta a la cabeza y contratamos el viaje objeto de esta crónica o narración.
            Salimos de Madrid el lunes, 12 de agosto del corriente año.
            Primera parada: aeropuerto de Barajas, Terminal 1; volamos con Air Europa, ya que Iberia ha cancelado todos sus vuelos al Caribe, al parecer para evitar pérdidas.
            Primera estación puerta de embarque, la compañía aerotransportadora tiene a la misma hora, más menos, el embarque de los vuelos a Ciudad de México, La Habana y Cancún, con lo que el caos es mucho más que considerable y el retraso ídem.
            Tanta reforma y malgasto de dinero en el Aeropuerto de Barajas y te encuentras con unos mostradores de embarque minúsculos donde dos empleados de la compañía en cuestión pretenden embarcar trescientos borregos a base de comprobar manualmente la tarjeta de embarque y cortar la misma. Pedales, pedales.
            Evidentemente no tuvimos la suerte de tener asignado un finger, autobús puro y duro para tropocientos borros; caray no vamos a poner las cosas fáciles, que el personal se lo cree y luego exige demasiado
            Una vez estabulado el ganado, se despega; nunca a la hora prevista claro, esto no es Suiza, coñe; hay que guardar las esencias patrias.
            Al poco tiempo de vuelo, el aire acondicionado estalla a plena potencia y parece que estamos en la cámara frigorífica de una carnicería.
            La Tieta, que es magra de carnes, no como su marido que está en posesión de una nutrida capa aislante, se abalanza sobre la bolsa de la manta y la almohada. Rasga con ímpetu el plástico,    saca la manta, la despliega y se arrebuja.
            Alarido de indignación, la manta tiene más manchas que una cobertera cuartelera después de una guardia. Queja inmediata a la aeromoza, la cual con gran profesionalidad se extraña ya que vienen de la limpieza. Se obtiene un juego nuevo en mejores condiciones. Menos lamparones
            El marido tiene que reconocer que al final del viaje y pesar de su capa protectora, tuvo que hacer uso de su manta ante la nevera que era el avión. Eso sí, sin hacer indagaciones acerca de su estado de limpieza
            De la comida más vale no hablar, es mejor olvidar, sobre todo si vienes de volar con otra compañía. Las comparaciones son odiosas, nunca mejor dicho.
            La tripulación de cabina, como ahora se les llama, pasa ofreciendo los auriculares para poder escuchar la película. El que escribe estas líneas, ingenuo él, solicita un par de ellos; cortésmente se le entregan e inmediatamente se le comunica, con gran sonrisa, que son seis euros por aparatito; devolución al canto y mordida de lengua ante el conato de estafa.
            Advertencia, si vuelas con Air Europa llévate los cascos, en caso contrario, si quieres oír música o ver la película, pagas. Ni en Iberia llegaban a tanto. Ahora no lo sé, pero me temo que camino llevan.
            El vuelo largo y pesado, poco espacio de asiento y de avión, con lo que ni siquiera te aliviaba levantarte a estirar las patas.
            Llegada a Cancún airport; desembarco por finger; control de pasaportes y entrega de la hoja de visado de entrada -te devuelven la mitad para la salida-, recogida de equipajes; el tiempo de entrega no le tiene nada que envidiar al nuestro benemérito Barajas.
            Salida pasando por el control de aduana con entrega de formulario debidamente relleno; pregunta de la funcionaria si tenemos algo que declarar, la respuesta la omito, nos indica que pasemos y no nos manda al escáner, bien; enfilamos la salida con las maletas felices y contentos y ¡hay!; otra proba funcionaria para a la Tieta, la ha visto cara de sospechosa; al final sólo quiere  que le enseñe el contenido del bolso y no la maleta, revuelve el bolso y da luz verde.
            Para mí que quería cotillear el bolso de la Tieta.
            Una vez fuera de la terminal buscamos y encontramos al pavo del tour operador, el cual nos manda al bus correspondiente.
            Me encargo de la tarea de la carga del equipaje en el buseto y el conductor amablemente me advierte que allí sólo funcionan con propinas, que no se me olvide. Le agradezco su amable información, cagándome en sus muertos por dentro ya que más que una información parecía un exigencia y asegurándome que las maletas no se quedaran en el aeropuerto
            Traslado del aeropuerto hasta el hotel en el autobús con el amable panchito detallándonos las maravillas del lugar, la comida, la bebida, con gran insistencia en las curdas que se agarra el personal de visita.
            Muy ameno, sobre todo después de más de nueve horas de viaje. Total que después de otra hora de traslado llegamos a nuestro flamante hotel.
            Nos recepcionaron con el brazalete verde y a la habitación.
            Una habitación grande, pero sin un espejo de cuerpo entero con gran indignación de la Tieta, con unos inmensos ventanales que  aunque dan a la “selva” no puedes tener los estores levantados porque el personal del hotel pasa por delante y te contempla en paños menores o ni eso.
            El mobiliario y el equipamiento no se corresponden con lo que se le supone a un hotel de cinco estrellas superior.
            Nos habíamos venido convenientemente pertrechados con un ladrón, con el fin de poder enchufar varios aparatos electrónicos a la vez: móviles, e-books, el net-book del Tiet, cepillo de dientes.
            Oh sorpresa, se supone que el hotel es de una empresa española, del Grupo Piñeiro, y que un mogollón de clientes somos españolitos, pues bien, los enchufes son de clavija tipo yaqui, premonición de lo que vendrá después.
            Como ya es tarde, casi las diez de la noche hora local, nos dirigimos al restaurante del lobby del hotel para poder cenar algo y luego pedir un adaptador en recepción.
            Comida: la impresión del primer día que luego se confirma es la siguiente: presentación buena, apariencia digna de un restaurante de veinticinco estrellas Michelin. Adriá se pondría verde de envidia ante las altas cotas de innovación culinaria y sin nitrógeno. La comida no sabe a nada, absolutamente a nada; comes pescado porque en el cartelito pone pescado, pero podía ser rana peluda; da igual.
            La cerveza es tan floja que tienes la impresentable sospecha de que es sin alcohol. En fin. Dónde estaba la buena, simple y sabrosa comida de la gulet turca, incluso se echa de menos la cerveza Efes turca que al lado de ésta es toda una bendición.
            Hago solemne promesa de calzarme tres Mahou de tercio al llegar a Madrid.
            Después del pienso antes reseñado, preguntamos en recepción por el adaptador; con toda cortesía se los remite a la tienda del hotel donde por un módico desembolso de veinticinco pesos obtenemos el codiciado trofeo electrónico.
            Retirada a la habitación; vaciamiento del equipaje y disposición al sueño.
            Día siguiente, 13 de agosto, a las siete de la mañana nos dirigimos a desayunar; se advierte la Tieta y el Tiet son madrugadores. Se reitera la opinión sobre la comida. El Tiet decide probar la fruta y aquello no sabía a nada, ni a fruta ni a tropical. Resultado: el Tiet prescinde de la fruta y se centra en el bacon.
            Acabado el desayuno nos dirigimos a una reunión importantísima fijada por Soltour a las nueve de la mañana para darnos la información sobre el hotel, servicios, etc. En realidad la charla era para encajarnos las excursiones que ofertaban durante una hora en una sala a temperatura bajo cero, con gran cabreo de la Tieta y mío.
            Después a recepción ya que en la publicidad del hotel se decía que teníamos wifi gratis.
            Sorpresa, durante la noche han cambiado de servidor y no hay Dios que se conecte. Total tropocientos pavos acosando al técnico, el cual no se aclaraba tampoco.  Después de hora y media, se consigue una conexión, pero los problemas pervivirán durante toda la estancia. La conexión se cae cada dos por tres. Si sales de la habitación o del lobby, tienes que volver a conectarte de una manera farragosa y lenta, dependiendo del humor que tenga el invento. Es decir, purito Internet de cinco estrellas plus hispano-charro.
            Se me olvido comentar que la noche de la llegada observamos que la caja fuerte no cerraba; hubo que llamar a la recepción y que enviaran al técnico. Comprenderán ustedes que no podíamos dejar toda la ferralla y la artillería de la Tieta encima de la cama.
            Total que entre pitos -reunión- y flautas -conexión wifi-, se nos pasó la mañana en blanco, perdida vamos.
            La comida en el mismo plan, siesta y posterior baño en la piscina del hotel. Acotamos el tema: tres charquitos con una profundidad de 1,25 mts; vamos que ni siquiera me ahogo yo y tengo facilidad para ello.
            Monumental cabreo sobre todo de la Tieta que es una apasionada de la natación.
            Miércoles 14, decidimos acercarnos a la playa para lo cual hay que coger una especie de trenecito ya que el hotel no está a pie de playa como aparecía en Internet.
            Llegamos a la playa, a la zona acotada para uso exclusivo de nuestro hotel y la impresión es que se trata de un Benidorm pero sin rascacielos. La playa estrecha, pero mucho, mucho; llena de tumbonas de hoteles y la gracia es estar allí sentado bebiendo, todo el rato ofreciéndote de beber eso si no te acercabas tú a pedirlo.
            La zona de baño acotada y de poca profundidad, me explico no podías nadar lejos y como la profundidad era escasa, la nadada era imposible. Más cabreo de la Tieta, la cual se puede hacer nadando Valencia-Ibiza ida y vuelta. En fin. Propaganda engañosa.
            Volvimos al hotel y nos dimos otro remojón en las piscinas
            Comida y siesta. A las diecisiete horas desplazamiento hasta el Spa para masaje. Una hora de placer. Las chicas profesionales.
            Yo escogí uno para mis pobres piernas, que era mi primera vez. La suavidad y la caricia de esas manos eran fabulosas; te descansaba un montón; el único problema era cuando esas manos subían y se acercaban a ciertas partes, entonces unos músculos se relajaban y otros se tensionaban.
            Volvimos a la habitación felices, descansados y contentos.
            Pero esa felicidad duró poco. Intentamos abrir la caja fuerte y nones. Llamada correspondiente; no se preocupe le mando un técnico. Veinte minutos después nuevo toque de atención; ídem a la hora.
            Aparece, veloz, panchito Fidel, de seguridad, el cual nos la “arregla”; el problema era que la alfombrilla de la caja tocaba la cerradura y la bloqueaba. Tiet y Tieta se miran diciendo nos está tomando el pelo.
            Se va Fidel y la caja de inmediato se vuelve a bloquear. Llamada a recepción con exabrupto incluido y aparece el técnico de mantenimiento. Vistazo al tema y reclama la presencia de Fidel. Como el panchito veloz la ha tocado antes, él no puede hacer nada si el otro no está presente. Invasión de competentes nos suelta el mozo. Sic
            Reclama por walkie al Fidel el cual se hace el loco. Fidel Fidel, reclama el técnico, “los invitados están molestos” le dice y el otro que ahorita voy.
            El técnico, ante nuestra asombrada presencia se comunica por el walkie con otro pavo explicándole el asunto y que le apriete al Fidel. Llaman a la habitación por teléfono y el técnico se precipita a coger el mismo como si fuera su casa.
            Por fin aparece el de seguridad y arregla el invento; después de severas advertencias por mi parte de que cómo la caja se vuelva a fastidiar le monto el pollo en recepción.
            Esa misma noche nos lo cruzamos y el careto que tenía no era de lo más amigable
            Total otras dos horas perdidas con la caja fuerte de un magnífico hotel de cinco estrella plus.
            Esa noche sobre las veintidós horas comienza a llover; por la madrugada empieza a caer más fuerte, a la mañana siguiente el diluvio es de impresión.
Jueves, 15 de agosto, cumpletacos del Tiet, miras por la ventana y observas una cortina de agua. Como la cosa no decae, agarras el paraguas que tienes en el armario -cortesía del Grupo Piñeiro-, y sales de la habitación a recorrer el camino hasta el restaurante donde pesebreas el desayuno, un agradable paseo de unos 300 metros que en esas condiciones es todo menos divertido. Una vez en el lobby del hotel nos enteramos que tenemos encima una tormenta tropical con una duración aproximada de tres días. ¡Tócate los collons, lorito!
            Panorama cojonudo: la luz que se va cada dos por tres, el Internet no iba a ser menos, el servicio tampoco. El luces que ideó el hotel no pensó en el tema, así que aparte de las habitaciones y de los restaurantes no hay más que un sólo sitio cubierto, el famoso y repetido lobby, que además está abierto por dos lados.
            Total: del lobby a la habitación y viceversa con algún desplazamiento más para el condumio.
            A todo esto no nos habíamos traído ninguna prenda de abrigo y menos un chubasquero y de calzado, todo abierto de verano. Un número, tapados con mantas y bajo el paraguas en chanclas caminando bajo la lluvia tipo Fred Astair pero sin gorgoritos.
            Hay que ver lo que dan de sí veinticuatro horas a base de Internet en el móvil y el canal 24 horas de España. Diversión a tope.
            El viernes 16 de agosto más de lo mismo; misma rutina excepto que cambiamos la excursión a Tullum para el domingo; eso de ver las ruinas mayas bajo la lluvia no nos apetecía demasiado y el importe de la excursión no se devuelve por inclemencias meteorológicas. Más toque de collons
Eso sí, nos desplazamos a la Hacienda Sta. Isabel para amenizar el día. Aparte de que seguía la manta de agua, sólo habían unas cuantas tiendas de recuerdos de calidad más bien pobre y precios desorbitados. Por lo menos sirvió para estirar algo las piernas y obtener otro tema de despotrique con que entretener el día
            Al final de la tarde, el diluvio comenzó a amainar y el Tiet y la Tieta, con la indumentaria antes descrita y las chanclas bien húmedas se fueron a dar un paseo con el fin de descargar instintos asesinos.
            El sábado, 17 de agosto, empezó a hacer un tiempo aceptable, con lo que se pudo disfrutar de playas y charcos, perdón,  piscinas.
            Por la tarde – noche, la caja de seguridad se volvió a bloquear. Llamada a recepción, respuesta tipo, nueva llamada, ídem; tercera llamada del Tiet hacia la hora de espera acordándose de toda la familia del panchito hasta sus bisabuelos. Inmediata aparición de otro panchito de seguridad que se supone que arregló la caja fuerte. Decimos que lo suponemos, porque decidimos no volver a utilizarla. Inmediata llamada de recepción a ver si había llegado el técnico. En fin, ¡buen servicio!
            El domingo cogimos un bus y nos llevaron a la excursión de Tullum. Los restos arqueológicos impresionantes e interesantes. La charla del guía, premiosa a más no poder, con un calor y una humedad que castigaban duro.
            Acabado el rollo macabeo o mayabeo, nos bajamos a la playa, encontrando la Tieta un lugar muy apropiado para dejar los bártulos y darnos un chapuzón. Chapuzón que duro más o menos hora y tres cuartos, hasta la hora en que volvía el bus. No había quién saliera del agua ante el castigo de Lorenzo. El Tiet nunca ha estado tanto tiempo seguido en remojo.
            De vuelta al bus, la Tieta se merendó un coco preparado sobre la marcha por indígena local con precio yanqui. Debía estar muy bueno y refrescar bastante, puesto que no dejó una gota. Sequito lo dejó.
            A la vuelta al hotel seguimos en remojo hasta la hora de la comida, de la que no se da cuenta, por no repetir.
            Por la tarde más piscina y remojo que Loren apretaba.
            Cenita y al catre que al día siguiente volábamos de vuelta.
            Lunes, 19 de agosto, desayuno y vuelta a la chambre para hacer las maletas que dejamos en la puerta para que se las llevaran; dejamos la habitación para las doce –la cuenta se pagó el día anterior, apostilla para los mal pensados-, y nos aposentamos en la piscina hasta la hora del pienso
            Pienso y más piscina hasta la hora de salida en bus para el aeropuerto.
            El trayecto en bus se hizo bastante pesado, una hora y media.
            A la entrada de Playa del Carmen nos paró un control de la policía municipal mexicana; la Tieta se mosqueó y salió blandiendo el paraguas cortesía del Grupo Piñeiro que distraídamente se había venido con nosotros.
            El control nos dejó pasar ipso facto. A la salida de la ciudad había otro control de la misma pasma que pasamos sin detenernos. Habían sido convenientemente avisados y el retén esperaba formado, en posición de firmes y primer tiempo de saludo, mientras un mariachi atacaba un corrido y la Tieta saludaba, toda digna ella, con  su paraguas del Grupo Piñeiro desde la trasera del bus.
            Al Tiet se le saltaban las lágrimas de emoción.
            Desembarco en el aeropuerto de Cancún y espera para la facturación. Sólo estaban operativos cuatro puestos de Air Europa para todo un avión de más de 400 plazas y los autobuses vomitaban personal en cantidad, formándose una cola considerable.
            Tardamos un huevo y la yema del otro en facturar –no comprendo esas familias de dos personas que acarrean cuatro maletones, colapsando el embarque.
            Suerte que el Tiet, después de mucho bregar con su teléfono móvil y el Internet del hotel, el día anterior había conseguido reservar los asientos, que si no!!
            Acabamos de facturar justo cuando era la hora del embarque así que nos dirigimos a la puerta un poco apurados. Allí vimos una cola de pelotas y tuvimos la seguridad de que aquello iba para largo, así que nos dedicamos a cotillear las tiendas de la terminal y cumplimentar algún encargo fastidioso y poco agradecido
            El viaje de noche aburrido; la comida peor que a la ida y más escasa; la tripulación más borde; menos mal que la gente se dedicó a dormir o intentarlo y no a montar jarana.
            Llegada en hora, incluso adelanto, en Madrid – Barajas. Los consabidos veinte minutos de rodadura por el aeropuerto hasta llegar al finger.
            Parada del aparato y todo el mundo preparado para saltar fuera del bicho. El Tiet descubre, mirando por la ventanilla, dos picoletos esperando a la sombra.
            Pasa el tiempo y se ordena al pasaje que vuelva a sentarse: nuestro piloto ha detenido el aparato de forma tal y que hay que moverlo con carrito o tractor porque el finger no encaja y no se puede abrir la puerta.
            Por fin, desplazada la aeronave, encajado el finger, abierta la puerta, salimos en estampida hacia el control de pasaportes y recogida de equipajes.
            Para variar, las maletas tardaron cuarenta minutos y venían por entregas como las telenovelas.
            Una vez en casa, pensamos recomendar encarecidamente la Rivera Maya a todos nuestros enemigos en la plena seguridad de que disfrutarán como nosotros.
            Al resto y, en especial a los íntimos, se les escribe este relato para que vayan avisados.
Madrid, sin fecha.

jueves, 14 de noviembre de 2013

ADRIANA Y BRUNO LATTES


Amalio Cretona no tiene vergüenza. Se ha cansado de que le hagan esperar. Saca la chorra y mea con fuerza contra la puerta, durante cinco buenos minutos, con toda potencia y brutalidad desde sus casi dos metros de corpulenta altura. Riega a conciencia la puerta cerrada, sin soltar una palabra. El chorro es atroz e imponente, un meado denso, esparraguero, de brandy y nicotina. De repente se acerca el portero, entre indignado y asustado, pero oiga, pero bueno. Cretona le mira tranquilo y le dice, poniendo vocecilla imposible, que no ha habido forma de aguantar, sabe usted, es por la próstata, que ando un poquillo delicado y a continuación suelta un fuerte regüeldo cavernoso que despeina al portero sobrecogido de espanto. Pulardo, el amigo Pulardo, que ha visto la escena desde lejos se acerca corriendo.

-          ¡Pero hombre Amalio que guarro eres!
-          ¡Llevo una hora llamado, leñe!
-          ¡Pero hombre! Si la tertulia no es en este número, por favor. ¡Pero si esto es una casa de pisos! Si hemos quedado en casa de Doroteo. Cretona estás gilipollas.
-          Oye sin faltar que un despiste lo tiene cualquiera.
-          ¿Y la meada es un despiste? Qué barbaridad se va a deshacer el portón. Anda vamos.
  
Estaba claro que era Adriana la que se follaba a Bruno Lattes el abogado y no al revés. Así de finamente expresaba las cosas Tato, que estrenaba tertulia literaria. Muy mal, muy mal, hay que encontrar los matices protestaba Doroteo, no se pueden expresar las cosas así, esto no es el bar de la esquina. Habían acudido Amalio Cretona, gigantesco, el amigo Pulardo, don Manolito y don Estrafalario, que se habían pedido prestados a don Ramón, Argimiro, Fidelio Lentini y se esperaba que acudiera Pomarada. Alcides fumaba en silencio, un habano untuoso, grande y tranquilón, el habano y Alcides, tal para cual esta vez.

- ¿Te parece que hay poco matiz en mi frase? Todo está en ese “y no al revés”.
-  El primo de Bruno Lattes, Pomodoro Lattes es un garañón.
-  ¿Y eso que tiene que ver?
-  No, nada.

Tato prosigue tratando de ser más delicado y fino, tratando de adoptar lenguaje de sesudo crítico.

-  La delicada pluma del novelista describe a Adriana como rubiarosada. Está ahí, tendida sobe la cama, el pelo rubio, casi paja, el resto, porque claro, está en cueros vivos, rosa y pimpante, entre bollo y venus. No sigo que os encendéis.
-  Hombre por favor, que ya somos mayorcitos- protesta Doroteo, con los ojos brillantes.
-  Buenos, pues noches y noches, él se cuela por la ventana y allí con el pimpollo dale que te pego. Pero luego de repente, se acabó. Ella le manda a paseo. Por judío. Es que el libro toca muchos temas, ya sabéis que yo voy a lo mío, hilando alrededor, pero toca muchos temas, no sé cómo no lo había leído antes. Vamos que fuera, por judío pero yo creo que también por picapleitos.

Doroteo interrumpe brevemente:
-          Todavía no se ha escrito la novela en que el pimpollo y el abogado, en un apretón, se lo hagan sobre la negra toga del picapleitos extendida para la ocasión, oscuro tálamo.

Alcides levanta los ojos al cielo, siguiendo con la mirada la voluta azulona que se pierde en las alturas del palacio de Doroteo. No ha sido mala idea no esta reunión literaria. Bien es verdad que la forma en que Tato aborda la obra de Bassani no deja de ser tangencial y no poco original. Fascinado por Adriana, “Era alta, Adriana, bronceada, pacífica, potente. Mientras que él, nervioso, esquelético, descolorido de piel (…), en paciente espera de ella, la vamp americana y aria (…)”. Sin embargo la obra de Bassani, agrupada bajo el título La Novela de Ferrara, es deslumbrante. Salvo en el relato titulado La Garza, que parece un derrape, hay una maestría en el relato y una belleza y una delicadeza en la evocación del pasado, en el entrelazarse de los personajes y en el juego con el tiempo, la historia y la ciudad, verdaderamente hermosas. De manera que pasamos de la individualidad más absoluta, de la introspección infantil o sentimental a la vida colectiva y social, en un permanente ir y venir asombroso, en el que la ciudad, como por otra parte puede resultar obvio, cobra de alguna forma vida. El viaje entre lo individual y lo colectivo se ha ce más sutil, complejo, se abre a una gama de tonalidades mayor pues dentro de cada uno de los dos polos encontramos la subdivisión que supone la existencia de una comunidad judía en Ferrara. Tendremos en el círculo de lo individual, lo judío y lo demás, lo católico; pero también el niño y el adolescente enamorado por primera vez; la sinagoga y la iglesia; las comunidades religiosas y las comunidades políticas; la ciudad y el campo, la llanura y la montaña, el juego de las estaciones, el juego de las clases sociales, la ciudad y la región, las regiones e Italia, la cronología personal y la de la historia de Europa. Y la interrelación de todos esos mundos entre sí, sin fin de círculos maravillosamente dibujados, produciendo toda clase de formas y fuerzas, pintadas con humor y crudeza a veces, en simple boceto o apunte otras. Un fresco extraordinario pero que en gran parte sólo conocemos a través de dibujos preparatorios, de anotaciones, de apuntes al carboncillo unas veces, difuminados, y otras a la tinta china, precisos y agudos, sin aguar. Tal vez el mayor logro, la mayor delicadeza, la más alta belleza la logre el autor, aunque no únicamente ni mucho menos, en el relato titulado El Jardín de los Finzi-Contini. En aquél jardín, en aquella casa, en aquél pasado, parece que estamos sumidos, que allí seguimos, al pasar las páginas, y aún ahora, con el libro cerrado.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El falso régimen de libertades, ni fumar, ni reunirse, ni hablar, ni pensar...solo bajar la cabeza y pagar impuestos

Se ha aceptado como un principio indiscutible la falacia de que hoy día vivimos en un régimen de absoluta libertad como hasta ahora nunca habíamos conocido.

Los mismos mentecatos que se creen esa falacia (muchos de los que la propagan no se lo creen por la sencilla razón de que saben que es falso y se prestan a la difusión de esa mentira por puro interés dogmático y crematístico) repiten , cacareando como gallinas cluecas, que desde que España "es europea" y "moderna" en este país por fin se puede vivir en libertad.

Podría poner innumerables ejemplos que demuestran la falsedad de esos asertos.  No diré nada acerca de la europeidad histórica de España o de la modernidad...en fin no quiero aburrir al amable lector desmontando memeces propias de gente que no solo no lee o lee poco y no entiende sino que no quiere entender porque, en el fondo, hay mucha revancha social e intelectual, mucho complejo de inferioridad y mucho mierda que ha pisado alfombra y se le han atragantado los tratamientos y las prebendas.

Centrándome en la refutación de lo que podemos llamar "la sociedad de la libertad ilimitada" (que suena a cuento chino como el Pabellón de la Bondad Infinita o El jardín del placer inenarrable) voy a compartir un pequeño ejemplo, una anécdota minúscula, una nadería comparada con otros ejemplos que podría poner de reducción cuando no eliminación de la libertad y el libre albedrío. Una anécdota que, por cierto, está íntimamente vinculada a este movimiento de auténtica libertad que es el cepogordismo.

Hace años, no muchos, un grupo de amigos y conocidos se reunía en torno a una tertulia bimensual en la que se adquirían cigarros habanos, se hablaba de tabaco, de toros, de política, de literatura y de todo lo que a cada uno de los contertulios le daba la santa gana.

Esa tertulia, reunida en torno al Círculo del Humo Azul, auténtico convento de libertad, sin estatutos ni alta en registro alguno y en la que el mérito personal carecía por completo de relevancia, se reunía en un amable y espacioso local abierto al público dónde tras el reparto de la compra cigarrera se procedía a consumir un modesto menú a base de raciones y vino tinto y posteriormente se fumaba un cigarro con una copa hasta que la tertulia se daba por concluida.

Los tertulianos, circulistas e invitados, eran de personalidad, origen y orientación política heterogénea:conservadores, liberales, socialistas, tradicionalistas, ácratas, poetas-anarquistas, todos los planteamientos estaban permitidos y eran acogidos con ecuanimidad, salvo dos, los de los liberticidas, ingenieros sociales y forjadores de voluntades y almas y los del odio a España.

La vida de esta tertulia fue perdiendo pulso gracias a la acción liberticida de los poderes públicos en su ejercicio de pastores de almas, de conductores de la vida privada, de violadores de la libertad individual y del libre albedrío.

Primero fue el incremento continuo y desmesurado del precio de las labores. 
Gracias a la siniestra decisión del Gobierno Aznar que privatizando Tabacalera regaló por cuatro monedas de plata un enorme pedazo de la Historia de España y malbarató la sangre, el sudor y las lágrimas de millones de españoles amortizado en el capital de esa santa y noble empresa, comenzó el principio del fin para el fumador tradicional en España.

Tras la unión con Seita, la creación de Altadis y ya ultimamente la venta del negocio a la Imperial Tobacco, la calidad, precio y variedad de las labores habanas no ha hecho sino empeorar. 

Para que los memos se enteren de cómo son las cosas, copio literalmente el texto que en su sección de historia, dedica la página de Imperial Tobacco a la adquisición de la 5 veces centenaria Tabacalera, empresa depositaria de un patrimonio material y cultural de imposible valoración (la negrita es mía):

In April 2007 Imperial entered the profitable USA tobacco market through the acquisition of Commonwealth Brands, the fourth largest cigarette manufacturer in the country.
This was followed in January 2008 by the acquisition of Altadis, the world's fifth largest cigarette manufacturer, owner of the iconic Gauloises cigarette brand, and the world leader in cigars.
Esto es lo que merece la Tabacalera privatizada y unida a la enana francesa Seita, tres líneas...pobre España.

Hace años, no muchos, en España un cigarro lo fumaba el portero, el oficinista, el notario del primero y el grande de España del principal. Se vendían cigarros sueltos en el fútbol, los toros, los frontones, las verbenas. Se fumaban y regalaban cigarros en las bodas, los bautizos, las comuniones, las puestas de largo, los ingresos en las academias militares, las despedidas de soltero, las tomas de posesión y hasta en los funerales. El cigarro se regalaba al secretario del juzgado y al manijero, al mozo de cuadra y al juez de paz, al guardia civil y al peón caminero. 

El concepto de cigarro "premium" era desconocido e incomprensible. 

Cigarros los había buenos y malos, más baratos y más caros, fabricados a máquina o hechos a mano, españoles, filipinos o cubanos..pero no "premium". 
Alfonso XIII fumaba Maria Guerrero igual que un torero o un secretario de ayuntamiento. Un general de artillería se fumaba una Faria en el cafetín de oficiales, mientras un teniente de caballería sevillano encendía un lonsdale de Partagás después de haber ofrecido a la concurrencia, tirando de petaca repujada, de cuero viejo que había hecho la guerra de África con su abuelo. Eso era democracia y libertad, lo demás, humo y falsedad.

Así que a medida que subió el precio del cigarro y los impuestos del tabaco, las compras del Círculo menguaron y las tertulias se espaciaron.

El Círculo estaba formado exclusivamente por profesionales y asalariados; abogados, médicos, pequeños empresarios, ejecutivos.... todos los partícipes se ganaban la vida honradamente y pagaban sus impuestos, no había políticos ni sindicalistas ni enchufados de gobierno ni institución pública alguna, por ende su renta provenía del trabajo y sus gastos eran los normales de un padre de familia, de un español normal que no puede costearse cigarros de 10, 15 o 20 euros.

La puntilla fue otro liberticidio, en éste caso promovido desde el gobierno socialista, masónico y gnóstico de Rodriguez Zapatero. ZP y sus ministras del hot yoga, la dieta de la alcachofa y la portada de revista, prohibieron fumar en bares y restaurantes. 

Ese fue el momento en el que la tertulia dejó de existir. La tertulia se basaba en comprar tabacos, fumarlos juntos y hacerlo en un lugar público donde cualquiera pudiera participar con libertad y comodidad. Se acabó.

Los prescriptores de la vida privada, los curas-de-almas del socialismo, velando por la salud del contribuyente, prohibieron fumar, pese a que yo he visto con mis propios ojos una concentración de jerifaltes de ese partido fumando Montecristos en el mismo lugar dónde se reunía la tertulia.

Pasan los años, y llegó Mariano al poder por mor de una mayoría absoluta. Mariano, empedernido fumador de Lusitanias, que en público y privado había insinuado que cambiaría la ley para volver al sentido común anterior dejando que los locales abiertos al público habilitaran zonas de fumadores. Pues no, señores, Mariano en ésta, como en tantas otras cosas no ha cumplido lo prometido, eso si el es "muy serio" y fuma sus Partagás en la Moncloa cuando le viene en gana que para eso es presidente, un "ser superior" y el si tiene derecho a fumar puros, y por supuesto, "premium".

La muerte de la tertulia del Círculo del Humo Azul no pasa de ser una anécdota más de las muchas vinculadas al liberticido que venimos sufriendo desde hace décadas, una ínfima mácula en la montaña de lodo que nos aplasta, pero es un ejemplo de como los poderes públicos monopolizados por los enemigos de la libertad acaba cercenando la libertad individual y dejando, de paso, sin negocio a estancos y restaurantes que han visto como los clientes huían y las tertulias desaparecían.

Cuando se dice que vivimos hoy una libertad nunca vista no es cierto, nuestra humilde tertulia podría haber existido sin mayores problemas desde Fernando VII y hubiera podido celebrarse durante periodos de monarquía,dictadura, república, franquismo, restauración juancarlista....y a partir de entonces, con las nuevas promesas de libertad llega el periodo oscuro de la cura de almas laica, de substitución de Dios por el Pueblo Soberano, que no es sino un remedo laico que permite al que manda hacer lo que quiere con el dinero de unos mentecatos que, mientras tanto, aplauden, babean y se hacen fotos con el heredero y la periodista.

                                 El estanco "otrora proveedor del Círculo"


  

lunes, 4 de noviembre de 2013

CONFERENCIAS Y AGRESIONES DE ALCIDES BERGAMOTA (UNA MAS)

Eufonía.

(Del lat. euphonĭa, y este del gr. εφωνα, armonía).

1. f. Sonoridad agradable que resulta de la acertada combinación de los elementos acústicos de las palabras

Nuevamente la maldad y el infortunio se iban a cebar en el gran Alcides Bergamota, maestro de políglotas. En efecto, de políglotas. Porque el amigo Bergamota hablaba de carrerilla diez o doce idiomas y se manejaba en algunos dialectos regionales. El dialecto de Milán, por ejemplo (Bravo el mè Baldissar! Bravo el mè nan/ L'eva peuè de vegnó a trovamm:/t'el seet mattascion porch che manemann/l'è on mes che no te vegnet a ciollamm...). Cediendo por una vez y con carácter excepcional a los ruegos del Casino de la Puebla de Goliardos, y abandonando por pocas horas su exilio provinciano, acudió para impartir una breve charla sobre el idioma Portugués. Esa maravilla que hablan nuestros vecinos. Remontándose al pasado se evocaron las circunstancias del nacimiento del vecino reino, la absurda separación, la breve reunificación en tiempos del gran Felipe (segundo de España y primero de Portugal), sellada en las Cortes de Tomar; el nuevo y definitivo desgarro, la reivindicación del movimiento pan-ibérico, apoyado en los argumentos del gran Oliveira Martins. ¿Cabe siquiera pensar que no evocara el gran Alcides el bilingüismo de los Montemayor y Camoens, que no evocara las gestas de Tructesindo Ramires durante la Reconquista, cuyo espectro acudió a combatir a las Navas de Tolosa, no pudiendo sufrir en la fría tumba que se librara la batalla sin él? ¿Y qué decir de la emoción suscitada entre el auditorio al llegar a Pepe Queiroz? Tuvo primero que precisar que bajo ese apelativo familiar se escondía José María Eça de Queiroz, tal vez el más grande de los novelistas europeos del siglo XIX, autor de ese libro único que es La correspondencia de Fadrique Mendes. ¡No faltaron tampoco a la cita Anthero de Quental, ni Almeida Garrett ni el gran Camilo! Y Pessoa claro, bajos sus variados heterónimos. Me dirán ustedes, y dónde están el infortunio y la maldad que no aparecen por ninguna parte. Pues bien, llegaron justo en el momento en el que el gran Alcides ilustraba a su auditorio sobre las bellezas del idioma y para hacerlo leía en voz alta frases representativas, bien de la delicadeza de la entonación, bien del melancólico parlar, bien del gutural y áspero gruñido de ciertas palabras de enfado. Cuando pronunció la primera frase que elegida para ilustrar las propiedades eufónicas del idioma en su vertiente popular y más chusca,  Bergamota llevaba ya dos horas de charla y estaba completamente perdido entre las nubes, delirando en portugués. Así que no se dio cuenta del ejemplo apuntado por Tato al preparar la charla, un tanto descuidadamente, convengamos en ello y, sin pensarlo dos veces, pronunció la frase: “Um preto com um bom nabo”. La eufonía era obvia, evidente maravillosa, emes por todas partes, vocales, repetición de la o, labios en forma de canuto para pronunciarla. Lo malo fue cuando doña Gertrudis un poco congestionada y de forma un tanto brusca interrumpió para preguntar:

-       Creo, me parece… ¡Desolada estoy de haberlo entendido todo! ¡Sólo necesito que me confirme que la palabra preto es negro para montar aquí la de San Quintín! ¿Pero que se ha creído? ¡Que yo he venido aquí con mi sobrina que no está en edad de oír los delirios de un maníaco!
-       Oiga señora, yo no le permito… La eufonía es evidente, estemos a lo que tenemos que estar, vea: Preto, con o al final, y nabo, con la o también…- no pudo terminar por los gritos de doña Gertrudis.
-       ¡A callar sátiro! ¡Mi sobrina!

Doroteo, que había acompañado esta vez al ilustre conferenciante y por tratarse de una charla sencilla para un auditorio femenino no iba armado, recogía a toda prisa, sin poder evitar que Bergamota replicara feroz, dando rienda suelta a su temida dialéctica.

-       ¡¡Semejante loro!! Ya está bien señora. Eufonía señora, eufonía en portugués, eso es lo que hemos venido a enseñar aquí, eso es lo que le hace falta a su sobrina, que por lo visto está un rato buena y a lo mejor de hortalizas sabe más que usted!!
-       ¡¡Aaaaagggg!!- doña Gertrudis se lanzó al ataque blandiendo las largas agujas de su labor de punto y flanqueada por dos amigas que gritaban enardecidas- ¡¡Dale Gertrudis que este va a pagar por todos!!

Como siempre la intervención de Doroteo, el flemático Doroteo, fue decisiva. Con toda serenidad empujó la mesa sobre las asaltantes en el momento en que trepaban a la tarima del orador, lo que dio tiempo a que pudieran subir al coche los dos y escapar del pueblo.

Nuevamente el oscurantismo había triunfado, dando muestras de su poder. Nuevamente se había dado importancia a lo accesorio, en este caso el contenido, cuando la frase elegida ilustraba únicamente una cuestión de forma y sonoridad, nuevamente la frivolidad y la maledicencia, atentos a las miserias de la vida y dispuestas a retorcerlo todo bajo su perverso prisma habían prevalecido, sin que el natural comedimiento del gran Bergamota hubiera podido hace nada. De todas formas, al llegar a casa hablarían con Tato.