jueves, 19 de septiembre de 2013

ADHESIONES AL MANIFIESTO DEL PALO

Recibo un mensaje urgente que por su indudable interés para la parroquia cepogordista transcribo literalmente:

Querido Sanglier, dilecto amigo:

Enterados de la proclama del Manifiesto del Palo firmado por nuestros entrañables camaradas Alcides, Tato, Doroteo y compañía, nos hemos visto en la obligación de convocar con carácter extraordinario y urgente a la asamblea plenaria de socios del Círculo de Estudios Heráldicos y Gastronómicos Marqués de Casa Pil-Pil.

Tras haber procedido a la lectura en voz alta del Manifiesto y su posterior debate, la asamblea ha decidido por unanimidad extender una papeleta de adhesión que será firmada por todos aquellos socios, familiares y amigos que así lo deseen.

Adjunto le envío una fotocopia del libro de firmas con la relación de adhesiones recogidas esta misma tarde:

- Leoncio Santa Coloma , Presbítero.
- Andrés de la Pomarada y Rodríguez de Villafranca.
- Jacinto Infante de Larra 
- Alfonso Rodríguez de Villafranca y Riofrío.
- José María Isidro de Mendicutía y Bebecolarrea
- Luis María Hugo de Mendicutía y Bebecolarrea
- Mateo María Ignacio de Mendicutía y Bebecolarrea
- Margarita María Bebecolarrea Vda de Mendicutía.
- Enriqueta Calzón y Pedernell
- María de los Dolores Valle y Barranca
- Remigio Calzón  de la Pomarada
- Gervasio Calzón de la Pomarada
- Celestino Fontecha, Agricultor
- Augusto Cepa, Manijero
- Sebastián Pellejo de Garnacha, Bodeguero
- Toñín Fudre, Encargado
- Aristóbulo Peñafría, Procurador de los Tribunales.
- Segismundo Enlosado, Abogado
- Sebastián Granito, Doctor en Derecho
- Tarsicio Moreno de Vera, Rentista.
- Indalecio Canastilla, Industrial del mimbre.
- Mateo Ventosilla, mozo de espadas.
- Jeremías Enclenque, aficionado 
- Purita Fontecha, soltera (lo pongo por si acaso, detrás dejo el móvil)
- Dimitros Canteloupis, profesor de lenguas muertas. Doy clases de griego clásico, acadio y arameo. Arreglo jardines y coloco cercas ganaderas, para referencias preguntar en la Cooperativa Santo Niño de la Roca o dejar recado en el Bar El Pringue dónde lavo platos de dos a seis.
-Eduardito Méndez, estudiante de bachillerato (me he apuntado el telefono de purita para mandarle cochinadas por sms)
- Gabino Morera, distribuidor de tejidos finos.
- Mimí Gutierrez-Saña , señora de Vaca de Parladé.

Sepa usted y esto lo escribo a título privado, que al salir de la asamblea hemos recibido diversas adhesiones orales si bien procedían de elementos conocidos por su filiación política próxima a lo que usted ha bautizado cómo la  Banda del Empastre y por tanto, me temo que no tendrán el valor de firmar la carta de adhesión

Se despide, con un viril y afectuoso abrazo, su amigo y corresponsal.

Andrés de la Pomarada y Rodriguez de Villafranca.

MANIFIESTO DEL PALO

Manifiesto del palo.

1.      Somos más bien contrarios a los manifiestos, más proclives a la acción, al gesto, al palo. Palo, palo, palo.
2.      Nos adherimos a todos los que defienden el Toro de la Vega, en Tordesillas, para defenderlo también. Apoyamos a los que asisten al torneo, a pie o a caballo, con o sin lanza. Defendemos el torneo bien hecho y dentro de las reglas. Nosotros, ni con lanza ni con vara larga: Nosotros vamos con garrote, para cascar a los reventadores, a los mesócratas de lo políticamente correcto, a los ciudadanos del mundo, a los amantes de Disney y protectores de Bambi –¡cuánto daño a hecho esa película!-, a todos aquellos que confunden la naturaleza de las cosas y de los seres, a los igualadores por abajo, a los enemigos de la libertad, a los bocazas, los choriceros, botarates y mendrugos de la modernidad hispano progre, cuya quintaesencia es boca sandía Pérez Reverte, ese chisgarabís que todo lo sabe y de todo habla con la fatuidad del cateto seguro de sí mismo, títere del periodismo, zascandil de la Academia, maestro lechuga de casi todo, verdadera plaga de nuestra Historia en la que revuelve como el chancho hoza en la charca, desolación de la escritura. Sentimos no haber podido acudir este año al Toro de la Vega, lo intentaremos el que viene. Y mientras, puliremos amorosamente los garrotes. Palo, palo, palo.
3.      Nos manifestamos contrarios al indulto de las reses bravas en las corridas de toros, no soportamos más buenismo bichero, más bambi animalista, más imperio de los cretinos, más tauromaquia ZP, más café descafeinado. El estoque hasta la bola, la mano manchada y el toro rodando. Si la res no es brava, si la res es descastada, si nos vuelven a servir descafeinado frío de sobre, pues que el último apague la luz ya del todo, pero que primero se corra a garrotazos a los responsables. Palo, palo, palo.
4.      Deseamos pronta recuperación a David Adalid, banderillero de la cuadrilla de Javier Castaño herido por un toro de Miura, cogido dos veces, en dos encuentros sucesivos con el mismo animal. Matador y cuadrilla nos regalaron dos tardes en San Isidro el año pasado en las que nos trasportaron a otra época, vimos como cobraban vida en el ruedo aguafuertes de Goya, estampas de La Lidia, esencias de algo eterno y profundamente español. Que rechinen los dientes de los envidiosos, los resentidos, los apalancados, los figuras del mono encaste y los toros elegidos, que por lo que le están haciendo a la fiesta merecen…Palo, palo y palo.
5.      No sabemos que es la España negra, ni sabemos que es la España profunda, ni nos avergonzamos de nuestra ignorancia. Y a todos los modernillos chancleteros, a todos los electrónicos tontunos que hablan tontinglés, a todos los vigoréxicos perseguidores del buen comer, del buen beber y del buen fumar, a toda esa horda armada de piquetas, a todos esos memos promotores del derribo general para construir la Nada, a todos esos reyes de la camiseta, deseamos… Palo, palo y palo.

Firman a continuación en prueba de su adhesión a lo anterior: Alcides Bergamota, Tato, Doroteo, Calvino de Liposthey, don Manolito, don Estrafalario, Argimiro (para o ser menos), Lentini Spotti (por si acaso y a ver si le hacen académico) y un largo etcétera.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

IN MEMORIAM, MARTIN DE RIQUER


Ayer falleció en Barcelona Martín de Riquer y Morera, conde de Casa Dávalos, veterano del Tercio de Montserrat, filólogo, sabio, maestro entrañable y profesor de muchas generaciones que supo iluminar con su erudición y su inteligencia a miles y miles de estudiosos y profanos que seguíamos su obra con interés, gratitud y admiración.

No es este el momento de citar su obra, ya clásica, ni resaltar sus inigualables méritos académicos e intelectuales, sino de recordar su figura en cuanto campeón de la tradición, la belleza y la sensibilidad.

Su campo de trabajo, uno de lo más fecundos e importantes de la literatura, le permitió dar a la luz una visión muy personal de la literatura medieval y de los clásicos catalanes y castellanos.

Hoy toda la familia provenzal lloramos su muerte, los que nos sabemos indefectiblemente unidos a la cultura europea a la que de forma decisiva contribuyeron los poetas y trovadores no podemos dejar de agradecer el trabajo del Profesor de Riquer.

Este amable sabio que tuvo la fortuna de poder dedicarse en cuerpo y alma a su pasión, se entregó con tesón y energía inigualables a la recuperación y perpetuación de una tradición cultural capital y se permitió el lujo de hacerlo bellamente.

En estos días de mentiras y rencillas, de querellas falsas y maniobras arteras, este gran catalán, este gran español, este gran europeo nos deja para reunirse con damas y trovadores, con caballeros y poetas, con bellas pastoras y escuderos enamorados. 

Me gustaría que San Pedro permitiera a Leonor de Aquitania colocarse por un instante junto a él a las puertas del Cielo para recibir al sabio como merece. Quizá en ese instante se escuche el leve aleteo de la lauzeta y su canto lo acompañe en su entrada en la morada eterna.

Sanglier.

HEREJES, LA ULTIMA NOVELA DE PADURA

Mi afecto por Padura se debe esencialmente a su personaje Mario Conde, el cual me cae bastante bien. 

Mario Conde (desconozco si Padura sabía de la existencia del homónimo español y conocía su peculiar ejecutoria vital) es un buen personaje de novela negra. Padura lo ha armado con piezas sueltas de la larga tradición americana y se perciben en él las lecturas y preferencias cinematográficas del autor, todo ello teñido con ese color peculiar de lo cubano que tanto atrae al lector español en cuanto Cuba es un crisol de muchos rasgos de la madre patria batidos en los calores del Caribe y adaptados por la mezcolanza racial y cultural del medio.

Mario Conde es un tipo que aspira a vivir con un mínimo de dignidad y un máximo de humanidad en una sociedad hecha trizas de un país arrumbado, sumido en el caos y la contradicción permanente entre lo predicado y lo ejecutado. Sus valores se centran en la amistad con un predominio de eros sobre ágape, algo comprensible dadas las circunstancias. Conde es humano, muy humano.

Reconozco que el deambular habanero de Conde, sus aventuras sentimentales presididas por el amor eterno a Tamara (relación que en esta última entrega parece consolidarse) sus amigos, desde el flaco Carlos a Candito y Yoyi, un remedo cubano de un pícaro castellano, me hacen gracia y creo que tienen un valor literario nada desdeñable.

Padura me recuerda en muchas cosas al chileno Roberto Ampuero y considero que Cayetano Brulé comparte algunas cosas con Mario Conde aunque barrunto que su molde está trabajado bajo la inspiración de Pepe Carvalho. Ampuero, del que les hablaré otro día, es un caso incomprensible de falta de éxito en España, misterios de la literatura y la edición, solo Dios sabe por qué no se le ha dado más cancha.


Asentado en la buena opinión que tengo de Padura como productor de entretenimiento literario de género negro y el aprecio por su personaje, me he embarcado en la lectura de su última novela de la serie Mario Conde titulada Herejes.

En primer lugar Herejes es un tomete largo y denso al que le sobran un montón de páginas, cosa que sorprende al estar publicado por una editorial solvente.

La historia, bastante simple en el fondo, se adorna de tal forma que acaba por convertirse en dos libros en uno. El primer libro es el que enlaza el principio y el final de la novela y no es sino una aventura más de Mario Conde. El segundo libro, insertado a modo de nudo, falla estrepitosamente. La historia del pintor judío y el maestro holandés es un pestiño insufrible. 

Tras haberlo meditado no tengo claro si Padura quería hacer una novela denuncia, una historia del judaísmo europeo o una pseudo biografía del pintor holandés, el caso es que el intento falla estrepitosamente.

Lo lamento por Padura que a juzgar por el texto se ha molestado en trabajarse el tema, documentarse y armar una buena guía del Amsterdam de la época, ahora bien, yerra en el planteamiento y abusa del enlace haciendo de un asunto que debería ocupar no más de veinte o treinta páginas un muro de ladrillo insertado en medio de un edificio de piedra sillar.

Desconozco por completo el proceso creativo de Herejes, pero me da la sensación de que o ha empleado a Mario Conde como marco para contar una historia que nada tiene que ver con una novela negra - policiaca o bien que se la ha ido la mano y tras recoger mucho material lo ha metido todo teniendo que desarrollar la historia del pintor más allá de lo deseable.

De haber sido su editor yo le hubiera sugerido replantearse la novela de cabo a rabo e incluso la conveniencia de escribir dos libros, uno sobre el pintor judío y otro, una aventura de Mario Conde, que hubiéramos leído con gusto.

Sea porque el tema se ha apoderado del autor, sea por empecinamiento en querer hacer una novela negra con fondo histórico, al final Padura ha entregado al lector una obra que en su parte central se hace mortalmente aburrida, algo absolutamente prohibido en un género nacido por y para el entretenimiento inteligente como bien decía Somerset Maugham.

No sé si Herejes marca un giro en la orientación de la serie Mario Conde, espero que no. A mi juicio un escritor que goza del favor del público y del apoyo editorial tiene en su mano el trabajar en varias líneas de creación sin que su público se resienta, Camilleri es un perfecto ejemplo de un escritor que trabaja en tres y hasta cuatro frentes con singular éxito en todos ellos.

A mi juicio, la línea de Mario Conde tiene aún mucho recorrido dentro de un formato negro clásico y si a Padura le asaltan y rodean otras historias lo que debería hacer es contarlas separademente, sin mezclar a Conde en asuntos que no hacen sino restarle frescura e interés.

Sanglier.

martes, 17 de septiembre de 2013

NI MAS NI MENOS, MARIANO A LOS PIES DE LA MAFIA CATALANISTA

No por muchas veces repetido...

Ay Mariano, eres un desastre total y absoluto, no hay forma de que des una a derechas. Veníamos viendo la tendencia mansa del cabestro, siempre echado en tablas, tratando de saltar y huir, siempre excusándose y encerrándose en casa a ver el tour, la liga, la vuelta, lo que sea menos cumplir con su función. Mariano, si sigues así vas camino del perjurio. Juraste defender la Constitución (ergo la unidad de España) y mira..

Asistimos a un espectáculo triste y lamentable.

Estos días, atizados por las proclamas de la propaganda catalanista, en "Madrit" se alzan algunas hogueritas de indignación que dan pena. 

Los pseudo conservadores o pseudo liberales con acceso a los medios levantan unos fueguitos fatuos enanos, racanos como ellos, y hablan de que a Cataluña hay que enviar "los tanques" (señores, en español no hay tanques sino carros de combate) y de la guardia civil y de la biblia en pasta que hay que poner en juego para sofocar no sé sabe qué revolución de Mas y sus socios. 

La deriva mafiosa de la cleptocracia-mangancia llamada Generalidad, organizada al amparo del 78 y que ha sumido en la miseria moral y económica a esas bellas provincias españolas que se engloban en la región conocida como Cataluña se venía viendo desde hace décadas y aquí la mayor parte del personal se dedicaba a comer gambas y rascarse la entrepierna.

Ahora Mas, digno discípulo del inventor de la vuelta de tuerca aprovecha que no tiene nada que perder, la lía parda apoyándose en los separatistas de siempre - la Esquerra y en una caterva de anormales y gente analfabeta que aplaude lo que sea mientras les sirva para dar rienda suelta a sus frustraciones.

Menos pulserita con la bandera de España, menos gallito sin corral ni gallina y un poco más de sentido señores.

Para parar las amenazas mafiosas de Mas y compañía no hace falta ni un carro de combate, ni un tercio, ni una escuadra ni un binomio, no hace falta nada más que suspender la autonomía, cerrarles el grifo de la pasta y enviar a una pareja de la policía a detener a todo aquel que ocupe un espacio público sin la debida autorización y me refiero, por supuesto, a las "autoridades cesadas".

Mariano  cuenta con los mecanismos legales para parar todo esto en aproximadamente veinticuatro horas. Lo que no tiene es narices (por ser finos) para hacerlo.

Mariano a quien España le debe importar poco (al menos no demuestra mucho interés en los asuntos esenciales que le está tocando lidiar) parece que va a optar por nadar y guardar la ropa, por hacerse la foto de perfil, por ahuecar el plumón y esconder la cabeza. Si sus asesores los conforman los miembros de la Banda del Empastre estamos listos porque a su falta de energía unen una completa y absoluta falta de idea nacional, es decir de que son, de dónde vienen, a dónde van y qué quieren hacer.

A este problema no se le responde con un "la prioridad es reducir el paro y recuperar la autonomía" que es lo que más o menos repite éste loro cada vez que le toca subirse a la percha pública.

Triste espectáculo, ocasión pintada para que en el gobierno hubiera gente seria de verdad, leída de verdad y con narices de verdad, no una bandita de niñitos con pulseritas, oposicioncitas, adosaditos, cochecitos y mentalidad chiquitita y hortera de palco vip, de campeonato de padle, de veraneo de  Miami a Palma y de la Copa América a irse a tomar por cierto sitio que es donde nos están llevando con su política de bollitos-analfabetos.

Pobre España, pobre Cataluña, esperemos que la sangre del cura Merino, de Agustina de Aragón, de Álvarez de Castro salga por algún sitio. Si no cogen la pica los catalanes normales les veo a todos comprándose un piso en Tordesillas, no les recomiendo ni Pozuelo ni Aravaca que está lleno de pulseritas, banderitas y gallitos "con tanque". 

Como dice mi amigo Alcides, falta palo, mucho palo.

Sanglier.







domingo, 15 de septiembre de 2013

CURRUTAQUISMO

Cuando se quiere opinar, y es obvio que casi todos quieren opinar, pese a lo cansado y a veces tedioso que resulta, conviene sacudirse un poco la pereza. Y que mejor forma de sacudirse la pereza que dedicar unas horas de calma y silencio a leer. ¡Cuántas cosas se descubren! Cuantos juicios deberían quedar en suspenso, hasta haber dedicado esas horas de silencio –el que las encuentre- a un poco de lectura. Siguen a continuación algunos ejemplos que deberían invitar a la prudencia a tanto currutacos, opinadores y botarates. Se refieren a la historia de España, y salen todos del mismo libro, que cualquiera puede comprar por cuatro perras gordas en una librería. Y falta hace, en este presente, y empezamos con los ejemplos, “de nacionalismos periféricos inventores de una nueva historia”, recibida por tanto perezoso botarate con ignorante, perezosa (hay que volver a utilizar la palabra…) y boba credulidad. Todos los subrayados, mayúsculas y énfasis –si cabe añadir algo con ellos a los textos que transcribimos- son de este pobre cepogordista. Vamos allá:

España, a finales del siglo XVIII, poseía la segunda flota mercante del mundo, la segunda cabaña lanar de Europa, la tercera potencia sedera y algodonera (teniendo en cuenta la importancia que por entonces tenía el textil) y se habían ya dado pasos en la metalurgia. Por detrás de España se encontraban la mayoría de países europeos, Prusia, Austria, Italia y, por supuesto, los países nórdicos y del este europeo. (…) En el siglo XVIII España era un país floreciente. (…). España estaba atrasada con respecto a Gran Bretaña, pero no comparada con otros países europeos. Como parte de su peso en Europa, España era la tercera potencia en poderío naval al doblar el siglo. Su marina era en número, tonelaje y armamento prácticamente igual a la francesa y se aproximaba a la inglesa, si bien ésta última aventajaba a las dos tanto técnicamente como en la formación de sus hombres.

“La guerra de sucesión no fue una guerra civil. (…). Guerras civiles fueron las carlistas del siglo XIX, pero no la de sucesión ni la de Independencia en 1808, que incluso quieren convertir ahora algunas tendencias “guerracivilistas”, de origen nacionalista, en también guerra civil, proyectando hacia el pasado situaciones del siglo XX, que tienen su propio contexto, muy diferente del mundo hispánico de finales del Antiguo Régimen.”

Y para acabar:

“Una vez más, y dado el hecho histórico de la honda interiorización que los propios españoles hacen de la visión extranjera –especialmente de la francesa en el siglo XVIII, ampliamente admirada por la élites hispanas-, merece la pena recordar los escritos de Maravall, Caro Baroja, Anes, Iglesias, etc., contra los tópicos esencialistas que atribuyen los reveses históricos al carácter, supuestamente el mismo a través de los siglos, de esta país. A la pereza intelectual y moral existente detrás de ese determinismo histórico, se suma la facilidad de tomar la literatura y los relatos de todo tipo al pie de la letra, sobre todo si se desconoce una historiografía crítica competente.”
*          *          *

Para que añadir más. Esperemos que los anticuerpos anteriores puedan contribuir un poco a parar, o incluso sanar, la enfermedad que padecen tanto peleles currutacos a los que deseamos con todo cariño una pronta mejoría. Desde luego el tratamiento ha hecho efecto en don Estrafalario que se encuentra cada día mucho mejor y reconciliado con la historia de España, país en el que vive, y a cuya mejoría espera poder contribuir un poco a partir de ahora, en el pequeño círculo de modesta influencia en el que puede actuar, al opinar en las tertulias del Casino libertad, con don Manolito, Alcides, Tato, Pomarada, Lentini Spotti, Argimiro e invitados.

jueves, 12 de septiembre de 2013

EXORCISMO

Dos diálogos entre don Manolito y don Estrafalraio.

1. Exorcismo

En el primero, don Estra congestionado empieza a soltar exabruptos contra España, cada vez mayores. Son los habituales. Síntomas del virus que le habita, de la intoxicación que todavía muchos padecen en España, aunque las vacunas son cada vez más eficaces. Esta terrible enfermedad empezó a incubarse en el 98, pero se convirtió en pandemia realmente con la transición española a la democracia. Incubada sobre todo por la incuria intelectual de la izquierda española, hace presa con pasmosa facilidad sobre el resto de la sociedad muy mal dotada de anticuerpos. Ataca a la capacidad de raciocinio, de comprender textos, de analizar resistiéndose a los tópicos, hace vulnerable en grado sumo a las leyendas, a las generalizaciones y sobre todo acaba incapacitando para la reflexión y el esfuerzo intelectual, pues los sustituye por dos o tres ideas fijas que el enfermo repite como un mantra, y alrededor de las que articula todo su discurso. Discurso que desde hace años es siempre el mismo, un falso diagnóstico para un imposible arbitrismo que requeriría modificar el pasado, y que conduce por tanto a la resignación, al derrotismo, a la frustración y al odio. Odio que puede llegar a ser verdaderamente irracional. En las fases de mayor agudeza, sin reconocerlo, el enfermo llega a disfrutar casi sexualmente con las calamidades que puedan azotar a España pues se interpretan como una confirmación de la enfermiza tesis.

Don Estrafalario fue picado en tiempos por la mosca progre. Don Manolito no se sorprende de lo que ocurre. Alcides Bergamota le tiene avisado. Habla de recaída y reprocha a don Estrafalario que se haya saltado el régimen y haya vuelto a las andadas. Ante un exabrupto mayor le interroga, seguro de que hay gato encerrado, agente externo: Stalin, no el padrecito, sino una conocida de apodo Stalin. Al verse descubierto, el ataque de don Estra sube de tono.

En la biblioteca de la casa que comparten en verano los dos amigos. Fuman tomando café, tranquila sobremesa. Libro, periódicos, algo de charla.

-            Buen tabaco este ¿no le parece don Estrafalario?
-            Desde luego, extranjero seguro…
-            Hombre… ¿Qué frase es esa? Sí, resulta que es de marca inglesa. La pipa ya se sabe. Pero piense que el mejor tabaco del mundo, el tabaco cubano no deja de ser una obra de España, una más.
-            No empiece con sus trucos, España está acabada. Es más, ¡yo afirmo que en España no cabe un tonto más!

Al pronunciar la última frase don Estrafalario parecía que se ahogaba, como al borde del colapso por un ataque de rabia salvaje y repentina. Don Manolito no perdía la calma.

-            Vaya. ¿Qué le pasa a usted hoy? ¿Ya empezamos otra vez? - preguntó don Manolito con voz tranquila.
-            Empiezo lo que me da la gana, sólo faltaba que entre tanto tonto no pudiera uno desahogarse... Sólo ha valido la segunda república, esos cuatro años dorados donde todo cupo…
-            Claro, claro, en el 31 nacieron Ortega, Marañón y Pérez de Ayala, crecieron deprisita y todo lo hicieron en esos cuatro años, del pañal al pantalón corto, del pantalón largo a la tesis doctoral… En fin. Por lo menos dice usted todavía España…
-            ¡En este país todo vale, todo es igual, yo lo llamo o no lo llamo!
-            Pero hombre don Estrafalario que se va a ahogar usted… Un poco de calma.
-            ¡Cómo quiere que me calme! No hay más que ruina, pelotas, enchufados y arribistas, en este país no se valora el talento, no triunfan más que los tramposos…
-            Ya está bien hombre – dijo don Manolito incorporándose un poco y empezando a preocuparse.

Podía tratarse de una recaída. Don Estra proseguía excitadísimo:

-            No tenemos más tradición que la barbarie, la incultura, la envidia y el cainismo, este país es una ruina; ruinas y polvo acumulados por una sucesión de fracasos sin fin…
-            Don Estrafalario, que se me están hinchando las narices. No voy a entrar a discutir. ¡Se ha saltado usted las prescripciones médicas, el régimen, la dieta! Así no hay forma.

Don Estrafalario hace un gesto rápido para esconder algo, un periódico que enrollado tenía sobre la mesa auxiliar a la izquierda de su butaca.

-          ¿Pero vamos a ver, que esconde usted? A ver a ver. ¿¡El País!? ¡Pero si lo tiene usted rigurosamente prohibido hasta que le den el alta!
-          El País es el único foco de cultura que hay en Esp… en este país, un polo de progreso y modernidad.
-          ¿Cómo? ¿Progreso, modernidad? ¿Quién le ha conseguido el periódico, a quien ha estado viendo?
-          ¡A nadie! En este país no hay cultura, en este país no hay belleza, ni letras, ni jardines, ni árboles, ¡¡PÁRAMO, PÁRAMO!! ¡Si no hubiera echado a los judíos! Lo único bueno en este país son los judíos, después nada… agh

Girándose hacia atrás, don Manolito habla por encima del respaldo de su butaca, hacia la cocina:

-            Antonia, esté al tanto que algo pasa, una recaída gorda, no se vaya hasta que yo avise.

Mientras tanto, don Estrafalario sigue accionando enrojecido, las palabras cada vez salen más confusas:

-            Ruina y páramo, la culpa la envidia, no se ha reconocido a los grandes hombres, en este país, ya lo decía Costa, biblioteca y despensa, en este país no se lee…Aggghhhglglgl!

Antes de acudir a remedios mayores y para determinar la intensidad de la intoxicación don Manolito acude a los ejercicios conductistas prescritos como parte de la rehabilitación. Levantando la voz se tira al ruedo:

-            ¡¡Calle y conteste!! Conteste don Estra, conteste, ¿Cuál es el mejor retrato de la historia de la pintura?
-            No, no aghh
-            Si, si, conteste, repita conmigo: el de Jovellanos que pintó Goya, repita!!
-            -No, si… -espumarajos -… si el de Jovellanos que pintó Goya…agghh!- varios espasmos sacuden a don Estrafalario, se le contrae la mandíbula, la piel se le pone verde y tirante.

Don Manolito cree poder atajar la crisis.

-            Y ahora, póngase firme, flexione, un, don, un dos, y repita conmigo mientras hace el ejercicio, “Jovellanos no traicionó, Jovellanos no renegó, Jovellanos no leía El País”, un, dos, un dos.
-            Si, si, Jovellanos no traicionó, Jovellanos no renegó…agghgh- nuevo espasmo sacude a don estrafalario que pone los ojos en blanco- ¡¡No, no, este país es una país de pancistas, de gañanes, no hemos aportado al mundo más que inquisición y exterminio de indios!!!

Don Manolito tiene que hacer un esfuerzo para serenarse y obligar a don Estrafalario a permanecer sentado. La cosa parece más seria que un simple ataque, estamos a punto de asistir a una verdadera recaída.

-            ¡¡Confiese Estrafalario, confiese!! ¿¿A quien ha visto usted, con quien ha estado, quien le ha suministrado la droga: ese periódico?? – don Manolito calla un momento, se le encienden los ojos- ¡Ya lo sé! ¡Con esa lagarta que le acecha, con esa predicadora del progresismo y el odio a España, con esa envenenadora! ¿Verdad?

La súbita calma de don Estrafalario y la sonrisa que se le pone en la cara le acaban de delatar. Se trata efectivamente de Stalin, no del padrecito, sino de Paqui la Roja, apodada Stalin, devoradora de titulares de El País, gran demagoga, especializada en la falacia lógica y en adoctrinar captando a sus víctimas por medio de su atractivo sexual. Don Manolito la identifica como la progre que ataca llevando los pitones sin correaje.

-            No me diga más, así que ha estado aquí Stalin otra vez, Paqui la Roja que lo torea a usted como a un borrico en celo, con sus artes de lujuriosa burguesa emputecida, esa hija de familia descarriada vendedora de la gran empanadilla ideológica, restos de nihilismo, islam, buenismo, destrucción, totalitarismo y folleteo, todo envuelto en ropajes de modernidad y avanzadilla...
-            ¡¡No hay más que fachas, señoritos y enchufados en este país de mierda!! ¡Y todos reprimidos! ¡¡Si reprimidos, castrados por la Iglesia y los curas que le voy a decir yo lo que son los curas en realidad…- por encima de la voz de don Estra suena la de don Manolito, ya alarmado:
-            Antonia, traiga corriendo las pastillas para el esperpento, que don Estra está en pleno ataque, las del bote grande de color Rojo.
-            ¡Fascista! ¡¡España no existe!! Es la opresora de sus regiones, España debe indemnizar a todas sus regiones por años de tiranía, por haber impuesto el español a sangre y fuego, por no tolerar la diferencia, por carecer de las perfecciones evidentes de nuestros vecinos, merece fracasar, quiero su fracaso, y así tendré razón, ¡¡aggghghghghghg!!
-            ¡¡Antonia rápido el mazo!!

En los estertores finales del ataque, don Estra traga a la fuerza las pastillas para el esperpento, bote rojo, antes de caer redondo, anestesiado por don Manolito que maneja el mazo con maestría, precisión y hasta dónde es posible, delicadeza.

Mientras don Estrafalario duerme ya tranquilo, don Manolito prosigue su lectura sin más. A ver si mañana madruga para ver aquella exposición, si no, no hay forma.