miércoles, 18 de enero de 2012

Pontevedra en palabras de Alvaro Cunqueiro, reconfortantes ahora que el invierno aprieta.

Por veces me tienta atribuir ciertas ciudades a una estación del año; hay ciudades que son del dorado otoño, como un vino de Borgoña, y otras ciudades las doy al estío o al invierno. Pontevedra, como Florencia y el albariño de Arbo, sea por siempre para la primavera. Pero —¿por qué no hacer más sutil el calendario?—, para la primavera romántica. Para la primavera romántica de la deliciosa aguada de Pietro María Baldi. Nunca he visto más bella a Pontevedra, y me place imaginar que también la encontró hermosa Cosme III de Médicis en aquella mañana del marzo de 1669: cuánto más que el río Lérez tiene el color mismo de los ojos de las pálidas y frías princesas de Orleáns...
«Pontevedra», Faro de Vigo, 18 de noviembre de 1950.
En El pasajero en Galicia, p. 168.


TODO TIEMPO PASADO


Respecto de la foto de un poco más abajo y del título de la entrada que se refería a una España mejor, queremos hacer una aclaración para que cesen ya los ataques y las agresiones de que estamos siendo objeto por parte de la horrenda muchedumbre que vigila con saña todo lo que en este modesto rollo se anota… No queríamos decir que todo tiempo pasado fuera mejor, no caemos en simplezas como esa, sabemos que de todo hay y no negamos que en algunas cuestiones se ha avanzado y hasta mucho. Sólo nos referíamos a que detrás de la sonrisa maravillosa de don Alvaro, de la terciada y más escondida de don José y de las gafas de don Gonzalo se encuentra tres obras literarias como tres castillos que son un regalo para quien sepa y pueda leerlas. Y preferimos esos tres monumentos literarios, con los que hemos pasado horas de verdadero gozo, sintiéndonos habitantes del mismo país, a las obras que nos ofrecen ahora, las de periodistas y divulgadores con poquito que decir. Les ahorramos nombres. No nos ataquen más, no, que no todo tiempo pasado fue mejor, lo sabemos.

(por cierto que los tres tienen aspecto limpio y nos gustan la pulcritud, el corte de los pantalones, la chaqueta de punto amplia, las americanas más ceñidas, la corbata sin mayor importancia, los cigarros en la mano, la ausencia de ropajes semideportivos, de telas supersónicas y licras de colores chillones).

lunes, 16 de enero de 2012

VIEJA ZORRA PLATEADA


DIVAGACIÓN

El cepogordista ha encanecido, algo, la mirada se le ha vuelto más aguda, algunos días la expresión es vaga, contemplativa, como si las cosas tuvieran menos importancia, como si todo fuera… otra cosa. No sabe del todo. El cepogordista, acompañado por sus fieles cigarros, la marca y el cepo que fuma apenas fallan, se ha cargado de algunos años y de repente, de tarde en tarde, se pone a pensar y mira como a lo lejos. Le ha llegado la edad en que, como al escritor, le gustaría durante un tiempo echarse el morral al hombro y andar por los caminos durante un par de semanas, un par de meses tal vez, por los caminos de aquí, por España. Echando un caldo de vez en cuando, compartiendo el tabaco, encendiendo hasta una farias ensabanada, fumando sentado, apoyado en un mojón, en la cuneta de una carretera comarcal sin tráfico.

El cepogordista no debe dejarse atrapar por la actualidad, aunque también él tiene sentimientos, y hasta una cabeza que funciona, y se enfada, se entristece ante el panorama, se siente impotente y mudo, como maniatado, y le gusta de vez en cuando dar unas voces… por escrito, eso sí, porque no es hombre de acción, lo retiene una gruesa cadena, y lo rechaza un cuerpo social que lo tiene, a él, por anticuerpo. Pero decíamos eso, que el cepogordista sabe que no debe además, sufrir el castigo de verse absorbido siempre, por una actualidad pública que le mira con indiferencia, que se desarrolla desdeñosa de espaldas a él. Al menos no siempre. Por eso el cepogordista recuerda que el mundo es otro, que la vida es hermosa y que Dios está en todas las cosas y es al hacerlo cuando se ensimisma y su mirada se pierde vagando sobre las cosas, pero observándolas con qué amor y detalle, como queriendo retenerlas, recrear su belleza para siempre. Y se acuerda sonriendo del poeta Péguy, recordando aquello de que Homero tiene más vida que nuestro periódico de la víspera…  Imagina luego al poeta con su uniforme de oficial todavía decimonónico, al poeta que cantó a Juana, la bella lorenesa, el misterio de la caridad de Juana, cayendo en combate, en el verano de los campos de Francia, de sol húmedo y hierba tupida, densos, grasos, suaves.  Las ideas se le han soltado y ya está de charla con don Alvaro, que detrás de sus gruesas gafas, con traje gris, corbata, un aire entre grave y tímido, de sonrisa retenida, mira y evoca al mirar: el mar, la campiña lucense, el camino, los amores del trovador, las cantigas del Rey sabio...

Iba el cepogordista a hablar de actualidad, para dejar puesta la excepción a todo lo dicho, pero otro rato será, que se acuerda ahora, no sabe por qué, de Francisco de Aldana dando la vida en Alcazarquivir y piensa cuanto le hubiera gustado conocer al cortesano, al poeta, al hermano de su hermano Cosme, al soldado que de sí mismo dijo aquello de “sayo de hierro acá yo estoy vistiendo,/ cota de acero, arnés, yelmo luciente,/ que un claro espejo al sol voy pareciendo.” Como decía aquél hombre alto de bigote y chistera, la próxima semana hablaremos de… ya veremos de qué. 



EL QUINTETO DE LA RISA

¿DE QUE SE RIEN ESTOS CINCO?
De los parados, de los analfabetos funcionales, de los abortos, de los idiotas que pagamos los impuestos para que ellos vivan sin hacer nada bueno, es decir de los "magníficos resultados" de su gestión durante los últimos treinta años bajo el ala protectora de Su Majestad, ese santo varón.
Claramente se ríen de todos los españoles porque están por encima de lo que ellos creen que es el bien y el mal.
Merecido nos lo tenemos.

González, Rajoy, el Rey, Zapatero y Aznar. | Afp


viernes, 13 de enero de 2012

POLITICOS, LA CASTA A COMBATIR


Rita Barberá: 'Un bolso de Louis Vuitton es un regalo habitual y no es el más caro'


Este titular tomado del diario El Mundo de hoy es fiel reflejo del despropósito de la clase política contemporánea.
Hasta que no se acabe con una clase política engolfada en el gasto y la  idiotez los problemas que padecemos no tendrán solución.

No es demagogia barata ni se trata del PP, del PSOE o del famoso "y tu más", de lo que se trata es que los políticos profesionales se han hecho con el Presupuesto y tras hurtar la soberanía a los administrados se dedican a vivir gastando el dinero de los demás a manos llenas.

En una España con mucha gente pasándolo mal, en una Europa medio quebrada (por culpa esencialmente de los políticos) y en un mundo lleno de muertos de hambre, esclavos y prostitución infantil a cambio de comida, la Sra Barberá , muy digna ella, dice que un bolso de Vuitton es una nadería... claro acostumbrada a gastar lo que no tiene y a patrocinar toda serie de dislates con el dinero de los demás..

La mejor condena a todos los políticos consistiría en obligar a devolver lo que han robado y  gastado indebidamente así como los regalos y prebendas recibidas, pero eso si trabajando en el mercado libre, sin poltrona, sin apoyo político,sin nada,..vendiendo pollos o redactando demandas, a pelo.

En tal caso me gustaría ver cuantos bolsos compran, cuantos coches conducen, cuantos champagnes beben..

Estamos en manos de unos mierdas a los que les hemos dado la llave de la caja, la culpa la tiene el ciudadano que no tiene narices para levantar una pica, alzar una picota, embrear a un político o liarse a guantazos contra tanto mangante y sinvergüenza.

La falta de casta está matando al hombre moderno que se somete, sin remisión, a ser un obediente esclavo que produce, paga impuestos y consume lo que puede.

Sanglier.