lunes, 14 de noviembre de 2011

Cosas del segundo número: dos años de bote (hoy convertidos en humo)


Dos años de bote formado con las compras del Círculo
(aportación económico estadística del Sr. Tesorero)



09/10/2007
20/02/2008
16/07/2008
03/12/2008
29/04/2009
13/07/2009
25 HABANOS CON LAS SIGUIENTES DIVISAS:

2 SAN CRISTOBAL DE LA HABANA.
2 VEGA ROBAINA.
2 REY DEL MUNDO.
3 BOLIVAR.
2 HOYO DE MONTEREY.
4 SANCHO PANZA.
1 RAMON ALLONES.

1 ROMEO Y JULIETA.
1 PARTAGAS.
2 FONSECA
1 PUNCH
1 MONTECRISTO
1 RAFAEL GONZALEZ MARQUEZ.
2 H UPMAN.

Cosas del segundo número. Pato con melocotón y gengibre.


PATO CON MELOCOTON Y GENGIBRE

1 pato.
3 cu. soperas de finas escamas de jengibre.
3 melocotones amarillos (pueden ser en conserva).
3 dl. de vinagre de vino.
100g de azúcar.
Pimienta negra.

                Asar el pato como si fuera un pollo.


Para la salsa:
En un cazo se hace un caramelo con el azúcar y la mitad del vinagre. Dejar enfriar y añadir el resto del vinagre, el jengibre, la pimienta y los melocotones partidos en cuadraditos. Cocer 5mn. y poner alrededor del pato trinchado.

Bon profit.

Cosas del segundo número. Un verano.


Crónica estival mundano Purera



La temporada estival se anuncia con la celebración de las corridas de San Isidro. Suelo acudir a ellas. Allí trato siempre encenderme un puro pero no es tarea fácil ya que las dos horas del espectáculo están acompañadas por una abundante merienda y es imposible aliar el tabaco con la comida. Si lo hago se trata siempre de una Faria que me fumo antes de entrar en la plaza, considero que es un tabaco perfecto para la ocasión (corto y seco) se fuma rápido; vamos que es mejor no traerlo a mi Palco tan chic.

El mes avanza y se anuncian las bodas. Ese si que es un buen momento para degustar uno. En una de las bodas muy "comme il faut" (Jerónimos-Ritz- Chaqué) los hermanos de la novia tuvieron a bien traer tres tamaños de cigarros. Haciendo uso de mi rango en el Círculo del Humo Azul, escogí el reservado a los fumadores profesionales. Un tamaño Churchill de Romeo y Julieta reserve. Sólo se me apagó una sola vez en las dos horas de fumata, dejando el pabellón bien alto; seguramente no tenía andullo. En otra boda de este verano en el Escorial la cosa fue más clásica. Sólo se ofrecía el clásico Montecristo. Aquí también hice valer mis dotes como fumador y no se me apagó ni una solo vez, al contrario de mis vecinos de mesa. Buena tradición que es de servir unos puros en acontecimientos nupciales.

Un día con la calor apretando también de noche, un señor me ofreció acompañarle a cenar con dos señoritas (de buena educación) al club de Puerta de Hierro. Tras acabar los postres (para mi siempre un coronel) concluimos la velada con licores y puro. La cava esta bien vacía así que el maître nos facilitó lo poco que quedaba y optamos por un Punch. Buena terraza tiene este establecimiento en verano.

                Un fin de semana me baje a Sotogrande donde fui a cenar al Real Club de golf frente al Drago (ver grabado de M. de Roux). Allí me presentaron a un señor con una camisa habanera que nos dijo que un amigo suyo le invitó al Caribe para su cumpleaños. El atuendo debería ser vestido por los miembros del Círculo, ya que lleva incorporado un bolsillo del tamaño de un puro. Con el smoking cap remataríamos el conjunto.

                Entrando agosto me refugio en la campiña y allí siempre tengo puros que me facilita un amigo. El es el maître en los cócteles que se sirven en la Zarzuela. A Su Majestad La Reina al terminar las recepciones le gusta reparar con mi amigo, ya que los dos hablan alemán, y le ofrece cada vez que se lleve los puros sobrantes. El no fuma, así que heredo el presente Real del que hago buen uso. La cosecha es muy variada y gustosa haciendo fácil la elección del habano a consumir en el silencio de la noche.

                A la vuelta del estío sabiendo de una amiga que tuvo una operación quirúrgica y que todo había salido bien, fui al estanco mas cercano; concretamente la Expendeduría nº 99 de Madrid para hacerme con un puro y fumármelo en su memoria. No había gran cosa así que opte por un Condal Canario tras hablar con el estanquero. Me despedí de el y me fui a fumarlo a un bar. Al rato apareció el estanquero y seguí la conversación. El, viendo mi interés por los cigarros, me advirtió que el acto que estaba haciendo en este local ya no podrá hacerse con la nueva ley del tabaco. Me indicó que poseía una cava para seis personas debajo de su estanco y que, a cambio de traer unas botellas de vino, el nos dejaba su espacio para el disfrute. Quizás ya entrado el invierno podríamos hacer una visita a las catacumbas de la plaza del Ángel.



Capi.

Cosas del segundo número - La caja de habanos de J.M. Barrie

Es una ilustración de Prendergast.

Cosas del segundo número


El Segundo Número

La visión de una señora o de un grupo de señoras agradables a través del perfume y del humo del tabaco de La Habana, contribuye a hacer pasar la vida.
Josep Pla. El Cuaderno Gris. Un dietario.

He encontrado siempre inaguantable y superior a mis fuerzas hacer un esquema o un proyecto de nada. Ni en la vida ni en los libros ni en un simple artículo he sabido bien nunca lo que iba a hacer.
César González-Ruano. Memorias. Mi medio siglo se confiesa a medías.

            Si en el primer número empezamos con unas palabras del doctor Johnson sobre la amistad, para este segundo acudimos a dos españoles. Nada más natural tratándose de tabaco y de una gacetilla tabaquera, Cepo Gordo, a la que le va como anillo al dedo, además, eso de la ausencia de planes.
           
            Nos asombra ver que de verdad tenemos entre manos un segundo número, con más contribuciones que en el primero. Esto es lo realmente extraordinario.

Se dan algunas coincidencias graciosas. Aparecen la crónica y el artículo taurino con varios artículos sobre el asunto. Pla se está en varios artículos. Se da continuidad al recetario, se consolidan los ecos de sociedad, la crónica jurídica y llegan las primeras cartas al director. Finalmente, una mención a las ilustraciones. Algunas, las menos, pertenecen a los fondos de las colecciones de nuestros patrocinadores, mecenas y colaboradores. Les agradecemos en esta nota sus cuantiosas contribuciones a fondo perdido, su financiación desinteresada, en definitiva, su generosidad, cualidad que debe alabarse incluso en gentes poseedoras de fortunas dignas de un cuento de las mil y una noches. La mayoría sin embargo las tomamos inocentemente prestadas merced a la tecnología digital, pensando de buena fe que se encuentran en dominio público, y libres de derechos. Una nueva coincidencia, puesto que se publicaron en su día para ilustrar varios de los libros que Sanglier cita en su artículo. Por encima de todos ellos, sirva este número para rendir un homenaje a M.B. Prendergast, autor de la mayoría de las ilustraciones con las que podrán Vds. deleitarse. Nuestro articulista cita a James Barrie, autor de Peter Pan. Barrie fue también autor de un libro llamado My Lady Nicotine, al que pertenecen las ilustraciones humeantes de Prendergast. Cepo Gordo se propone entregar a sus lectores una traducción del libro, a capítulo por revista. El libro recibió a su vez el homenaje indirecto del cantante franchute Gainsbourg, una de cuyas canciones se titula My Lady Cocaine. El hombre es que le daba una vuelta de tuerca a casi todo[1].

Les dejamos con el segundo número, haciendo votos para el tercero. Aconsejamos que lo lean fumando el tabaco de la Habana que prefieran y si no es de su agrado, la gacetilla, que la utilicen para encender el próximo.


[1] La ministreja no merece ni una línea completa. Aquí se queda.

jueves, 3 de noviembre de 2011

VERANO


De la estancia asturiana, aparte de los paseos al monasterio cercano, me quedo con una visita a Oviedo y con la Iglesia de San Bartolomé. La catedral de Oviedo y la visita a la cámara santa nos impresionaron mucho. Conocía la voladura de 1934, pero no con el detalle con que nos la contó la persona que despachaba las entradas. En aquel edificio parecía respirarse algo así como la esencia de España, la Reconquista, los reyes de Asturias, la religiosidad y la piedad, pero también, al tener presente lo de 1934, la ignorancia y el odio irracional de que somos capaces. Tuvimos incluso un momento de recogimiento frente a un Cristo medieval, de apariencia más tosca que la escultura posterior, pero expresando el dolor y el sufrimiento con una viveza tremenda.

La iglesia de San Bartolomé se veía desde la casa dónde estábamos alojados, que la dominaba por estar la casa en la parte alta de una ladera y la iglesia en la baja. Es una iglesia sencilla, rodeada de una arboleda frondosa que la esconde hasta el punto de que no se la ve desde la carretera principal, con los muros exteriores encalados, salvo las esquinas donde se puede ver la piedra de sillería, rodeada de un alero porticado como muchas iglesias asturianas, supongo que para protegerse de la lluvia. Sobre el tejado una gran espadaña con tres campanas. Creo que es de una sola nave. No pudimos verla por dentro por estar cerrada, aunque sus campanas marcan las horas, por medio de algún mecanismo que las hace sonar de forma automática. Enfrente de la Iglesia, casi pegado pues sólo les separa el pequeño camino que sube hacia el monte, un pequeño cementerio, un cementerio pueblerino. La puerta está abierta por lo que si que pudimos verlo y rezar un momento por los difuntos. La iglesia tiene un banco de madera muy cerca, desde dónde se la puede contemplar, con los árboles y el valle al fondo. Convertimos el banco en pequeño cuartel general para las sobremesas, yo instalado con libro y los niños y O. yendo y viniendo a voluntad, hasta la hora del paseo. La iglesia, el paisaje, húmedo y verde, de nubes bajas, cerrado en su valle, las campanas, el pequeño cementerio, el silencio y el inmenso ruido de la naturaleza circundante (grillos, cencerros, aleteos y hasta el grito de lo que me pareció un azor o un gavilán, instalado por los alrededores), todo invitada a la serenidad y a la meditación. Al menos al recogimiento.

Doctor Freire de Vasconcelos: unos apuntes del 2009

El Tato está en las últimas páginas de un novelón de Henry James extraordinario, entreverado de alguna páginas de historia de España y de artículos de García Morente, entre otros uno extraordinario sobre el centenario (por las fecha del artículo) de Mr. Pickwick. En el artículo se establece una comparación entre Mr. Pickwick y don Quijote fantástica. Recordemos que Mr. Pickwick algo tiene que ver en la fundación de nuestra pequeña y renqueante institución. Creo que el resto de nuestros amigos y co-circulistas ignoran todo del personaje, de Mr. Snodgrass, de Sammy Weller, etc. Tal vez habría que empezar por ahí. Abrir todas las sesiones con un párrafo de los Papeles Póstumos...

Lectura ayer de Hayek, los Fundamentos de la Libertad, y de Henri James, las Bostonianas. Leer a Hayek en la España del 2009 es un ejercicio de masoquismo. También lo es leer, por ejemplo, a Victor Klemperer si se lee pensando en lo que están haciendo los nacionalistas en varias regiones españolas. Pero es un masoquismo muy necesario si se quiere estudiar el problema y encontrar soluciones.

Juzgados de la plaza de Castilla. El ambiente es completamente distinto al habitual. Una vuelta atrás a los tiempos de la facultad. Podría calificarse como ambiente facultero. Hasta la propia estructura del edificio, su suelo, las paredes, las escaleras, los tablones de anuncios, son similares a los de la vieja e impersonal facultad de derecho. Las personas que deambulan por sus pasillos parecen los mismos figurantes que daban a la facultad ese ambiente de barrio bajo, tosco y basto hace años. Siluetas gordas y deslavazadas, perfiles contrahechos, andares cojitrancos, miradas vagas, belfos colgantes, trajes mal cortados, zapatos de cartón, susurros, corrillos, asuntos, murmuraciones, picaresca. Y sin embargo es la vida real, oscilando entre la mísera e inútil facultad de derecho y aquella escena del pleito contra Mr. Pickwick en el que se le van ofreciendo testigos falsos mientras se dirige a la sala del juicio.

Atentamente les saluda, expreçoes,
Dalmaçio Dalmeida y Freire de Vasconcelos
Funcionario de Segunda Clase Jubilado.