sábado, 18 de julio de 2015

Una calle de MADRID

El choriceo y las tiorras, los quinquis pijos y ahora munícipes, las verduleras y los horteras de pescadería embadurnados de los lugares comunes del tiempo, nos quieren convencer, con su veneno progreta, con sus greñas y pelambres, con su ponzoña y su infamia, con camisetas sin mangas y sus chancletas de velcro, con su soberbia internacionalista y sucia, de que España es como ellos, basta, tosca y roma y peor aún impersonal, superficial, mediocre y al paso. No discutiremos hoy la cuestión. Sólo daremos una evidencia gráfica de lo contrario. Ahí va.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

SI QUIERE ECHAR SU CUARTO A ESPADAS, YA SABE AQUÍ. CONVIENE QUE MIENTRAS ESCRIBA ESTÉ USTED FUMANDO, CIGARRO O INCLUSO PIPA.