martes, 13 de marzo de 2012

A VUELTAS CON EL 11-M - II

En mi entrada de ayer comentaba las lamentables declaraciones del Fiscal General del Estado a propósito de la investigación del 11-M.

Mi crítica se basaba en la doblez que mostraban las manifestaciones y el uso de términos equívocos y conceptos dudosos para emborronar aún más el muy embrollado asunto.

Resulta revelador el artículo publicado hoy en el diario La Gaceta por D. José María de Pablo, abogado penalista y autor del ensayo "La Cuarta Trama". 
Este señor, que conoce el asunto en detalle por haber participado en el proceso en calidad de abogado, aclara que la investigación judicial del 11-M se mantiene abierta en un procedimiento aparte dónde en teoría se siguen investigando los numerosos vacíos que no se lograron llenar en la instrucción del caso. 

Siendo esto así se entienden aún menos las declaraciones de ayer del Fiscal General. O bien desconoce la situación procesal del asunto, lo cual sería muy grave ya que se trata de una de las cuestiones fundamentales en la España actual, o bien lo conoce y calla, lo cual es aún más grave todavía.

Si existen diligencias abiertas y surgen nuevas pruebas (como el foco hallado hace pocos días) ¿porqué se nos habla de una "verdad jurídica" y se esgrime  el principio de "cosa juzgada" como el sonajero de un médico de la tribu africano?.

A la luz de estos hechos y tras la oportuna explicación del abogado José María de Pablo, nos parece que se confirma la sensación de encontrarnos ante un supuesto de manipulación dialéctica con la clara intención de despistar y "marear la perdiz".

El problema es que el 11-M es un asunto muy grave y de hondas consecuencias políticas y jurídicas. Prestarse a tapar la realidad, aunque fuera con buena intención, cosa que dudo, no puede conducir más que al desastre.

La Historia nos demuestra con machacona insistencia que todas las veces que se ha tratado de tapar o esconder una verdad, el asunto siempre acaba dando la espalda a los manipuladores y se termina manifestando de forma inesperada e incómoda.

Las víctimas, los españoles de bien y todo aquel que posee un mínimo sentido de justicia, se merecen que se diga la verdad y se expliquen las cosas con claridad y rigor.

Todo lo demás no hará sino agravar una situación que al día de hoy se nos antoja insoportable.

Sanglier.

2 comentarios:

  1. Mucho nos tememos, querido Sanglier, que esto sea un episodio, el más grave y terrible, de una forma de hacer política de este régimen que prácticamente se estrenó con otro atentado, el de Carrero Blanco, que a día de hoy sigue también sin resolver. Fue la ETA, bien, pero con ayuda de quien, con que información, con que complicidades, quien idea la cosa, como es posible que cavaran dónde lo hicieron durante meses... Hasta la fecha se ha corrido sobre el asunto el mismo velo con el que se pretende enterrar el 11-M.

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  2. No le falta a usted razón, mi querido amigo anónimo. Lo que tiene de grave el 11-M y que a mi juicio supera al asesinato de Carrero es que en aquel caso se trataba de un magnicidio cometido en el seno de una operación de cambio de régimen. El 11-M es el sacrificio de más de 200 vidas anónimas para generar un estado de opinión y dar un vuelco electoral. No se trata de poner en la balanza 1 muerto vs 200 muertos, no son criterios de chacinería, sino que el hecho encierra un profundísimo desprecio por la vida y el destino de un pueblo entero, algo siniestro. Carrero era molesto, Carrero dirigía los servicios de información y Carrero, como todo militar, llevaba la muerte prendida del empleo. Los españoles e inmigrantes "anónimos" de los trenes fueron carne de cañón, un puro expediente de sangre y huesos. Por si fuera poco, la campaña que orquestó el PSOE y sus ramificaciones y el silencio lamentable del PP, así como el mutismo de Zarzuela bañan todo de un tinte siniestro particularmente apestoso.
    Sanglier.

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