viernes, 20 de junio de 2014

PROCLAMACION DE FELIPE VI - NOTAS DE COLOR CON LA MEJOR INTENCIÓN

Ya tenemos un nuevo rey de la dinastía Borbón en el trono de España. 
Le deseo, de todo corazón y por la cuenta que nos trae, la mejor de las suertes y el mayor de los éxitos en la compleja singladura cuya primera etapa concluyó ayer.

La proclamación de Felipe VI ha tenido sus luces y sus sombras.

No tengo ni idea de quién asesora al nuevo rey (me imagino que alguien lo sabrá) pero si sé que algunas de las decisiones que se han tomado en la preparación de la liturgia de la proclamación no me han parecido acertadas.

Me parece mal que la proclamación se haya organizado con un carácter marcadamente laicista, no laico, repito, laicista. La palabra prohibida (Dios) no ha figurado en ningún sitio, ni se han visto cruces, ni biblias, ni misas, ni bendiciones, ni Te Deum, ni nada de nada de nada.

La Corona Española está indisolublemente unida a la Iglesia Católica Apostólica y Romana, poner esto en cuestión resulta tan ridículo que no me voy a detener ni un segundo en argumentar mi afirmación.

Me parece un error muy grave el comenzar un reinado jugando con los símbolos y los lenguajes. Lo de la "monarquía laica" no existe, al menos en España, olvidar la Historia es siempre un error y el guiño permanente a una modernidad inventada por los enemigos de la monarquía y de España sólo puede tener consecuencias desagradables.

La segunda cuestión sumamente dudosa es la alusión a las Comunidades Autónomas en la fórmula del juramento. Entiendo que es un guiño a las "nacionalidades" pero es un guiño innecesario y tonto. La prueba es que Arturo Mas y Urkullu no sólo no aplaudieron el guiño sino que mostraron su peor cara de nenes enfurruñados (tenían que hacer su papel ante su público, no cabe duda). Las Comunidades Autónomas son una forma de organización del poder territorial, nada más, ni son naciones, ni nacionalidades, ni patrias, ni "pollas en vinagre" (pequeño homenaje a Leguineche) así que su alusión/inclusión en el juramento estaba de más.

La tercera cuestión y ésta si que es interesante (me gustaría saber quien ha asesorado al monarca en su elección y cuales han sido los motivos) es la elección de su guión y escudo de armas.

Analizando los escudos de armas de Juan Carlos I y de su heredero y actual rey Felipe VI se observan 2 cambios que no son menores y que me barrunto no son fruto de la casualidad ni de la distracción. Uno es la eliminación de la cruz de borgoña-San Andrés, el otro es la eliminación del yugo y las flechas de los Reyes Católicos que fueron los inventores del tinglado que ha heredado el rey.

No sé si el/los facedor/es de este escudo simplificado y de dudoso gusto han caído en la cuenta que no han parido sino una versión borbónica del escudo de Amadeo de Saboya (¡lagarto!, ¡lagarto!)...y digo versión borbónica porque la única diferencia esencial entre uno y otro es la substitución del escuson con las armas de Saboya por el escusón de azur con tres flores de lis y bordura de gules, propio de la casa de Borbón.

Para que vean que no me invento nada, reproduzco a continuación los escudos de Amadeo y Felipe "codo con codo"...en fin yo hubiera evitado comenzar el reinado con este gafe, más aún tratándose de un italiano...y sabiendo cuanto masón hay hoy suelto por España...


Armas de Amadeo de Saboya "el breve"
Armas de Felipe VI "la gran esperanza"

Para que los lectores que piensan (y me han dicho) que solo veo las cosas negativas, pasaré a comentar lo que me ha parecido más encomiable y digno de aplauso.

Lo mejor, hasta ahora, ha sido el discurso ante las Cortes. 

El discurso con las salvedades que luego reseñaré, deja, a mi juicio, dos cosas claras; la primera que el nuevo rey reina pero no gobierna y que quién tiene que hacer las cosas desagradables que todo el mundo espera es el ejecutivo (mensaje a Mariano "el tardo") y la segunda que el nuevo rey va a encarnar un nuevo tiempo de austeridad y seriedad en la institución como espejo para el resto de las instituciones del Estado.

Con ambas cosas debo de estar de acuerdo, sólo pido que Felipe VI tenga la energía y el carácter de llevar a cabo lo que ayer solemnemente declaró. Su padre prometió mucho y luego hizo lo que hizo. El nuevo rey tiene un enorme voto de confianza y el crédito del recién estrenado. 

Del discurso, dos notas negativas. Una, la alusión a las lenguas. Lo anecdótico y un poco cursí fue la alusión a Machado, Espriú, Aresti  y Castelao (porqué esos y no otros..vete tu a saber). Lo menos anecdótico y mas grave conceptualmente es hacer concesiones a la ideología separatista que ha hecho de la lengua un arma arrojadiza de exclusión social.  ¿No iban por ahí los tiros? pues entonces se redactó mal esa parte del discurso porque se entendió en clave guiño a las otras "nacionalidades" y el binomio lengua-nación amén de ser falso es una creación de lo más siniestro del separatismo nazionalista.

Aún y así me barrunto que lo que escuchamos ayer no es para quejarse mucho ya que dicen las tertulias que en las cocinas doctrinales de la casa del príncipe (hoy rey) se recibió y rechazó la idea de hacer el discurso en versión multilingüe salpicada con párrafos enteros en cada lengua regional. 

Me temo que algo de verdad hay en estos rumores porque en su artículo de opinión  publicado en la edición de hoy de el diario El Pais, Antonio Caño, director de esa publicación, dice textualmente "pero sin duda causó frustración en otros círculos -se le había pedido, por ejemplo, utilizar todas las lenguas que se hablan en España-.."  

No me extrañaría que tan folclórica y malintencionada sugerencia viniera de los mismos ambientes que frecuencia la inteligentsia de esa publicación desde la que tanto daño se ha hecho a la reciente historia de España y me congratulo al comprobar que los asesores del nuevo rey no han caído en la tentación de comprar ese progre-producto.
 
En fin, inaugura Felipe VI su reinado bajo las sombras y frente a un mar embravecido. 

Cuenta con el apoyo de muchos españoles de bien. A su alrededor el gobierno de la inmovilidad (*) y de los omnímodos abogados del estado, las comunidades levantadas, las lenguas impuestas, los militares desaparecidos, la cultura en mínimos, los medios entregados a la revolución contracultural, las putas que les van a poner taxímetro para cobrarles la cuota  y los abortos que no paran... en fin no hereda un panorama mejor que el que heredó su padre del re-instaurador FFB (el innombrable)...al menos tiene la ventaja de que hoy casi todos se han quitado la careta y nunca podrá decir que no tiene claro que piensa cada cual y con quien se juega los cuartos.

En fin, mucha suerte, valor, al toro, que Dios nos proteja y....no se olvide majestad ¡Santiago y cierra España! ...aunque no haya habido misa de proclamación.

Sanglier.

(*) Por cierto, a ver si alguno de los asesores monclovitas le explica a Mariano que cuando suena la marcha real, uno, máxime si es "el president" se pone recto, a poder ser en posición de firmes y como mínimo se juntan los pies y no se está como "la Pascuala en el sembrao" que no se sabe si le ha picado una mosca o se le ha roto el refajo.
                       

domingo, 15 de junio de 2014

Se acusaba a Alcides Bergamota de haber vaciado alguna que otra botella de Viña Pomal a morro, lo cual según confesión del interesado es completamente cierto. Algo que ocurría en fecha muy señaladas, sobre todo en las de bullicio y movimiento de la familia moderna. Se libró del alcoholismo por pelos. Gracias al cigarro puro de gran calibre que al noquearlo con violencia impedía que bebiera más de la cuenta. También se ha hecho notar su preferencia muy marcada por Truman Capote, el novelista norteamericano, lo cual es nuevamente cierto. Un tío como no hay dos, un condensado de lo que somos, de la gran ciudad y un poeta. Una pena que no conociera el Viña Pomal. Aaaaghh …



sábado, 14 de junio de 2014

NICANORA

Atardecer de tormenta, un aire cálido juguetea por el jardín sobre el que se cierne la penumbra del anochecer.

- Si, hazme tuya, ya noto tu fuego.
- Allá voy, como en las novelas.
- Como las princesas raptadas, llámame princesa…
- ¡Princesa!
- Tiemblo…
- ¡Si, si, princesa Nicanora!
¿?
- Nicanora no puedo más, no voy a dejar ni el carné de identidad, te vas a enterar…
- ¿Pero cómo que Nicanora? 
Calla sultana…
¿Sultana? ¿Nicanora? – mete el codo- pero yo esperaba algo.., no sé más romántico, más, otra cosa, …
- No me frenes Nicanora que me pierdo... 
Pero bueno, quita, con lo que me gustaba lo de princesa, princesa Jocelyne… que se yo, Sigrid, Rosebud… 
¡¡Pero Nicanora que me cortas las alas con tanto recelo!!
Calla quita –ahora hinca el codo con mala idea- ¡Nicanora! Y esos giros de arriero…
- A lo mejor preferías Teofrasia… 
Miserable, con lo lanzada que estaba, el fuego, la pasión, me sentía ligera... ¡Largo! - jugando con el codo le derriba cayendo encima-. 
¡Pero que ligera! Si pesas 100 arrobas, un quintal. ¡Claro que me voy! Quita de encima, ¡¡Mafixio!!


La condesa se despertó tocando con las yemas de los dedos la fresca marquetería de su mesilla de noche Decó, única concesión a la modernidad en su magnífica casa Carlos IV, la Bombonera.

miércoles, 11 de junio de 2014

EL AMIGO PULARDO: Pulardo en los toros.

Pulardo, ¡Amigo Pulardo! El amigo Pulardo zumba como un moscardón alrededor de la plaza de toros. Hay corrida ahora, en un rato. Vuela sobre sobre sus lustrosos botines, crujientes y diminutos, trota saludando. Saluda de cerca, con una palmada en el hombro, un leve apretón en el antebrazo, incluso con un rápido y sonoro abrazo. Y también saluda de lejos, con la mano en alto, con grandes aspavientos en medio del gentío que rodea la plaza. El gentío que hinchando los papos levanta el runrún de un millón de pájaros, como si la plaza fuera el palomar de un gigante y los miles de espectadores fueran a levantar el vuelo de un  momento a otro. También saluda, más lejos aún, a los conocidos que bajan en tropa desde los cafetines de la Avenida de los Toreros, a los que identifica con una vista que es de águila para estos menesteres. Les ve bajar cautelosos las escaleras que les acercan a la puerta de arrastre ante la  que se forman los corrillos postineros. El amigo Pulardo les echa el ojo y desde Fleming agita ventrudo y zumbón su sombrero de jipijapa, acompañado por los amplios vuelos de su chaqueta de lino blanco o de su blazer azul marino de dorados botones, según el día. ¿Cómo resistirse a quedar en Fleming? ¡Quedamos en Fleming! No hace falta decir más. A veces surge el escándalo. Un joven con aspecto distraído le pregunta el otro día señalando al doctor si es ese Bienvenida –ha quedado en esa estatua- y al amigo Pulardo casi le da un telele. Es Pulardo propenso a teleles y soponcios. El amigo Pulardo está rebrincado, no cabe en sí de gozo, no se tiene en el sitio, ventea el ambiente como un perdiguero viejo, se barrunta el lleno de no hay billetes. Ya trota el amigo Pulardo hacia la puerta, le gustaría llevar la entrada en la boca, como el perdiguero viejo en el que sueña a veces que se ha convertido, en alguna noche de esas de calor y mal dormir, bajo las sábanas levantadas en oronda pirámide por su prominente panzamen. ¡Pero Pulardo repórtese! La entrada en la mano y al tendido. Dentro de la plaza, ¡qué placer, que deliciosa ansiedad al recorrer de una punta a otra el pasillo del tendido bajo! Unas veces a favor de corriente y otras, que también es gustoso, a la contra, como un cachalote deshaciendo un bando de peces pequeños, y siempre mirando de reojo la aguja de su fino reloj de caballero. Vamos hasta el estanco a por un cigarrón, y luego hasta la otra punta, a asomarse a las fotografías. Se le van los ojos: Belmonte con Vázquez Díaz, Joselito doblándose con un toro inmenso, Manolete de paisano con unas gafas de sol inmensas, los tendidos llenos hasta la bandera con esa afición de entonces. ¡Quién hubiera podido sentarse en las gradas junto con El Gallo, Belmonte y don Álvaro, y con un cigarro en la mano también! Pero no, no nos ha tocado. Sigue Pulardo trotando: fisgar la exposición, asomarse a la Puerta Grande tarareando Er Mundo. De nuevo saludando, apretando, aculando a conocidos que son desplazados sin contemplaciones por los volúmenes que menea Pulardo sobre sus diminutos zapatos abotinados de crujiente cuero cortado a medida. Mingitorio para que no aprieten luego las ganas a destiempo, brinquito para colocar la cremallera en su sitio, terminado con un taconeo airoso. Y las carnes se encajan, bien ceñidas por el corte impecable de la chaqueta. En los grandes días, en los días de los grandes carteles, antes de salir del común, el amigo Pulardo gira airoso sobre sí mismo, a la manera de una gran peonza, y de reojo mira en el espejo eso, el corte de la chaqueta, la ligereza de la franela ceniza de sus pantalones de altas vueltas. ¡Tarde de Toros amigo Pulardo! ¡Y que animales han traído, que trapío, que presentación y hay dos castaños y un cornipaso, que velas! El amigo Pulardo saluda, pero no merienda en la plaza. Oiga mire, todavía no es todo lo mismo. Y además es aficionado, que se habían pensado. Así que esta mañana ha subido ligero su corpulencia por la escalera de los chiqueros para ver el apartado de la corrida de por la tarde. Se le salían los ojos al amigo Pulardo. ¡Viva el ganadero! ¡Viva la gente honrada que todavía queda! Lo comentaba luego con Tato y con Doroteo mojando una gran porra en el café con leche de media mañana. Hace calor y Pulardo viejo amigo, se enjuga un ligero sudor de la frente con el pañuelo de algodón blanco. El amigo Pulardo vive feliz en España porque en España - si señora España esa maravilla – en España por la mañana se pueden mojar las porras en el café con leche y por la tarde se puede fumar un habano después de comer y luego irse a los toros, saludando y dando brinquitos, y en el tendido encender otro, una trompeta de la Habana que dure seis toros, y decir ole, OLE y OLE, ahora que la plaza se ha llenado de maricones que dicen bieeeeen. ¡Ay amigo Pulardo, amigo Pulardo que cosas dice usted! Pulardo las dice porque sabe que en la plaza esas cosas todavía se pueden decir sin que se revuelva ningún gilí. Pulardo sube las escaleras que llevan al tendido bajo, como quien asciende a la luz, al cielo, consciente en su pulcritud de cometer una irreverencia, menor si se quiere, al dejarse embargar por esa como elevación. ¡Es así el amigo Pulardo! Otra gente no es así y al subir por las mismas escaleras parece que gatea, mientras el amigo Pulardo se yergue, mete riñones, saca el cuello de entre las papadas, todo lo que da de sí, y por un momento, al salir al sol y al aire de la tarde, se descubre llevándose al pecho con la mano izquierda, el sombrero de jipijapa.

lunes, 9 de junio de 2014

MIURA III

Y MÁS DE LA DE MIURA...

EL TORO


El segundo de la tarde
Zahonero toro cárdeno bragado meano, 611 kilos, una joya de la Ganadería de los Señores Miura. 
Con toros así la Fiesta no morirá jamás.




Marco Galán.
"el mejor subalterno con el capote de todos los que han pasado por la Feria" según dejó ayer escrito José Ramón Márquez. 
Se pueden decir más alto pero no se pueden expresar mejor.

¡MIURA!

Acudimos ayer a los toros, para despedirnos de la feria de San Isidro con la corrida de Miura. Se oye a la banda tocar desde el tendido, es domingo, y los alrededores de la plaza son un bullir de gente, se presiente un lleno de no hay billetes. Uno de los pocos de la feria. Llena Miura. Antigüedad, 1849. Vemos llegar al crítico que con tanta inteligencia escribe en un periódico de los grandes, hoy que tan mal y tan interesadamente se escribe de toros. El viento le despeina la corona de pelo blanco que recompone con gesto rápido mientras habla con su acompañante, un chico joven al que va explicando una cosa y otra. La plaza tomada por el muslismo contemporáneo. Esperando en Fleming, muslismo con pamela, la sombra del buen doctor parecía alagarse más de la cuenta y maliciosa hacia el muslismo con pamela o pamelomuslismo. Como el viernes pasado, cae el sol a plomo y los tendidos, la plaza entera, están abarrotados. No queda papel dicen a nuestra espalda. Tarde también de extraordinarios cigarrones, público de trabuco y sombrero panamá. En la grada dónde nos sentamos, el muslismo contemporáneo degenera en grosero-muslismo: tres tiorras distraídas se han venido a la plaza en pijama encogido, espectáculo de desaliño poco edificante y más bien sucio. Afortunadamente lo que ocurre en el ruedo capta toda nuestra atención. De seis toros cuatro de bandera y el sexto, de peor condición, humillaba cuando iba toreado. Los cuatro primeros se arrancaban de lejos al caballo, con alegría y poder, empujando con fijeza metiendo los riñones, meneando el rabo. En general muy castigados en varas. Humillaban sin mañas ni malicia ni sentido, con poder. Pero parece que pesó más la leyenda de la divisa y ninguno de los diestros se decidió a aprovechar la ocasión. Tal vez, como en el día de Vitorino, se tratara de una terna que llega hasta dónde llega, es decir con limitaciones técnicas muy claras, con un techo que no logran superar. Con honradez y valor para ponerse delante de estas corridas, pero en una paradoja que es hoy habitual, de alguna manera abocados a no poder sacarles partido, a no triunfar con ellas. El quinto fue devuelto por escaso de fuerzas y con gran prisa por parte de la presidencia que otros días espera y espera. Según un comentario del corrillo de aficionados a la salida de la plaza “había que chulear a Miura”. Como siempre la cuadrilla de Javier Castaño, a excepción de Tito Sandoval mal ayer, dio una exhibición de excelente lidia y toreo entregado, con saber antiguo, a grabado de La Lidia, estampa de majeza goyesca. Ver a Marco Galán colocar los toros en suerte de un solo capotazo amplio y sin violencia, es impresionante. Fernando Sánchez y David Adalid banderillearon poniendo a la plaza de pie. A nuestra espalda un grupo de aficionados de Tarancón pegan la hebra con nosotros y acaban ofreciendo bocadillo, torta de Tarancón y trago de la bota. Cuando al banderillear al sexto se va por fin el sol, un vecino de localidad suelta socarrón a los amigos: no os quejaréis, precios de sol y ahora da la sombra…

Leemos por la noche la crítica que hace Vincente Zabala junior a la tarde de los “Vitorinos”. Viene a ser un texto que bebe en el mismo espíritu que tanto parece escandalizarle. Reprocha al público, al que llama masa, haber convertido la plaza en un circo cruel, y lo hace denigrando al ganado y al ganadero con la misma violencia y saña irracionales que reprocha a la masa. Con el agravante de que se le suponen a él condiciones y conocimiento suficientes para ver algo más, para ayudarnos a indagar y discernir en lo visto. Su crítica es un bajonazo infame, un despachar la tarde con la misma violencia y grosería respecto de la ganadería que fue la de cierta parte del público al pitar tan injustamente a los toreros. Que diferencia con Andrés Amorós. En su artículo en el ABC nos encontramos con una crítica serena y lúcida, en la que como modestamente lo hacíamos ayer, expresa su desacuerdo con las pitadas del público –salvando como nosotros sobre todo a Ferrera y Aguilar-, explicando que se trataba de una corrida muy difícil, pero que por otra parte no es posible que se echen todas las tardes toros sin casta, sin fuerza, sin las condiciones básicas del toro de lidia, si es que el toro debe ser la base de la Fiesta (sobre lo que no puede haber ninguna duda). El cigarro nos ha durado seis toros, una auténtica trompeta de Sancho Panza para una estupenda tarde de toros. En fin.