miércoles, 27 de noviembre de 2013

EL FUMADERO

Se sientan a comer:

- Tráigame por favor una horrible ensalada – exclama Alcides.
- ¿Perdone? - dice el maître pinzando la nariz.
- Apunte hombre y así no se le olvidan las cosas.
- No le haga caso que está cansado – tercia Doroteo.
¡Pero es que esto es un restaurante de postín y no hay nada horrible, señores! Por favor, yo les rogaría…
- Una ensalada siempre es horrible. De segundo tomaré un filete infame.
- ¡¡Por favor!! - susurra enrojeciendo el encargado - pueden oírle los demás clientes y aquí no  hay nada de eso que usted pide.
-  Oiga mozo – tercia Doroteo nuevamente – el menú de seis euros y ya está, lo que sea, estamos en otras cosas.
- ¡¡Aghh!! ¡Como que menú de seis euros! A la carta señores es a la carta y no hay ningún plato por esa cantidad… Señores creo que esto es un error, debo pedirles que abandonen…
-  No se ponga así, hombre que estamos con temas importantes, traiga lo que quiera, una hamburguesa y vino con casera…
- ¿Pero el dueño de este antro no es Fidelio Lentini Spotti? – pregunta Alcides extrañado ante las zalemas del maître.
¡¡Debo rogarles!! Dejen por favor la mesa, la policía, abandonen en local…

Cuando la crisis era inminente, pues Doroteo se aprestaba a abofetear al cursi, en un alarde de caciquismo monstruoso y abuso de autoridad natural, apareció el amigo Pulardo.

- ¡Amigo Pulardo!
- ¡Señores que alegría! Me ha dicho Tato que estaban ustedes por aquí. Me ha costado creerlo pero veo que es verdad. Me siento en su lugar. No puede venir porque están en clase de gimnasia. Todo corre de mi cuenta.

El amigo Pulardo ordenó una magnífica y equilibrada comida que se trajo de Casa Amador, previo soborno al maître de la nariz pinzada. Comida regada con buenos caldos. Y a los postres, previa contraseña y susurros con el cursi – nuevamente untado con cuatro perras - pasó con ellos a la salita del fondo. Era un reservado, un fumadero dónde se chiscaron un habano medio, untuoso, estupendo, en compañía de otros veinte fumadores –pipas, habanos, un coleccionista de Condal, la extinta marca de tabaco canario- , pues la salita era más bien tirando a grande y bien ventilada. Con colchonetas en el suelo y un par de chinas solícitas hubiera sido un perfecto fumadero de opio.

EL GOBIERNO DEL PP SE UNA AL FRENTE EN CONTRA DE "CASATE Y SE SUMISA"

La polémica en torno al libro de Costanza Miriano "Cásate y se sumisa" continúa, alentada en esta ocasión  por una invitada de excepción, ¡sorpresa, sorpresa! la mismísima ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad señora Ana Mato.

Vaya por Dios, la que faltaba se ha unido a la fiesta, llega tarde, un poco despeinada, se le ha roto un tacón y lleva una carrera en la media...así es como me imagino yo la entrada triunfal de la señora Mato en una polémica atizada, azuzada y promovida por lo más trasnochado, cutre y analfabeto de la carcundia progre.

Las razones aducidas por la ministra las tomamos de la noticia difundida por Europa Press que cito literalmente:

"La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha pedido que se retire el libro "Cásate y se sumisa" de Constanza Miriano (el nombre de la autora está mal escrito, eso si que es precisión periodística, la nota es mía) editado por el Arzobispado de Granada, porque no comparte "ni el título ni el contenido" y lo considera una "falta de respeto a la mujer".
"No comparto en asboluto el título ni el contenido y me gustaría y así lo he pedido que se retirara ese libro, creo que no es nada adecuado y que es una falta de respeto a las mujeres", ha precisado en declaraciones a RTVE recogidas por Europa Press.  

No sabía yo que la sra Mato fuera crítico literario ni tampoco censora del Reino. Ninguna de las razones aducidas se sostiene. Primero que no comparte el título ni el contenido..¿y eso a quién le importa? Si sólo pudieran publicarse los libros cuyo título y contenido comparte la señora Mato dudo que la industria editorial pudiera sacar más de cuatro o cinco ejemplares al año que serían muy probablemente hagiografias de  san Mariano I, catálogos de máquinas de rayos uva y obras de contenido similar, profundo, comprometido e innovador.

La segunda razón aducida es que el título y contenido del libro suponen una falta de respeto a las mujeres. 

Vamos a ver, señora Mato, para criticar un libro primero hay que haberlo leído. Si usted se ha tomado el tiempo (unas dos horas y cuarto, dos y media para un lector medio-lento) de leer el libro en cuestión, no puede usted sostener que en el mismo se falta el respeto a nadie y menos a las mujeres ya que esta obra es un canto a la femineidad, al papel de la mujer en la familia y en la sociedad y un grito en pro de la independencia de criterio que deben tener las mujeres jóvenes frente al océano de manipulación, desinformación y mentira a las que se les somete mañana, día y noche desde los medios oficiales y privados afiliados a la verdad única de lo políticamente correcto.

Si lo que a usted le molesta del libro de Costanza Miriano es que promueve un estilo de mujer completamente opuesto a lo que usted representa, me temo que su declaración no pasa de ser una pataleta infantil ya que, por ponerle un ejemplo, a nadie se le ocurre dar una rueda de prensa en su función de Ministro para decir que no está de acuerdo con la obra de Colette o con el trasfondo de la creación artística de Frida Kahlo.

Que yo sepa el libro de la señora Miriano no ha sido incluido (desafortunadamente) en el catálogo de lecturas obligatorias para el bachillerato que indican las autoridades educativas, ni tampoco he visto que en el BOE se publique una ley obligando a las madres con hijas casaderas a adquirir el mismo bajo pena de prisión y multa.

El solicitar la retirada de un libro es un hecho muy grave. La mera solicitud formal, que entiendo la señora Ministra ha realizado, supone un acto de grave condena que debe reservarse para situaciones extremas dónde se esté causando un daño objetivo a las personas. Esa situación no sólo no se da en éste caso, sino que la petición de retirada se debe a que a juicio de la Ministra sus opiniones no coinciden con lo que a ella le parece bien. ¡Toma del frasco!

Por si fuera poco, toda esta polémica se genera en una sociedad que permite, alienta y mira con complacencia mil y una situaciones dónde la mujer si que es denigrada, humillada y mancillada. La sociedad del aborto, la prostitución indiscriminada, la pornografía libre y disponible a toda hora y en todo lugar, la publicidad cosificadora de la mujer, los programas de telebasura dónde se venden mujeres al peso de las chequeras y se airean los actos mas bajos y viles que quepan imaginarse, etc.. etc..

¿Se puede convivir con todo eso pero no con un modesto ensayo que defiende el papel de la mujer desde la base de la familia?

¿Merecen la autora y su editorial el ostracismo por presentar propuestas que refuerzan a la mujer en su posición de dignidad, respeto, fortaleza y dan realce a su verdadero valor?

No se si la ministra ha hecho estas declaraciones por cuenta propia o al albur de la presión progre. No se si con ello quiere amigarse con la horda feminista, ese batallón de mujeres a las que les debería dar vergüenza afrentar a su sexo y condición promoviendo las actitudes y conductas más tristes y lamentables. No se si todo esto no es más que otra de las innumerables salidas de pata de banco de la falsa derecha centrista que vive acomplejada y que busca mil y una escusas para hacerse perdonar no se sabe que pecados por no ser un poco progres, muy progres o totalmente progres.

Verdaderamente no se que ha motivado esta intervención extemporánea. 

Espero equivocarme, pero lo más grave es que la señora Mato crea de verdad lo que dice, que haya leído el libro y siga pensando que lo que en el se explica y propone es ofensivo para la mujer. De ser así me daría pena por ella, porque puede discrepar, puede estar en contra de la tesis de Miriano, puede darle alergia el modelo de femineidad que destila la obra, puede hasta tener un reparo estético, ahora bien decir que es ofensivo para la mujer supone faltar lisa y llanamente a la verdad.

Envío desde aquí todo mi apoyo a los injustamente perseguidos, en primer lugar a la autora Costanza Miriano, en segundo lugar a D.Javier Martínez Arzobispo de Granada e impulsor de la editorial "Nuevo Inicio" dónde se ha publicado la obra y por último al equipo de la Editorial misma. Que Dios les bendiga.

Les animo a seguir difundiendo buenas ideas y publicando buenos libros sin temer la persecución pública y privada. El calor provocado por su trabajo es buena muestra de cuan acertados están. 

Quizá esta polémica sirva para que alguna joven, alguna madre con hijas, alguna abuela perdida por ahí lean el libro y le den al magin, para beneficio de sus hijas, alborozo de sus novios y maridos y bien de la sociedad toda. 

El que prefiera otros modelos de vida que los siga pero que no traten de apagar las voces que ofrecen alternativas, las represiones siempre tienen efectos indeseados.

Sanglier. 

martes, 26 de noviembre de 2013

LAS CONSECUENCIAS DE LA SENTENCIA DE ESTRASBURGO Y EL ART 61 DEL REGLAMENTO DEL TEDH

Vuelvo al grave y muy sobado tema de las excarcelaciones masivas de asesinos y criminales que con tanta alegría está llevando a cabo la justicia por impulso y sin resistencia del gobierno.

Estas líneas van especialmente dirigidas a todos los bienintencionados votantes del PP y a cualquier otro que en un acceso de fiebre sienta la tentación de votar al PP en las próximas elecciones.

Me permito difundir una noticia que me temo va a ser cuidadosamente silenciada, amablemente omitida, cariñosamente censurada y en el mejor de los casos sonoramente contestada y vilipendiada por la horda roja y progre (entre la que ahora,por voluntad propia se encuadran numerosos dirigentes de la facción en el poder).

Esta mañana, en el programa de Esradio dirigido por Federico Jimenez Losantos, el señor Javier Borrego, predecesor del infausto López Guerra en el cargo de magistrado del TEDH  ha afirmado lo que a continuación transcribo literalmente, tomado del diario en la red  Libertad digital:

 

El juez ha afirmado que "la sentencia de Inés del Río es una sentencia individual" y así lo decidió Estrasburgo, pese a que ahora se esté "extendiendo a todos los otros casos".
Según ha explicado, un artículo del reglamento del TEDH, el 61, establece el procedimiento de sentencia piloto, mecanismo por el que que Estrasburgo resuelve todos los "casos parecidos" con "una sola sentencia". En el caso Del Río Prada, sin embargo, el TEDH decidió emitir una sentencia "individual", "conscientemente", en lugar de emitir una sentencia piloto que se refiriera a las otras 29 demandas presentadas en Estrasburgo. Borrego ha insistido en que se trató de una decisión "consciente" del tribunal puesto que Estrasburgo conocía, porque así lo había comunicado el Gobierno, que había "múltiples casos" parecidos al de la etarra.
"Pudo haber dictado una sentencia aplicable a todos los casos semejantes y conscientemente no lo hizo. Eso es meridianamente objetivo", ha reiterado Borrego antes de precisar que la "extensión de sus efectos" a otros presos es consecuencia de "la interpretación sostenida por algunos" de la ley española, pero no una consecuencia de este fallo "individual".
La "sentencia piloto" (el nombrecito, como todo lo que se refiere a esta institución, se las trae..) fue introducida en la reforma del Reglamento del TEDH de fecha 21 de febrero de 2011 y como bien explica el ex juez Borrego, su utilidad consiste en que permite al Tribunal dejar clara su doctrina ante un caso de grave violación de Derechos Humanos en un Estado firmante y ante el que se han impuesto una pluralidad de recursos. Se deduce, por tanto, que si el TEDH dictó una sentencia individual a favor de Del Río Prada fue porque no entiende que la aplicación de la llamada "Doctrina Parot" suponga en si mismo un problema grave y, por tanto, cabe revisar cada caso individualmente.
No creo que haya que decir nada más.
Mariano y sus cómplices verán que hacer con su conciencia. Les compadezco aunque lo que de verdad lamento es el daño que están causando, no sólo a las víctimas sino al Estado de Derecho, a la Justicia y al bien común.

A PROPOSITO DE UN COMENTARIO DE UN AMABLE LECTOR

El pasado 24 de noviembre un lector anónimo dejo un comentario a propósito de la entrada titulada "Momento Glorioso" en la que se hacía sabia alabanza, no exenta de envidia de una ilustración decimonónica que muestra a un joven fumándose un cigarrón.

El amable lector, al que se agradece infinito que dedique unos minutos a revisar estas líneas que vamos, de a poco, lanzando al ancho mundo digitial, dice que entre tanta palabra encuentra alguna cosa buena pero que la mayor parte no es sino tontería y niñatismo. No entraré a rebatir esta opinión que  es estimable en cuanto expresada con una cierta corrección no exenta de condescendencia, en fin, me centraré en lo que más me ha interesado de su comentario.

Dice este opinador anónimo que tenemos mentalidad de rentista holgazán y que no puede compartir nuestro fomento del vicio y costumbre de fumar. Vayamos por partes.

En cuanto a la mentalidad de rentista, algo que no define, he de decirle, que si se refiere a que los redactores del órgano cepogordista tenemos preferencia por el peculio fundado en rentas del campo o del capital mobiliario o inmobiliario, no le quepa duda de que está en lo cierto. Ahora bien, lamentablemente no pasa de ser un deseo que no se compadece con la realidad. 

Al cepogordista le gustaría poder vivir de rentas y a ser posible de unas rentas cuantiosas. La afluencia económica no es un pecado, más bien es un estado que aporta gran tranquilidad y permite hacer muchas cosas, unas buenas y otras malas, según la ciencia y la conciencia del rentista en cuestión.

En cuanto al epíteto de holgazán, me temo que aquí yerra nuestro agudo comentarista, ya que lo que caracteriza al cepogordista es más bien lo contrario. Somos traperos del tiempo, huérfanos de horas, ayunos de holganzas, prestamistas de minutos que arrancamos a un horario de esclavitud distribuido entre el trabajo menestral, la familia y las obligaciones impuestas y sobrevenidas.

Si por mentalidad de rentista holgazán se refiere a que favorecemos un estilo de vida en el que se dedica el tiempo al sano ocio, al paseo, la lectura, el coleccionismo de anillas de cigarro, la caza con perro, la excursión con cesta de víveres y la siesta en sillón de mimbre bajo magnolio florido, entonces sí, todo eso lo alabamos y favorecemos. 

Apoyamos el guiso en puchero, los dulces de convento, los licores de alquitara y uva vieja, las comidas con tertulia, las tertulias con copa y cigarro, las meriendas de chocolate y picatoste, los paseos nocturnos por plazas de piedra cuajadas de nieve, los paseos matutinos por sendas, brañas y caminos entre helechos y brezales, las excursiones pintorescas, las tardes de dibujo y acuarela, las veladas musicales, las declamaciones poéticas, las corridas de toros, los encierros a pié y a caballo, la caza con galgo y el tiro de pichón, los paseos en balandro, las regatas de traineras, los concursos hípicos, las conferencias literarias, la vida de ateneo, círculo y casino. Si señor, todo eso que usted debe vincular a los gustos del rentista holgazán, los tenemos todos y algunos más.

Al cepogordista los afanes y desvelos del hombre ultraconectado, del hiperinformado, del hipocalórico y vigoréxico nos traen al pairo.

La modernidad es un sueño histérico ya que todos, desde el momento que vivimos en el tiempo presente somos modernos, lo cual no quiere decir que no se puedan alabar y cultivar gustos tradicionales que no dependen de una época, que son clásicos, que son connaturales al hombre europeo civilizado.

En cuanto al fomento del tabaco, que quiere que le diga. Desde un punto de vista médico, es dato cierto y fundado que fumar no es sano y que este hábito está vinculado a muchas enfermedades y debilidades del cuerpo. Dicho esto, el fumar es un vicio que relaja la mente y el ánimo y un placer que asociado a otros muchos no sólo no resulta perjudicial para la salud sino beneficioso para la mente y el alma. Gracias al cigarro y a la pipa se han cometido muchos menos crímenes de los que se hubieran dado en la Historia si los españoles no hubiéramos desarrollado el arte y ciencia del tabaco.

Lo verdaderamente dañino y perjudicial para la salud es el mal en sus expresiones domésticas más comunes: la mala idea, la envidia, la maledicencia. Todo eso y muchas otras manifestaciones del hijoputismo que sufrimos todos y cada uno de los días son infinitamente peores que fumarse un cigarron o echar humo con la pipa en la mano y una copita de licor al amor de la lumbre.

Peor aún es tener que soportar a diario la ofensa de los gobernantes, sus esbirros y heraldos, cuyas canalladas nos envenenan la sangre, nos estropean la digestión y nos nublan la conciencia.

En fin, que le animo a usted a seguir leyendo el cepo, con la seguridad de que somos conscientes de nuestras valencias, debilidades y aficiones y tenemos el firme propósito de continuar con su comentario y difusión que, por otra parte, son inofensivas y a nadie hacen daño.

Un afectuoso saludo cepogordista.

Sanglier

domingo, 24 de noviembre de 2013

COMENTARIO Y PEINETA

Han sido muy numerosas las críticas que ha recibido el pobre compilador de estas crónicas Bergamotianas. Se le ha reprochado un lenguaje crudo y soez, un recrearse en las cuestiones más bajas de esta vida. Sin embargo ninguna culpa tiene el cronista que en realidad no lo es. Pues lo cierto es que se ha limitado a ordenar un archivo viejo, legajos polvorientos que a nadie interesaban y por los que tal vez sólo sienta un poco de curiosidad este amanuense que con paciencia y tronchándose de la risa algunas veces, sonriendo otras, los transcribe. Ya saben ustedes, es lo que tantas veces sucede en la vida real y tantísimas en la literatura: escritos, borradores, apuntes, el esbozo de un texto, fragmentos dispersos encontrados en una caja, en un cartapacio, sujetos con un cordel, o como diría Tato, con un cacho cuerda, a veces con un cordón de bota desparejada. El amanuense no va a ser menos. Pues además es consciente de que con la electrónica desaparece todo esto, al menos bajo la forma tradicional de cartapacio, polvo y cordel. Aunque no hace literatura ni lo pretende, el amanuense dirá que pasaron los papeles a sus manos entregados por quien seguramente consiguió una de las cajas pacientemente reunidas por Calvino de Liposthey, que seguramente recibió el contenido de Doroteo. Como ya hemos dicho eran vecinos. Podemos hasta decir que son vecinos, ambos castellanos del castillo, habitantes de los luminosos palacios de Nava de Goliardos. Y no podemos descartar que recibamos, más adelante, nuevos textos, más fragmentos de ese libro inacabado al que en comandita dieron principio un día Doroteo y Tato, glosadores de las aventuras del Gran Bergamota, sin decidirse nunca a acabar la tarea, faltos de un editor. Renuentes en realidad a poner orden, concierto y cronologías a una aventura que sigue viva. En efecto, ha llegado el invierno a Nava de Goliardos, que a veces es Puebla de Goliardos, no se asombren, y los amigos del que esto escribe están vivitos y coleando y siguen trotando de aquí para allá, olisquean y se revuelcan en la nieve. Varias semanas de un otoño cálido y luminoso, de una luz limpia y transparente, de atardeceres húmedos, de mañanas de sol, han dado súbitamente paso a la nieve y se han encendido las chimeneas. Todo hace pensar que pronto se reanudaran las largas tertulias al amor de la lumbre, los convites de Doroteo, tal vez alguna conferencia del maestro, las meriendas organizadas por Tato que ayer se tiró cinco horas por los pinares y volvió a casa con siete kilos de nícalos. Ya explicaremos porque no hay ese. No se azoren los cazadores de erratas.
Una larga tapia -piedra, parches de ladrillo y bardas amarillas- divide los jardines de ambas casas. Un portillo de madera cubierta de verdín permite cruzar de uno a otro. No se cierra nunca y las visitas son frecuentes, las bibliotecas dan al Este, para que entre el sol a primera hora de la mañana, los salones al sur. Así que seguirá la charla, cruzarán los mensajes, el papel, se prestarán libros, se discutirá, se fumará un poco cuando los catarros y la gripe lo permitan, y para acelerar la recuperación de los enfermos, de Doroteo siempre tan delicado, se libarán dedillos de armagnac o de brandy del marco de Jerez o de aguardente velha, en pequeños balones del más fino cristal. Mientras aparece nuevo material seguiremos transcribiendo el que nos vaya llegando, sin censura ni edulcoración. Van a continuación unas notas en torno a la vestimenta. No encontrará el lector nada nuevo, vueltas alrededor de un mismo asunto, aire suave de pausados giros y un príncipe de Golconda catarroso y gruñón. Y antes de transcribir el texto meticulosamente reconstituido, les hacemos por escrito el gesto de la peineta, lo que antes se decía, hacerles la higa, sólo a los más críticos y currutacos.

El Güito

Güito.

1. m. Hueso de una fruta, especialmente de albaricoque, con que juegan los niños.
2. m. coloq. sombrero.
3. m. pl. Juego que se hace con aquellos huesos.

-          Llevar corbata con un jersey de cuello de pico debajo de la chaqueta es hoy en día ingresar en la cofradía de la carcumbre, una proclamación de anarquismo, un desprecio a las normas de convivencia, un envite a la chancleta, un desafío, una higa al mundo que nos rodea – proclamaba en voz alta Doroteo.
-          Mire Doroteo, menos gestos y más aterrizar. Mire, hay que ser un poco moderno, aterrizar, vivir al nivel de los tiempos. ¿Por qué siempre encerrado en la torre?
-          Mire usted, lo que no se puede aguantar son los zapatos en punta, los mocasines con los talones comidos, el zapato de plástico, el hombro tatuado, los hierros en el careto, las argollas en las narices.
-          ¡El que tiene que abrir los ojos es usted, abrirse, desvestirse, quitarse la coraza, trotar por los prados en pelota picada, fundido en la naturaleza!
-          Menos bromas Alcides, que hay medio metro de nieve ahí fuera.
-          Ya me entiendes Doro, déjate ya de historias, no se puede estar siempre jugando a ser otra cosa, deja el entallado, pásate a la ropa desestructurada, chilaba, babucha, cómo la tortilla de patata que ahora se bebe.
-          Alcides, yo llevo sobre los hombros el peso de la Europa que se fue con la primera guerra mundial, soy un bastión, el último, he hecho de la cortesía mi razón de ser, y eso incluye la cortesía en el vestir. La mayoría de lo que la gente enseña es indecoroso, de una fealdad extrema. No le hablo ya del verano y sus miserias. Pero ahora mismo, ¿no es una atención para el prójimo disimular esos cuellos de pollo, esas nueces saltonas, esas papadas que tienen vida propia, con una corbata bien anudada, de hermosos colores, que se lleve los ojos a la tela y los separe de esas carnes color de hollín?
-          Yo lo que digo es que usted tiene que modernizar el vestuario: un vaquero ceñidito, cargando a la izquierda como don Amadeo, un poco raído, una camiseta sin mangas, una superposición de ropa sin lavar, una mezcla de chándal y lana, de cuero y plástico, un taladro aquí, un pelado allá, un número a la espalda, el careto de alguna estrella del rock por delante, unas converse caras, Doroteo, anímate hombre, ya verás.
-          En fin, lo pensaré, tal vez un poco de color en el cinturón. Pero ojo, que estamos mezclando los tratamientos, un poco de cuidado por favor. Y además, ¡oh gran Bergamota! ¡gran capador de puercos! ¡no te rías tanto no te vayan a dar cuatro palos!

Se hacía tarde. Alcides hecho un vistazo rápido a la hora sacando del bolsillo del chaleco el reloj de su abuelo. La cadena que lo sujetaba al ceñido chaleco de rica y hermosa tela produjo un delicado sonido argentino. Doroteo se estaba calentando un poquito, no convenía abusar.

-          Me voy querido, piensa lo que te he dicho. No podemos convertirnos en la parodia del señor o del señorito de otra época, no podemos jugar a ser personajes de una novela inglesa que en todo nos es ajena, imitando a unos personajes hace mucho extinguidos, con la sangría de la primera guerra como usted dice, no podemos jugar a ser el marco dorado para un lienzo en blanco. El mundo se mueve y la frivolidad no puede ser nuestro guía.
-          Alcides querido, haré como que no he oído nada. Peso cien kilos y tengo piernas como columnas de crucero de catedral para cargar el peso que llevo sobre los hombros sin apenas ayuda. Como dijo el poeta: yo soy las afueras de una ciudad inexistente. Recuerdos a tu tía Celedonia cuando la veas, y hasta más ver.

Bergamota, sin replicar y satisfecho de su perorata abotonó la chaqueta cruzada de su traje príncipe de gales, palpo discretamente el nudo de la corbata para asegurarse de que seguía en su sitio y con ligereza y prestancia se echó sobre los hombros la capa española que le había traído Dominga. Le dio las gracias con una sonrisa y cogiendo el sombrero que ella le tendía con amable paciencia salió a la calle. Dio media vuelta, se caló el güito cuya copa redonda y negra contrastaba con la blancura de la nieve que caía espesa, y con un corto y rápido gesto del bastón saludó a Doroteo que le había acompañado hasta la puerta.

COSAS ANTIGÜAS.


MOMENTO GLORIOSO (VEAN EL MATERIAL QUE ATESORA EL PERSONAJE: magnífico velador de marquetería, caja completa de grandes cigarros, juventud... ¡En fin!)