miércoles, 3 de octubre de 2012

PRISIONEROS DE LA MANIPULACION, A PROPOSITO DEL ARTÍCULO SPANISH PRISIONERS PUBLICADO EN THE N.Y.TIMES


Últimamente el diario neoyorquino The New York Times no deja de darnos motivos para el comentario. 

La última aportación consiste en la publicación de un artículo de opinión titulado “Spanish Prisioners” y firmado al alimón por Ricard González y Jaume Clotet. El texto íntegro puede consultarse en el link http://www.nytimes.com/2012/10/03/opinion/a-new-call-for-catalonias-independence.html.

Los autores del artículo comienzan el mismo con una afirmación que no responde exactamente con la realidad de lo sucedido. La primera en la frente. Dicen los señores González y Clotet que Artur Mas convocó elecciones como reacción a la manifestación independentista del 11 de septiembre. El propio Artur Mas declaró que la convocatoria anticipada de elecciones se debía a "La combinación de la impresionante manifestación y la negativa a negociar el pacto fiscal me obligan a ser coherente con mis ideas y compromisos".

El pacto fiscal, es decir “la pela”, esa es la cuestión que pone al señor Mas los pelos de punta ya que si no recibe dinero de la opresora España va a tener que explicar a sus funcionarios y enchufados varios que  no cobran porque no hay dinero y lo peor no es que no haya dinero sino explicar el por qué y en qué se lo han gastado…o dónde está.

Si bien los autores hablan de las transferencias fiscales, de la necesidad del pacto y de cómo Cataluña pone más de lo que recibe etc…etc… todo lo que indican no deja de ser casi punto por punto la ya conocida y habitual doctrina nacionalista en materia de desequilibrio en la relación Cataluña – España que este sector plantea.

El siguiente punto es aún más increíble ya que dicen que Cataluña perdió su soberanía nacional tras ser derrotada por la Monarquía española en 1714. Los señores González y Clotet vuelven en este punto a seguir la doctrina nacionalista al uso que supone una absoluta falsificación de la historia. A lo que se refieren es a la abolición de fueros por los Decretos de Nueva Planta promulgados por Felipe V tras su victoria en la Guerra de Sucesión. La abolición de los fueros, si bien lamentable represalia de Felipe V ante los territorios que le hicieron frente y  que adaptó en cierto modo un modelo similar al  de la monarquía francesa, no supuso la conquista de la soberanía nacional catalana por la simple razón de que Cataluña ya llevaba siglos integrada en España a través de la unión de las coronas de Castilla y Aragón.

Unas líneas después los autores añaden otro tópico nacionalista basado en una media verdad, la represión franquista de la cultura catalana. Si bien es cierto que el Movimiento gestionó muy mal el, por otra capital,  asunto de las culturas y lenguas regionales (Catalán, Gallego y Vasco, fundamentalmente) y que amparados en la situación determinados sujetos tuvieron comportamientos indeseables hacia la lengua y cultura catalanas y hacia determinados catalanes, lo cierto es que durante la época de Franco no se orquestó el genocidio cultural y lingüístico que los apologetas del nacionalismo catalán predican. Cualquiera que se aproxime con honradez intelectual al asunto podrá comprobar cómo durante los años de la dictadura el catalán fue hablado, escrito y publicado. Son interminables los ejemplos de las manifestaciones culturales en catalán, desde los coros y danzas (y no me refiero sólo a los de la Sección Femenina) hasta la ingente actividad cultural que se desarrollo en Barcelona desde los primeros años cincuenta incluyendo editoriales que publicaban exclusivamente en catalán, premios literarios para obras en lengua catalana y un largo etcétera.

El siguiente comentario surrealista de los autores se centra en lo que ellos denominan la campaña anti catalanista iniciada a raíz de la modificación del Estatuto en 2006. Si estos señores, como otros tantos que no ven mas allá de la playa de la Barceloneta, tuvieran un mínimo de conciencia crítica, se darían cuenta que en España no hay ninguna campaña anti catalanista, lo que hay, en la mayor parte de los casos es un hartazgo mayúsculo ante la plasta continua de los políticos catalanes que usan el victimismo cómo escusa para seguir viviendo del presupuesto.

La parte final del artículo se dedica a presentar la secesión catalana como una especia de panacea económica y política cuyos beneficios para la comunidad son infinitos. A juicio de los autores, el nacimiento del nuevo estado catalán dentro de la Unión Europea no es sólo posible jurídica y económicamente sino deseable ya que supone un acto de justicia. Reconocen que la Constitución Española no contempla esa posibilidad pero eso no les impide reclamar una solución política que de respuesta a las demandas de Cataluña.

Si bien no es nada nuevo no deja de resultar lamentable que un periódico publique artículos saturados de falsedades históricas fácilmente verificables. Los autores presentan sus tesis sustentadas todas y cada una de ellas en la más estricta observancia del libro de estilo del catalanismo militante del siglo XXI.

Ese movimiento que ellos tanto valoran y defienden sienta sus reales en una serie de conclusiones fruto de la manipulación de la Historia y de la tergiversación de los datos económicos.

La reforma del Estatuto que el Presidente Zapatero impuso en 2006 ante el silencio cómplice de muchos y la posterior sanción del desacreditado órgano constitucional dio carta de naturaleza jurídica algunas de estas desaforadas ensoñaciones, pero una cosa es que vivamos en un país donde la ley se retuerce a gusto del oportunismo político y otra cosa es que ese sueño corresponda con la realidad.

Los extremistas catalanistas pasan por alto con demasiada facilidad que Cataluña no posee una soberanía propia que radica solamente en los catalanistas partidarios de la secesión, sino que el famoso “derecho a decidir” empleando terminología nacionalista es, en todo caso, un derecho que ostenta la comunidad nacional, es decir España, ya que ha sido el pueblo español en el que están incluidos los catalanes el que ha otorgado el régimen bajo el que se amparan y que intentan dinamitar desde dentro.

En mi última entrada en Cepo dedicada a estos asuntos manifesté mi duda de que la Banda del Empastre que lleva las riendas de esta cuadriga desbocada fuera a ser capaz de enderezar el rumbo de los acontecimientos.

Mucho me temo que teniendo en cuenta el estado de cosas del Mundo, la internacionalización del problema no sólo no beneficiará la resolución de éste asunto sino que vendrá a añadir más dudas y quebrantos.

Ojalá me equivoque pero creo que debemos armarnos de paciencia ante la que se avecina tanto desde dentro de nuestras fronteras como de allende los mares.

Sanglier.

  

VIDA Y ANDANZAS DE AURELITO ARTIGAS. PRIMERA. PARTE. EL ARTE DE ODIAR.

                                                                      UNO

Fue el placer más grande que hasta entonces había sentido. 


El cuerpo del anciano político yacía deshecho sobre la tupida alfombra de nudo al pie del inmenso escritorio. Aurelio María Antonio de la Consolación Artigas más conocido por sus camaradas cómo "Vladimir" sonreía mientras contemplaba el rostro tumefacto del odiado y corrupto senador.

Todo comenzó años atrás cuando Aurelito no era sino el hijo único del rico y exitoso letrado Aurelio Artigas, el hombre fuerte del partido en la ciudad. 

Aurelito recordaba con repulsión las visitas del senador acompañado de su casi adolescente esposa que lo seguía caminando a unos pasos de distancia dejando que la concurrencia repasara minuciosamente el espectáculo de su cuerpo curvoso que manejaba con una elegancia difícil de compatibilizar con la arquitectura que se adivinaba firme y plena sin incurrir en la ordinariez.


Durante aquellas visitas Aurelito tenía que salir a cumplir con el rito de ser presentado y hacer el mono pero sin resultar demasiado repelente y el ya entonces viejo y baboso senador lo obsequiaba con algún dulce, con una carantoña. Con el paso del tiempo Aurelito se juró a si mismo que no dejaría el mundo sin cumplir con dos misiones; liquidar al asqueroso senador, ante el cual su padre se comportaba tan sumisamente y templarse a la esposa trofeo que paseaba por los salones de la ciudad y que respondía al bello nombre de Mariana Pinedo.

Aurelito aprendió las verdades del marxismo de un vasco exiliado que malvivía dando clases de piano y francés a lo más granado de la  infancia de la ciudad. 


Aurelito abandonó pronto el método Schmoll que su maestro había traído consigo en una edición de la afamada casa Erviti de San Sebastián y su interés se centro en la modesta pero bien seleccionada biblioteca que le condujo por los vericuetos del materialismo dialéctico, la lucha de clases y la revolución de los pueblos indígenas oprimidos.


Aurelito comenzó a amar el odio. El odio al senador, el odio al obispo que visitaba la casa de su abuela, el odio al general en jefe de la guarnición y a sus antipáticas hijas que no se dejaban meter mano bajo el flamboyán que presidía el patio de su casa, el odio al profesor de equitación que lo maltrataba con su bigotito fascista (su maestro le había explicado que todos los que gastaban bigote a cepillo tenían un alma fascista), el odio al dueño de la azucarera y a su manía de arrojar el cabo del cigarro al pilón de la fuente dónde nadaban los peces rojos.


Aquella mañana de marzo tras abandonar el estudio del senador se adentró por el largo pasillo enlosado hasta las dependencias privadas que daban al patio cuajado de plantas, envuelto en el rumor de la fuente y el canto de los pájaros.


Mariana estaba frente al tocador envuelta en una ligera bata de seda roja bordada con dragones y peonías peinándose la cabellera negra. No pronunciaron palabra. Todo sucedió como si lo hubieran ensayado durante años. Mariana se entregó con la pasión de una amante enamorada y Aurelito pudo, al fin, dar rienda suelta a diez años de deseo.


Al salir de la casa comenzó a llover. Los altos muros de la finca se difuminaban bajo un manto de agua que caía con violencia formando torrenteras entre los cantos rodados que arrastraban la hojarasca. Aurelito se detuvo un instante con la ropa empapada, la camisa pegándose al pecho fuerte de un cuerpo ahíto. Las inmundicias arrastradas se le antojaban una suerte de premonición, la convicción de que aquel día ponía fin a su vida anterior y que liberado de la tiranía de su pasado podía al fin ser el hombre que había decidido ser, tomaba conciencia de que Vladimir tomaba el control de su vida al tiempo que desaparecía el insepulto caparazón que hasta entonces conocía como Aurelio María Antonio de la Consolación Artigas. 


Continuará....


Sanglier.

martes, 2 de octubre de 2012

Auge y caída, el tormento y el éxtasis

El auge y el éxtasis lo proporcionaron ayer la combinación de un inmenso cigarro habano, untuoso y parsimonioso, y la lectura de las Memorias de un señorito sevillano, de Javier de Winthuysen, uno de esos paseos por España que son un bálsamo para muchas cosas del tiempo presente y, en este caso, la viva demostración de lo polifacética que es la vida y de que ofrece riquezas sin fin, por poco que se sepa ver. El tormento y la caída han sido ambos el día de hoy: las energías chupadas ayer por el cigarro y vertidas en la lectura, no repuestas. Agudizaron la concentración y la sensibilidad, extraídas por el tabaco, para favorecer la conversación con don Javier, ayudadas por un par de dedales de oloroso seco. Se fueron luego en forma de volutas de humo. El oloroso tiene el color de la caoba, el color de la caja de cigarros con la que se confunde por las transparencias de la copa. O del vaso. Un vaso de "bon vin", dice el Arcipreste y no hay porque enmendarle la plana.

Tato (que con un esfuerzo se ha puesto fino)

Nota: algunas personas creen que no hay tal conversación con ningún autor muerto. Allá ellas. También dicen que es una cursilería la frase. Eso ya es otra cosa, a lo mejor hasta tienen razón. Hay gente pa to como dijo El Guerra.

Por ejemplo, una expresión fantástica con la que el padre de don Javier designaba a la gente con mucho dinero, pero ordinaria y avasalladora: Los canallas de levita
 

UN PAISAJE DE JAVIER DE WINTHUYSEN

Bien pero lo suyo es verlo de verdad, con tanta máquina ya no se palpa la realidad, no se pisa un museo, una galería, un taller, una bolera, un chiringüelo.

Javier de Winthuysen

Su retrato por Daniel Vázquez Díaz:


Pertenece a lacolección de la fundación Mapfre. Lo hemos tomado prestado, pero lo quitamos cuando digan. Estamos a la orden. Uno se entretiene como puedo, en este retablo de las maravillas.

EL ENANO GIGANTE VS LA BANDA DEL EMPASTRE, EL PULSO INDEPENDENTISTA DE ARTURO MAS.

Al tiempo que la economía española enseña sus vergüenzas y la nación se contorsiona con dolores de parto, el Muy Honorable Presidente de la Generalidad de Cataluña Artur Mas compareció ayer en Barcelona para soltarse la melena con unas declaraciones en las que según los diarios nacionales textualmente afirmaba "nadie puede utilizar unilateralmente las armas, en sentido figurado" para "ir en contra de la voluntad de un pueblo, decidida, democrática y pacíficamente y con amplias mayorías". 

Las palabras del Sr. Mas no pueden sorprendernos a estas alturas y no pasarían de ser unas palabras más del independentista Presidente de Convergencia si no fuera porque este señor es Presidente de una Comunidad Autónoma y como tal máximo representante de un poder que debe atender al bien de su comunidad y gobernar por y para todos los ciudadanos catalanes le hayan votado o no. 

Por si fuera poco el Presidente, conforme al artículo 67.1 del Estatuto de Autonomía ostenta la representación ordinaria del Estado en Cataluña.

Para cualquiera que no esté completamente contaminado por  las desviaciones intelectuales que se han hecho común en nuestra España actual y que permiten admitir casi cualquier cosa, que el mayor responsable de una institución pretenda dinamitar la misma y manifieste su intención de hacerlo de de facto gracias al argumento de que nadie está en condiciones de impedirlo, o dicho en lenguaje de la calle "porque nadie va a tener lo que hay que tener para impedirlo" es como mínimo insólito y en en todo caso repugnante.

Si bien la responsabilidad directa es del propio Mas y de los que apoyan y jalean su arreón independentista, no es menor la responsabilidad de aquellos que desde nefasta Constitución de 1978 hasta hoy han ido transigiendo con las veleidades independentistas de ciertos sectores del catalanismo y "riéndoles la gracia" a los que de manera impune han propuesto y sostenido la validez de un quebrantamiento ilegal e indeseable.

El mayor problema estriba en que éste asunto de vieja raíz no sólo no fue atendido debidamente durante la incompleta transición sino que se manejó como si fuera una suerte de enanito de feria al que se podía arrinconar en su caseta con la esperanza de que a cambio de cuatro pesetas y permiso para ondear la bandera y comer calçots (excelente plato, por cierto) se contentaría con su papel de bufón del teatro autonómico.

Pero como era de esperar no ha sido así y el enanito independentista no sólo no se ha quedado en su barraca sino que ha tomado posesión del palacio presidencial y a base de comer pedazos y más pedazos de transferencias y presupuestos es hoy un gigante que amenaza con tragarse a los memos que le trataron de problema menor y por tanto transaccionable.

Uno de los grandes males de España es el amor por el pacto y la transacción. No sabría decir si es la sangre levantina o qué explicación antropológica cabe pero en esta santa tierra el pactar bajo la mesa gusta más que la paella y el manchego.

La desastrosa transición y los posteriores pactos alcanzados bajo la estricta vigilancia mundialista dejarón el "asunto catalán" en manos de una cuadrilla de artistas que tras el saqueo al presupuesto y la elevación de la cursilería política hasta cotas dificilmente igualables han decidido que es el momento del órdago final, del chantaje fantástico que les asegurará unas décadas, cuando no varias generaciones de prosperidad económica personal y de control, de poder, que al final es lo que este enano transformado en gigante siempre ha perseguido.

Por si fuera poco, la fuerza presente que debe enfrentarse al gigante la conforman un conjunto de individuos más capacitados para integrar la Banda del Empastre (con todo respeto a la memoria de tan digna institución del espectáculo) que caracterizados para defender la integridad nacional.

El Sr. Mas dice todas estas cosas porque cree y muy posiblemente esté en lo cierto que no le van a costar nada. El Gobierno de España con la ley en la mano dispone de los instrumentos para resolver el asunto en diez minutos y de no ser por su único afán de gobernar mirando a la urna se daría cuenta de que aplicar la ley en éste supuesto (como en los demás) amén de ser lo lógico y razonable redundaría con toda seguridad en su fortalecimiento político y electoral.

Mucho me temo que no irán por ahí los tiros y que una vez más se recurrirá al juego de tahúres, al apaño bajo la mesa, al corre-vete-y-dile que tanto gusta en la España de hoy y que tanto daño nos hace. 

Sanglier.




lunes, 1 de octubre de 2012

El REY DESNUDO, A PROPOSITO DEL ARTICULO SOBRE EL REY DE ESPAÑA EN EL NEW YORK TIMES

El 28 de septiembre de 2012 el conocido diario norteamericano The New York Times publicó un artículo firmado por Doreen Carvajal y Raphael Minder titulado “Chastened King Seeks Redemption, for Spain and His Monarchy”.

El artículo, bajo la apariencia de favorecer al monarca contiene una serie de noticias y valoraciones que dejan tanto al Rey como a España por los suelos.

El papel de Juan Carlos I desde que sucediera a Franco como Jefe del Estado ha sido objeto de numerosas y encendidas controversias. Si bien el “pacto” en cuya cúspide esta la “corona restaurada por mor del invicto caudillo” ha silenciado eficacísimamente las numerosas y crecientes informaciones acerca de las presuntas implicaciones del monarca en toda suerte de asuntos bastante graves, en los últimos años venimos asistiendo a un alzamiento del velo protector que está dejando ver las partes más pudendas del entramado.

Dejando de lado las decisiones y actuaciones de Juan Carlos I en cuanto jefe del estado y árbitro de la política y el rumbo nacional (no debe olvidarse que la única razón de ser de su nombramiento como sucesor a título de rey era precisamente salvaguardar la integridad de la Nación y los principios sobre los que sustentaba la misma) que son, pueden y deben ser objeto de un meditado y profundo análisis que se nos antoja poco favorable, lo que nos parece reseñable es su actuación privada en la que se ha conducido con un secretismo y unas maneras que recuerdan más a las formas de un líder de estado bananero que a un monarca de una de las monarquías más antiguas y antaño prestigiosas del mundo occidental.

La acusación fácil de los monárquicos lanares según los cuales airear los asuntos del monarca es criticar a la Corona y por ende a España y su triunfal monarquía parlamentaria resulta inválida en cuanto carente de todo rigor. Deberían ser precisamente aquellos que consideran favorablemente y desean la pervivencia de la institución los que debieran criticar con mayor energía las actuaciones del rey que en muchos casos no favorecen en absoluto ni a la monarquía restaurada ni a la imagen de España.

El artículo del N.Y. Times no tiene desperdicio e incluye algunas “perlas” entre las que a mi juicio cabe resaltar dos por su especial gravedad; uno se refiere a la fortuna atribuida a la Familia Real y el otro incluye unas declaraciones efectuadas por una señora que se presenta como princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein y que al parecer acompañaba al séquito real durante su reciente visita a Nueva York. Copio a continuación los textos literales extraídos del artículo publicado en la página web del diario:

(..”The king is widely valued in business circles for acting as a sometime deal maker and economic ambassador for his nation, but how he has amassed his substantial personal wealth remains secret. The Spanish royal family’s wealth has been estimated at up to $2.3 billion, a sum that supporters contend was inflated by the inclusion of government properties.”)

(“Along on the expedition was a German princess, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, 47, and her young son and former husband. The Spanish gossip press labeled her the monarch’s longtime mistress — something she denied in an interview. She also denied that she had somehow benefited from her association with Juan Carlos through a now defunct Spanish-Saudi investment fund.

Ms. Sayn-Wittgenstein called the king a family friend and described her role on other royal trips as a strategic adviser to the Spanish government through her company, Apollonia Associates, which offers advice about high-end Middle East deals.

“The king is a national treasure,” she said. “When he walks into a room, he radiates warmth and charisma and he connects with everybody. Nobody remains untouched by it.”…)

Que yo sepa estas informaciones no han sido al día de hoy desmentidas ni comentadas por la Casa del Rey o al menos no mediante una nota de prensa que figure publicada en la página web de la Institución, por tanto he de entender que el que calla otorga y no hay nada de lo dicho que sea manifiestamente falso ni escandaloso para el monarca ya que de ser así habría manifestado su contrariedad y rechazo.

Lo grave de este asunto no es que el Rey de España quede como Rufete en Lorca sino que esta situación deja constancia del lamentable nivel de España como sociedad. Que una nación occidental moderna tenga a su cabeza a un señor que presuntamente se ha dedicado a los negocios al amparo de su cargo y que se dedique a viajar por el mundo acompañado por una señora que se presenta como “asesora estratégica del Gobierno español” sitúan nuestro país en el nivel de monarquía bananera.

El asunto es grave y me gustaría saber quien le ha concedido a esa señora el título de asesora estratégica y se aclare de qué Gobierno habla. Dado que sus actuaciones han recaído cronológicamente en el periodo de las presidencias de los señores Rodriguez Zapataero y Rajoy Brey, imagino que se podrá mostrar al pueblo que paga sus impuestos el contrato de representación de la señora en cuestión y los términos del mismo. Que yo sepa ese tipo de representaciones requieren el acuerdo político y el respaldo legal y mucho me temo que de haber sólo hay lo primero y de tapadillo.

El asunto no pasaría de ser un lamentable incidente con tintes de corrupción si no fuera por que el periódico norteamericano se permite comentar que la señora en cuestión ha sido bautizada por la prensa española como la “mistress” vulgo “querida” del monarca.

Dejando de lado si esto es cierto o no, sorprende la absoluta falta de reacción por parte de los estamentos públicos. No hace falta ser monárquico, ni republicano, ni autocrático ni anarquista para comprender la gravedad de fondo del asunto.

A esto se une el aspecto antiestético y desagradable que no creo deje indiferentes ni a la reina ni a sus hijos.

En una España rota y quebrada con gravísimos problemas sociales, institucionales y económicos, éste tipo de situaciones cobran una relevancia enorme.

Se me antoja que todo esto no es sino la verificación pública de que lo mal hecho en el ejercicio de lo público no es sino trasunto de lo mal hecho en lo privado y que asistimos entre atónitos y cabreados al ocaso de una figura controvertida y muy hispánica cuya repercusión es inmensa por la deuda que tiene contraída con la Historia y el comportamiento que le es exigible por su título y posición.

Ante este estado de cosas, no creo que resulte excesivo pedir alguna reacción y muy especialmente una profunda reflexión.

Para que España salga de su grave crisis (la económica no es ni con mucho la más importante) conviene que la sociedad empiece por demandar a sus gobernantes una actitud digna y un compromiso profundo. Si el sistema actual les concede el poder y el presupuesto para el bien público, es lícito que ambos, fuerza y dinero sean empleados correctamente y que sus actuaciones brillen por su limpieza sin que puedan infundir dudas o sospechas.

Sin estos mimbres no habrá posibilidad alguna de regeneración verdadera y la cosa pública y privada se irá disolviendo en una miasma de confusión, ruina y apatía.

Sanglier.