sábado, 10 de septiembre de 2022

Una biblioteca. Fragmento.

Sin duda, disponer de una pequeña biblioteca bien surtida es una fuente de constante satisfacción. Puede decirse también que la satisfacción no tiene porqué ser menor si se dispone de una gran biblioteca bien surtida. Tal vez la mayor cantidad de libros pueda dar lugar a que aparezca una punta de ansiedad o de desconcierto ante todo lo que se ofrece. Pasará a ser un reto si la biblioteca no la ha formado enteramente quien la posea, sino que una parte ha sido recibida, entregada como un todo organizado. Aparecerán, sumadas a las horas de buena lectura, la infinidad de gratas sorpresas que depara el adentrarse en el mundo cerrado, recibido, preparado para nosotros, sin saberlo, por otro lector.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Nota de los diarios de Alcides Bergamota Elgrande. Época de hierro. Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.

Mientras cojo un vaso de agua en el pasillo oficinesco oigo lo que dice una chica relativamente joven, empleada de por aquí, que habla por el móvil sin recatarse. Utiliza dos nombres femeninos, algo así como Marina y Luz. A las dos asocia la bonita expresión “dar por el culo…”. Parece que podría tratarse de dos niñas a las que hay que dejar con alguien en estos días veraniegos tan odiosamente complicados. Dice la tipeja: - Si te dejo con Marina, pfff, da mucho por c… En cambio, Luz no es porculera. Utiliza la expresión con toda naturalidad, sin bajar la voz, como algo absolutamente habitual. Debe de ser prima carnal de la tiorra que en el tren exhibía muslazos que restregaba contra la tapicería del asiento. Además, iba descalza, con una pierna recogida, cruzada bajo el muslo de la otra, lo que le permitía irse tocando el pie todo el rato, con mirada ensimismada. ¡Menuda familia! Estamos en un punto en que la gente no es más sucia ni más chusma porque no le dejan, pero supongo que bastaría un pequeño impulso de nada para dar el siguiente paso que prefiero no imaginar. 

martes, 5 de julio de 2022

La urraca. Nota cedida por Calvino de Liposthey, biógrafo, de entre los papeles sueltos del gran Alcides Bergamota.

Mientras refunfuñamos mecánicos en el atasco, la urraca campea por el rastrojo en miniatura que se ha creado en la mediana entre tres carreteras. Pega tres brincos olímpicos y se queda quieta, girando la oscura cabeza de mirar enigmático y primario. Es el pájaro viendo pasar las máquinas. La libertad, el revoloteo maravilloso, la ausencia de trabas que es la lectura. Ayer Agustin de Foxá (varios de sus artículos –sobre todo el que trata de los 50 años del Pilar- son espléndidos, consigue extraer la vida española y ponerla en un papel para que cada lector la reviva a su vez), luego Federico de Roberto, páginas de Edith Stein sobre Santa Isabel de Hungría, de gran belleza, y finalmente Edgar Neville. Me voy a la cama con la sensación de haber volado libre de ataduras, reconfortado y pleno, como la urraca en su rastrojo. La manía ágrafa.

viernes, 1 de julio de 2022

Toros. Nuevo apunte de A. Bergamota para El Heraldo de Nava.

Los toros no pueden verse más que de una sola manera y en realidad no se han visto nunca más que de esa sola manera. Siempre la misma. Y si ese punto de vista cambia, desaparecen los toros. La plaza en realidad si es un matadero. Ver toros es asistir al sacrificio público de reses bravas. Lo que ocurre es que el sacrificio se hace de una manera ordenada, ritual, en la que la res, en lugar de ser enviada a un matadero en manada, sale al ruedo sola, de forma individual. De esa forma, el sacrificio de la res, de alguna manera se dignifica. Y se dignifica sobre todo por la forma de hacerlo conforme a unos cánones, a una manera de hacer las cosas, no de cualquier manera. Por eso es clave en la corrida de toros la muerte del toro, sin ella no hay sacrificio. Toda la lidia no tiene otro objeto que prepararla y lograr que se culmine de forma eficaz, rápida, vistosa, carente de ensañamiento, de crueldad y de fallos. Si no se torea bien, conforme al canon, que es lo que logra quebrantar al toro, vencer su poder, se complica la suerte final, se hace más difícil entrar a matar y las probabilidades de no culminar el sacrificio aumentan. Por eso no se debe premiar la faena de quien, al no matar bien no culmina el sacrificio y, por el contrario, es posible premiar una faena menor culminada con una gran muerte. 



jueves, 30 de junio de 2022

Copas de balón. Caso real.

Por razones evidentes no se dan los nombres de los protagonistas del siguiente diálogo. Pero podemos asegurar que se trata de un caso real, tratado -con éxito- en la Fundación Tato para Varones Desahuciados. Agradecemos al presidente de la fundación que nos haya facilitado una muestra de como está el patio. 

***

- ¿Usted que aficiones tiene? Se produce un silencio embarazoso. Pero al momento se oye una voz baja, pausada, con un deje de timidez. 
- Pues verá usted, yo antes tenía otras aficiones, pero ahora, lo que me gusta, lo que de verdad me gusta es... es comprar cristalería en el Corte Inglés. 
- ¿Pero qué me dice?
- Lo que oye, tal cual. 
-¿Pero cómo así?
- Cosas de uno. Eso es lo que me gusta y poco más. Sobre todo, copas de balón, cuanto más finas mejor. Eso me chifla. Me pirro por las copas de balón.
- Si claro, si hasta lo comprendo. ¿Y antes? 
- Antes, otras cosas, un poco de todo, pero ya ve usted, las dificultades de la vida. El desgaste.
- ¿No será el calor?
- Oiga, que aquí no hemos venido a faltar. 

Pero vamos a ver, pero si es que nadie habla así ya, de esa manera. Ya, pero a mí me gusta. Que quiere usted. Ya estamos otra vez.