viernes, 6 de septiembre de 2019
Chesterton, famila, plutocracia, estado.
“(…)
la supervivencia de la familia como pequeño estado libre.”
“De
cualquier forma, algunos conservarán la convicción de que el antiguo puente
entre las torres de los sexos es la más digna de las obras de la tierra.”
“Saben
lo que hacen estos maestros de la plutocracia moderna. No se equivocan; no se
les puede acusar de incoherencia. Un instinto muy profundo y preciso los ha
llevado a distinguir a la familia humana como el mayor obstáculo para su
inhumano progreso. Sin familia estamos indefensos ante el Estado, que en
nuestro caso moderno es el estado servil. Usando una metáfora militar, la
familia es la única formación capaz de repeler la carga de los ricos (…)”
“(…)
pero el hombre y la mujer tienen que permanecer juntos de alguna manera; y
tienen que aprender a soportarse como sea.”
G.K. Chesterton
Sobre el divorcio.
Editorial Renacimiento, prólogo de Enrique García-Máiquez.
Las plumas del ave.
Chesterton
relaciona divorcio y esclavitud.
“Sólo toleran una forma de
libertad, y es la clase de libertad sexual que cubre la ficción legal del
divorcio. Si preguntamos por qué solo queda esta libertad, cuando tantas libertades
se han perdido, encontraremos la respuesta en el resumen de este capítulo.
Intentan quebrantar el voto del caballero como quebrantaron el voto del monje.
Reconocen en el voto la antítesis vital del estado servil, la alternativa,
luego el antagonista. El matrimonio hace un pequeño estado dentro del estado,
que resiste a toda regimentación. Ese lazo rompe los demás lazos. Desean que la
democracia sea sexualmente fluida porque el nacimiento de pequeños núcleos es
como el nacimiento de pequeñas naciones. Como las pequeñas naciones, son una
molestia para las mentes de alcance imperial. En resumen, lo que temen es, en
el sentido más literal, el autogobierno.”
viernes, 30 de agosto de 2019
Las palabras del músico. Recogidas para el Heraldo de Nava, por GGM, plumífero.
“(…).
En cualquier caso creo que lo urbano, hasta tiempos recientes, no hace acto de
presencia irreversible en el mundo rural convirtiendo un sistema cultural que
podría responder a calificativo de “plácido” en “angustiado”. Hoy no se conoce
un lugar del planeta al que no haya llegado esa angustia en forma de radio, de
televisión, de refresco de cola o de deporte obligatorio que necesariamente hay
que practicar o que sufrir como espectador. Todos los conocimientos llegan a
los jóvenes por el único camino que tienen para recibirlos, y reduciendo su
capacidad crítica y especializando al máximo el aprendizaje, con lo que ello
conlleva de pérdida de curiosidad y de
posibilidades de relación. (…) Esa vida de relación e intercambio de
conocimientos ha desaparecido en favor de una sociedad con grandes adelantos
técnicos pero con los mismos problemas humanos y de relación entre individuos
que hace tres o cuatro mil años.”
Joaquín Díaz Las palabras del músico, conversaciones con Joaquín Díaz, por Joaquín Alvarez Barrientos, editorial Ámbito, 2001
viernes, 2 de agosto de 2019
miércoles, 31 de julio de 2019
Chinos que son japos. De los diarios de Alcides Bergamota el Grande (época de Hierro). Cortesía de Calvino de Liposthey, biógrafo.
Uno se pasa la vida en proyectos y muchos no pasan nunca de la idea vaga. Y también tomando notas y apuntes y pegando recuerdos –entradas, papelitos, dibujos, postales- en diversos cuadernitos, desordenados y confusos que poco valdrán y nadie querrá en unos años. Pero así somos. Tal vez pensamos que al pegar, rellenar, pintar y apuntar, lo que hacemos es atrapar.
¡Cuentos chinos! nos dice Tato. Cuentos chinos es lo que le cuentan a la gente para formatearla… en sesiones de formación claro. No ya de espíritu nacional, doctrina católica, o clase de historia. Son sesiones para la digestión de cursis palabras inglesas: cuchin (en inglés “couching”); embrasin dibersiti (embracing diversity); mainfulnes (mindfuldness), inspairin líder (inspiring leader); jodin the marraning (to… ¡Esa no existe oiga!).
Se han dado cuenta –los que piensan tanto- de que el trabajador occidental por cuenta ajena, una vez liquidado el cristianismo, inexistente la comunidad y vaciado el individuo de cualquier anhelo y sentido vital, puede resultar pesado de tratar. Y puede no rendir adecuadamente. Para que no pase de la furia a la depresión, para que no pase de machacar al prójimo a salir corriendo, para volver a darle equilibrio y un lugar antes las cosas y el mundo, hay que volver a darle un poco de estructura, pero sin pasarse. Sobre todo darle mucho YO.
Rendirá más si tiene algo de vida personal, si da los buenos días por
la mañana, si aprende a organizarse, a ser respetuoso para trabajar en grupo
(¿Mirando a Cuenca? ¡Cállese hombre!), si es capaz de apreciar al prójimo, tal
vez no como a sí mismo, pero si lo suficiente para evitar el inmediato punta
pie. Pero sobre todo ganará eficacia si cree profundamente en si mismo y se
convence de que rebuscando en su interior encontrará respuestas y recursos para
todo lo que se proponga. La pluma de Dumbo, entiende usted. Trascendencia no
gracias. Así que se le enseñan técnicas de relajación, para que aprenda a
escuchar, para que mejore percepción y concentración, para que aprenda a comer
despacio, a escucharse y a escuchar. Pero para que tampoco nos pasemos con el
religar se le anima a competir, a rendir, a ser el mejor, a triunfar (¡triunfe
leñe!) con la expresión inglesa tu plei
in lig guan (to play in league one).
A este individuo que está un poco más que hueco, se le rellena ahora con técnicas para mejorar el rendimiento profesional en entornos dónde debe colaborar con otras personas. Se le recuerda que las personas merecen respeto, que hay que interactuar unos con otros, que se puede preguntar. Pero no vemos imposible que se le pueda rellenar más adelante, en la siguiente generación, cuanto mayor vaya siendo la distancia con la extinta Europa cristiana, con técnicas de combate y aniquilamiento del prójimo o de si mismo, con técnicas de aceptación y adaptación a todos los horrores contemporáneos, a todo aquello que se le ocurra a la jerarquía económica, política y mediática que suministra regularmente los argumentos para estos cuentos chinos.
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