miércoles, 8 de febrero de 2017

LOS CIGARROS PREMIUM Y EL HEDONISMO POSTMODERNO

Decir que el mundo del cigarro (el cigarro puro, se entiende) ha vivido una evolución paralela a la de la sociedad que lo consume suena a perogrullada pero no lo es, o no del todo como trataremos de exponer en las líneas que siguen.

El cigarro se consume en el ancho mundo desde hace más de 500 años. España fue, ha sido y es la tierra del cigarro. Cuba, nuestra hermana y antigua provincia española es el lugar al que Dios regaló las más fértiles tierras y las mas exquisitas condiciones para la producción de las labores tabaqueras. 

Los vaivenes de la Historia y los accidentes políticos, familiares y económicos fueron expandiendo la industria a través del orbe hispano; Canarias, Filipinas, Santo Domingo, Nicaragua...todas tierras de exquisitos tabacos y hábiles torcedores unidos por el sello hispano del amor al tabaco.

Andando los siglos se nos fueron uniendo holandeses, daneses, suizos, norteamericanos y hoy el mundo cuenta con productos elaborados en muy diversos rincones y confeccionados con muy variadas calidades de tabaco.

De todo este gran mundo del humo azul, lo que más ha variado son los usos y costumbres que han hecho del cigarro un artículo de lujo que nunca antes fue, no al menos en España dónde han fumado cigarros desde al arriero al duque, pasando por el comerciante, el portero de finca urbana y el rey.

Por muchos siglos el cigarro no fue signo de distinción económica alguna. Eso era "fuera" en los países donde un cigarro era un excentricidad, un producto vinculado al económicamente poderoso, y aún así este matiz hay que concederlo con excepciones. A parte de España, en muchos otros lugares del mundo como Inglaterra, Estados Unidos, Holanda o los puertos comerciales de Asia, el cigarro se consumía por doquier y sin distinción de clases. 

Hoy día, tras varias décadas de persecución científica y sistemática al "vicio de fumar", el cigarro está proscrito de la vida pública y en muchos casos de la privada. 

Me dirá algún lector que eso está muy bien ya que fumar es un vicio sucio y pernicioso para la salud. En la cuestión de la salud no hay mucho que discutir, si bien se pueden citar muchos otros vicios e imposiciones de la vida actual que son,con mucho, mas anti-higiénicos y dañinos que el fumarse un cigarro.

En esta segunda década del siglo XXI el cigarro transita hacia su encumbramiento como producto "premium" (luego hablaremos de ese anglicismo espantoso) que ha de ser disfrutado en un entorno privado y oculto y mediando una liturgia recargada y pedante.

El incremento del precio de los cigarros se debe esencialmente a razones no directamente relacionadas con el cultivo del tabaco y la producción.

La fiscalidad confiscatoria y el monopolio de la distribución en manos de grupos que aplican generosos márgenes ha hecho que adquirir un cigarro decente hoy día se vaya convirtiendo en un gasto casi suntuario.

Hace bien poco las labores de la Habana (por no hablar de las demás) eran lo suficientemente económicas cómo para que un honrado trabajador se pudiera fumar un puro después de comer "echando la partida", sentado en la grada del estadio de fútbol, del frontón o en la plaza de toros.

Hoy día, ese honrado trabajador tiene que dejar de fumar o comprarse un puro mediocre al doble o triple de precio.

¿Han desaparecido las labores buenas? No señores,siguen existiendo (algunas ya no son lo que eran) pero ahora han ingresado en las listas de los productos "premium" y sus precios se han multiplicado exponencialmente.

El adjetivo "premium" es una forma hortera de referirse a un producto de calidad superior y consumo exclusivo cuyo uso esta hoy tan extendido que en todos los rubros hay algo "premium". 

Desde la locura económica mundial que acompañó la llegada del nuevo milenio, se expandió por el mundo una fiebre del lujo que se ha ido alimentando sin parar. Hoy día el comercio del lujo es una economía de proporciones fenomenales.

Paralelo al crecimiento del hedonismo generalizado, las marcas de artículos de lujo fueron ideando un "concepto" para separar a los consumidores con gran capacidad de gasto del resto y de ahí surgió el famoso "premium" que ahora todo lo invade.

El éxito ha sido tan grande que hoy tenemos champanes premium, aguas de colonia premium, vinos premium, pelotas de golf premium y hasta seres vivos premium.

El consumidor de ese catálogo se compone de tres grandes grupos de entusiastas y uno de víctimas. 
Entre los entusiastas tenemos el hiper rico al que el precio se la trae al pairo, el acaudalado que mira poco la factura, y el imitador que quiere pasar por lo que no es. 

El grupo de las víctimas lo forman aquellos que vienen del viejo mundo y que bebían champan antes de ser premium o brandy antes de ser premium o consideraban que una caja de Montecristo era el elemento normal que acompañaba a la bandeja del café las tardes de los sábados después de comer.

El consumidor "premium" une a su recién adquirido estatus y al consumo del producto en sí la práctica de una liturgia que va evolucionando conforme los señores que venden las marcas van imponiendo más "costumbres" y creando más ritos. 

Es la falsa religión del hedonismo que incorpora más y más elementos adquiridos a precio de oro y cuyos ritos deben conocerse al dedillo si no quiere uno ser considerado un horrible paleto.

La cultura "premium" está enraizada en la postmodernidad y ,por tanto,  se debe practicar preferentemente en privado, detrás de los muros, dentro de los reservados, en los clubs exclusivos y los salones "que no existen" dónde se hacen todas las cosas que luego se prohíben a la masa que no es premium.

El resultado del triunfo de los postulados sociales de la izquierda radical y del hedonismo militante han convertido al cigarro en un artículo sospechoso y en ciertos ámbitos escandaloso.

Si un fulano se enciende un cigarro y se pasea por el centro de una gran ciudad española (no hablemos de las otras capitales europeas porque entraríamos en causas criminales) atraerá un buen número de miradas de odio y asco. Si además va vestido con un traje (de confección y barato es suficiente, no piensen que hace falta un tres piezas de sastre) corbata y un abrigo, entonces puede que incluso escuche velados insultos y gruñidos ofensivos. 

Ahora bien, si un actor un ídolo musical o famoso de cualquier ralea aparece en un medio diciendo que el/ella fuma puros "premium" y que es miembro de un club de fumadores y recomienda "maridajes" entonces recibirá la admiración y la veneración de la masa consumidora.

Así va caminando el cigarro empujado por unos y por otros al mundo "premium". 

El abogado que antaño se enciendía un chisme esperando al tren en Venta de Baños mientras  departía con el factor que se acababa de ventilar una faria, ahora se va con unos amigos a un club de fumadores el sábado por la tarde a una sesión de "maridaje" donde un simio entrenado en algún tugurio siniestro les atiza veinte euros por un puro mediocre y otros veinte por una copa de brandy "premium".

A eso lo llaman "evento" y hay que agendarlo, y compartir la fecha por el móvil y pedir permiso a la señora para que no se ofenda ni moleste, que no le deja fumar en casa, y eso si al salir de casa su niña de ocho años no le dice que va a morirse porque su profe les ha dicho que el tabaco es muy malo-muy malo pero que la eutanasia está muy bien...

Este es el mundo de hoy, un mundo de memos dirigido por una pandilla de golfos y animado por una cuadrilla de gentes con serios problemas mentales.

Siempre quedará el reducto de la normalidad, la catacumba do mora la gente que no quiere (pueda o no) ser "premium" y que se conforma con conseguir labores no demasiado caras, licores que no hagan mucha publicidad y sobre todo disfrutar de gente que no tenga miedo de llamar a las cosas por su nombre.

viernes, 3 de febrero de 2017

CARTA AL EDITOR DEL MARQUES DE JALEA REAL

Acabamos de recibir en la sede de la redacción de Cepo Gordo una carta del Marqués de Jalea Real dirigida a nuestros editores cuyo interés amerita su reproducción literal
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Colmenilla de Abajo, 2 de febrero de 2017.

Sociedad Editora El Humo Azul
Att. Ilmo Sr. José María Vaca de Parladé y Fino de Barbate.

Querido Pepe,

Te ruego de antemano que perdones mi impertinencia al ocupar tu precioso tiempo con estas mezquindades, pero tratándose de una cuestión de honor y buen nombre me parece imprescindible poner en tu conocimiento este asunto.

El pasado 31 de enero envié a la redacción de Cepo Gordo una carta cuya copia te remito adjunta en la que hacía algunas precisiones en torno a la figura y obra de mi querido amigo y compadre Onofre Velado-Baz al que creo has tenido ocasión de conocer en uno de los seminarios de la Sociedad Arqueológica Várdula.

Cual ha sido mi sorpresa cuando en las ediciones del 1 y 2 de febrero de tu Cepo Gordo se han publicado dos comentarios; uno de un supuesto colmenillero que se esconde bajo el sucio velo del anonimato y el de otro de un falso hijo de la viuda de Manrique que, como sabes por conocer a la sociedad de Colmenilla, no ha tenido descendencia.

Mucho me temo que el autor o autores de esos mensajes falaces y dañinos forman parte de la misma conjura que de manera insidiosa pretenden derribar de su pedestal de honradez a nuestro querido Onofre y de paso mancillar el buen nombre de la casa de Jalea Real y de este humilde siervo sobre el que recae la responsabilidad de tantos siglos de brillante ejecutoria familiar.

A fin de demostrar la falsedad de lo afirmado en esos comentarios, me detengo en responder cada una de las infamias vertidas:

- Don Onofre Velado-Baz es hijo de una rica estirpe de agricultores y propietarios. Su saneada situación financiera no es mero fruto de la herencia (magnífico instituto jurídico que Dios bendiga) sino de la diligente ordenación de sus negocios y la prudente administración de sus capitales. Don Onofre Velado-Baz es persona de costumbres sanas y económicas y no dilapida su dinero en fastos egipcios ni larguezas inmoderadas.

-Don Onofre Velado-Baz es cristiano viejo y persona de profundisima ve y devoción, algo incompatible con el odioso crimen de la usura.

-La situación financiera de la casa de Jalea Real y las cuentas particulares de su titular son cuestiones privadas que a nadie atañen. No pienso decir ni una palabra más ante insinuaciones absurdas que la realidad de mi vida y obra ponen en su sitio.

-Jamás he tenido negocio ni comercio alguno con Don Doroteo Velado-Baz y los citados pagarés no existen sino en la imaginación del difamador. ¡Que muestre al escrutinio público pruebas de semejantes desvaríos!

-El difunto marido de Doña Elisenda Cap-Ferrat, nombre de soltera de la viuda de Manrique, se llamaba Felipe Luis de Manrique y no Dositeo. Ambos datos, de fácil comprobación, desmontan por completo la veracidad del reiteradamente citado comentario.

-Por último y en cuanto al autodenominado Dositeo Manrique Jr, no dejaría de reírme si no fuera este asunto de la máxima seriedad. Ni hubo Dositeo padre ni hay Dositeo hijo y si los hubiera no son quienes dicen ser ni tienen relación alguna con la viuda de Manrique, excelente dama de probadísima virtud y belleza coronada desde su original cuna ampurdanesa hasta los melosos campos de Colmenilla. 

No te fatigo más, querido Pepe, con historias que no te han de quitar el sueño, pero ahora comprenderás porqué era tan importante para mi dejar claras estas acusaciones.

Me despido rogándote hagas llegar estas líneas a la redacción de tu publicación.

Con sincero afecto, un abrazo.

Tomás Jalea.

miércoles, 1 de febrero de 2017

ANIMALISMO Y LIBERTAD

Vaya por delante que el que ésto escribe no es persona aficionada al circo y menos aún a los números con animales amaestrados. 

Desde mis primeras visitas infantiles al circo recuerdo el aburrimiento que me producían los perros danzantes y las cebras saltarinas. Los elefantes y leones no me producían excesiva impresión, no por ser infante de especial valor sino por las lecturas de las Sagradas Escrituras,  los almanaques de mitología griega, las Mil y Una Noches, Salgari y Verne, alimentos para la imaginación que le iban curtiendo a uno en la aceptación de los fenómenos de la naturaleza y el santo pavor al león de Sansón, a la Medusa y al tigre de Bengala que han ido moldeando el carácter del personal occidental desde hace unos miles de años.

Nos despierta hoy otra noticia que incide en el permanente liberticidio del que es víctima el contribuyente hispano.

Los políticos que dirigen los destinos de la Comunidad de Madrid se plantean prohibir el circo con animales, es decir el circo como se conoce desde hace milenta de años como dirían en La Mancha.

Las razones (aparentes) que se aducen están relacionadas con el maltrato animal. Pues muy bien, se trata de un argumento "cojonudo" cuya lógica serviría para cerrar bares y prohibir infinidad de actividades sometidas a licencia o reglamento (miles). 

La razón fundamental que creo se esconde tras este nuevo ataque a la libertad del personal consiste pura y simplemente en persistir en el ejercicio indiscriminado del pastoreo social y la cura de almas.

Las lumbreras que promueven esta medida, de manera consciente o inconsciente sostienen que el animal es igual al hombre. La bestia tiene los mismos derechos (no deberes, ya que el pato o el perro no pagan impuestos ni se dan de alta en el padrón) que el ciudadano Martínez y por tanto deben ser protegidos de cualquier clase de maltrato, incluyendo su confinamiento en jaulas estrechas o su reclusión en cercados sin el debido nivel de confort. 

Al amparo de esa doctrina antihumana cuyos máximos voceros son las asociaciones animalistas de ideología ultraizquierdista, se nos dice que el circo con animales es malo porque los circenses tratan al bicho fatal y lo someten a maltrato y vejaciones.

Vayamos por partes. Los espectáculos circenses con y sin animales están sometidos a la legislación vigente. Aquellos que ejerzan la actividad conforme a Derecho tratarán a los animales correctamente dentro de lo que se entiende correcto para un animal=bestia inanimada y obviamente no hombre (un animal no es una persona).

Aquellos que maltraten al animal actuarán fuera de la Ley y por tanto serán susceptibles de reprensión en la forma prescrita.

Superado el estrato puramente legal, está la cuestión de la LIBERTAD. El circo es un entretenimiento que gusta al personal desde hace miles de años. Los espectáculos con animales son tan viejos como la humanidad y si su vigencia perdura es por la aceptación que tienen entre un sector no pequeño de la población.

Manifestar que el adecuado trato al animal es algo deseable resulta innecesario en una sociedad evolucionada como la española.

Los animales de circo no son salvajes y se crían en cautividad con el propósito de ser amaestrados para la exhibición de sus habilidades. Ésto puede gustar o no pero no es razón suficiente para prohibir el espectáculo. Siguiendo esa lógica sería legítimo prohibir la exhibición de carnes flaccidas, canillas peludas, tatuajes por todo el cuerpo u otras cosas que a cierta parte de la población ni nos gustan ni nos parecen edificantes.

El problema de fondo es el desmedido deseo de atentar contra la libertad del individuo y la voluntad de imponer un modelo de vida.

El animalismo es uno de los movimientos más siniestros que ha alumbrado la post-modernidad ilustrada por la nueva izquierda. Sus postulados son erróneos de principio a fin y atentan contra la visión del humanismo cristiano que ha permitido el desarrollo de la civilización. 

El ansia de los poderes públicos en manos de la izquierda radical para moldear la vida de los administrados es sólo comparable a la pasividad de la falsa derecha de la careta y el inmovilismo. No se alzan voces que reclamen cordura ante un atropello mas que va minando el libre albedrío del contribuyente. 

Ni tabaco, ni toros, ni opinión independiente, ni praxis religiosa pública, ni tradición, ni folclore ni nada de nada que no sea la mediocridad vital, el sometimiento absoluto a doctrinas pestilentes que deshumanizan al hombre hasta convertirlo en un pelele silencioso, hiperconectado a una red de producción y consumo, un mundo de zombies callados que sirven al gran libertador.

Me dicen que los empresarios del circo suelen ganar sus pleitos en los tribunales, espero que siga siendo así y que los que disfrutan de sus espectáculos puedan seguir acudiendo en Madrid a ver a los perros sabios, las cabras videntes, las cebras saltarinas y el elefante que toca el trombón. A ver si adiestran a un mono para que aprenda a soltar tacos contra los liberticidas y se "cague" en el sistema...será una pruba más de que el hombre amaestra a la bestia.  

Trompeta, trompetilla (texto amablemente cedido por Calvino de Liposthey, biógrafo).

Vivimos en la deliberada confusión de conceptos y de ideas, en un galimatías en el que nada es nombrado por lo que es, dónde la mentira y las medias verdades se van haciendo lentamente con el terreno, en el mayor desorden. La información nos cae encima como una avalancha que no cesa y cada vez es más difícil informarse, no digamos acercarse a la verdad. Llama la atención la obsesión que hay con Trump que corre paralela a la más absoluta falta de autocrítica por parte de quienes critican al nuevo presidente de los Estados Unidos. Estos críticos, y las fuerzas a las que representan, proclaman a diario su escándalo y su indignación por los hechos y sobre todo por los dichos del nuevo presidente, pero no se molestan demasiado en explicar o fundamentar un estado de ánimo que exhiben como si fuera una verdad indiscutible. Estos críticos –críticos ahora, silenciosos con el anterior presidente por los mismos hechos- tal vez tengan algo de responsabilidad, incluso mucha, en la elección de Trump.

La primera pregunta que uno debería hacerse para entender la aparición del personaje parece obvia: ¿En qué estado de descomposición de encuentra la sociedad occidental para que los dos candidatos presidenciales sean gente de la categoría de Trump y de Hillary? Porque si es difícil alegrarse por el triunfo de Trump, es una prueba de vigor moral y mental, alegrarse de que la pavorosa, translúcida y apergaminada Hillary se la haya pegado.

Todos esos medios al servicio de un partido, de un pagador, sin la menor independencia, todo ese progresismo bien-pensante y perdonavidas, toda esa clase política cerrada sobre sí misma, que nos ordena cómo vivir y cómo pensar mientras nos esquilma, que nos insulta y nos mete en el saco con la etiqueta “deplorables” si no obedecemos, que impide llamar a las cosas por su nombre, que desafía lógica, conocimiento, hechos, sentido común; que carga contra las tradiciones de occidente –o lo que queda de ellas-, contra la familia, el catolicismo, la cristiandad, el espíritu crítico, los fundamentos de la libertad, de la educación ¿no tendrán todos ellos algo que ver con lo que sucede?

Todos ellos: Una mayoría de medios, los progres en masa y una mayoría de políticos, todos ellos enfermos de orgullo y egolatría hasta el extremo. Y tal vez nosotros, por la incapacidad de articular una respuesta organizada que vaya más allá de la resistencia individual, casi en el fuero interno. Piensen que estas palabras estarán ya causando escándalo.

Y es que cuando la realidad no encaja en su esquema entonces, todos ellos, pretenden cambiar la realidad o ignorarla. Si la educación en Occidente sufre horas bajas no es por falta de principios, por el abandono del esfuerzo y del mérito, de la lógica, del respeto al profesor, sino por falta de dinero, y venga a gastar sumas ingentes. El hábito de justificar al agresor –que careciendo de voluntad actúa no por sí mismo sino movido en realidad por la maldad de su entorno- y culpabilizar a la víctima –algo habrá hecho- se ha generalizado en todos los ámbitos de la vida social. Si no gana nuestro candidato, llamamos a la rebelión, montamos manifestaciones contra el vencedor, explicamos que el sistema que para ganar nosotros si es válido, cuando hemos perdido está gripado, corrupto, trasnochado. Y por supuesto cargamos contra la mayoría que ha elegido presidente. Cuando no actúa como queremos ¡ni siquiera la todopoderosa mayoría tiene ya valor! Recordemos los españoles que esa mentalidad no es de hoy. Fue la que acabó con la segunda república española.

¡Vaya soflama dirán ustedes! ¡Que exageraciones, tampoco es para tanto! Cada uno, es verdad, le da importancia a cosas distintas. Pero sí que existe una razón por la que es muy grave que se esté dinamitando lo que podríamos resumir como tradición de Occidente. Y no voy ahora a repasar en que consiste dicha tradición. Si no lo saben ustedes mal estamos. La razón es que no hay libertad sin tradición y que sólo son libres las sociedades que basan su libertad en un sistema de tradiciones vigente que, siendo compatible con la libertad, la sustenta, permite que se ejerza y le suministra anticuerpos contra la tentación utópica, contra la soberbia reguladora, contra el estado sacado de quicio, contra el jacobinismo rampante y contra las gordas. Contra las mentalidades gordas, gruesas, entiéndase lo que quiero decir, frente a las mentalidades egregias.

Terminaba de esta manera su pequeña charla el gran polígrafo. No cabía un alfiler en el salón rojo del Casino de Nava de Goliardos. En el programa de actividades podía leerse “Comentario de actualidad”, por Alcides Bergamota el Grande. A las 13:00 horas. Antes una conferencia sobre palimpsestos, después de un comentario a dos voces sobre tauromaquia –repaso de la Temporada y estado actual de la Fiesta-, a cargo de un crítico venido de Madrid y de un aficionado local, reseñador puntilloso a sus horas. Después de comer, una lectura de poemas, seguida de una mesa redonda para poner fin a la jornada cultural patrocinada por Doroteo y por la Fundación Tato para Varones Desahuciados.

La jornada, en realidad un día completo al que se añadía el programa de cine en tardes sucesivas, se había mantenido contra viento y marea. Contra los que acosaban a los organizadores –patrocinadores y junta directiva del Casino- señalando que el formato y los contenidos eran una antigualla, que faltaban perfórmanses, preferentemente de contenido subido de tono, ¡que faltaban mensajes, odas sáficas, instalaciones y detritus! Era penoso, les espetaban, que el programa no estuviera traducido al inglés. La falta de contenido verdaderamente audiovisual era intolerable – el ciclo de cine con películas de Ford, Lang y Manckiewicz, Chaplin y Neville había sido motejado de pintura rupestre, de herrumbre sin vigencia. Pero el mayor reproche que se les hacía desde el grupúsculo de oposición manejado por Spotti, desde las instituciones culturales de la autonomía y de la capital de provincia, el colmo del horror sin duda, era que no participaba ninguna institución pública.

La modesta jornada cultural no daba pie al pago de ninguna subvención. ¡Sois unos paletos conio!, les reprochaba Fidelio Lentini Spotti. Tirando de cuatro hilos y contratando a unas performers te llueven los euros, un poco de LGTB y nos hacemos de oro. ¡Dejadme participar y os lo arreglo! Doroteo llevaba años rechazando las ofertas del satánico Lentini. Vete a la mierda Lentini. ¡Cómo me sigas tocando las narices el año que viene Nobleza baturra y un ciclo sobre Juana de Arco y verás cómo llenamos también!

Y es que con su modesto formato, dos conferencias, la charla a dos voces, unos poemas, cinco películas en dos días, se llenaba el salón rojo, se llenaba la modesta sala de cine, se aplaudían las películas al final y se seguía con interés el coloquio posterior. No acudían grandes masas, no se descubría la piedra filosofal, pero tampoco se vivía un retablo de las maravillas. No había estafa, ni cultural ni al erario público.



martes, 31 de enero de 2017

LA VERDAD DE LO ACONTECIDO A DON ONOFRE VELADO-BAZ

Nos llega a la redacción de Cepo Gordo un escrito que por su indudable interés reproducimos en su integridad. En Cepo siempre hemos sido partidarios de defender la verdad a toda costa y dar voz a los que encuentran otras puertas más poderosas cerradas a cal y canto.

Que cada palo aguante su vela y a quien Dios se la dé que San Pedro se la bendiga.
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Colmenilla de Abajo, 30 de enero de 2017.

Redacción de Cepo Gordo.
Att. Sr. D. Cipriano Olmedo Cenicientos, Jefe de Redacción.

Muy Señor. Mío,

Escribo, apelando a su indulgencia, con el ruego de que publique en su estimado medio digital estas líneas que no son sino la refutación completa y enérgica de las informaciones perversas que desde hace unas semanas se están vertiendo en diversos medios acerca del tan comentado suceso acaecido a mi querido amigo y compadre Don Onofre Velado-Baz.

Principiaré por esclarecer la verdad de los hechos y seguiré haciendo un rápido bosquejo de la natura de mi amigo y glosa desapasionada de las virtudes que lo adornan.

Estaba hace ya dos semanas el amigo Onofre sentado en su habitual mesa del mesón Oro Puro de esta noble villa de Colmenilla de Abajo cuando el patrón puso ante sus barbas una cazuela de codornices a la cazadora.

Es de antaño sabido en Colmenilla la pasión que siente Onofre por las codornices y a ninguno de los presentes sorprendió la buena gana, casi devoción, con la que este cristiano viejo emprendió la consumición de tan delicadas avecillas. 

Habiendo liquidado su tercera ave resultó que un pequeño y traicionero huesecillo fue a pararse en la zona dónde el paladar pierde su vuelo y se inicia la cuesta abajo de la cañería degustativa.

Cuando el rostro de Onofre alcanzaba las notas cárdenas propias de la sangre del verraco, el personal circundante reparó en el atragantamiento y se arracimaron en derredor del paisano cuyos ojillos vidriosos presagiaban la cercanía de Caronte.

Gracias a la intervención del Altísimo y de la Virgen de la Colmenilla y habiéndose puesto de manifiesto que no era la hora en que Onofre debía dar cuenta de sus años en el triste mundo, sucedió que estaba entre los presentes el bueno de Antonio Bolaño, conocido albéitar del vecino ayuntamiento de Cañas de Miel que prestamente procedió a practicar la maniobra de compresión abdominal conocida internacionalmente por maniobra de Heimlich.

Liberado del nefasto huesecillo y recuperada la respiración, el amigo Onofre dio puntuales muestras de agradecimiento al veterinario y a los arracimados vecinos y con mayor prudencia y parsimonia completo la consumición de las codornices que restaban para completar su media docena.

Pasados unos días el pueblo entero y diría aún mejor la comarca e incluso la provincia quedó atónita y estremecida al aparecer numerosas noticias que situaban el episodio de Onofre en lugares bien distintos y la causa del ahogamiento a circunstancias muy diferentes.

En unas publicaciones se ha dicho que la tarde de autos Onofre se hallaba en cierto local de la carretera de Colmenilla a Cañas de Miel y que el huesecillo no era de codorniz sino de otra clase de ave más crecida.

En otras se insinúa sin reparo que el atragantamiento no fue tal sino un síncope sufrido en el curso de una francachela pagada a costa del corredor de la cooperativa Santo Niño de la Roca que estaba de tourné por la zona para pagar el vino.

Por último, y ésto es lo que más ha indignado a la facción amiga del honesto Onofre, una última noticia publicada en el Adelantado de Losa, viene a referir con malas artes y peores letras que el accidente de Onofre se produjo en el curso de una visita a la viuda de Manrique que es de todos muy sabido su amistad con Onofre que se retrotrae a los tiempos en que Adelina jugaba con las hermanas de Onofre en tiempos lejanos y anteriores a esta república de iniquidades en la que hoy vivimos.

Narrados los hechos ciertos y resumidas las noticias falsas sólo me queda por reiterar mi denuncia y negar las insinuaciones que hacen de mi amigo y compadre una víctima de las pasiones inguinales, una suerte de sátiro, un pelele en manos de Venus.

Sepan ustedes y debe quedar por escrito que Onofre Velado-Baz, propietario, natural de Colmenilla de Abajo es un cristiano viejo, hombre de gran piedad y costumbres rectas, un espíritu cultivado amante de la poesía, la arqueología y la fina gastronomía regional.

En nuestros incontables años de amistad y convivencia jamás vi ni supe que Onofre no acudiera a ningún local de esparcimiento dónde se denigre al ser humano ni se practiquen licencias de carne o pescado, de vista u oído, de tacto o paladar.

Situar a Onofre entre los brazos de la viuda de Manrique (que sea dicho de paso es una real hembra y se comprendería) es como imaginar a Alejandro Magno de tercera corista del Folies Bergère.

Tras serena reflexión no me cabe duda que esta tormenta de difamación y calumnia no es sino un siniestro ejercicio para minar la reputación de mi amigo Onofre y bloquear su imparable camino hacia la mayordomía de la Muy Venerable Congregación de Sirvientes del Cristo Alanceado.

Sepan las insidiosas alimañas que han urdido esta trama que tienen y tendrán en mí a un enemigo prevenido y por ende doblemente peligroso. Quedan avisados.

Se despide honrado por su amistad con Onofre y con la frente bien alta.

Tomás Jalea
Marqués de Jalea Real - Conde de Colmenilla.

VIENTRES y CARETAS

Uno de los mayores problemas con el que nos encontramos al comentar la actualidad política y social es la velocidad a la que nuestros "amables congéneres" del forillo público expelen sus infamias, memeces y malignidades.

Hoy día es tan abundante la cantidad de basura puesta a disposición del público, ora atónito, ora adormecido, que uno tiene la sensación de ser un hamster encerrado en la rueda perpetua de la estupidez.

Que el Partido Popular dista mucho de ser un partido con "principios" y "valores" claros es algo que hemos tenido ocasión de señalar en repetidas ocasiones. 

Un lector afín a esa organización política me dirá que existen diversos documentos e idearios etc... pero salvo que sea una persona de inocencia claustral habrá de convenir conmigo que la existencia de un papel debe verse refrendada por los hechos y en este aspecto el PP dista mucho de ser coherente.

Ahora salta la noticia acerca del debate interno en el Partido Popular acerca de los llamados "vientres de alquiler". 
(Es ésta una expresión horrorosa que empleo aquí, ya que nombra de forma particularmente antiestética, una conducta inhumana completamente opuesta al concepto de persona que defiende el que esto escribe).

El asunto de los "vientres de alquiler" y la postura favorable, que parecen irse decantando como oficial, viene a ser otro de los hechos que va dejando claro cuales son los valores y principios que sostienen la acción política del Partido Popular.

Desde hace tiempo, el PP se ha caracterizado por acoger sin mayor problema todas y cada una de las demandas clásicas del pensamiento de izquierda.

Pese a espantajos y gazmoñerías destinadas al público, la realidad es que no hay diferencia entre el hombre según el PP y el hombre según el PSOE. 

Ambos coinciden en una visión radicalmente opuesta a la concepción cristiana del hombre.

Habiendo renunciado a cualquier principio de raíz cristiana el PP y tras la tibia apostasía del PNV (en un arranque de falsa modernidad que no pasa de ser un apaga conciencias) no hay formación con representación parlamentaria que defienda la visión cristiana del mundo.

Jamás fui partidario de una democracia cristiana o de un partido "arropado por la sotana". Ese tipo de formaciones han acabado siendo pasto de los "cristianos profesionales", una de las especies más asquerosas de bípedo que haya poblado la faz de la tierra.

Lo anteriormente dicho no supone que no sea posible y deseable que haya un partido o formación política que reúna en su ideario  y defienda en sus acciones los valores y principios cristianos. 
Esto es algo tan importante y necesario como la existencia de un partido de izquierda formado por gentes cultivadas y aseadas que defiendan sus puntos de vista desde la sana confrontación intelectual sin recurrir al navajazo en la barriga, el tiro en la nuca o la máquina infernal arrojada al paso de la escolta policial.

Dirán algunos que todo esto son imposibles y memeces propias de una debilidad mental. No creo que sea así. Admitir que una inmensa mayoría del rebaño político sean gentes de poco seso y torcida intención no implica que no pueda y deba haber gentes de otra índole dedicadas al beneficio público.

El Partido Popular continúa su marcha imparable hacia la completa equiparación con la socialdemocracia más gastada y nefasta del viejo mundo: corrupción, intereses privados por encima de los públicos, amigismo, ausencia de planteamientos morales y éticos, brutal exacción fiscal, etc...

No sé como todavía hay gente que se "hace la ilusión" de que el PP representa nada más que a un grupo de gente ambiciosa que quiere manejar un presupuesto y cuyos "valores" van cambiando según sea necesario en la mejor escuela de Marx (Groucho, en éste caso).

Ojalá me equivoque y al final el PP no haga suyo el apoyo a esta práctica inhumana, sería una noticia feliz, pero me temo que acabará venciendo el programa progre, la vena post-moderna que infiltra la organización como la grasa de una chuleta.

Mientras, que nadie se llame a engaño y que cada cual actúe con su voto y su testimonio en función de sus ideas, creencias y convicciones pero que nadie hable del PP como un representante de la "derecha" o de la "España conservadora".

¡Basta ya de caretas!

Esqueje, dijo ejjquema.


Boceto para relatillo al estilo ruso del siglo XIX: Arcadio Melón viaja a otra ciudad para un proceso judicial y por primera vez vestir la toga. Rico palacio de justicia aunque la ciudad es de madera, restaurante en la planta baja (para que agradecidos los jueces no encarcelen). Por su falta de pericia y sus ganas de hacer bien las cosas, queriendo llegar puntual se cuela por las puertas del palacio de justicia aprovechando la ausencia del portero que nunca está en su puesto. Antes de que abran, las broncas; subida y bajada a por las togas, puertas cerradas, el juez no llegará a la hora prevista (comentarios insidiosos sobre sus juergas); encuentro con el abogado de la parte contraria, vertido de insidias; ante el secretario: la toga no hará falta, Arcadio Polidoro intenta guardarla en el bolsillo del pantalón, se azora. La toga es inmensa y el bolsillo pequeño, la toga está sudada, la escena es absurda, del bolsillo del pantalón de Arcadio Polidoro asoma la toga como una negra nube, como una siniestra bata. El abogado contrario se ríe, con risita conejil. Al secretario del juzgado se le hinchan las venas y quiere poner de patitas en la calle a Polidoro. Pero Polidoro ha perdido el conocimiento, víctima de la timidez, de la congoja, del azoramiento, del pánico, su organismo ha cedido. Yace desmayado en medio de la sala de audiencias. ¡Es un escándalo! dice el abogado contrario ¡Es un borrachín descarado!