domingo, 20 de julio de 2014

UFOLOGIAS IV

Despacho del director del Museo, últimas horas de la tarde. A través de las ventanas se adivina un París adormecido por el calor. El habitual rumor de los grandes bulevares se ha apagado. Los turistas han tomado la ciudad desparramándose por las avenidas, colapsando los accesos a los monumentos, enmierdando la estética de la ciudad con sus pantalones cortos, sus camisetas sudadas, sus chancletas que apenas protegen los pies mugrientos y calcinados.

Cuatro individuos serios, eruditos, reconocidos expertos se encuentran reunidos en torno a una mesa baja dónde descansa una bandeja con un servicio de café que nadie ha tocado. El humo se alza sobre sus cabezas. El profesor enciende su segunda pipa de la tarde, asciende una columna gris ratón que poco a poco va tornando en gris topo. El conservador no fuma, ni bebe, se rumorea que colecciona postales artísticas del diecinueve pero...rumores, en realidad colecciona material pornográfico del veinte. Por ser conservador de un museo famoso lo tienen en más estima de la que merece. El director del departamento de adquisiciones da lentas chupadas a su cigarro. No puede evitar manifestar su enfado por haber sido arrancado de su villa bretona. ¡Precisamente el día que estaba arreglando los rosales trepadores!...si no se respetan las vacaciones ¿qué puede esperarse? ¡estas urgencias resultan intolerables!...lo único bueno es estar un poco de tiempo alejado de su pegajosa mujer.

Finalmente, el director del Museo toma la palabra. Unas profundas ojeras denotan que lleva varias noches sin conciliar el sueño. Su habitual aspecto atildado ha adquirido un tinte de desaliño, la sombra de la barba encanecida, las manos de dedos largos y nudosos que no paran de juguetear con su mechero de oro y laca china, las colillas que se amontonan en el cenicero.   

- Señores, como saben la inauguración de la exposición homenaje a Durand-Ruel está prevista para la primera semana de octubre. Todo está preparado, el catálogo en máquinas, la infografía diseñada y en talleres...pues bien, me temo que ha sucedido algo que a mi juicio nos obligará a posponer la exposición e incluso a considerar su cancelación.

Las miradas de los otros tres convergen. Observan al director con estupor. Llevan más de dos año trabajando para sacar adelante la que, sin duda, va a ser la más completa y mejor exposición que jamás se haya hecho del impresionismo. Horas y horas de llamadas telefónicas, viajes, debates interminables, presiones, ruegos, inclinaciones de cuello ante ricos americanos y japoneses, fundaciones, llamadas histéricas del Ministerio...horas de tensión e ilusión...

-¿Qué ha sucedido? pregunta el profesor.

- Ha llegado a mi conocimiento una información que puede suponer, mejor dicho, que supone un vuelco total y absoluto en el conocimiento del movimiento impresionista. Todo lo escrito hasta ahora, todo lo publicado, todo lo manifestado desde 1860 hasta nuestros días debe ser revisado, enmendado, corregido de la cruz a la firma..

De nuevo las miradas se concentran en el rostro del director que continúa hablando mientras extrae una hoja de papel de una carpeta.

- Aquí tienen una carta que recibí hace tres días. Su autor no es otro que el doctor H.M. Shulz, no hace falta que les diga más. En ella me explica cómo ha llegado a su poder un informe elaborado por los nazis según el cual, tanto los principales artistas que de un modo u otro fueron encuadrados dentro del movimiento impresionista como sus mayores difusores, galeristas y críticos no eran sino meros siervos controlados por una inteligencia superior de origen extraterrestre.

El conservador suelta una carcajada histérica, el director del departamento de adquisiciones deja caer su cigarro sobre la alfombra. El profesor extiende el brazo con una agilidad impropia de su edad y arrebata la carta de manos del director. Lee con frenesí. La carta, escrita en el impecable francés académico de Shulz no deja lugar a dudas. 

- O este hombre se ha vuelto loco o realmente dispone de ese informe.

- Veamos, suponiendo que exista el informe y que llegue a la conclusión que nuestro querido director nos ha comunicado ¿qué veracidad puede tener? ¿que pruebas se aportan?

- Todas, responde el director. He tardado tres días en llamarles porque mi primera reacción fue hablar con Shulz y pedirle que me dejara leer el informe. Nos reunimos anteayer en Ginebra. Lo leí, vi las fotografías, tomé algunas notas para comparar datos. Ayer pasé toda la mañana en la Biblioteca Nacional. ¡Todo coincide! Los datos que contiene el informe resultan verosímiles.

El profesor toma la palabra con gesto serio. La voz suena quebrada, se percibe una honda preocupación.

- Con todo respeto, señor Director, creo que antes de emitir un juicio debemos de someter el citado informe a un profundo escrutinio. Shulz explica en su carta su origen de una manera vaga, habría que verificar su autenticidad, analizarlo tanto físicamente como contrastar su contenido...

- Indudablemente, responde el Director, ahora entenderán porqué la exposición queda comprometida hasta que no aclaremos éste asunto. Nuestra responsabilidad ante el mundo es enorme...

Toma la palabra el director del departamento de adquisiciones. ¿Y Shulz ha comunicado ésto a alguien más?

- No,me dijo que nosotros eramos los primeros. Si bien me dio a entender que dependiendo de nuestra reacción podía verse empujado a comunicarlo a otras personas...

- No puedo creerlo. Es algo demasiado complicado para ser cierto. Además ¿cómo es posible que cientos sino miles de especialistas que han dedicado su vida al estudio de este tema no hayan detectado nada...?

- Leyendo el informe se comprende que los datos estaban ahí pero que nadie los ha sabido interpretar correctamente. Ha faltado una visión profunda, un análisis de conjunto, una minuciosa investigación de lo que aparentemente no eran sino hechos curiosos, sucesos anecdóticos, coincidencias más o menos afortunadas..

La reunión se prolonga durante más de una hora. La noche ha caido sobre París. El director se pone en pié para encender la luz. Han decidido llamar a Shulz para que les permita el acceso al informe. El director se sienta tras de su escritorio y busca en la agenda el número del experto suizo.

Suena el timbre de un teléfono móvil. Es el del profesor. Su mujer llama desde la granja de normandía dónde pasan las vacaciones. ¿Has visto las noticias? No. Esta mañana. Pero..¿cómo es posible? Si, junto al lago..Terrible, si, inexplicable, en fin...no no llegaré hasta mañana por la noche como pronto..si, te llamaré...cuelga y poniéndose en pié con dificultad, dice:

-¡Shulz ha muerto!

-¿Qué? ¿Como ha sido?

-La noticia la han dado esta noche en el telediario. Ayer por la noche, hace menos de veinticuatro horas. Un rayo lo alcanzó cuando estaba paseando al borde del lago junto a su perro. Lo más extraño es que según ha informado la policía suiza, esa noche no hubo ninguna tormenta, ni seca ni lluvia...nada

El director, lívido, cierra la agenda y se recuesta en su sillón giratorio.

Con voz ronca se dirige a los tres que le miran fijamente.

-¡Shulz no tenía perro!...era alérgico al pelo de perro, de caballo...

En ese preciso instante se escucha un fuerte golpe y la puerta del despacho salta hecha pedazos. Unos encapuchados irrumpen y sin mediar palabra se abalanzan sobre los reunidos.

En pocos segundos han sido reducidos y narcotizados. Bajo sus capuchas negras los ojos de los asaltantes irradian una tenue luz verdosa, de halógeno matizado por el tejido del pasamontañas de combate...El que está al mando hace una llamada. 

- Neutralizado. Si, envíen a los infiltrados. 

En unos minutos, en el despacho del director del Museo vuelven a estar reunidos los cuatro personajes, su aspecto es idéntico, sus ademanes no dejan lugar a duda, sus voces no pueden ser sino las del director y sus colaboradores. 

Cuarenta y ocho horas después, el director del departamento de adquisiciones está en la cama con su mujer. Descansan el uno junto al otro después de un segundo, prolongado y extenuante acto sexual. Alix está encantada, no sabe que le ha sucedido a su marido, pero desde que regresó de París su interés hacia ella ha aumentado muy satisfactoriamente...incluso se permite ciertas libertades que en quince años de matrimonio no había experimentado... 

Al lunes siguiente en una cervecería de la plaza de la Bastilla dos habituales comentan las pocas noticias del verano. El patrón les escucha con atención mientras seca unas copas. Hablan de extrañas luces que unos turistas dicen haber visto días atrás, al parecer ascendían y caían desde el cielo hasta posarse encima del Museo. El director ha sido encuestado, puede que fuera el reflejo del láser de la torre Eiffel, alguna discoteca vete a saber...en el Museo no ha sucedido nada, todo está en orden...la exposición homenaje a Durand-Ruel será todo un éxito.

sábado, 19 de julio de 2014

MANIFIESTO LIBRES E IGUALES

Se ha publicado el Manifiesto de los libres e iguales. Pueden encontrarlo entrado en la interné. Es muy fácil.
A nosotros el manifiesto nos parece muy bien, lo que dice es obvio, evidente, de sentido común, responde a la reciente historia de Occidente en su vertiente positiva. Responde a lo que es algo ya plenamente demostrado: sólo las sociedades libres son prósperas. Sólo la libertad –tan atacada y minada hoy en Europa y en España- garantiza el retroceso de la miseria económica, social y política. Sólo por eso, si la libertad individual no fuera ya un bien en sí, merecería la pena defenderla.
Y por supuesto nos recuerda el Manifiesto otras cosas obvias, que parecen olvidarse, como si Europa hubiera borrado de sus recuerdos los años treinta del pasado siglo. Nos recuerda que no son los territorios los que tienen derechos, sino los individuos.
En fin, lo pueden leer y de nuevo reitero lo de acuerdo que está con su contenido este cepogordista. Ese es el camino, el único camino. Y es una gran cosa que nos lo recuerden y que por fin alguien se atreva a decir cosas en voz alta y a dar un poco, un poquito, la famosa batalla de las ideas. Una pena que sea algo que proclame una minoría. Una pena también que llegue tan tarde. Es posible que la hora de los manifiestos haya pasado y que se necesario ahora simplemente y de una vez, aplicar la ley. El boxeador está tumbado en el “ring” y le llevan dando patadas en el hígado veinte años. Y sale el “sparring” con una toallita húmeda y un manifiesto. Pero es verdad que si queremos que se aplique la ley con toda su contundencia hay que explicarlo, fundamentar su aplicación en esta sociedad tan desarmada y tan progre.
Y otra cosita... (…aquí viene el palo). El manifiesto termina con esta frase tan desafortunada: “Les pedimos (…) que se movilicen con nosotros en defensa de la comunidad de libres e iguales que es responsable de la época más justa y fértil de la historia de España.” ¡La época más justa y fértil de la historia de España! ¿Pero qué gilipollez es esa? ¿Como es posible que tras proclamar toda una serie de cosas sensatas y fundamentales se acabe con ese tópico, con esa desagraciada apelación al buenismo, con esa muestra de papanatismo democrático? Era completamente innecesario puesto que el manifiesto como tal sería defendible en cualquier situación incluso en una época siniestra, pues no es otra cosa que señalar el camino hacia la sociedad abierta tan estudiada, tan conocida, tan vivida y experimentada ya, articulada en torno a la libertad individual y a un estado de derecho que garantice esa libertad y la igualdad de los ciudadanos antes la ley. Y por lo tanto el manifiesto se justifica en sí mismo, sin necesidad de ampararlo con esa ridícula loa al tiempo presente. ¿Época más fértil de la historia de España? ¿No sería más fértil la del descubrimiento de América? ¿Culturalmente no sería más fértil la del siglo de oro? ¿Qué necesidad de esa afirmación un tanto ridícula? ¿Y lo de la justicia? ¿La justicia de los asesinatos de ETA, de la recompensa política al crimen, con Bildu en el ayuntamiento de San Sebastián y Bolinaga en la calle? ¿La justicia del español y de los que lo hablan perseguidos en Cataluña desde que cedió Tarradellas el poder? ¿La justicia de las sentencias que no se cumplen, del chantaje económico, de la coacción?
Es evidente que la democracia española lleva inoculado un germen maligno dese su nacimiento, que la ha ido minando desde el principio y ahora amenaza su supervivencia como bien indica el Manifiesto. Y es evidente que forman parte no pequeña de ese germen la autocomplacencia, la ausencia de espíritu crítico y los complejos, de los que esa pequeña frase parece una buena muestra. ¡Uy que mala ha sido la historia de España antes de nosotros! El buenismo progre está ahí, los complejos están ahí, la ceguera y un injustificado contento de si mismo están ahí, la superstición y el papanatismo democráticos también, y todo se pega. Menos mal que los autores no han añadido lo de la generación mejor preparada de la historia de España

Dicho lo cual sólo es un inciso final y apoyamos el fondo de la declaración, nos alegramos de su contenido y de que se haya producido, y la seguiremos apoyando, aunque nos preocupa que pueda quedar en poca cosa si resulta que no va a acompañada de un análisis agudo y certero de lo que pasa. En fin.

Alcides Bergamota, Tato, Doroteo, Calvino de Liposthey, la Condesa de la Croqueta, Nuño Fuenclara y Sotomayor, Toñi la Roja (arrepentida) y veinte firmas más, incluido Fidelio Lentini Spotti que se ha colado a última hora. 

VIDA DE MANOLO

El interés que la gente pone en nuestra época por las cosas del arte es completamente exagerado: es la comedia más extraña que ha existido. Lo que prueba la absoluta falta de base de este movimiento es que el mundo cada día es más horrible, más monstruoso y más inconfortable.
José Pla, Cuatro Palabras (junio de 1927), prólogo a su Vida de Manolo. Editorial Libros del Asteroide, 2013.


Un gran amigo, un excelente amigo, nos recomendó hace meses Vida de Manolo. Por fin le hemos hecho caso. 

viernes, 4 de julio de 2014

UFOLOGÍAS III

No puedo recordar todos los detalles de cómo ni cuando llegué hasta aquí. Sólo puedo hablarles de "la voz". 

Escuché "la voz" por primera vez hace años, una tarde de junio apenas vencido el último rayo de sol por el abrazo de las sombras. ¡Esos cielos azul obscuro de las noches de Junio! 

Estaba leyendo en la butaca junto al balcón. En el jardín los grillos enmudecieron, las copas de los árboles se agitaron movidas por una suave brisa cálida,la  bombilla de mi lámpara de lectura parpadeó y en ese preciso instante la escuché. Era una voz profunda, sin matices de acento, sin modulación de carácter ni sexo. Era única y verdaderamente una voz profunda que parecía surgir de lo más hondo de mi ser. "La voz" me habló largo rato, yo no podía moverme ni pensar en ninguna otra cosa que las palabras que la voz iba haciendo surgir de mi interior, como si mi cuerpo se hubiera transformado en un altavoz que transmitía al dictado de un emisor desconocido, neutro, lejano al mismo tiempo que cercano y envolvente. A partir de entonces escuché "la voz" con cierta regularidad y esas comunicaciones fueron jalonando los pasos más importantes de mi vida. Conocí a mi mujer bajo el influjo de "la voz", cambié mi carrera profesional al dictado de "la voz", eduqué a mis hijos siguiendo las detalladas instrucciones de "la voz" y en todos los casos obtuve un éxito enorme; me casé  muy bien, hice fortuna y obtuve prestigio, crié a tres hijos que se han convertido en unos jóvenes sensatos y competentes.

Ayer, ¿fue ayer? volví a escuchar a "la voz". Me habló de una casa en el norte, de una casa situada al borde de un acantilado batido por las olas y el viento del mar. Me habló de una visita que no debía desatender. Subí al coche sin despedirme, conduje durante horas en dirección al norte sin prestar atención de las señales, "la voz" me guiaba con mano segura. Llegué al atardecer, la casa esta situada en lo alto de un promontorio rocoso justo en el vértice del acantilado, a sus pies el mar bate con fuerza y las gaviotas graznan volando incansables sobre las rocas. 

Han pasado horas ¿días?...Estoy en una habitación obscura, un salón de paredes y suelo de madera. Las contraventanas cerradas apenas mitigan el bramido del mar. Viento sur, siento un calor opresivo. En la despensa hay ingentes cantidades de alcohol y pilas de queso gruyere envuelto en paquetes de cincuenta gramos. Al llegar estaba hambriento. He comido dos barritas de queso y se ha apoderado de mi una sed insoportable. He bebido unas cuantas cervezas frías que sólo han conseguido provocarme una sed aún mayor. 

Continúo bebiendo, ahora es güisqui con hielo. 
Una copa, dos. Me siento en un estado de embriaguez amable, no temo nada, no espero nada, sudo pero mi mente no me atormenta ni recuerdo con detalle la última comunicación de "la voz". 

En el salón una enorme librería destartalada alberga una nutrida biblioteca de lecturas veraniegas. El propietario es un tipo de gustos exóticos, mucha novela asiática traducida al ingles, alguna novela francesa, poca cosa en español pero buena e inusual, del estilo Ángel Vázquez. 

Repaso los lomos con el vaso en la mano. La mayor parte son novelas de aventuras, policíacas, negras muy negras, polar...

Escojo una novela negra de un desconocido autor vietnamita. Me siento, comienzo a leer. 

En las primeras cincuenta páginas se han sucedido no menos de veinte encuentros sexuales de todos los tipos imaginables. Saigon surge ante mis ojos enrojecidos por el cansancio, el alcohol y el insomnio como un inmenso catre chirriante dónde millares de seres copulan frenéticamente bajo el calor opresivo del trópico. Intento abandonar la lectura pero no puedo, pese al abuso sexual la trama es buena, el investigador es un hombre de mi edad y pese a las diferencias de tiempo, lugar, raza y cultura, muchas de sus reflexiones me resultan cercanas y reconocibles. 

Paso las páginas y aparece "la voz". El investigador también  escucha una voz interior que guía su vida...avanzo, a mitad del libro su voz le ha ordenado ir a una casa solitaria de una lejana costa...el investigador emprende el viaje en su automóvil y conduce como un autómata, llega a la casa, come, bebe...

Ya no se si leo una novela vietnamita o el investigador lee una novela española por escribir...¿quizá ya esté escrita? ¿quizá todas las historias las ha dejado escritas "la voz" para que nos leamos los unos a los otros nuestras dudas, nuestras miserias, nuestras debilidades?...

Una tercera copa, ¿la cuarta?, el calor va cediendo a medida que el viento bate con mayor fuerza y comienza a llover, las gotas golpean con fuerza el tejado y las contraventanas. 

El sueño me está venciendo... "la voz" me espabila anunciándome la inminente llegada del visitante. 

Abro la puerta, doy cuatro pasos temblorosos en dirección a la escalera, la lluvia me empapa y el viento golpea mi rostro, trato de dirigir la mirada por encima del jardín en dirección a la carretera. Apenas puedo distinguir un destello de luz en el camino, deben ser los faros de un vehículo potente, eso pienso justo antes de que un halo de luz blanquecina envuelva por completo la casa. El viento se calma como por ensalmo, veo caer la lluvia a lo lejos pero no llega hasta mi, tengo la sensación de estar dentro de una esfera que me protege del viento y la lluvia. La luz me ciega por completo, me acuerdo del investigador y pienso ¿quizá el también esté ahora rodeado por un halo de luz en las lejanas costas de Vietnam?...

jueves, 3 de julio de 2014

BERGAMOTIANA IV

El hispanista y las pavas. De nuestro hispanista ilustrado Sigmund Trotti:

Titar: dicho de un pavo, graznar para llamar a la manada. Los amigos titan. Las troncas titan. Hay que ver el detalle de las que se creen algo, tan pisando fuerte. Pues no, inevitablemente el tiempo va haciendo su trabajo y destapando lo que detrás del disfraz se oculta, la implacable verdad de la genética, y van saliendo las carotas de pueblo, las manos gruesas que con el frío se ponen un poco moradas por la mala circulación, como se le ponían a la abuela Severina, allá en el pueblo, la brutalidad del rasgo se acentúa, lo macizo del cráneo se destaca y uno ve llegado el momento en que lo que parecía una moderna desinhibida e hiperconectada, culmen de la modernidad sexy, esculpida por horas de gimnasio y viajes a Cancún con el noviete (en lugar de ir a dar una vuelta por el bar de la plaza), se convierte con el paso inexorable de los años en una viejuca de las de silla de mimbre y toca negra sobre la cabeza, que echará de menos un corral con unas gallinejas para entretenerse un ratillo, al caer la tarde o por la mañana temprano, tirándoles pan duro, pita, pitas, pitas.

Cuidado con Escolástico Bejarano Sisón.

La confusión reinante. Dice Alcides Bergamota que uno de los síntomas de la confusión reinante es ver hoy a tantas mujeres equivocadas o distraídas que sin darse cuenta salen a la calle en diminuto pijama desde primera hora de la mañana. De la misma forma, es otro síntoma de la confusión de los tiempos, de la subversión de los valores, de la corrosión de los cimientos, ver como los herrajes que eran propios de las caballerías, o los tatuajes a la tinta china que eran propios de presidiarios, lobos de mar, caborneros y chinos infames, propietarios de fumaderos de opio, se han generalizado y los llevan las hijas de familia y las otrora púdicas secretarias. Lo dice el gran Alcides sin lamentarse por ello, como simple observador o cronista de los tiempos, un moderno Petronio.