domingo, 25 de agosto de 2013

Calvino de Liposthey

No me conocen ustedes y no es de buena educación entablar lectura o conversación sin haber sido presentados, así que les diré mi nombre. Me llamo Calvino de Liposthey. Si señores, como lo oyen. La razón de mi nombre de pila será siempre un misterio, si bien creo que tiene mucho que ver con el ingenio de mi padre y de su amigo José Mari Ardenas, aficionados los dos a lo estrambótico, sin que mi madre se quedara corta como puede verse. Lo he llevado siempre con dignidad y alegría y con ayuda de los puños cuando ha hecho falta. La preposición de pueden dejarla o mantenerla, indica simplemente que mi apellido es un topónimo. Es decir, que si buscan en un mapa es muy probable que encuentren un lugar con la misma denominación. La gente anda muy tonta y confundida con estas cosas y se pirra por una preposición. Qué le vamos a hacer. En cuanto a la nobleza, con independencia de la preposición, mucha y muy antigua, claro que sí. ¿Que se habían creído? Pero no es este el momento de hacer gala de las vanidades propias de cada cual. Diré simplemente, para que se sitúen que soy bien parecido, cosmopolita, refinado, de exquisita distinción, un lujo para una cena, para que me entiendan aquellos para quienes lo anterior resulte un poco abstracto y difícil. La gente es hoy muy tosca. Creo que por el momento no necesito más presentación, ya habrá tiempo para que me conozcan mejor (a quien eso interese). Sólo queda explicarles en una línea qué hago aquí.

Resulta que soy vecino de Doroteo. Si señores. Pero no crean que compartimos régimen de propiedad horizontal. No, todavía no hemos caído tan abajo ninguno de los dos. Noten los picajosos que digo abajo y no bajo. Los matices son importantes. Digamos, para no enredar más de la cuenta, que las tapias de nuestros jardines (Mamá dice que no es jardín la palabra adecuada sino parque) lindan, yuxtapuestas, cada uno tiene la suya, y juntas forman un grueso muro, apodado por sus dimensiones y extensión la muralla china. Al conocernos hemos descubierto, simultáneamente, que al otro lado de la muralla de cada cual no hay bárbaros y a menudo cruzamos la frontera para tomar café o té, dependiendo de quién reciba. Después de un tiempo prudencial de cuarentena, fui presentado por fin al eximio polígrafo y pude tener en mis manos las del gran Alcides Bergamota. El encuentro merece que le dediquemos tiempo otro día. Sólo puedo decir que, con el asentimiento y la benevolencia de los pretorianos de Alcides, Doroteo y Tato, he tenido el privilegio de aproximarme al gran hombre y se me ha permitido incluso tomar apuntes, recopilar datos e incluso acceder a manuscritos y borradores. Todo esto debería ser objeto desde luego de una narración más cuidadosa y es merecedor de una escritura más pausada y meditada. Pero no me resisto a dar una primera noticia de mis diletantes estudios y es que he logrado reconstituir gran parte del texto de la famosa conferencia en el Casino Libertad y conocer con cierto detalle las circunstancias del escándalo que entonces se produjo. Espero poder ofrecer dentro de poco tiempo el resultado de este pequeño trabajo.

CEPOGORDISMO II (PURO PIPA O PIPA PURO, CON SOMBRERO Y BARBA)

CEPOGORDISMO








sábado, 24 de agosto de 2013

RETRATO DE UN ESPAÑOL

A continuación el retrato de un español pensante que hay muchos. Por supuesto nuestro apoyo, por una vez, al Gobierno en la cuestión de Gibraltar que España debe recuperar. Si los residentes de la roca quieren seguir viviendo del blanqueo de dinero y del contrabando, entre otras actividades, no tenemos inconveniente, pero viviendo en la roca y con la verja cerrada. Ya está bien de que yo pague mis impuestos para que estos señores se beneficien de la sanidad española sin contribuir a ella, por ejemplo. Que se cierre la verja y que el querido y admirable Reino Unido, es decir el sufrido contribuyente británico, pague la factura de su mantenimiento.



viernes, 23 de agosto de 2013

A UNA AVISPA DESPISTADA...

Si bien no tengo por costumbre entablar pleitos con los lectores de este balcón del cepogordismo, estimo que no es malo hacer una excepción con nuestro querido amigo Avispa.

Avispa, que deduzco ha elegido su apodo por aquello del aguijón y no por ser muy avispado, me acusa, más bien por falta de entendimiento que por exceso de malicia, de algunas cosas que no son ciertas.

En primer lugar, manifiesta que le acuso de contrahecho, algo que en mi anterior texto no se dice en ningún sitio. Caminar unos pasos y que se le escape el pié a uno no es ser contrahecho ni contra nada es sencillamente ser un poco torpón, de andares dubitativos. Al lanzar esta acusación sólo me cabe deducir que nuestro amigo Avispa, o bien es corto de entendederas o aún peor, no sabe leer, algo que no es infrecuente entre los críticos y puntillosos que son a menudo analfabetos funcionales.

Después y recurriendo a un insulto clásico en las letras universales me alude como cornudo y se coloca en el lugar del corneador que satisface, gracias a su prodigiosa dotación penal, las supuestas necesidades de una dama tontuela y proclive al fornicio que le recibe en paños menores.

Dejando de lado las innecesarias revelaciones anatómicas, que a nadie interesan excepto a su supuesta amante, debo advertirle que dado que no tengo esposa, debe de estar usted picando piedra con la señora madre de alguien y ésto, amén de ser feo, puede que resulte peligroso y pese a no ser contrahecho, según nos manifiesta, igual termina usted siéndolo de verdad a causa de  cuatro palos que le propine el ofendido.

Dicho ésto, le deseo a usted, amigo Avispa, que si le place y a su amante le conforta, que disfrute de sus irregulares coyundas tanto como le sea posible. Lea a Ovidio, tome infusiones de gingseng, explore las disciplinas tántricas, mejor será que se centre en el ejercicio inguinal que en las obsesiones gramaticales. Hace usted menos daño revolcándose en la cama que delante del teclado o buscando disonancias y diptongos, cópulas quebradas y subjuntivos errabundos.

En fin, anímese Avispa, no le critico, trato de comprenderle, me pongo en su lugar, no debe ser fácil vivir siendo un obseso del adverbio y el pretérito imperfecto, relájese, vaya a ver a la madurita caliente y tómese una copa con ella, le hará bien.  

Sanglier.

jueves, 22 de agosto de 2013

A UN "GRAMÁTICO A LA VIOLETA"...LAS EXTRAÑAS AFICIONES DE UN ANÓNIMO OCIOSO


Me permito molestar a nuestra querida parroquia cepogordista insertando esta nota que va dirigida a un muy asiduo y estimado lector que tiene a bien comentar nuestros errores y gazapos de orden estilístico y gramatical. Dado que el lector en cuestión no firma sus mensajes ni deja dirección de contacto no veo otra forma de dirigirme a el más que a través de esta modesta tribuna. Una vez explicada la disculpa, procedo.

En primer lugar es de justicia agradecer a este amable lector que visite cepo con asiduidad y se moleste en leer las entradas que publicamos. Espero y deseo que además de servirle para dar rienda suelta a su afición como corrector de estilo y heraldo del buen uso de la lengua española esté sacando algún otro provecho a las diversas informaciones y chascarrillos que vamos dando a la luz.

Recientemente nuestro amable lector ha insertado dos comentarios que por su interés reproduzco a continuación. El primero hace referencia a mis líneas a propósito de los Estudios Literarios de Blasco Ibañez, el segundo, más reciente, se refiere a la entrada titulada "Diplomáticos " publicada ayer mismo por nuestro venerado Alcides Bergamota.


LA EXPRESIÓN AUTOR DE PESO, SALVO QUE BLASCO FUERA UN GORDO, DEBE SER CONDENADA y CALIFICADA DE INCALIFICABLE. RECTIFIQUE JOVEN, RECTIFIQUE Y NO SE DEJE CONTAMINAR POR LA JERGA DEL DÍA. TAMPOCO SE PROCEDE A SALIR DE UN COCHE, SE SALE, SIN MAS, COMO UNO SE PEE SIN PROCEDER A TIRARSE UN PEDO.


(…) manteniéndose española la isla nunca conquistada”. GRAMÁTICA: Arte de hablar y escribir correctamente una lengua. Libro en que se enseña. Me pregunto si en su caso puede tener todavía alguna utilidad regalarle uno. Creo que es usted un caso perdido. No les voy a pasar ni una. Ni a Sanglier ni a usted ni al resto de colaboradores, mejor dicho de cómplices, de este panfletillo.


En primer lugar me gustaría recordar a éste seguidor del cursi e inaguantable Lázaro Carreter ( un tipo que escribe un tomo titulado El Dardo en la Palabra....en fin) que Cepo Gordo es un Blog, medio de difusión que se caracteriza por ofrecer textos generalmente escritos sobre la marcha, redactados con la inmediatez que es propia de los tiempos presentes. Si bien la velocidad a la que se redacta un texto no debe servir para justificar errores gramaticales o sintácticos, si debe tenerse en cuenta a la hora de valorar el estilo, las reiteraciones y demás imperfecciones que se producen cuando uno escribe sin corregir ni revisar más que de pasada, muy superficialmente.

En segundo lugar, no deja de tener gracia que éste "látigo de las imperfecciones" que este "implacable fénix del buen hacer literario" incurra en los mismos vicios que critica. justamente en el texto en el que denuncia nuestra falta de cuidado. En el primer texto copiado más arriba, nuestro gramático a la violeta dice que la expresión de peso...debe ser condenada y calificada de incalificable... Querido emulo de Nebrija,  no pongo en duda que sea correcto escribir "calificada de incalificable" pero si pongo en duda que semejante forma de redactar esté a la altura de sus exigencias. Me parece bien que no nos vaya a pasar ni una pero le recomiendo que antes de ponerse estupendo, de ahuecar el plumón, de hinchar el papo como un palomo caliente advirtiendo al harén alado que va camino del festín inguinal sea usted un poco cuidadoso y redacte sus comentarios con un poco de gracia, de ritmo, de salero, de algo que no sea plano, romo, chato, pequeñito, chiquitín. En el segundo texto, que sospecho ha  redactado con el culo (lo cual, de confirmarse, incrementaría el valor del mismo, ya que el ejercicio de semejante habilidad constituye un arte mayor) vuelve a ofrecernos un ejemplo de crítica de señorita provinciana sorprendida en plenos tocamientos al campanero del pueblo.

Para que no piense usted que solamente soy un sujeto soez y que no aprecio sus esfuerzos, le diré que me he tomado diez minutos en analizar su caso. Como no le conozco he pensado que era más fácil no pensar en usted concretamente sino en un tipo de "Gramático a la violeta" ya que muy probablemente sea éste el tipo del que estamos hablando. 

Empleando la infalible metodología de Sherlock Holmes combinada con las de Sancho Panza, Groucho March y Silvestre Paradox, he redactado el siguiente perfíl del gramático-pop, la versión del siglo xxi del ancestral toca-narices hispano:

Primera: es un tipo ocioso, probablemente goza de rentas fundadas o bien está disfrutando de un retiro (merecido o inmerecido) bien saneado, que le permite dedicarse a buscar agujas en pajares, terceros ojos en culos ajenos, botones en praderas y ovillos en plazas de tercera porque se les perdió la "n" al imprimir el cartel de las fiestas...

Segunda: lee  periódicos como ABC, La Razón etc... 

Tercera: tiene un retrato de Lázaro Carreter en su dormitorio, encima de la cómoda que heredó de su mamá. Lo que hace ante el retrato no lo puedo explicar.

Cuarta: en su primera madurez leyó a Freud con demasiado interés y escaso aprovechamiento y se ha creído todas esas memeces de Edipo y compañía y se ha auto analizando llegando a conclusiones aún menos satisfactorias de las que tenía antes de tragarse todas las monsergas del predicador de Viena.

Quinta: de jovencito disfruto de unos escarceos veraniegos con una prima segunda, rubicunda, sanota y guapa que era muy mandona y le gustaba llevar la iniciativa. Nunca dejó de pensar en esa prima, años después, tras haberla perdido de vista, se la volvió a encontrar convertida en un "tremenda hembra" (concesión a Padura) y se le removieron todas las cuadernas del maderamen cuando descubrió que aquel bellezón con más arte que Bienvenida no le hacía ni pito caso..

Sexta: bebe poco o nada y no fuma. Una persona que bebe vino y destilados serios (coñac, brandy, armagnac, orujo..) y se fuma un petardo de vez en cuando no tiene el cerebro para dedicarse a revisar diptongos y magrear fonemas, especialmente si son en texto ajeno.

Séptima: detesta los deportes "excesivamente viriles" tales como el rugby, el remo, la pelota, el boxeo.

Octava: es un demócrata convencido.

Novena: cada diez pasos se le va un poco el pié izquierdo hacia afuera y bizquea casi imperceptiblemente.

Décima: compra, lee y colecciona recopilaciones de artículos de prensa, novelas históricas y textos "bien escritos" de autores del estilo de Luca de Tena, Cesar Vidal...etc... 

En fin querido amigo, es posible que en todo o en o parte, usted no encaje en este perfil del moderno gramático aficionado, lo lamento, al menos he intentado comprender al personaje con tan peculiar afición, en cualquier caso, le invito a que nos envíe sus escritos y nos cuente lo que más le guste e interese, libérese usted de esas ataduras, pase de crítico a criticado, de un paso adelante y disfrute del efecto liberador del cepogordismo...no es como la prima segunda rubia... pero es todo lo que podemos ofrecer..

Sanglier.

miércoles, 21 de agosto de 2013

DIPLOMÁTICOS



El cepogordista fumó ayer medio habano. Así es como podemos calificar al pequeño aunque grueso “Diplomático” que le acompañó durante un rato de lectura en la noche del lunes. Oscuro, grueso, fuerte, potentísimo. El habano, no el cepogordista, aunque también un poco. No quiere uno pensar en lo que hubiera sido el habano entero. Combinado con una cena de lechugas alucinógenas provoca una noche llena de los más extraordinarios sueños precedida de una entrada en el dormir eufórica, breve transición durante la que envuelto en una evocación de las Antillas españolas en el siglo XVIII carga en Puerto Rico contra los ingleses al frente del Batallón de Morenos y los ingleses huyen y reembarcan, manteniéndose española la isla nunca conquistada por el enemigo… En fin, cosas de la lechuga y de los calores de este verano que no dan para más.