viernes, 7 de septiembre de 2012

LA TAUROMAQUIA ERA MI DELICIA


"La tauromaquia era mi delicia. Una tarde, en una corrida, ovacionó el público a un torero y le arrojaban al redondel, según costumbre, sombreros y cigarros."


Javier de Winthuysen
Memorias de un señorito sevillano

lunes, 3 de septiembre de 2012

CRÓNICAS DE DOROTEO

Recordamos al amable lector, si es que hay algún incauto, que el lenguaje de Doroteo es grueso y sin pulimento, sus conceptos son ásperos y rugosos, raspan, están sin desbastar. En ocasiones puede ser soez, a veces zafio. En cambio es claro y directo, sin melindres ni mariconadas…ya estamos. Ustedes verán.

Doroteo no se rasca sólo la panza antes de empezar a escribir. Lo hace a medio cocer, bien empapado. El oporto envejece en barricas de carvalho, como dicen nuestros vecinos portugueses, y Doroteo lo hace empapado en vino de oporto, y también del marco de Jeréz, y también con la ayuda y el consuelo de algunos destilados del vino, para los que no conoce fronteras: el aguardente velha portuguesa, el coñaque y el armañaque de nuestros vecinos de arriba, los brandies españoles, del sur, del centro, del este. No trabaja los licores de fruta centroeuropeos, demasiado azucarados, si no hay posibilidad de tirarse luego por la ventana del castillo sobre tres metros de nieve.

Paseaba Doroteo el otro día con el amigo Pulardo, a buen ritmo pese a todas las protuberancias. Las familias iban quedando atrás a medida que la cuesta entre los pinos se iba haciendo más recia, el aire más fino, la vista más amplia. Casi trotaban sin resuello, por mantener la honrilla, cuando por fin llegaron, al final del repecho, a terreno llano. El paseo de los frailes, mil veces andado por los del Monasterio cuya cúpula inmensa presidía el espléndido paisaje, invitaba a la confesión a media voz, como susurrada, mientras se calmaba la respiración. A lo lejos, Pelolechuga entretenía a las señoras como siempre.

- Yo voy de tabaco hasta las trancas. Un exceso, creo que la situación exige moderación durante una temporada. ¡¡Bendito contrabando!!
- Veo que no te moderas, Doroteo, nada en exceso, recuerda el viejo aforismo clásico, que eres un bala.
- Y conócete a ti mismo, no te jode, seguro que tú te conoces bien de tanto meneártela… Lo que no se puede es empezar una confesión cigarrera y que le salgan a uno con moralina… Desembucha de una vez, ¡Coño Pulardo!

Se detuvo la conversación por un momento. La brisa mecía las ramas de los pinos y llegaba el oleaje serrano, muy levemente, con una leve sonoridad como de cristal, anunciadora temprana del próximo cambio de estación. Caminaban por la senda desierta, parándose de vez en cuando para mirar atrás, y comprobar que les seguían a distancia pero a ritmo constante todos los demás. Parlanchina, la dueña, departía con don Juan Calabazas, mientras la enana Maribárbola caminaba serena con sus andares de bolo en equilibrio. Onofre Balilla seguía entreteniendo a las señoras, gesticulante y meloso, intentando pillar cacho después de una verano en barbecho, sin catar nada decente.

- Bueno, bueno, calma, pues los ahorros prácticamente enteros…
- ¡¡El bote!!
Cincuenta puros en un mes… pero es por culpa de la montaña y por la playa que al mesetario le trastornan, le incitan a todo, a la falta de moderación, Doroteo hijo.
- Pues como te decía, ¡Yo tengo en forma de habano hasta el nabo!
- Pues será una mierda puro, una perla o algo así, jiji… ¡Me lo has puesto a huevo Danilo!
- Ya estamos con lo de siempre, pues no señor, doble corona, pero no voy a entrar en detalles.

Habían apresurado el paso y ganado altura. El paisaje invitaba al silencio y callaron por un momento contemplando toda aquella extensión, dominada de nuevo por la inmensa cúpula del Monasterio, por detrás la planicie, el pantano, los encinares, el secarral de las estribaciones de la sierra y al fondo la ciudad señalada por las cuatro torres, como el tenedor pinchado en la tortilla, tortilla al aire, sin mampara.

Pulardo fue quien primero abrió el pico cuando ya descendían resbalando por la arenilla, sobre las chinas y los cantos deslizándose sobre la tierra seca, y dura. A lo lejos Maribárbola era una tachuela rodante, la aplastaría alguna de las vacas que pastaban por el camino.

- Hay que moderarse porque el buen habano gasta mucha energía – Doroteo asentía reservón a la prudentes razones del taimado amigo de los cincuenta puros- y si al día siguiente hay que trabajar, pues estas tieso.
- Hombre no siempre, depende del día. Si fumas con agua no pasa nada. Lo malo es el alcohol, Pulardo hombre que siempre bailas al son que más te conviene, después de fumados los cincuenta.
- Lo malo es que por la mañana estás tieso, luego llega la hora de comer, sales de la hura, das una vuelta a la manzana, lees una sentencia del Supremo y ya te vas despejando, y por la tarde la cosa mejora y llegas a casa, y claro, después de cenar cae otro y mejor y más grande, un nabo de mandingo y…
- ¡No empecemos con los nabos! – protestó Dorotero dando un respingo.
- Ya me entiendes, te animas, lo más grande que tengas en la tabaquera y si puede ser un Bolívar pues ya empal… Bueno lo dejo ahí.

Doroteo como siempre, esperaba turno para meter cuña, buscando una salida honrosa al embrollo de la moderación.

- A lo mejor tienes razón, te metes en la espiral de humo y acabas un día de bruces sobre la alfombra del salón, con los brazos en cruz y el hilillo de baba, hasta que te despiertas y consigues arrastrarte a la cama –dijo mirando a lo lejos antes de meterse por la calle a la que habían vuelto dejando el paseo de los frailes. Ya había gente, gentecilla, gentucilla, atuendos, pintas, poses, traumas, un par de familias, una loca corriendo con cascos en las orejas y como Dios la trajo al mundo, o casi, perros, muchos perros. Lo más digno, un galgo curvilíneo y cimbreante.
- Hombre, tampoco es eso - contestó Pantuflo un tanto dolido por su fácil triunfo.
Exagero un poco, pero viene a ser lo mismo- continúo el Doro-, pero la otra cara es el poder de concentración, el habano es un gran concentrador. ¡Qué momentos de lectura solitaria dónde nada existe más allá de las páginas del libro y del anillo de humo que rodea al lector! El humo azulón que lo envuelve viene a ser el soplo del dragón traído por Merlín desde el ciclo artúrico, duplica las fuerzas, dispara la lucidez, todo se hace claro y por momentos se adentra uno físicamente en lo que lee. En fin. Nada en exceso, no vaya a ser que un día se cierre el libro y nos quedemos dentro, atrapados por Bárbola, la hija de la panadera que nos obligará a hacer las bellaquerías detrás de la puerta, hasta el fin de los tiempos.

jueves, 30 de agosto de 2012

TORERÍAS - ARTE PURO


UNAS INSTANTÁNEAS TOMADAS POR UNA BELLA AFICIONADA EN PAMPLONA - SANFERMIN 2012

UN BRINDIS DE "CEPO" A LOS ANTI-TAURINOS

 ¡¡¡QUE DISFRUTEN DEL ARTE!!!

martes, 28 de agosto de 2012

"Desde el corazón del CESID", una obra prescindible.

Acabo de terminar la lectura del libro de Juan María de Peñaranda "Desde el corazón del CESID". Esta obra es una suerte de cóctel donde se mezclan la memoria, el ensayo y  la crónica. El relato resulta un tanto pesado ya que el autor no puede, o no quiere, abandonar el tono monocorde y doctrinario de ciertos informes del ámbito militar dónde ha hecho fortuna el "estilo" del Estado Mayor que se caracteriza por mutilar la lengua de Cervantes.

El lector interesado en la reciente Historia de España se siente atraído por la promesa de jugosas revelaciones y la abundancia de juicios certeros y reflexiones de calado. Tras completar la lectura, la decepción es completa. El General Peñaranda ha redactado una obra que abunda en el análisis de informes y materiales internos de interés meramente burocrático y que pasa de puntillas por la mayor parte de los asuntos esenciales del periodo estudiado. El autor pasa de puntillas por el jugoso y prolijo capítulo de las actividades del Centro  y del Gobierno con respecto al separatismo y terrorismo vasco. Pese a que hoy día se dispone de cientos de obras de referencia que analizan desde todas las ópticas posibles el asunto, el General Peñaranda opta por no citarlas ni tratar nada de lo dicho en las mismas, como si el silencio pudiera borrar la existencia de una información que es hoy día pública y de fácil acceso. En el capítulo final del 23-F, el autor se dedica a defenderse a si mismo atacando la obra muy bien informada de Jesús Palacios "El 23 F, el rey y su secreto". A la vista de ésta obra uno no termina de comprender bien  el interés de su publicación. Este trabajo no aporta nada y a estas alturas un libro de la linea oficialista con "tintes de obra seria" no interesa a nadie ya que lo que narra el General Peñaranda ya lo hemos leído y escuchado una y mil veces. Lo peor del libro es lo que no cuenta, o bien este señor es un gili cómo se decía coloquialmente hace unos años y no se enteró de nada o bien es un jeta porque sabiendo, calla. A estas alturas no  es decente amagar y no dar. Si quiere contar cosas que las cuente enteras y si no que se dedique a darles la murga a sus nietos delante de la chimenea. A modo de botón de muestra no dice ni mú de la reunión entre Adolfo Suarez y los emisarios de la Asamblea de Txiberta, un asunto de la máxima importancia para entender tanto la personalidad del político cómo el trasfondo político de las formaciones nacionalistas y sus relaciones con el gobierno a finales de los setenta. Calla también muchas de las intervenciones y manipulaciones de la CIA y otras instancias norteamericanas, limitándose a narrar un parte muy menor de las conversaciones del rey con Kissinger. Podría continuar detallando muchos de los asuntos importantes de los que no habla y que debió de conocer pero me abstendré para no aburrir al respetable. En resumen, una obra que carece de interés y que no contribuye al mejor conocimiento de una parte esencial de nuestra Historia reciente. Mi consejo, ahorrense tiempo y dinero.

domingo, 26 de agosto de 2012

Aficionados en agosto


Mira que han “sentío” Tato, Alcides y Doroteo no acabar de cuajar la escapada a Bilbao, sobre todo para ver a los Vitorinos, que es de verdad ir a los toros. Emoción y animales enteros, que imponen, y que llegan a la muerte con la boca cerrada. Estuvieron a punto, pero no pudo ser. Alcides está a régimen y le duele un poquito un tobillo, Doroteo aseguraba que tenía plan con una de esas, que van montadas sobre altas plataformas y cortísimos chores. Alcides con mala baba dice que la conoce y que es una de Seseña que se la beneficia tolquequiereee. Doroteo dice que mentira y que lo que más le pone del asunto es que las correas de la plataforma de esparto son de cuero, cuero, y dobles, alrededor del fino tobillo con esclava. Alcides se tapaba la nariz y a punto ha estado la cosa de acabar mal.

En fin, ante semejante panorama, Tato se ha acercado, bien acompañado, a ver una novillada de agosto en Las Ventas. El gran atractivo, para Tato, la ganadería, Villamarta, toros con historia, como lo son los que protagonizarán las novilladas de los siguientes domingos: Prieto de la Cal (casta Vazqueña, duque de Veragua); Partido de Resina (Pablo Romero), Concha y Sierra (también casta Vazqueña). La tarde no nos decepciona, los novillos cumplen, verdaderos toros, por encima de los 450 kilos, dos de ellos de más de 500. Pintas variadas, sobre el negro de Vistahermosa: negro, negro con listón, berrendo en negro y cárdeno salpicado (creo yo). Bien al caballo, y mejor si los hubieran puesto como se debe, parecían justos de fuerzas, abrían pronto la boca, pero luego no se venían abajo. De muchos pies, altos de manos, bastante morrillo, ensillados, con trapío, con presencia y sin una cosa fea.

En la plaza un cuarto o tal vez incluso media, calor, turisteo a tutiplén, muslismo al poder, sólo contrarrestado por el chancletismo, la tropa sudando, las troncas con el pie al aire y todo lo demás, si fuera posible. Afortunadamente, no estábamos solos, a nuestra derecha, una nutrida representación del siete, que pone un contrapunto a la general desidia: aplaudía la gente a una estocada atravesada, se podía ver la punta de la espada saliendo por el costado. Gracias a ellos, a sus protestas, se colocó como debía uno de los picadores y se dejó colocado al toro con distancia. Asistimos a un precioso tercio de varas, lleno de emoción y no sólo por la caída del picador. Toro arrancado de lejos, vara bien puesta en lo alto, picador sujetando, caballo bien movido, eso hasta que el pequeño barullo que se formó al final de la segunda, tapando feamente la salida del toro y dejándose llevar bastante más allá del tercio. En fin, con todos los peros que se les quieran poner, pero gracias al Rosco y a su asociación esto de los toros en Las Ventas aguanta todavía algo. En el tendido, con la emoción se oían gritas de ánimos y jaleo tanto a toro como a picador, buscando el encuentro: “eje toro, vamos ya, jeeee”, “¡¡Vamos caballista!!”...
Queremos dejar constancia de que somos perfectamente conscientes de que detrás de una corrida de Toros hay profesionales que se juegan la vida y que tienen por ello todo nuestro respeto, incluso cuando les criticamos, estudiamos, analizamos o parodiamos. Lo decimos una vez y ya.

sábado, 25 de agosto de 2012

CUESTIONES VARIAS

La verdad es que pese a todo, al final las lecturas acaban siendo bastantes. Y al hilo de la lectura se da uno a veces de frente con cosas excepcionales, textos que le conmueven más de lo esperado, con son una sorpresa por encima incluso de la emoción que constituye la lectura a diario de tantos como han escrito bien.

Turguenev por ejemplo, que además no está falto de sentido del humor y tiene alguna expresión extraordinaria: cogote boyuno, para describir esos cuellos gruesos, como los de muchos de esos inmensos norteamericanos que parecen atrapados dentro de un cuello de camisa blanca, cerrado a presión, por encima del cual sobresalen los pliegues de la nuca que no puede esconder un pelo casi rapado. El cogote boyuno, suele ir acompañado, por delante, por una corbata roja, de nudo sin historias tirando a grandón.

Otra expresión de Turguenev de las que mueven a sonrisa, que leo en la maravilla que es Memorias de un cazador es esta: la cabeza enorme – una barrica de cerveza, como suele decirse- (…).

El dichoso corrector de ortografía, cuando me animo a contar con él, pretende, en lo que tal vez sea otro rasgo de humor, pero mucho más tosco y grosero que las sobrias y también delicadas y un poco evanescentes pinturas del ruso, cambiar Turguenev por turgente… En fin.

Leído en la pared de un cuarto de baño de cierto polígono industrial (no lean si se escandalizan fácilmente: La gran tronca pica piedra con el tacón. El tacón abraza un pie perfecto, reflejo de un cuerpo idéntico que es objeto de toda su atención y devoción, todo encaminado al perfecto caminar que le permitirá volver a picar piedra con brutal firmeza descaderada y ondulante. Lamer, lamer, lamer.

Así está la gente, que quieren que les diga.

Oída la expresión “llevar el niño a la parcela”…Hacía mucho que no la oía.

Cosas extraordinarias.

RECREO

No hay mucha originalidad en lo que sigue, como no suele haber demasiada originalidad en las cosas. No es el mirar una cuestión de extravagancia. Está todo inventado, pese a lo mucho que esto fastidia a algunos.

Ya que nuestro govern no ha tenido a bien, Cepo Gordo en su modestia si quiere aprovechar la efeméride de las Navas. Mariano y los tecnócratas de ático céntrico no habrán oído hablar del asunto, y si les suena habrán pensado que vaya rollo, o que ahora no toca… Nosotros pensamos que sí que toca, como tantas otras cosas, las más importantes, que esta tropa está dejando pasar de largo.

Se imaginan, la víspera del aniversario, el día 16 de julio de este mismo año, al presi en un programa especial de televisión arengando a la patria, explicando que España es, y lo que es, y diciendo luego:

-          Bueno y ahora les dejo con un magnífico documental sobre las Navas de Tolosa y mañana a la misma hora les convoco aquí, en TVE1 para explicarles la reforma de la Ley Electoral y de toda la organización territorial y del sistema administrativo nacional, regional (entiéndanme, lo que hasta hoy han sido las autonosuyas) y local. Además les comentaré el plan para el cierre de las televisiones públicas y de todas las entidades empresariales de titularidad pública no sometidas a control administrativo. Diré algo sobre la aplicación a raja tabla desde ahora, por este Gobierno, de la ley, de las sentencias de los tribunales y de la dotación de recursos a los mismos, de la independencia del poder judicial y del principio de subsidiariedad, dejando de competir la administración, con el dinero de todos, con la sociedad civil y del punto final a todo el abanico de subvenciones a los coleguis…Ya me entienden, sindicatos, partidos políticos, titiriteros y culturetas, yernos. Ya lo sé, dos guardaespaldas, un chaleco antibalas y coche blindado durante dos años, hasta que el personal se acostumbre a tener los pies en el suelo, pero son éstas las servidumbres de la política. El que quiera dineros para una película o para un catálogo, que haga algo que le guste al público. En consecuencia, para liberar recursos y que la sociedad privada pueda asumir estas tareas, les diré algo también de la primera bajada de impuestos de la legislatura. Buenas noches y hasta mañana. Por cierto, ¡Viva España!, así tranquilamente.

Pero en fin, a lo que íbamos, para darnos un poco de tono muscular en el ánimo y la moral. De la Crónica General, la arenga de Alfonso VIII a punto de comenzar la batalla de las Navas de Tolosa:

Amigos, todos nos somos españoles et entráronnos los moros la tierra por fuerça…

Recordaremos para quien no lo sepa (que serán muchos), la fecha de la batalla, 1212, siglo XIII. Recordaremos también, porque la tropa sabe más bien poco, que el ejército cristiano lo formaban el Rey de Castilla, Alfonso VIII (abuelo de San Luis de Francia), Pedro II de Aragón y también Sancho VII de Navarra, apodado el fuerte. Son los tres reyes. Junto a ellos, los principales de cada reino. Destacan, con Pedro de Aragón, García Romero, Jimeno Cornell, Miguel de Lusia, Aznar Pardo, Guillermo de Cervera, el conde de Ampurias Ramón Falcón, Guillermo de Cardona, los obispos García de Tarazona y Berenguer de Barcelona; con Alfonso, el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, cronista de la empresa, los de Sigüenza, Palencia, Ávila, de la caballería seglar de Castilla, los condes Fernando, Álvaro y Gonzalo de Lara, Rodrigo Díaz de los Cameros, Gonzalo Ruiz y sus hermanos, Diego López de Haro, señor de Vizcaya y con el quinientos caballeros... También las órdenes militares, la del Temple, la del Hospital, la de Calatrava y la de Santiago. Formando la masa del ejército, bien entrenadas y pertrechadas, fundamentales, decisivas, las milicias concejiles, formadas por villanos, artesanos y baja nobleza. Participaron al menos las de Almazán, Atienza, Madrid, San Esteban de Gormaz, Cuenca, Huete, Ayllón, Alarcón, Ávila, Medina del Campo, Segovia, Valladolid, Olmedo, Arévalo, Béjar, Plasencia, Cuéllar, Berlanga, Toledo, Nájera, Logroño, Soria... Gallegos, asturianos, además algunos caballeros leoneses y portugueses a título personal, alguno también de allende los Pirineos, de los que no se volvieron cuando Alfonso VIII puso coto a sus excesos y ansias de botín antes de librada la batalla.

No podemos dejar de mencionar entre los caballeros portugueses a Tructesindo Ramires, glorioso antepasado de nuestro amigo Gonzalo Ramires.

Nos ha gustado esto de Cristòfor Despuig en su obra Los colloquis de la insigne ciudad de Tortosa:

aquesta provincia (se refiere a Cataluña) no sols és Espanya mas és la millor Espanya

Y para terminar, Antonio de Nebrija:

Los miembros y pedazos de España, que estaban por muchas partes derramados, se redujeron y adjuntaron en un cuerpo y unidad de reino, la forma y trabazón del cual así está ordenada que muchos siglos, injurias y tiempos no lo podrán romper ni desatar.

Recomendamos al paciente cepogordista que haya llegado hasta aquí, la lectura del libro de Miguel Angel Ladero Quesada titulado Lecturas sobre la España histórica, publicado por la Real Academia de la Historia en su colección, estupenda, Clave historial. Es un libro, claro, sencillo, lo que es de un mérito extraordinario porque no aborda cuestiones que lo sean. El autor escribe bien y hace gala de una capacidad de síntesis y una claridad de exposición que no son siempre fáciles de encontrar y hay por último una finísima y discreta, pero muy clara, hilazón, a lo largo de todo el libro, entre los temas y las épocas que estudia y el momento presente. No digo más.